Seraphine Laevatein — ID

Desde un punto de vista puede parecer más bien alguien taciturna, rasguña la solemnidad y en ocasiones muy marcadas, incluso la gelidez; y es que debido a su condición cuida muy bien sus impulsos de no desbordarse, procurando su tranquilidad, principal precursor detrás de su estilo de vida.

Siempre va por allí con aquella aura fría, siempre calculadora y extremo cautelosa con respecto a sí misma para con el mundo, pero eso no significa que no se le pueda arrancar una sonrisa, su conducta es una elección, no su verdadera naturaleza; es solo el resultado, pues la única manera de contener la fuerza destructiva del agua, es congelándola. Pero bien sabe de calidez, aunque con el tiempo se ha vuelto más complicado de aceptarla que darla pues engancharse sentimentalmente podría volverla inestable, incluso si sus pasiones se desbordan, puede ser peligroso dejarse llevar.

Tiene un profundo sentido de la justicia a pesar de su historia, considera que no es quién peor suerte ha tenido y en conclusión, tiene espíritu de sacrificio; sin embargo, es orgullosa, a veces demasiado, no importa la adversidad ella considera que no necesita de héroes que la salven.

Todos saben del orgullo que ostenta la estirpe élfica, pero saben también que sólo se equipara con las virtudes que poseen y que a veces parece justificar ese orgullo, sólo a veces. La adoración de los últimos tiempos a la especie álfar no hay hecho más que engrandecer este hecho, a veces creando la segregación de aquellos que consideran menos dignos de ellos no siempre por los motivos correctos y eso, no es en absoluto nuevo; pues llegaron incluso a segregar a los suyos. Una de las distinciones más remarcadas entre los elfos fue la de aquellos que eligieron abrazar la oscuridad por encima de la luz.

Seraphine es, una drow nata. Su naturaleza ya había sido decidida por la de sus padres incluso antes de nacer así como las de otros tantos, no hubo realmente oportunidad de elegir un camino a seguir, al menos no para quienes nacieron drows; fueron dados a luz en la oscuridad, sus predecesores que decidieron abrazarla fueron los que instaron algo que marcaría a futuras generaciones y sin embargo, estaba bien, para Seraphine lo estaba. Porque esa era la realidad en la que creció, aunque no duró tanto como un elfo esperaría en su longevidad.

Llamados “impuros”, los drows eran constantemente cazados, ya fuese por sus actos o también por su sola naturaleza, incluso si no eran viles como lo decía la fama que les precede; debido a ello, los ataques eran reales y frecuentes en la búsqueda de su erradicación. Seraphine al madurar, se convirtió en una de los centinelas que protegía una de las ciudadelas de estos ataques y llegó a ser tan eficiente en su labor que fue reconocida entre las fuerzas de muchas más, ella era vehemente a su deseo de proteger a los suyos que nunca quiso mayor condecoración que la de seguir luchando como guerrera antes que tener un cargo más alto, aunque no pudo negarse a ser reconocida como doncella, aunque pocas veces se le vió como tal y no quedó oportunidad tampoco.

Pues un buen día comenzaron una serie de asedios que no pudieron contener por parte de una especie que no eran sus iguales de luz. Comenzaron a diezmar sus fuerzas,  comandados por un líder oscuro que parecía invencible. Era cuestión de tiempo que arrasaran con algunas de las ciudades, pero era necesario frenar el avance si querían sobrevivir y un buen día en uno de los ataques lograron hacer frente, pero a un costo muy alto para todos. Miles de soldados murieron aquel día, sólo un puñado quedó en pie para cazar al líder donde al final sólo quedó Seraphine quien logró abatirlo… pero no salió ilesa, y quizá la herida que le quedó fue peor que cualquier otra herida convencional que le hubiese quedado, incluso si hubiese sido de muerte. Aquellas fuerzas que los habían atacado pertenecían tanto o más que ellos a la noche, eran vampiros y su líder había sido el peor de todos ellos, pues antes de morir se aseguró de no dejarla ir invicta, depositando en una mordida su toxina en ella.

No, no iba a pasar algo tan ridículo como convertirse, pero esa toxina era molesta, a veces pensó en hacer lo correcto y acabar con su vida antes de que fuera un peligro inminente, pues la mordida alteraba su naturaleza más oscura, una caprichosa y llena de frenesí sedienta de esa magia que nunca había necesitado. Por eso prefirió que la dieran por muerta y erró por siglos mientras veía el mundo caerse en pedazos, fue entonces que se retiró los límites boreales de escandinavia donde había nacido, desde donde se mantiene expectante sobre la lucha por el último bastión codiciado por los dioses que caminan sobre la tierra.

· Se mantiene fuera de Elysium y nunca le ha buscado,  vive en los fiordos del norte de Noruega, cree que sería un problema en la isla, en especial si se enfrenta a los alfar de luz.
· Se suele referir a la toxina como una enfermedad.
· Ha mantenido a raya la toxina en su torrente con magia, es simple, pero si se descontrola, pierde la concentración o se emociona, se vuelve difícil y la toxina actúa como catalizador de sus tendencias más oscuras como drow.
· Cuando se ha salido de control se vuelve una máquina de matar que no utiliza los puños sino su magia con ridícula facilidad y con pocos escrúpulos, dejándola con una resaca emocional una vez que recupera el control, cada vez es más difícil.
· En ese estado, ha llegado a comer el mana de las criaturas vivas, su energía y en consecuencia se hace más fuerte.
· Cabe agregar que su aspecto cambia, su piel se torna demasiado blanca y traslúcida, la toxina es perceptible en las venas oscurecidas que se se alcanzan a ver y el resplandor blanco de sus ojos parece más propio de una aparición que de un elfo, es una visión un tanto sobrecogedora, pero también paradójicamente hermosa.
· Por eso vive sola, con su magia mantiene el fiordo con vida. Protege ese lugar a toda costa, ejecuta a todo el que lo amenace hasta que alguien sea capaz de matarla.
· El fiordo no es basto, tampoco pequeño y lo llamó “Bluegarde”  todo aquel que llega es bienvenido con la condición de no dañarlo y no acercarse a ella, aún así llega a recibir regalos de agradecimiento, en especial bebidas.
· No se considera regente de Bluegarde más bien su guardiana, aunque teme ser algún día su ruina.
· Odia tener pesadillas.