♛ 【 The Lion King 】

La nobleza a veces puede correr en la sangre y no exactamente debe ser de sangre azul. Simplemente que desde hace mucho esta muchacha se comporta de manera inconsciente como  alguien de morales muy altos y leales a lo que son las buenas costumbres como la manera correcta de comportarse ante los demás. La decencia es algo que está por encima de todas las cosas para ella y su profesionalismo ha llegado a tacharla como alguien quien no manifiesta más que un semblante de perfecto liderazgo tomando decisiones bien pensadas en momentos rápidos cuando se necesita hallando la mejor manera de hacer que las cosas salgan bien, desgraciadamente esto solo es posible para alguien quien no sale de su ambiente de trabajo y ya este se convirtió en algo tan común para su vida que sus habilidades casuales en la sociedad se han vuelto un tanto obsoletas porque comportarse de una manera exageradamente correcta tiende a crear una primera mala impresión, la de que no es más que una persona anticuada como amargada que no sale del profesionalismo.

No se enfrasca en su realidad, está completamente dispuesta a probar cosas nuevas bajo su propio ritmo de aprendizaje lo cual no es realmente algo muy avanzado, siempre y cuando estos no salgan de sus principios basados en buenas costumbres que si admite ser algo anticuados pero posibles de flexibilizar. Realmente es alguien a quien si se toca de manera demasiado a la ligera puede perder su hilo de paciencia muy pronto, puesto que no le gusta ser tomada a la ligera por razones triviales haciendo que verdaderamente salga a flote un lado de ella el cual no controla y está disconforme por ello, pero trata de mantenerlo a la raya por ser muy espontáneo. Verdaderamente se preocupa por los demás, quizás demasiado poniendo su deber sobre todas las cosas y cuando se enfrasca en él tiende a ser ciega del contexto que realmente la rodea, descuidando un poco su propio bienestar, tanto físico como mental. Al no saber controlar ello lleva sus emociones a explotar de manera espontánea sin poder contenerlas como realmente quisiera hacerlo cosa que es un arma de doble filo a veces.

Desde hacía siglos, los héroes en las historias se caracterizaron por sus grandes hazañas y logros, por supuesto que no era una excepción tener que mostrar al rey león en un sin fin de odas poéticas. Historias que Adelaide de alguna manera siempre se sintió apegada, por alguna razón siempre le llamaron, desde el momento que fue encontrada, moribunda en las playas de Elysium ¿Cuál era su origen? ¿De donde vino? La verdad jamás lo supo hasta el día que ocurrió lo inevitable. Siempre apegada a sus asuntos para seguir las tradiciones de su familia, quienes le habían acogido tan dedicadamente hasta llevarla por el camino de lo correcto, casi parecía destino. Aunque si lo pensaba bien ahora parecían ser obras de los dioses, en sus oídos siempre estuvieron susurrando Persephone y Brigid, quizás siempre supieron que estaba destinada a la grandeza pero temían que su razón de ser le llevaría más allá en su ambición pero la prueba frente a ella se colocaron discretamente una tras otra para probar que realmente la visión de ambas diosas era acertada.

Nunca supo como pasó, ya que siempre tenía un rechazo inminente hacia las flores de los jardines, a pesar de que era un lugar abierto para todos y por todos, quizás porque en el fondo siempre le llamó, un día simplemente estaba frente a ella, como la primera vez que él se encontró con la espada, quizás puesta ahí por Brigid misma siendo quizás un regalo a su lealtad. Como si fuera una canción de cuna, casi hipnotizada fue llevada hasta ella y desde el momento que sus manos se posaron en el mango de la misma pudo ser testigo de como los dioses bendecían su cuerpo a ser portador de uno de los personajes históricos más leales y queridos por su súbditos, aunque tuviera que cargar también el dolor del mismo. Curiosamente nunca sintió una gran diferencia en ella, como si el tomar a Excalibur entre sus manos fuera más que sus memorias regresaron a ella más que ser el recipiente vacío para el espíritu del rey, quizás por eso la diosa de la muerte alegaba tanto que era la vasija perfecta y así ella fue escogida desde un inicio como el Lion King verdadero líder de los britania y de la mesa redonda, Arthur Pendragon, en el cuerpo que no solo fue elegido de la ninfa Rhongomyniad ahora alberga perfectamente el héroe que se merecía.

En primer lugar, siguiendo la línea de su personalidad, naturalmente se asume que le gusta cuando las cosas salen perfectamente como se lo espera, además la calma y la serenidad son aspectos de su vida diaria de los cuales disfruta más que nada porque no existe la verdadera paz cuando se encuentra sentada observando un panorama tranquilo tomando una taza de té; eso también adora, el té, completamente diferente al amargo sabor del café. Por otro lado un poco más reducido a lo convencional es que realmente le gusta practicar con combates de cuerpo a cuerpo, cuando muchos lo aborrecen, ella prefiere estar en el gimnasio o en el campo entrenando. Aunque no le guste admitirlo, la verdad le gustan mucho las cosas llamativas, como lo son sus detalles para adornarse ella misma pero sin que estos obstaculicen sus movimientos. Finalmente están los espacios abiertos, no es que parezca de alguna patología, simplemente los encuentra más agradables que el interior y con ello vienen las flores que encuentra como un detalle natural espectacular para admirar cada vez que puede.

En primer lugar es que no le gusta que la tomen a la ligera solo por el simple hecho de ser del sexo femenino, lo aborrece con todo su ser; además las burlas a las demás personas sin fundamento también la hacen molestar, no solamente porque sea ella lo ve incorrecto. Aunado el ello el hecho de que interrumpan su perfecta paz está demás decir que de igual manera no le agrada, le cuesta mucho encontrar un espacio libre en su agenda atareada para relajarse para que alguien le interrumpa. Además de ello no le gustan los ambientes demasiado concurridos porque esos llevan al calor inminente lo cual no es algo que disfrute tampoco, simplemente se estresa y abandona el lugar, si está obligada a quedarse simplemente se aguantaría hasta irse. La verdad odia estar sola, le hace sentir cierta molestia pero nunca lo admite en voz alta porque es un signo de debilidad y hace que los demás se aprovechen de ello. Ciertamente no le gusta trabajar en su escritorio por largos periodos de tiempo, el hecho de hacer mucho papeleo le aburre sobre todas las cosas.

─ Mide un metro setenta, pero aumenta un poco con el uso de tacones.

─ Su arma preferida es un lanza larga, similar a la que se utilizaban en los duelos medievales pero ésta es mucho más ligera de utilizar para su comodidad.

─ Un día despertó a las orillas de la isla sin saber quien era, fue acogida por una familia diplomática fuerte en la milicia que le crió.

─ Su poder espiritual se manifiesta en Rhongomyniad, la lanza que brilla hasta el final del mundo junto a Excalibur, la espada sagrada.

─ Tiene una cicatriz de la cual no conoce su origen, presuntamente hecha al pelear contra Mordred en su vida pasada.

─ Su nombre humano completo todos empiezan por A. Siendo: Audrina Adelaide Ainsworth.