• Dragon's eyes [ID]

El silencio es un compañero incondicional, inseparable ante todo. La soledad, desde luego, le acompaña desde cerca, casi siempre unidos el uno al otro, convirtiéndose así en fantasmas que reptan tras la figura de una doncella que decidió dejar de serlo. Silencio es, irónicamente, lo que se escucha con Shizuka cerca, su nombre siendo sólo una prueba más de que la soledad le persigue desde que era tan solo una pobre jovencita buscando algo de libertad. Y es, entonces, soledad la que le precede, soledad la que se niega a abandonar, la que se rehusa a abandonarle. La calma antes de la tormenta, la delicadeza en perfecto equilibrio con la firmeza, manos dulces y suaves cuyos movimientos fluidos se vuelven la fortaleza y la única defensa que posee ante predadores, enemigos que desean acabar directamente con esa coraza. Pero a pesar del silencio la sonrisa persiste, la acompaña a donde sea y se presenta tras esfuerzos exhaustivos por hacerla salir.

Shizuka, su nombre lo dice, calma, tranquilidad. Mas no se mantiene siempre el equilibrio, la balanza no siempre se mantiene nivelada, y la inclinación hacia uno de los dos lados es inevitable cuando algo flaquea. Aunque ella lo niegue, la duda muchas veces puede atacar su persona, siendo la culpable esa envidia que es capaz de sentir por quienes tienen algo de lo que ella carece. Es celosa, es posesiva, y no es capaz de acabar con esos sentimientos, es imposible para ella ignorar emociones que poseen tanta fuerza, sobreponiéndose a su serenidad; incapaz de controlar impulsos cuando se nubla su juicio. Y explota, explota hasta destrozar, hasta arrasar con lo que le molesta, erradicar los problemas antes de volver a la calma. Conoce sus debilidades, conoce sus virtudes, pero muchas de las veces ella misma ha llegado a considerar que el equilibrio se pierde con extrema facilidad.

Sonríe, se molesta, gruñe y se ríe, tantos cambios en tan poco tiempo, tan volátil que es incontrolable, como una tormenta a punto de atacar, un desastre a punto de estallar. Una bomba de tiempo, un peligro inminente. Y aún así, Shizuka, ese nombre tan curioso para alguien como ella, sigue atrayendo al silencio y la soledad, siempre a sus espaldas.

Se verá on rol.

→ Durante años, quizás desde los 14 o 15, ha tenido en su brazo izquierdo, desde el hombro hasta su muñeca, el tatuaje de un dragón, que es el símbolo de su familia.
→ Es experta en arquería, tiene una puntería envidiable, y es en sus flechas donde canaliza la mayor parte de su magia.
→ En sus ratos libres es profesora de arquería.
→ No es muy fanática de los vegetales que le dejan una sensación de sequedad en la boca.
→ Padece de insomnio con bastante frecuencia, así que para tranquilizar la sensación de la falta de sueño, bebe una taza de leche tibia con miel. Le relaja y le ayuda a conciliar el sueño.
→ Además de dominar la arquería, también conoce el arte de la espada, el kendo específicamente.
→ Su familia ha arreglado un matrimonio para ella con el fin de mantener la fortuna de los Yamaguchi en la cima y no dejar que la única heredera no deje descendencia, sin importar si hay o no mestizaje. Ella, sin embargo, no conoce a su prometido.
→ Se le ha cruzado muchas veces la idea de escapar de casa, pues sabe que su familia la ve únicamente como un negocio.
→ No suele hablar mucho de su familia, prefiere mantener ese tema fuera de todo tipo de conversaciones.
→ Odia que la subestimen por ser una mujer, especialmente cuando su familia es bastante tradicionalista.

Para algunos una completa desgracia, para otros una joven digna de recordarse por lo que representó en su tiempo. Tan contrario a lo que cualquiera podría esperar de la hija menor de Soichiro Yamaguchi, Suzume siempre se caracterizó por ser una muchacha audaz, de aquellas que prefería andar de fiesta en fiesta que presentarse a las reuniones que organizaba su padre para atender asuntos importantes. Siempre fue extrovertida, animada, una joven que desde temprana edad demostró ser extremadamente amigable, lo que desde luego levantaba polémica en el círculo en el que se desenvolvía, demostrando con ello que no le interesó nunca en lo más mínimo los negocios de su familia.

Con el paso del tiempo, no obstante, esa forma de ser tan despreocupada fue deteriorándose hasta convertirse en la actualidad en una mujer tranquila y centrada, que piensa mucho las situaciones antes de actuar. Si bien de vez en cuando demuestra que sigue dentro de sí a esa joven testaruda, es más que bien sabido que es producto de su orgullo, ese que mantiene a pesar del paso del tiempo. Aunque tuvo un pasado accidentado con su familia, rodeado siempre de discusiones, de peleas, supo encontrar una manera de mantener el equilibrio, encontró antaño la manera de librarse de toda esa mala vibra que inevitablemente le rodeaba.

Aunque sigue manteniendo ese aire de mujer coqueta que tenía en el pasado, ciertamente éste se ha ido perdiendo con el tiempo, pues al darse una nueva oportunidad de comenzar, ha decidido dejar viejos hábitos detrás. Es elegante y amable, es atento, y se comporta siempre con la diligencia propia de alguien de su linaje, cosa que debe agradecer a su familia desde el fondo de su corazón. Es, sin embargo, bastante introvertida en contraposición con su forma de ser hace muchos años, guardando para sí misma muchos de los sentimientos que antes hubiese mostrado abiertamente. No se avergüenza de sus emociones, por ningún motivo, pero sí cree que hay cosas que es mejor mantener para sí hasta el momento adecuado. Además todavía en su vida guarda muchos secretos que preferiría no revelar

Se verá on rol.

— Es profesora de kendo independiente.
— Hace tiempo, fundó su propio negocio de inversión, convirtiéndose en una de las personas con mayor poder adquisitivo y dueña de un banco.
— Hace años, en una disputa con su hermana mayor, se le dio por muerta, razón por la que nadie ha podido dar con su paradero pese a llevar todavía el apellido Yamaguchi. Lo consideran sólo una coincidencia.
— Pasó poco más de un año en un hospital tras la pelea con su hermana. La única secuela visible que le queda es una cicatriz atravesando su pecho, hecha por una espada. La secuela que no es notable a la vista es la pérdida progresiva de sensibilidad en sus extremidades, aunque por fortuna ésta se desarrolla con extrema lentitud.
— Fue entrenada en las artes ninja y samurai desde muy pequeña, dominando las primeras prácticamente a la perfección.
— Suele pasar sus días libres meditando en casa.
— Aún tiene muy arraigadas las costumbres de su país.
— Algún día le gustaría poder estar frente a frente con su hermana mayor para limar asperezas y decirle que no le guarda rencor por lo ocurrido. Sin embargo, no es sólo eso lo que le gustaría decirle.
— Tomó cierto placer culpable por la comida italiana.
— Entrena prácticamente todos los días, no quiere perder sus habilidades. Además le sirve bastante como parte de su terapia para no perder la movilidad en su cuerpo.