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So embrace the darkness and I will help you see That you can be limitless and fearless if you follow me. We are the lions in a world of lambs
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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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Épsilon - [Priv. +18]

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por Aeronwen Garland Mar Sep 18, 2018 5:56 am
Épsilon


-Tres días antes…

Un pequeño grupo de cuatro jóvenes ladrones se reunió después del anochecer en medio de las calles empedradas de los vecindarios costeros de Alejandría. De entre todas las propiedades en la zona, encontraron una que lucía vacía y silenciosa desde hace ya un par de noches. Según parecía, no había nadie en el interior, ni siquiera perros guardianes que resguardaran la residencia. El domus se encontraba custodiado únicamente por un muro de piedra que no superaba los dos metros y medio de altura. Para aquel grupo de jóvenes ya experimentados, hurtar el lugar no sería difícil.

- ¿Quién va primero? - Pregunto uno de los jóvenes al resto.

- ¿Por qué no vas tú primero? - Respondió otro. – Después iremos Alesky y yo. Basil puede quedarse a vigilar.

- Bien… Ayúdenme a subir.

- Una vez puestos de acuerdo, Colson, el primero del grupo y líder de este, trepo al muro con ayuda de Alesky y Deion. Permaneció en la sima sentado al centro con las piernas de lado a lado, se inclinó hacia abajo y estiro su mano mientras Deion subía a la espalda de Alesky para alcanzarle.

- ¡Rápido! Exclamo Basil nervioso.

-De pronto y por un instante, la luz de los faros de un automóvil que había doblado la esquina y que se aproximaba a ellos les segó. Temeroso de ser atrapado en el acto, Basil quien era el menor del grupo, corrió despavorido sin previo aviso. Apresurados, Alesky y Deion lo siguieron, lo atraparon de los hombros y sin demorar fueron a esconderse detrás un auto aparcado en la acera del frente. Por su parte, Colson bajo al otro lado del muro y aguardo hasta que el vehículo se alejara lo suficiente.

No tomo mucho tiempo para que el automóvil se perdiera entre las calles venideras sin que el conductor o sus pasajeros notasen el grupo de chicos, sin embargo, Basil parecía no estar seguro de querer seguir con el atraco, Deion y Alesky trataban de animarlo a volver, pero cuando por fin comenzaba a reconsiderarlo, un estallido metálico y estruendoso los tomo por sorpresa; pronto se percataron de que dicho sonido estrepitoso provenía de la propiedad que intentaban hurtar, desconcertados observaron a lo alto una llamarada de fuego y cenizas que se elevaba desde el centro de la edificación, era claro que el lugar no estaba vacío y que de irse era el momento.

Mientras los demás aguardaban a Colson, este con apuro se dirigió al portón confiado de poder salir trempando por los barrotes, desafortunadamente se dio cuenta de que no había nada le permitiera subir e incluso que el espacio entre uno y otro era demasiado angosto siéndole imposible pasar entre ellos.

- Buscare otra salida... -Dijo a lo bajo un tanto inquieto.

-El resto, aunque extrañados, permaneció inmóvil observando a la distancia como Colson se adentraba en la morada. El joven de apenas diecinueve años, avanzo a paso lento por los alrededores, el lugar de nuevo aparentaba estar vacío y en silencio; de pronto, se detuvo al vislumbrar una fuente de luz que emanaba desde el interior de un atrio conectado al vestíbulo cercano a donde él se encontraba. Se oculto tras la pared y con cautela saco la cabeza para indagar en lo recóndito, para su sorpresa se halló contemplando una escena que le dejo atónito.

En aquel salón sostenido por pilares, un grupo de hombres y mujeres con el rostro cubierto, el cuerpo desnudo y con daga en mano, se encontraba reunido en círculo; cada uno de los presentes era acompañado por algún tipo de animal mientras miraban hacia el centro donde un caldero en llamas yacía flameante sobre un podio en un estanque poco profundo. Parada a la orilla a un costado, una mujer rubia y sin vestimenta alguna, permanecía inerte con los ojos en blanco mirando hacia el cielo despejado, con sus brazos cruzados por sobre su cabeza y los dedos de sus manos contorsionados.

- ¡Esta noche, el agua se convertirá en vino y las cenizas se convertirán en oro! ¡Recen a Paimon, Buné y Zepar, recen a todos ellos y sus sacrificios les traerán fortuna y riquezas! – Exclamo a lo alto un hombre de traje y cabello oscuro.

Por décadas William Astor ha ofrecido a las masas la oportunidad de obtener aquello que más codician, poder y opulencia; esa noche al menos un par de docenas se habían reunido en congregación, algunos atraídos ahí por su devoción y otros tantos por mera desesperación.

- Otorguen sus sacrificios y observen sus deseos materializarse.

-Tras esas últimas palabras cada uno de los ahí presentes entrego su ofrenda predilecta dejando fluir los ríos de sangre para verterse en el estanque tiñendo el agua de un rojo carmesí. Las flamas avivadas con los huesos de los muertos se elevaron una vez más antes de apagarse dejando una estela de humo atrás. Una vez que el fuego se extinguió Astor subió las escalinatas que llevaban al caldero y de un golpe lo derrumbo de su pedestal. Mientras caía para hundirse en el estanque, piezas de oro emergieron de su interior, estas se sumergieron en el agua que ahora emanaba el aroma del vino tinto.  

-Que demonios… -Susurro sin poder dejar de observar.

-Los miembros del grupo se dirigieron al centro, se inclinaron y bebieron del estanque. De forma repentina el rostro de la mujer se giró de manera abrupta hacia él como si sus palabras casi imperceptibles hubiesen llegado a oídos ajenos.

Vasto esa única mirada de aquel rostro fantasmal para que Colson corriera aterrorizado. Al poco tiempo de correr sin rumbo, encontró cerca del muro un pequeño cobertizo con cabras y gallinas. Tan rápido como pudo, subió al tejado espantando a las cabras que pronto comenzaron a balar alertando a los presentes. Agobiado salto para apenas poderse sujetar de la cima del cerco con ambas manos pudiendo a su vez mirar del otro lado del paredón. Suspiro con alivio y rio nervioso por un instante, pero cuando intento ascender con un empujón su pie resbalo y callo sobre el cobertizo destrozando el techo a su paso.

Aunque volvió a incorporarse con relativa rapidez, para Colson era demasiado tarde. Sus compañeros ya impacientes al escuchar su grito de pánico y desesperación simplemente huyeron dejándolo sin mirar a atrás.

- Lunes por la mañana.

Pasaba la hora del desayuno y Aeronwen se ocupaba de darles comida y agua a las aves y a los animales de corral. Además de ella y Coningham (un hombre viejo de ochenta años que es el encargado de la propiedad) no había nadie más en casa.

- El señor dejo esto para usted. – Dijo Coningham entregándole una nota escrita a Aeronwen.


    "Por razones de negocios he decidido viajar al Cairo. Volveré en una semana. Durante mi ausencia, procura ir al mercado, te he dejado una lista de compras en la cocina dentro del tarro de galletas. PD: Debido al intrusión de hace tres noches contrate a alguien que ayude a Coningham con la seguridad, el viejo ya no puede con el trabajo. El nuevo empleado llegara temprano por la mañana. -William."


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Aeronwen Garland
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por Tore Vie Sep 21, 2018 1:35 am
TORE
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  “-Domingo / por la tarde-”



El chico se encontraba sentado, en el sillón de la sala principal del departamento un poco desordenado, con una carta entre sus manos y una ceja arqueada observandola detenidamente, se dignó en abrirla con delicadeza para no romper el sobre, de pequeño este siempre ha tenido la manía de guardar los sobres para reutilizarlos o dejarlo para su colección, esos sobres eran dignos de su “admiración”. En esta carta se encontraba escrita tan solo una dirección  y una hora a la que debía cumplir y acudir en la mañana del día siguiente. Era curioso ya que no decía nombre ni nada, “¿Podría ser una chica que me esté llamando por X razón?” “O ¿alguien peligroso?” dichas preguntas lo nublaron por el resto del día dejándolo indeciso sin saber si ir o no .


 Dejando la ropa que se iba a llevar el día siguiente sobre el copete de su cama, esto se debía a que si este se decidía o mejor dico aventuraba a ir podía tener por lo menos la ropa en mano. Le preocupaba el hecho de que se parase tarde como de costumbre ya que le gusta dormir sus 15 horas completas lo que podría hacer que en la mañana estubiese con dolor de cabeza, molesto tal vez o simplemente las dos. Sin mas nada en que pensar apagó la luz del cuarto y se echo a dormir algo ansioso de lo que sucediera la mañana siguiente.





“-Al día siguiente/ 5:24 am-”


Hacía años que Tore no se levantaba tan temprano, no lo podía creer ni el. Andaba como un zombi , su sueño y algo de cansancio lo acompañarían al pobre por toda la mañana. Ya vestido y preparado para salir le dio el último sorbo a su taza de café mañanera. Mientras salia tropezó con una de las cajas que tenía en medio del pasillo que dirigía hacia la puerta principal soltando un par de maldiciones antes de salir de su hogar sin saber lo que le esperaba.



  En  camino al lugar, pudo recordar que en estos días no ha estado del todo motivado para seguir dibujando era algo frustrante no motivarse de alguna manera y más si te exigen hacerlo, es como si te gustase hacer algo y después de un tiempo te siguen exigiendo que lo hagas pero ya te cansaste de hacerlo y no le ves interés alguno. En simples palabaras es lo que le pasaba, pero no es el chico que se quedaría sin hacer algo búscaria la manera de estar en constante movimiento aun así sea retomar los estudios, aunque eso era complicado ya que no le gustaba leer ni hacer exámenes, además ya tiene 24 años ya no hay oportunidad de retomarlos, Todo menos estudios.




“-Llegando al sitio de encuentro/ 7:10 am-”


Ya estaba demasiado lejos de su hogar, se sentía exhausto por el viaje, bajarse una y otra vez de distintos transportes, ya que cada uno de ellos tiene su punto final  en su ruta, hubo una parte en la que tenía que caminar un lugar algo rural y con su guia “Gps” podía guiarse poco a poco hacia el punto de encuentro donde habían acordado estar. Su reloj marcaba las  7:12am un poco más temprano a lo concordado.


En el fondo sentía ansias de saber que podría suceder ese día. . .

 
Faniahh/Lala/Cyalana


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Tore
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por Aeronwen Garland Lun Sep 24, 2018 5:14 pm
Ambos, a pesar de vivir juntos, actuaban bajo su propio ritmo, deseos y metas particulares. Se puede decir que eran lo suficientemente independientes como para poder funcionar en usencia del otro, pero aun lo bastante codependientes como para no querer alejarse por demasiado tiempo. Para William, desaparecer y dejar notas atrás tales como esa era costumbre, incluso solía dejarlas cuando estaba presente para comunicarse por medio de palabras escritas cuando no tenia el deseo de hablar, para recordar cosas importantes, o simplemente para decir aquello que le causaba tanto conflicto en expresar.

No fue sorpresa alguna para Aeronwen darse cuenta de que una vez más William se había marchado sin previo aviso, su ausencia en el desayuno le dio un indicio de que tal vez no lo vería hasta el anochecer; nunca se imaginó que se ausentaría más de lo previsto.

Se guardo la nota en el bolsillo derecho de la falda de su vestido y se dispuso a finalizar sus labores en el jardín. Una vez hecho esto, se dirigió a la cocina, se lavó las manos en el fregadero y camino hasta el frigorífico para tomar el tarro de galletas sobre el y coger la lista de compras de su interior. La lista escrita en tinta negra sobre papel manila incluía una gran variedad de artículos, entre ellos: granos, vegetales, especias y licores. Era obvio que se habían quedado escasos de provisiones durante la reunión del fin de semana pasado, mismo que venia ocurriendo de forma habitual una vez al mes.

Aun en espera del nuevo empleado, Aeronwen comenzó a prepararse para salir al mercado local, recogió canastos y bolsos de mimbre de la cocina y los llevo hasta la parte trasera de una antigua camioneta de color verde olivo del año 1941. Coningham revisaba el motor como era de costumbre antes de salir cuando de pronto se escuchó a la lejanía el timbre del teléfono en el estudio. De inmediato la chica se encamino hasta el lugar y levanto la bocina.

-Hola. -Dijo ella atendiendo la llamada.

-Soy yo…- Respondió William con tono neutro. – Es probable que me ausente más de lo previsto... ¿Ya llego el nuevo empleado?

-No, aun no. ¿Todo esta bien? -Pregunto con cierta tranquilidad.

-Tal vez este fuera poco más de una semana. -Ignoro la pregunta y aclaro sin aparente emoción. – En el cajón izquierdo de mi escritorio deje una carta con instrucciones para él. -Dijo refiriéndose al empleado que estaba por llegar. – No te preocupes por pagarle, ya me he encargado de eso. Volveré cuando sea posible.

-Está bien. Ten un buen viaje. – Añadió antes de que la llamara terminara.

-En circunstancias diferentes con personas distintas aquello podría haber sido una señal clara de que algo malo estaba ocurriendo, pero ese no era el caso, aun si lo fuera, William no lo admitiría. Ninguno deseaba involucrar al otro en sus problemas personales, mucho menos él, quien al final resultaba ser el más reservado de entre los dos.  

Colgó el teléfono y busco en él cajón del escritorio la carta para el nuevo trabajador, esta se encontraba dentro de un sobre marcado puesto arriba de un anotador junto a un estuche de bolígrafos, cundo lo tomo y le observo, noto que, aunque cerrado, el sobre no se encontraba sellado, no obstante, se limitó a guardarlo en su bolsillo y llevarlo consigo hasta que pudiera entregarlo a su respectivo propietario. El reloj marco las 7:15 de la mañana, y el empleado parecía aun no estar cerca de tocar el timbre de entrada.

Salió por la puerta principal y camino hasta el portón, lo abrió para llegar a la acera, justamente en ese momento y por mera casualidad el mensajero pasaba por la ruta. Lo saludo a la distancia y sonrió con jovialidad mientras este se aproximaba a donde ella en su pequeño camión de reparto. El hombre de al menos unos 60 años la saludo con la misma calidez una vez que se estaciono y bajo del camión. Con paso oscilante y con cierta dificultad descargo un grupo de cajas de gran tamaño en una carretilla, fue hasta ella dejándolas a su costado y le entrego en una hoja un reporte de entrega a firmar.

-Firme aquí y aquí. – Y así según él le indico ella firmo. – Eso es todo. Tenga un buen día señorita. – Dijo con amabilidad para después volver a su ruta de entregas.

-Gracias e igualmente.

-Y así sin más, trato de tomar la primera caja de la pila con la intención de llevarla a dentro pero el peso significativo de esta y posiblemente del resto, ni siquiera le permitió levantarla desde abajo con los dedos. Como pudo, se abrazo de ella logrando alzarla y llevarla consigo hasta la mitad de camino, a partir de ahí sus brazos comenzaron a ceder con el peso y sus piernas tambaleantes a flexionarse, casi como si la caja misma estuviese a punto de caerle encima.
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Aeronwen Garland
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