One LAST Chance — ID

Hace tiempo podrían haber dicho de Gregory los mejores halagos, las mejores recomendaciones. Se era capaz de decir mil y un cosas buenas de él y aún así te quedarías corto; pero los buenos tiempos se han ido a la mierda. Aquel hombre del que se sentían orgulloso ya no lo es más. Probablemente por las vivencias que han azotado su vida, pero Gregory es la clara definición de un ser torturado, herido. Empezando por lo básico, con aquellas personas que no conoce se muestra tajante, desconfiado a no más poder y especialmente mal hablado. Tiene un concepto muy bajo de la humanidad.

Tiene una paciencia muy corta con las personas que se meten demasiado donde no les llaman y detesta con todas las letras quienes no hacen lo que él pide solamente siguiendo órdenes de alguien que, lamentablemente, es superior incluso al Teniente Hudson. Es de humor bastante ácido, sin pelos en la lengua y generalmente irónico con todo el que le rodee sea cercano a él o no. Rara vez considera de todos modos a alguien como un verdadero amigo, tal vez por ese mecanismo de auto-defensa que posee, impidiéndole la oportunidad a otros a acercarse, y aunque no es imposible abrir el corazón de este viejo cascarrabias, a decir verdad es un hueso muy duro de roer, más de lo que uno se imaginaría.


Gregory es un hombre rendido a la vida, sufre de una gran depresión que le consume desde hace años ya, habiéndose inclinado al alcoholismo y tendencias suicidas que prácticamente espantarían a cualquier persona. Costumbres auto-destructivas como si a cada oportunidad que tiene solo quisiera encontrar el alivio de la muerte a la vuelta de la esquina. Siquiera se cuida en cuanto a salud se trata... bebiendo insalubres cantidades de alcohol; siendo su brebaje preferido el Whisky. Consume alimentos generalmente llenos de calorías y grasas saturadas como hamburguesas, pizzas y emparedados comprados, todo sea por alimentar más esas malas costumbres, ese deseo innecesario de caer más y más en un pozo sin fondo, dándole poca o nula oportunidad a los demás de poder echarle una mano, ya casi nadie se toma el tiempo de averiguar qué pasa su cabeza y así ayudarle, todos se dan por vencidos al comienzo cuando este perro viejo les muestra los colmillos y gruñe arrinconado en su rincón más oscuro.


A pesar de lo arisco que muestre ser con los demás, de a poco habrá gente que podrá ganarse su confianza demostrando que son de confiar. Y aunque es una tarea muy difícil de llevar a cabo, gradualmente Greg irá mostrando una actitud mucho más relajada al lado de aquella persona que logre entrar poco a poco a su corazón, o al menos despejar esas hostilidades iniciales de por medio. Y es que en realidad, no es que quiera ser un amargado solo porque sí, si no que tiene ese incesante miedo de que vuelva a ocurrir lo de antaño... perder a un ser querido siempre es horrible, y el sentir culpa por ello aparte de echársela a los demás evidentemente merma la confianza de uno en los demás y terminas volviéndote un ermitaño.

Se prestará a bromear más, y aunque seguirá teniendo ese humor ácido que pocas personas comprenden o llegan a aceptar, así es él. También es un ser capaz de mostrar sincera preocupación por los demás aunque no lo demuestre de inmediato u a simple vista, pero cuando lo haga sabrás perfectamente que siente un gran interés por ti, llegando a ser capaz de sacrificarse si es necesario con tal de que la otra persona siga sana y salva. Hasta ese punto es que puede llegar alguien como Gregory, quien ha cerrado su mente y corazón casi por completo, más quien llegue a poder adentrarse por esas duras paredes de roca que rodean su ser, se encontrarán con un hombre que, a fin de cuentas sigue siendo blando de corazón.

Se revelará on-rol.

— Solamente los más allegados pueden llamarle Greg. La mayoría solo le dice Teniente Hudson y ya.
— Se lleva sumamente mal con la tecnología, con suerte y sabe modificar las opciones de su móvil.
— Es alcohólico, su bebida preferida es el Whisky y ocasionalmente la cerveza.
— Tiene tendencias suicidas, y lo admite abiertamente. Si una bala en la cabeza no lo mata algún día, el alcohol y la mala vida lo hará.
— A pesar de la vida que lleva, le da vergüenza e incluso no osaría pagar por una prostituta; de hecho no siente interés alguno por ello.
— Rara vez va a trabajar, y los casos que atiende son generalmente para justificar su sueldo y no quedar en la ruina.
— Siente un profundo rechazo por los androides, echándoles la culpa a cada uno por la muerte de su compañero por más que uno solo haya sido el responsable.
— Indiferente a la mala forma física que posee en estos momentos, aún sigue teniendo esa aptitud para correr bastante, obvio que se cansa más rápido que hace antaño, pero igual sigue estando ahí... oculta.
— Le gustan más los perros que los gatos, y de hecho posee un San Bernardo grande y algo viejo ya, llamado Beethoven.
— Ya tiene varias observaciones en su trabajo, un problema más que haya y corre peligro de que lo suspendan y quiten la placa de policía.
— Hasta el día de hoy sigue sin superar la muerte de su compañero a manos de un androide 'defectuoso'.
— Tiene un hijo, pero debido al rumbo que tomó tras la muerte de su colega, este ya no habla con Gregory.