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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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Meeting a Rose among roses [Priv. Pale Rose]
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por Ichigo Sáb Jul 28, 2018 7:32 pm
S
u día había comenzado temprano, antes de que el astro rey hiciera acto de aparición en la isla. Ichigo abrió sus ojos, haciendo que su mente pasara de modo de hibernación a activo. Era algo que hacía todas las mañanas y se le podría dar el nombre humano de “rutina”. Su activación matutina sucedía un par de horas antes de que su señor despertara de su sueño, y eso le daba el tiempo suficiente para dar una vuelta de vigilancia al terreno de la granja, colocar el alimento de los animales, regar las plantas que requerían de su cuidado y regresar a tiempo para comenzar con el desayuno de Alec. Al ser domingo decidió preparar algo rico y comercial, como veía en la televisión, un tradicional desayuno americano con pancakes, tocino, huevos revueltos y jugo de naranja. En conjunto el valor nutricional de esos alimentos no era del todo buena, pero servía para darle una imagen atractiva y colorida a la mesa. Si bien no necesitaba comer, a su amo le desagradaba verla sentada en la mesa observándolo comer, por lo que ella también tenía un plato con pequeñas porciones que eran consumidas y luego incineradas en su estómago. Ese día, el dúo decidió hablar de los nuevos trabajos que harían en la granja y que sería una buena idea crear el espacio para un jardín. A Ichigo le pareció una idea encantadora, su sistema respondía bien a los colores. Por eso Alec la envió a la ciudad para investigar los precios de semillas en las floristerías y a echar un ojo en los parques recreativos.
Lo primero que visitó en la ciudad fueron las floristerías para preguntar los precios de las semillas y los utensilios, además de conseguir uno que otro consejo casero que tal vez no estaba guardado en su banco de memoria. La última encargada le dio toda una declaración de consejos que la androide apuntó en una libreta, aunque podía depender del modo de grabación, Alec prefería que hiciera la mayoría de sus tareas con humana naturalidad. Así fue cuando luego del medio día llegó al parque, en especial el lugar donde había un pequeño laberinto de plantas podadas con formas de animales, enredaderas y flores de todos los colores. Había una fuente y espacio para sentarse, y era un lugar agradable para caminar y divertirse. Pero quizás por el Sol de la tarde no había muchas personas en aquel lugar.
Ichigo parpadeó, tomando una fotografía para que fuera guardada en su banco de memoria, pero se detuvo al recordar las ordenes de su amo. Debía dibujar, no tomar fotografías. Por eso se sentó en uno de los bancos y de su mochila sacó un cuadernillo y un lápiz. Sus manos comenzaron a trabajar rápidamente en un bosquejo de un muro hecho de hojas de un color verde profundo con rosas enredadas. Un fondo perfecto para alguna escena romántica. —Algo así para el jardín… Sería bueno…— Murmuró alegre mientras dibujaba. Como había pensado en la pareja compartiendo un beso, agregó esa idea a su bosquejo. Sospechosamente, los modelos se veían muy parecidos a ella y a su señor, y para cuando se dio cuenta de eso lo único que pudo hacer fue comenzar a reírse sola. Risa que se detuvo cuando su sensor de proximidad percibió que se acercaba algo.
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Ichigo
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por Pale Rose Mar Ago 07, 2018 8:12 am
El día había comenzado con mal píe, puesto que unos ruídos la sacaron de su modo de hibernación, a ella y al resto de de robots que se encontraban en l habitación con ella. Parecía que había problemas fuera, puedo deducir que entre los propios jefes estaban discutiendo y lanzándose objetos, era muy normal. Sobretodo cuándo aquello era un trabajo familiar, pues había sido fundado por dos hermanos, y también se encontraba la mujer de uno de ellos, puesto que ella normalmente hacía que ambos hermanos discutiesen, era normal las peleas.
Se levantó de la mesa en la que descansaba, desconectando un pequeño cable que percibe si hay algún error en su sistema mientras está hibernando, solucionándolo al instante, o informando de si ha entrado algún tipo de virus. Articuló su cuerpo, simulando un estiramiento humano y luego llevó la palma de su mano a su cabello, acomodándolo ya que había quedado despeinado de la dura y fría mesa. Miró hacia un lado, observando a una de las androides que aún descansaban, ella estaba apagada. Era lo que se podría llamar su mejor amiga en aquel entorno, e iba a ser vendida. El comprador había decidido resetearla, quería que la programasen a su antojo.
Decidió acudir a la única ventana que había en la habitación, abriéndola y pudiendo notar el aire de la mañana alborotar su cabello artificial. No podía sentirlo del todo, pero era bastante agradable para ella. La hora de trabajar comenzaba, habitualmente si no le encargaban algo, se dedicaba a limpiar la empresa de trabajo, es decir, el local donde se encontraban. Tomó un trapo y un pequeño spray que contenía alcohol y otras sustancias, lo cual desinfectaría cualquier cristal, su trabajo ahora mismo sería limpiar las cristaleras del exterior, ya que no podía ejercer el mismo trabajo todos los días, al menos podía estar en el exterior, normalmente prefería tomar ese tipo de trabajos, ya que podía escuchar el caminar de las personas, el cantar de las aves, las hojas de los árboles moverse al pasar del viento...
Alguién llamó su atención, un trabajador se acercó a ella, encargándole una tarea, habían llamado desde el ayuntamiento encargando el trabajo de ir a un parque bastante transitado para poder las malas hierbas que habían salido. -¡Pale Rose! Necesito que vayas a esta dirección y podes las malas hierbas, un encargado de la zona te indicará la zona que debes arreglar.- Más que amistosamente, tenía un hablar bastante frío, y sólo le entregó la dirección de dónde debía acudir. Acudió al lugar indicado después de terminar rápidamente con su trabajo anterior, encontrándose con un hombre, el cual parecía ser bastante simpático. -¿Eres la androide que nos mandaron?- Preguntó el hombre, respondiéndose a si mismo ya que obviamente ella no parecía una humana, por su aspecto forzado de androide. -Sí señor, vine a trabajar para ustedes.- Miró alrededor, pudiendo ver varios setos bastante mal cuidados. El señor sonrió un poco y se alejo varios metros, para tomar algunas herramientas y dárselas finalmente. -Quiero que podes los setos que ves más descuidados, no hemos podido encargar servicio últimamente, pero ya es hora de dar un buen servicio y espacio a la comunidad. Esta imagen no es típica de este lugar.-
Comenzó a hacer el trabajo indicado, no le habían pedido una forma en concreto, pero se percató de que había mucha vida animal alrededor,habían pequeños pájaros, ardillitas... Así que les dio formas similares a los setos, aves, roedores, caninos... Caninos porque podía ver personas pasear a sus pequeñas mascotas caninas. Esto daría un entorno más agradable y familiar al parque, y una zona así es para relajarse. Finalmente encontró un pequeño muro con rosas enredada en él, pero algunas de ellas ya se habían marchitado, así que decidió darles una manita y quitar las que ya no podrían salvarse, se metió al interior del mural, podando también desde dentro ya que debía dar un servicio completo y no solo lo que se vería desde el exterior. Pero algo llegó a su oídos, una risa... ¿Se encontraba al exterior de aquel mural? Sentía curiosidad de quién se encontraría allí, así que decidió salir, encontrándose con una chica. ¿Era humana? No podía detectar sensación humana en ella, su pecho no se llenaba de oxígeno y lo expulsaba, había algo diferente en ella. Se mantuvo mirándola con curiosidad, pero sin deir nada, ya que había una gran diferencia en ellas en ese momento, la extraña chica estaba descansando, dibujando por lo que parecía ser, y Pale Rose trabajaba.
Se levantó de la mesa en la que descansaba, desconectando un pequeño cable que percibe si hay algún error en su sistema mientras está hibernando, solucionándolo al instante, o informando de si ha entrado algún tipo de virus. Articuló su cuerpo, simulando un estiramiento humano y luego llevó la palma de su mano a su cabello, acomodándolo ya que había quedado despeinado de la dura y fría mesa. Miró hacia un lado, observando a una de las androides que aún descansaban, ella estaba apagada. Era lo que se podría llamar su mejor amiga en aquel entorno, e iba a ser vendida. El comprador había decidido resetearla, quería que la programasen a su antojo.
Decidió acudir a la única ventana que había en la habitación, abriéndola y pudiendo notar el aire de la mañana alborotar su cabello artificial. No podía sentirlo del todo, pero era bastante agradable para ella. La hora de trabajar comenzaba, habitualmente si no le encargaban algo, se dedicaba a limpiar la empresa de trabajo, es decir, el local donde se encontraban. Tomó un trapo y un pequeño spray que contenía alcohol y otras sustancias, lo cual desinfectaría cualquier cristal, su trabajo ahora mismo sería limpiar las cristaleras del exterior, ya que no podía ejercer el mismo trabajo todos los días, al menos podía estar en el exterior, normalmente prefería tomar ese tipo de trabajos, ya que podía escuchar el caminar de las personas, el cantar de las aves, las hojas de los árboles moverse al pasar del viento...
Alguién llamó su atención, un trabajador se acercó a ella, encargándole una tarea, habían llamado desde el ayuntamiento encargando el trabajo de ir a un parque bastante transitado para poder las malas hierbas que habían salido. -¡Pale Rose! Necesito que vayas a esta dirección y podes las malas hierbas, un encargado de la zona te indicará la zona que debes arreglar.- Más que amistosamente, tenía un hablar bastante frío, y sólo le entregó la dirección de dónde debía acudir. Acudió al lugar indicado después de terminar rápidamente con su trabajo anterior, encontrándose con un hombre, el cual parecía ser bastante simpático. -¿Eres la androide que nos mandaron?- Preguntó el hombre, respondiéndose a si mismo ya que obviamente ella no parecía una humana, por su aspecto forzado de androide. -Sí señor, vine a trabajar para ustedes.- Miró alrededor, pudiendo ver varios setos bastante mal cuidados. El señor sonrió un poco y se alejo varios metros, para tomar algunas herramientas y dárselas finalmente. -Quiero que podes los setos que ves más descuidados, no hemos podido encargar servicio últimamente, pero ya es hora de dar un buen servicio y espacio a la comunidad. Esta imagen no es típica de este lugar.-
Comenzó a hacer el trabajo indicado, no le habían pedido una forma en concreto, pero se percató de que había mucha vida animal alrededor,habían pequeños pájaros, ardillitas... Así que les dio formas similares a los setos, aves, roedores, caninos... Caninos porque podía ver personas pasear a sus pequeñas mascotas caninas. Esto daría un entorno más agradable y familiar al parque, y una zona así es para relajarse. Finalmente encontró un pequeño muro con rosas enredada en él, pero algunas de ellas ya se habían marchitado, así que decidió darles una manita y quitar las que ya no podrían salvarse, se metió al interior del mural, podando también desde dentro ya que debía dar un servicio completo y no solo lo que se vería desde el exterior. Pero algo llegó a su oídos, una risa... ¿Se encontraba al exterior de aquel mural? Sentía curiosidad de quién se encontraría allí, así que decidió salir, encontrándose con una chica. ¿Era humana? No podía detectar sensación humana en ella, su pecho no se llenaba de oxígeno y lo expulsaba, había algo diferente en ella. Se mantuvo mirándola con curiosidad, pero sin deir nada, ya que había una gran diferencia en ellas en ese momento, la extraña chica estaba descansando, dibujando por lo que parecía ser, y Pale Rose trabajaba.
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Pale Rose
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Fecha de inscripción : 12/07/2018
por Ichigo Dom Ago 12, 2018 4:22 pm
I
chigo pausó la ejecución de su tarea. Los movimientos que habían captado su sensor provenían justamente del muro de hojas y rosas. Con expectante curiosidad esperó a que el autor de la distracción se revelara, pues su sistema no podía deducir del todo la naturaleza de quien se aproximaba. Había movimiento y provocaba sonidos al andar, también generaba calor, pero no el mismo tipo de calor que un ser común. De no ser por la existencia de seres sobrenaturales, automáticamente habría llegado a la conclusión de otro organismo mecánico, pero con los acontecimientos actuales nunca era bueno generalizar.La incertidumbre inicial se vio tranquilizaba al emerger la figura de un ser artificial con apariencia femenina. Ichigo la observó detenidamente, ladeando ligeramente su cabeza y mostrando una expresión de curiosidad no amenazante. Al verla pudo deducir que sí, después de todo era un androide como ella, más el diseño de su apariencia era algo que no había visto. Era muy común ver androides con un diseño en extremo apegado a la fisonomía humana; pieles de coloración común donde, quizás, lo más fantasioso podía ser el color de ojos y cabello. Sin embargo, la recién llegada tenía una apariencia especial, una muy alejada de lo natural, pero enmarcada con las tonalidades de la naturaleza, no era para nada chocante.
—¡Hola! ¡Hoooola!— Ichigo no se pudo contener y comenzó a saludar con simpática energía, dejando sus utensilios de dibujo a un lado y agitando ambas manos. —¿Tu programación te deja hablar conmigo? Es primera vez que me encuentro con un androide, ojalá puedas hablarme.— Por suerte la emoción le permitió recordar que no todos estaban programados con la libertad de actuación que tenía ella. Con algo de prisa, que sólo se podía comparar a la de un cachorro cuando encontraba algo nuevo, se acercó al androide para verla más de cerca. De ser un ser un animalito de seguro estaría meneando la cola sin parar. Las pupilas de sus ojos se movían a cada punto de la figura ajena para captar cada detalle.
—Mi nombre Ichigo. Es un gusto, de verdad que sí. ¿Tienes un nombre? ¿Cuál es tu nombre?— Deseaba con todo su sistema y los transistores que lo componían que la androide de apariencia peculiar pudiera responderle. —Somos iguales, aunque no tan iguales. Pero supongo que debes de percibirlo, jeje… Pero es tan bueno encontrar a alguien similar. ¿Tienes mucho tiempo viviendo aquí o te construyeron en la isla? Yo llegué del mundo exterior. Tienes un diseño muy lindo, tu creador debe de ser muy ingenioso.— Todo aquello lo dijo en el espacio de un minuto, tal vez menos, dando un claro ejemplo de vómito verbal. Igual, todo lo que dijo lo expresó con claridad, sin tropezarse en las palabras como quizás le sucedería a un humano.
Estando lo suficientemente cerca y como se dispuso a tomar nota de los detalles, se dio cuenta que su nueva conocida llevaba consigo unas tijeras para podar. La expresión de su mirada se iluminó, algo muy extraño en un ser artificial, pero Ichigo había aprendido por medio de los programas de televisión a lucir humanamente alegre y emocionada. —¡Cuidas del jardín!— Exclamó alegremente al creer haber dado en el clavo de la tarea primordial de su igual. —¡Hermoso! Yo también cuido en mi hogar. Cuido de siembras y animales.— Reveló, a pesar de que no era necesario y todavía no le habían preguntado.
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Ichigo
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por Pale Rose Vie Ago 31, 2018 11:35 pm
Aquella joven androide le estaba abrumando con tanta pregunta, pero simplemente permanecía quieta y callada, esperando el momento en que ella callase y tener oportunidad de articular alguna palabra. Pale Rose había pasado muchos años conviviendo con humanos en "libertad", pues al fin y al cabo un androide nunca es libre del todo. Había aprendido a cómo responder en momentos buenos y malos, incluso podía llegar a ser borde, una maleducada, pero había aprendido que eso era ofender, y una ofensa hacía daño emocional al receptor. Ichigo... Ichigo se llamaba ella. -Ichigo...- Dijo, callándose nuevamente. Ciertamente, tenía curiosidad por ella, pues en su caso sí había conocido muchos androides, pero todos tenían una programación básica, no había tenido la oportunidad de encontrar alguno que fuese capaz de mantener una conversación razonable.
-Ichigo...- Repitió, inclinando hacia un lado su cabeza, y finalmente mostrando un pequeño gesto, parecía tratar de sonreír, pero apenas se apreciaba. No era por falta de articulaciones faciales, simplemente... Simplemente Pale Rose no es que fuese demasiado amigable con los demás a menos de conocer y analizar durante un tiempo. -Mi creador me llamó Pale Rose.- Fijó su mirada en el cuaderno de la chica, amplificando su lente y pudiendo ver cada detalle sin acercarse demasiado. -Iguales...- Ahora sí ensanchó sus labios en forma de sonrisa, aunque más bien parecía una mueca de querer reír. -Tú pareces ser libre. Yo no lo soy, es una gran diferencia.-
Al contrario que Ichigo, ella hablaba de una manera calmada, su personalidad era relajada casi siempre. Le molestaba los ruídos, y cuándo aquella desconocida hablaba tanto y tan rápido le incordiaba un poco, así que dio una leve palmada al aire, tratando así de evitar que dijese algo más. -No fuí creada aquí. Vengo de fuera...- Ladeó su mirada, recordando un poco el cómo llegó a la isla. Algo logró llamar su atención, parecía que compartían algo en común, el amor por la naturaleza. -La naturaleza es mi pasión, plantas, pequeños animales a los cuales tengo el deber de proteger... ¿Y plantas alimentos? ¿Qué animales tienes allá dónde vives?- Su atención había sido captada, pero aún así se dio media vuelta y continuó podando los setos, ya que tenía un límite de tiempo.
Ahora su atención ya no se centraba solo en su trabajo, esperaba con ansias una respuesta de aquella chica, ya que ella no podía disfrutar de un lugar donde poder convivir con la naturaleza, ya que sus jefes realmente ignoraban todo aquello, si por ellos fuese, toda fauna estaría muerta si de ello sacasen dinero. Pues ya que ella no podía disfrutar de todo aquello, quería saber cómo se sentía, quería saber de sus experiencias en un hogar que seguramente sería agradable.
-Ichigo...- Repitió, inclinando hacia un lado su cabeza, y finalmente mostrando un pequeño gesto, parecía tratar de sonreír, pero apenas se apreciaba. No era por falta de articulaciones faciales, simplemente... Simplemente Pale Rose no es que fuese demasiado amigable con los demás a menos de conocer y analizar durante un tiempo. -Mi creador me llamó Pale Rose.- Fijó su mirada en el cuaderno de la chica, amplificando su lente y pudiendo ver cada detalle sin acercarse demasiado. -Iguales...- Ahora sí ensanchó sus labios en forma de sonrisa, aunque más bien parecía una mueca de querer reír. -Tú pareces ser libre. Yo no lo soy, es una gran diferencia.-
Al contrario que Ichigo, ella hablaba de una manera calmada, su personalidad era relajada casi siempre. Le molestaba los ruídos, y cuándo aquella desconocida hablaba tanto y tan rápido le incordiaba un poco, así que dio una leve palmada al aire, tratando así de evitar que dijese algo más. -No fuí creada aquí. Vengo de fuera...- Ladeó su mirada, recordando un poco el cómo llegó a la isla. Algo logró llamar su atención, parecía que compartían algo en común, el amor por la naturaleza. -La naturaleza es mi pasión, plantas, pequeños animales a los cuales tengo el deber de proteger... ¿Y plantas alimentos? ¿Qué animales tienes allá dónde vives?- Su atención había sido captada, pero aún así se dio media vuelta y continuó podando los setos, ya que tenía un límite de tiempo.
Ahora su atención ya no se centraba solo en su trabajo, esperaba con ansias una respuesta de aquella chica, ya que ella no podía disfrutar de un lugar donde poder convivir con la naturaleza, ya que sus jefes realmente ignoraban todo aquello, si por ellos fuese, toda fauna estaría muerta si de ello sacasen dinero. Pues ya que ella no podía disfrutar de todo aquello, quería saber cómo se sentía, quería saber de sus experiencias en un hogar que seguramente sería agradable.
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Pale Rose
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por Ichigo Sáb Sep 01, 2018 11:05 pm
L
a androide asintió cada vez que su nueva conocida pronunciaba su nombre. Y cuando fue su turno de revelar su nombre, Ichigo también lo repitió. —Pale Rose.— Su voz se acomodó al instante para pronunciar el nombre ajeno con el acento anglosajón nativo. —Pale Rose — Volvió a repetir, aunque en su caso parecía que saboreaba el nombre. —Es muy hermoso. Poético. Le hace referencia al estado de la rosa cuando todavía no se encuentra en la etapa de madurez para su máximo esplendor.— Dijo en un claro intento de lanzar a la pared todos los temas de conversación que pudieran surgir y ver con cual se quedaban.Luego fue el turno de Ichigo de ladear su cabeza de forma pensativa, aunque sin cortar el contacto visual. Pale Rose había dicho que Ichigo era ‘libre’ y ella no. —¿Libre? ¿Libre cómo?— Por antonomasia, ninguna de las dos había nacido con una conciencia libre. Sus programas habían sido codificados para cumplir una o varias tareas, por lo que, en el estricto sentido de la palabra, Ichigo no gozaba de libertad pues su sentido de responsabilidad había sido impuesto. —La verdad es que no pienso mucho en esas cosas. Encuentro que me encierran en un bucle infinito que me lleva a ningún lado.— Confesó, y copiando algo que veía que su goshujin-sama hacía, se rasco la parte trasera de la nuca. —¿Tú… piensas mucho sobre esas cosas?— Agregó la pregunta con algo de timidez.
Sin embargo, el tema de conversación se encaminó a algo más agradable. —¡Igual que yo!— Exclamó con alegría y aplaudiendo con suavidad. —Mi trabajo no es tan estético como el tuyo. Puedo ver que, para mantener la armonía visual del parque, debes de darle un mantenimiento especial. Mmm, para que no choquen entre sí y cada quien tenga su espacio.— Aprovechó para elogiar el trabajo de Pale Rose, dejando que su mirada recorriera las lindas formas de la flora del lugar. —En mi caso, todo tiene que crecer como quiera y sólo me tengo que asegurar que las plantas secas y malas no afecten a las saludables.—
Se le ocurrió que sería bueno mostrarle un poco de su hogar a su nueva amiga, porque ya la consideraba como su amiga. Ichigo tomó su cuaderno de dibujos y pasó rápidamente por las hojas hasta llegar al principio para mostrarle las imágenes dibujadas a mano de la granja. —Mira, aquí vivo y trabajo.— Dijo, mientras señalaba una casa en medio de un amplio terreno verde. El dibujo mostraba primero la casa, de estructura simple pero resistente, con un espacio techado en la parte delantera donde había un par de mecedoras; cerca había un granero, un corral para aves y árboles frutales. —En casa tenemos vacas. Una de ellas recientemente tuvo un becerrito, es adorable. También tenemos gallinas y muchos pollitos. ¡Todos empollaron! Goshujin-sama dice que pronto tendremos cabras también…— Mientras hablaba, le iba mostrando los dibujos de cada animal que mencionaba, como también otras criaturas silvestres que rondaba aquel lugar que bien podría ser un refugio.
—¡Ah! También tenemos conejos. Uno de ellos es tan blanco como tu piel, Pale Rose. Es adorable, muy adorable. ¿Cuáles animales tienen aquí? Supongo que muchas avecitas, ¿no?—
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Ichigo
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por Pale Rose Dom Sep 30, 2018 1:52 pm
Parecía que había errado al decir que aquella androide era libre, pero era lo que parecía. Estaba descansando en un jardín, con un bloc de dibujo... Eso significaba que tenía tiempo libre en el cual poder divertirse y hacer mil tareas que desease. Bueno, eso era lo que parecía, pues al fin y al cabo, la androide nueva sí que trabajaba, aunque por la forma en la que hablaba, su amo no parecía ser mala persona ni ser un abusador de los tiempos laborales. Permaneció en todo momento callada, tampoco tenía mucha oportunidad de articular alguna palabra, pues Ichigo no dejaba de hablar. En cierto modo, le agradaba la joven. Pero tampoco podía perder mucho el tiempo, pues ella sí se encontraba en horario laboral.
-Ichigo... Debo trabajar...- Se dio media vuelta, alzando las enormes tijeras que llevaba en sus manos, adentrándose en el camino de flores en el cual estaba trabajando, pero aún así alzó su voz, queriendo seguir con la conversación mientras trabajaba, no quería que la chica se marchase. -Aquí puedes encontrar muchísimas aves, de todo tipo... También habitan otros animales, puedes encontrar gatos o conejos... Bueno, yo diría que son liebres, pero todos dicen que son conejos...-
Al pasar un pequeño tiempo terminó aquella área, pues al fin y al cabo ya la había tratado anteriormente, antes de que Ichigo decisiese hablarle. Se acercó a la chica, señalando el bloc de dibujo que llevaba consigo. -Entonces... Te gusta dibujar. Es un bonito pasatiempo. Mi creador adoraba el arte. Llegó a llevarme a museos de arte, había de todo... Le encantaban las pinturas ambientadas en la edad media, le gustaba imaginarse que vivía en aquella época, colocaba la mano en el marco y cerraba los ojos... ¿Crees que un humano puede tener poderes? Él era humano, pero decía que se teletransportaba a aquella época. Es increíble.-
No había demasiada énfasis en sus palabras, pero si se podía notar una pequeña nostalgia. Para ella su creador era alguien a quien adorar, con quien compartió casi todos los años de vida, pero él ya no estaría, y tarde o temprano tendría un dueño nuevo. -¿Y tu Amo... es bueno?- Preguntó, sentándose en el cesped, con curiosidad. Pues su horario había finalizado, y sus jefes no tenían por qué saber que había desperdiciado algo de tiempo.
-Ichigo... Debo trabajar...- Se dio media vuelta, alzando las enormes tijeras que llevaba en sus manos, adentrándose en el camino de flores en el cual estaba trabajando, pero aún así alzó su voz, queriendo seguir con la conversación mientras trabajaba, no quería que la chica se marchase. -Aquí puedes encontrar muchísimas aves, de todo tipo... También habitan otros animales, puedes encontrar gatos o conejos... Bueno, yo diría que son liebres, pero todos dicen que son conejos...-
Al pasar un pequeño tiempo terminó aquella área, pues al fin y al cabo ya la había tratado anteriormente, antes de que Ichigo decisiese hablarle. Se acercó a la chica, señalando el bloc de dibujo que llevaba consigo. -Entonces... Te gusta dibujar. Es un bonito pasatiempo. Mi creador adoraba el arte. Llegó a llevarme a museos de arte, había de todo... Le encantaban las pinturas ambientadas en la edad media, le gustaba imaginarse que vivía en aquella época, colocaba la mano en el marco y cerraba los ojos... ¿Crees que un humano puede tener poderes? Él era humano, pero decía que se teletransportaba a aquella época. Es increíble.-
No había demasiada énfasis en sus palabras, pero si se podía notar una pequeña nostalgia. Para ella su creador era alguien a quien adorar, con quien compartió casi todos los años de vida, pero él ya no estaría, y tarde o temprano tendría un dueño nuevo. -¿Y tu Amo... es bueno?- Preguntó, sentándose en el cesped, con curiosidad. Pues su horario había finalizado, y sus jefes no tenían por qué saber que había desperdiciado algo de tiempo.
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