— That woman

Tal como se ve a simple vista, Madeleine, o Maddie como le gusta que le llamen, es una chica que tiene cariño para dar y regalar. Siempre se le puede ver con una sonrisa en el rostro, pero es cierto que quienes sonríen más son quienes más sufren por dentro. Llevada a tantas cosas debido a problemas en su familia, se has ha arreglado para esconder todo el dolor y la tristeza que guarda dentro, tantos secretos que preferiría no contarle a nadie, o de lo contrario podrían venirse sobre ella infinidad de situaciones problemáticas. No obstante, y pese a todos esas tensiones que carga consigo, es bastante optimista, de esas chicas que ven todo como si el sol nunca fuese a dejar de brillar. Es amable y cariñosa con quien sea, así se trate de una persona a quien acaba de conocer, dueña de modales impecables, es quizás esa su mayor virtud, el no juzgar a nadie sino hasta haberle conocido totalmente.

Quien la conoce podría tacharla de ingenua, demasiado noble para ser real, manipulable y fácilmente impresionable, pero nada más alejado de la realidad. Aunque es cierto que ella nunca demuestra sentir odio o rencor hacia a alguien, sí que puede demostrar su desconfianza. Al estar siempre en contacto con sus emociones y ser siempre transparente hacia otros, no teme decir lo que piensa, y son sus expresiones, sus gestos, pequeños detalles los que delatan su sentir, y aunque se esfuerce en ocultarlo tarde o temprano sale a la luz. Está de más decir que es una pésima mentirosa, pero con respecto a su situación actual ha logrado sorprendemente mantener el secreto.

Madeleine se caracteriza también por ser una chica soñadora y tener la cabeza en las nubes la mayor parte del tiempo, lo que desemboca después en torpeza de su parte. Ha llegado al punto de chocar con puertas de cristal por estar soñando despierta. En contraposición, ella es una chica con los pies bien puestos en la tierra, más que consciente de su posición y de lo difícil que es vivir en una época como la que corre en la actualidad. No tiene tiempo para portarse de manera altanera con alguien, mucho menos la intención de ello, y es por ésto que a veces hasta la describen como una chica que haría las veces de una madre ideal, y que cualquiera que se guste de ella en automático tiene un prospecto ideal de pareja. Pero tiene prioridades muy bien delimitadas, y es difícil que se fije en chicos cuando ella misma a veces no sabe hacia dónde moverse, o si de tantas cosas que debe hacer al final tiene la necesidad de partirse en veinte partes para terminar con todos sus deberes.

Una paciencia de oro, una sonrisa tranquila que por igual contagia de tranquilidad a quien la mira, una chica que ha atravesado tantas cosas, que ha sido golpeada por la vida con tanta fuerza que tiene experiencia de sobra para dar consejos. Una amiga leal, una joven que no se da por vencida nunca a pesar de los obstáculos, sensible y dedicada, tantas cosas que es complicado simplemente ponerlo en palabras.

A desarrollar.

— Adora los gatos, son su perdición.
— Quedó huérfana a muy temprana edad y al cuidado de un familiar. A la edad de 16 años tuvo que independizarse y comenzar a vivir sola.
— Trabaja como escort para costear sus estudios, y los fines de semana vende pastelitos que ella misma hornea.
— Se le da increíblemente bien la cocina.
— Desde pequeña ha practicado la natación y sueña con algún día ser nadadora profesional.
— Nadie sabe de su trabajo como escort, procura mantenerlo siempre en secreto. Tiene ese empleo más por necesidad que por gusto.
— Su instinto maternal está tan arraigado que es la primera en dar consejos y consolar a quien está triste.
— Nunca se ha enamorado de nadie, muy poco tiempo le queda para pensar en ello.
— En sus ratos libres suele dar paseos por la playa.
— Estudia la universidad, pero ha tenido muchos problemas para terminar. Ha perdido dos años debido a su posición económica, pero está empeñada en terminar sus estudios.
— Su primer nombre es Cosette, pero no le gusta usarlo. Prefiere que le llamen Maddie.