— I'm the android sent by... [ID]

La personalidad de Aiden es algo complicada de definir, especialmente porque no se trata de una personalidad previamente cargada, sino una que poco a poco ha ido formándose a lo largo del tiempo. Pudiendo variar desde actitudes frías a otras un poco más cálidas hacia otras personas, Aiden fue creado para adaptarse a las necesidades de quienes le rodean, específicamente a su compañero de investigaciones. Como androide detective tiene la obligación de cumplir con las misiones que se le dan, aunque es normal en él tomar decisiones propias con respecto a la manera en que las lleva a cabo. La inteligencia artificial con la que fue creado es, desde luego, lo más cercano al pensamiento humano con lo que se le pudo crear, lo que también levanta sospechas con respecto a si es confiable tener a un robot haciendo las tareas que debería hacer una persona, si sería confiable sabiendo que precisamente la inteligencia y habilidades que posee no podrían volverse en contra de su "dueño".

No obstante, Aiden no demuestra señales de dejar de lado el programa con el que ha sido creado, y se niega rotundamente a desviarse de sus objetivos. Aún así, hay algo que Aiden demuestra en todo momento, y es esa avidez por aprender, por conocer un poco más de la vida cotidiana, de saber cómo desenvolverse como si él mismo se tratase no de un robot, sino de un ser vivo. Se comporta a veces como un niño pequeño, curioso, terco, y muchas de las veces incluso insoportable, pero nada es hecho con mala intención, sino más bien como una manera de adecuarse de mejor manera a su entorno.

La historia de un científico no siempre es agradable. Spencer Matthews era un hombre cuyas aspiraciones iban mucho más allá de solamente ver realizados sus sueños con los experimentos que realizaba, los inventos que vendía al público, y consiguió aquello que tanto soñaba al casarse con la mujer de la que estuvo enamorado desde que tenía tan solo 15 años. Tardó mucho tiempo en convencerla de que podría darle la vida perfecta, de que todo sería increíble, y estando en Elysium en verdad parecía que sería así. Ambos nacidos en la isla, se casaron a la tierna edad de 25 años, muy jóvenes todavía, pero con una estabilidad tal que no temían a las adversidades. Spencer se convirtió en un hombre exitoso, sus inventos revolucionaron el mundo en el que vivía, especialmente la invención e implementación de los androides, la inteligencia artificial que la humanidad intentó alcanzar por mucho tiempo. Las riquezas recibidas, el fruto de su trabajo, todo eso fue destinado al bienestar de su hijo, Aiden, que recién volvió padre a Spencer cuando éste cumplió los 28 años.

Y todo parecía ir de maravilla, al menos hasta que un buen día, un accidente terrible asoló a los Matthews, cuando Aiden tenía 17 años de edad, un muchacho enérgico, que no paraba de ir y venir. Fue sólo un instante en que Aiden decidió salir a conseguir unos cuantos víveres, pero tardó más de lo esperado en regresar, lo que causó un terrible descontento en sus padres. Su madre comenzaba a sentir una preocupación tan grande que en medio de la desesperación tuvo la idea de salir a la calle a buscarle, quizás caminando por un rato podría dar con su hijo si es que éste no había ido lejos.

Pero no le fue necesario hacerlo, pues tan solo unos metros más adelante alcanzó a ver una ambulancia, gente rodeando lo que parecía ser un accidente de tránsito, y al centro su hijo tendido inconsciente con sangre escapando de una herida en su cabeza, los paramédicos intentando todo lo posible por evitar que la mujer moviese el cuerpo de Aiden. Devastador tanto para ella como para Spencer, que una vez en el hospital sólo podía culparse de no haber sido capaz de cuidar a su único hijo. Aiden estaba conectado a varias máquinas, un pronóstico que no resultaba alentador para absolutamente nadie.

El joven cayó en coma debido al golpe que recibió, y se mantuvo en este estado por varios meses, mismos en los que el matrimonio de Spencer comenzó a desestabilizarse. Su esposa comenzó a alejarse de él, a buscar consuelo en pastillas y psicólogos, pues el estado actual de su hijo no era nada agradable. Con el paso del tiempo, y tras morir ella después de una sobredosis de antidepresivos, Spencer supo que no podía dejar que las cosas se quedaran así.

Haciendo uso de su licencia como científico consiguió hacer que Aiden fuese trasladado a su laboratorio, donde día tras día buscaba la manera de transferir la mente de ese joven a un chip de inteligencia artificial, un prototipo de androide que construyó no hace mucho tiempo, destinado a ser precisamente el protector de Aiden cuando éste era pequeño, mas el proyecto quedó a poco de finalizar. Era una carrera contra el tiempo, el cuerpo del muchacho comenzaba a deteriorarse, los médicos que aún seguían su estado estaban convencidos de que en cualquier momento habría que desconectar a Aiden. Pero Spencer no se rindió, consiguió transferir la memoria de su hijo junto a sus conocimientos y los combinó con el programa que tenía preparado para ese androide.

Era único en su tipo, y lo programó para convertirse en una máquina que sirviera a la policía, cumplir el sueño de Aiden de convertirse algún día en un detective. El cuerpo del muchacho al fin pereció, sufrió muerte cerebreal y fue desconectado por su propio padre tras dos meses de trabajo, cuando Aiden cumplía 18 años de edad. El androide recibió el mismo nombre, Aiden Matthews, mas un error causó que las memorias transferidas quedasen relegadas en alguna parte de su programa. No pudo recuperarlas, pero Spencer no le tomó importancia, decidió que era mejor que se mantuviese así hasta que la misma máquina diese con el algoritmo para un posible reinicio. Pasaron apenas dos años, Spencer murió debido a la tristeza al no poder comparar a ese robot con su hijo, al no encontrar en él a Aiden. El androide fue vendido al departamento de policía tan solo unos días antes de que su creador falleciera, manteniendo así el programa que se esperaba en algún momento lograr reproducir. Pese a que era sólo una máquina, sintió un profundo dolor cuando supo que se mantendría solo en ese mundo.

— El modelo dado como prototipo es RK-800 serie 1, modelo único.
— Es capaz de analizar muestras de ADN en tiempo real y en cuestión de segundos con sólo obtener un poco de fluido corporal.
— Tiene una voz que muchos catalogan como "tonta", pero en realidad es relajante escucharle hablar.
— Sabe hablar cualquier idioma que se le solicite.
— Muchas veces se ha preguntado qué significa sentir "empatía". Quizás algún día lo descubra.
— Ha sido asignado a un oficial de policía para ser su compañero en investigaciones criminales. Trata de llevarse bien con él en todo momento, pues considera admirable su trabajo.
— Está convencido de que es una máquina, no un ser vivo. Ésto se debe en gran parte a que las memorias del muchacho conocido como Aiden Matthews siguen perdidas en su código, y predomina el programa impuesto.
— Es un androide de última generación. Su creador lo consideraba el trabajo de su vida al equiparle con todo lo necesario para sobrevivir por su cuenta, incluido un sistema de energía renovable por sí misma. Sin embargo, si la matriz de éste sistema es removida, una pieza que simula un corazón humano, el androide se apagará en cuestión de minutos.
— Le agradan los animales, sobre todo los perros.
— Es algo entrometido, pero no es por ser malo o cosas por el estilo, sino porque es demasiado curioso con sus alrededores.