King of the Underworld — ID

Rey del Inframundo, cuyo poder soberano controla el destino de las personas y decide cuándo les ha llegado su hora. Se esperaría la soberbia y el egoísmo en una persona con ese poder, con una responsabilidad tan grande; nada más alejado de la realidad con este hombre. Aegeus es un ser que, a grandes rasgos parece una persona carente de sentimientos que podrían considerarse humanos. Si bien es capaz de sentir empatía por los demás luego de tanto tiempo con un corazón frío como el hielo, eso que demuestran normalmente como felicidad, tristeza y demás son cosas que le cuesta mucho expresar; no es que no lo sienta, es que se le hace más difícil de lo normal. Y es que como rey del inframundo, debe mantener una postura absoluta de neutralidad ante toda persona con la que se encuentre, debido a que una vez ha llegado su tiempo, es él quien deberá ir a tomar sus almas y hacerles tener ese merecido descanso eterno.

Pero es bien sabido que este hombre por más hueso duro de roer que sea en un comienzo, la cruda realidad es que es alguien afligido por el amor, por la miseria que debe pasar día a día. Desde aquel encuentro con Orfeo que ha tenido dificultades con su trabajo y especialmente con aquella persona con la que se siente profundamente enamorado. Y si bien sigue haciéndose difícil que demuestre muchas emociones, lo que carece en cuanto a palabras lo demuestra en acciones que por más pequeñas que puedan parecerle a algunos, para él es un gran paso y de hecho... espera con todo su ser que la persona a la que va dirigido dicho gesto lo entienda como tal, y no como algo mundano y desinteresado.

Tiene un humor un tanto particular, no es que todo el tiempo sea un hombre serio... pero suele reírse de las cosas más incorrectas, ya que le halla ironía a todo en la vida; especialmente a la muerte. Alguien que tiene tantos deseos de vivir, él mismo considera que se lo merece. Pero no es lo mismo merecer a que le corresponda... son dos cosas muy diferentes, y por más que él quiera hacer algo al respecto, su deber es mantener el equilibrio entre los vivos y los muertos a como de lugar. Más aún a sabiendas de que los dioses han estado haciendo tantos estragos en el mundo hoy en día.

Generalmente se mostrará como un hombre distante, alguien reservado no solo con sus sentimientos pero también a la hora de relacionarse con los demás si es que se le presenta la oportunidad. Pero hay con alguien en específico que será como realmente debería ser él. La única persona en todo este universo que es capaz de sacarle una sonrisa por más pequeña que sea; su Perséfone. Aquella mujer con la cual si bien no empezó su relación en buen pie, a medida que han pasado los años ha hecho todo lo que estuvo a su alcance para convencer a aquella mujer, la Reina del inframundo de que su amor hacia ella es sincero, incluso cuando muchas veces tengan conflictos justamente por esto, debido a que su deber y deseo son dos cosas totalmente diferentes. Él desea que ella siga a su lado, y si bien en un principio fue así porque fue un secuestro, actualmente le ha dejado más libre albedrío a su esposa... confiando en que terminará volviendo a él.

Siente debilidad por ella, más que nada en decisiones, ya que una vez ella decide brindarle un favor a alguien como ver a un ser querido nuevamente... difícilmente Aegeus se oponga a esto. Una porque generalmente no le ve sentido llevarle la contraria, y otra porque si lo llega a hacer terminaría más en problemas él que ella; prefiere no apelar a la furia de su esposa.

Pero cuando él se enoja, es cuando peor se pone la situación para todos en general. Siendo un hombre tan paciente y sereno en todo lo que hace hasta cuando debe llevarse las almas de aquellos más inocentes, una vez hacen algo que incite a Aegeus a enojarse, conocerán lo que es el verdadero terror. Misericordia, empatía, todos estos sentimientos se desvanecen por completo, siendo reemplazados en cambio por odio, despecho, furia, cuánto sentimiento intenso se les pueda ocurrir y no tendrá descanso hasta reparar aquel error que le han hecho, incluso si esto significa tomar la vida de un dios. Porque es celoso, rencoroso en todos los sentidos y más de una vez se ha revelado contra dioses compañeros con tal de hacer lo que a él le parece correcto si en su enfurecimiento lo piensa así. Es mejor no cruzarse en su camino de destrucción cuando su enojo aún está latente, porque nada asegura tu salud mental o física si resultas solo un estorbo a la hora de la verdad.

Imágenes:

Desde tiempos inmemorables, la presencia de Hades en el mundo siempre se ha sentido. Sea porque el tiempo de un ser querido ha llegado a su fin, o simplemente por la mera mención de aquella deidad, soberano del inframundo. Hijo de Cronos y Rea, tras haber sido liberado por su hermano Zeus y derrotado a los titanes de manera definitiva, se encargó de mantener un equilibrio en el mundo con tal de que los muertos tuvieran su merecido descanso y aquellos que habían obrado de maneras egoístas o crueles ardieran en la eternidad del Tártaro. Sus maneras siempre fueron sinceras, y más que ser considerado un dios malvado, se le veía como alguien altruista, alguien que entendía del equilibrio y de la empatía. Los sentimientos de los demás, aunque él no fuera capaz de hacerlo.

Le era complicado comprender las relaciones sentimentales que él en aquel entonces consideraba mundanas, mortales. No fue hasta que supo de la existencia de Perséfone, que en un arrebato de sentimientos se la llevó al inframundo consigo, declarándole su consorte definitiva y con el pasar del tiempo incluso la Reina del Inframundo. Las cosas nunca fueron fáciles entre ellos dos, muchas veces siendo considerado su acto de amor por un rapto, algo egoísta y carente de moral, incluso siendo capaz de engañarla al brindarle un gajo de granada para que comiera... a sabiendas de que esto la haría volver a él por toda la eternidad. Era justamente eso lo que necesitaba. Tal como el ablandar de su corazón cuando escuchó por primera vez la música que Orfeo componía para su amada, lamentándose su pérdida día y noche por años antes de tener la oportunidad de volver a encontrarse con ella.

Si bien siempre hubo conflictos con otras deidades incluso de otros panteones, Hades continuaba manteniendo a toda costa esa neutralidad de la que, a pesar de todo, se sentía orgulloso de poseer. Tal vez un poco egocéntrico sonaría, pero nada más alejado de la realidad. Hades reinaba sobre los muertos, con la ayuda de otros sobre los que tenía completa autoridad. Prohibió estrictamente a sus súbditos abandonar sus dominios y se enfurecía bastante cuando alguien lo intentaba, o si alguien trataba de robar almas de su reino.

Actualmente sigue en el inframundo, debido a que si bien la destrucción inminente del mundo a mano de las deidades y aquellos seres que los apoyan trae gran dolor a la humanidad, su trabajo es y siempre será el de llevar las almas de aquellos muertos a su respectivo lugar en su reino. Sea a los campos elíseos, o al tártaro. Comprende a la perfección que su esposa ha decidido pasar más tiempo en los jardines colgantes, en la ciudad que ahora es llamada Elysium... y si bien no es una decisión que acepte ciegamente, siente que no tiene otra opción ya que como ella, él tiene que seguir cumpliendo su principal deber y ser justo a todo momento.

Si bien es algo que solamente un mortal disfrutaría generalmente, beber café le gusta mucho.
Cuando su esposa vuelve del mundo de los mortales.
Las personas que aceptan su destino a la hora de la muerte.
Cuando Perséfone no está de mal humor.
Recorrer ocasionalmente el reino de los vivos, le causa curiosidad. Aunque casi nunca lo hace.

✘ No le gustan mucho las sorpresas. Excepto cuando vienen por parte de Perséfone.
✘ Ares; todo lo que concierne a esta deidad.
✘ Cuando Perséfone está enojada, especialmente con él.
✘ El no poder expresar sus verdaderos sentimientos a su esposa y su hija.
✘ Las personas cobardes, que no quieren aceptar su muerte.