Estación
Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
links rápidos
✧ reglamento✧ libro de firmas✧ historia✧ ambientación✧ escenarios✧ razas✧ grupos✧ alineaciones✧ modelo de ficha✧ personajes canon✧ petición de canon✧ físicos ocupados✧ reservas✧ ajustes de cuenta✧ gestión de temas✧ ausencias✧ recuperar color✧ eliminar cuenta✧ quejas, dudas y sugerencias
Conectarse
¿Quién está en línea?
En total hay 55 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 55 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 369 durante el Miér Oct 30, 2024 6:02 pm
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 369 durante el Miér Oct 30, 2024 6:02 pm
Últimos temas
últimos temas
Créditos
Skin diseñada exclusivamente por el staff de Lost Garden para su uso exclusivo en el foro. Prohibida su copia, cualquier forma de plagio, sea total o parcial, será severamente castigada. Agradecimientos especiales a Dixinmortal y Asistencia Foroactivo por los tutoriales utilizados para la creación de esta skin. Las imágenes utilizadas en las categorías pertenecen en su totalidad a la artista Sakimichan, únicamente editadas para su implementación en el foro. Los personajes e historias que aquí se albergan son de la autoría de sus usuarios, quienes le dan vida a este proyecto, muchísimas gracias a todos por su paciencia.
Tal vez mirra. [Libre]
Página 1 de 1. • Comparte
por Darice Surén Dom Ago 05, 2018 8:11 pm
Con sus modestos ropajes cubriendo su delineada figura, cual monja iba caminando bajo la sombra que le propiciaba el interior de aquél recinto que asemejaba la estructura de un palacio, o quizás sí que lo era... No hacía mucho que se había permitido salir del templo, disculpándose con sus hermanas sacerdotisas por dejar un hueco pendiente a su regreso, pero Darice ansiaba ir en busca de nuevas ofrendas para su dios, y tras escuchar de uno de los visitantes del templo, pronunciar el nombre de un lugar donde habitaban, literalmente, ciertos dioses egipcios, y qué mejor sitio para obtener unos cuantos insumos, además, una cultura un tanto diferente a la propia le permitiría expandir mucho más sus horizontes, tal vez incluso mirar de otra forma lo propio, y hallar nuevos tesoros. Todo parecían ventajas, salvo el paseito que habría de darse bajo el sol ardiente, y da la causalidad, que los ropajes negros no ayudaban mucho.
Perola buena fortuna le iba sonriendo desde que nació, y en medio del trayecto, un alma gentil se ofreció a brindarle un dato muy favorable. Y es que quizás en su posición de inexperta viajera, desconocía los senderos más ventajosos para su pequeña peregrinación, puesto que se había propuesto ir a pie. Pero ese ser maravilloso que sobre la sien poseía una aureola, le indicó nuevas direcciones y en su mano una sombrilla le entregó.
-Ah... Qué felicidad.- Habló en voz alta, mientras una sonrisa se posicionaba de lado a lado en sus labios. -Qué feliz me siento, quién diría que justamente hoy tendría el placer de recibir un regalo tan precioso... Al regreso, debo agradecer correctamente a los cielos.-
Perola buena fortuna le iba sonriendo desde que nació, y en medio del trayecto, un alma gentil se ofreció a brindarle un dato muy favorable. Y es que quizás en su posición de inexperta viajera, desconocía los senderos más ventajosos para su pequeña peregrinación, puesto que se había propuesto ir a pie. Pero ese ser maravilloso que sobre la sien poseía una aureola, le indicó nuevas direcciones y en su mano una sombrilla le entregó.
-Ah... Qué felicidad.- Habló en voz alta, mientras una sonrisa se posicionaba de lado a lado en sus labios. -Qué feliz me siento, quién diría que justamente hoy tendría el placer de recibir un regalo tan precioso... Al regreso, debo agradecer correctamente a los cielos.-
Judicium
Darice Surén
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 26/07/2018
por Drake Steele Jue Ago 09, 2018 10:05 pm
Con un bostezo, echó una mirada a su móvil para corroborar la hora. Levantó el ceño algo desconcertado — Diez minutos... — Confirmó el retraso de su compañero y prefirió caminar un poco para despejarse. Llevaba la mirada clavada en el suelo con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones negros que cubrían con porte sus botines, bien podía pasar desapercibido como otro civil cualquiera. A decir verdad, nunca había ido a esa zona de la ciudad, pero no dudó en su sentido de dirección y avanzó con seguridad, tanto que dejó que su curiosidad lo orillase a observar la particular arquitectura de las capillas y edificios aledaños, tenían una apariencia muy familiar que no sabía reconocer de ningún sitio, probablemente algún sueño. Finalmente se quedó parado en una esquina del templo que acaparó más su atención, observando hacia su interior con cierto recelo ¿qué era el dios? Jamás había estado muy relacionado con esa clase de cuestiones que irónicamente veía como paganos, pues no estaba adoctrinado en ninguna casa religiosa. Se quedó ahí porque le parecieron un tanto adictivos los aromas a inciensos, tranquilizadores sería la palabra. Se quedó mirando un momento a aquellas figuras y vitrales, así como a las personas que se encontraban ahí, aunque no eran muchas.
El calor del día mermaba un poco bajo esos grandes techados, amplios y por donde se ventilaba muy bien el aire dándole una sensación placentera, aunque no tenía mucho de qué preocuparse, si bien sabía que su sangre fría le ayudaba a soportar las temperaturas del sol de medio día. — ¿Los dioses sabrán sobre 'aquello'...? — Murmuró mientras miraba escéptico algunas pinturas, representaciones artísticas de aquellas deidades que consideraba más fantasiosas. Sus ojos fueron directamente hacia una escena que llamó su atención, se trataba de un ser faérico o algo similar, que entregaba un paraguas a una dama que parecía necesitarlo. — ¿Quién diría que todavía existen modales en éste lugar? Vaya — Cerró los ojos mientras su puño cubría su boca, carraspeando la garganta con porte y elegancia, solía hacerlo a veces cuando su voz no se modulaba y sonaba más grave de lo habitual, a veces podía sonar feroz por las cuerdas vocales de dragón, pero era más un tic, una costumbre que algo meramente necesario. Quién sabe que tipo de mujer sería aquella, que contagió una cálida sonrisa en el rostro del pelinegro ojiazul.
El calor del día mermaba un poco bajo esos grandes techados, amplios y por donde se ventilaba muy bien el aire dándole una sensación placentera, aunque no tenía mucho de qué preocuparse, si bien sabía que su sangre fría le ayudaba a soportar las temperaturas del sol de medio día. — ¿Los dioses sabrán sobre 'aquello'...? — Murmuró mientras miraba escéptico algunas pinturas, representaciones artísticas de aquellas deidades que consideraba más fantasiosas. Sus ojos fueron directamente hacia una escena que llamó su atención, se trataba de un ser faérico o algo similar, que entregaba un paraguas a una dama que parecía necesitarlo. — ¿Quién diría que todavía existen modales en éste lugar? Vaya — Cerró los ojos mientras su puño cubría su boca, carraspeando la garganta con porte y elegancia, solía hacerlo a veces cuando su voz no se modulaba y sonaba más grave de lo habitual, a veces podía sonar feroz por las cuerdas vocales de dragón, pero era más un tic, una costumbre que algo meramente necesario. Quién sabe que tipo de mujer sería aquella, que contagió una cálida sonrisa en el rostro del pelinegro ojiazul.
Praesidium
Drake Steele
Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 05/07/2018
por Darice Surén Vie Ago 10, 2018 12:30 pm
Con aquel regalo, prosiguió con su visita, alejándose del cobijo de aquella edificación, yendo por la calle principal que no tenía manto alguno contra el sol. Pero la fría sombra que le otorgaba la sombrilla, refrescó su cuerpo, haciendo que un suspiro de placer manara de entre sus labios. Con la diestra, procedió a quitar de su pómulo una pequeña gota de sudor, como si se tratase de una lágrima, con un movimiento suave y ágil, aunque, no podía hacer lo mismo con el resto de su cuerpo. En un par de sitios, las prendas humedecidas parecían empequeñecer y ceñirse a su figura cual corpiño, solo, que no hacían tanta presión sobre sus carnes, era... Algo incómodo y a la vez grácil de ver.
-¿Eh?- Sintió sobre ella una mirada ajena, a lo que, ladeando la cabeza, buscó con la mirada de lado a lado hasta dar con un par de ojos que parecían llevar impregnados los tonos de un cielo nocturno. Recordó de algunos extranjeros un saludo curioso, y sin embargo bastante útil en un momento como aquel, donde hacía falta destacar la presencia a la distancia. Levantó la siniestra y mostrando levemente la palma de su mano, la meció suavemente... Quizás la cortesía le salió algo... Defectuosa, pero al menos mantenía las buenas intensiones con su sonrisa, y notando que este se encontraba bajo el techo de un edificio aledaño, se acercó.
-Buenos días, caballero.- Notó como los tersos labios ajenos entonaban esa suave curvatura de una comisura a otra, esa tan agradable de ver y que contagiaba calidez al corazón. -Se le nota... Alegre. Al su día lo lleva espléndido.-
-¿Eh?- Sintió sobre ella una mirada ajena, a lo que, ladeando la cabeza, buscó con la mirada de lado a lado hasta dar con un par de ojos que parecían llevar impregnados los tonos de un cielo nocturno. Recordó de algunos extranjeros un saludo curioso, y sin embargo bastante útil en un momento como aquel, donde hacía falta destacar la presencia a la distancia. Levantó la siniestra y mostrando levemente la palma de su mano, la meció suavemente... Quizás la cortesía le salió algo... Defectuosa, pero al menos mantenía las buenas intensiones con su sonrisa, y notando que este se encontraba bajo el techo de un edificio aledaño, se acercó.
-Buenos días, caballero.- Notó como los tersos labios ajenos entonaban esa suave curvatura de una comisura a otra, esa tan agradable de ver y que contagiaba calidez al corazón. -Se le nota... Alegre. Al su día lo lleva espléndido.-
Judicium
Darice Surén
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 26/07/2018
por Drake Steele Lun Ago 13, 2018 2:50 pm
Curioso. Pensaba mientras aquella mujer se acercaba después de que su cabeza se girase hacia él como si se hubiera dado cuenta de que la miraba. Como se encontraba cruzado de brazos cual matón de película setentera cerró los ojos dando un suspiro que lo hizo sonreír, y con la misma mano saludó de vuelta de un modo algo más seco en comparación a la mujer. Movió los labios sin dejar salir rastro alguno de voz como si dijera 'hola' y se quedó sonriendo ligeramente. Vaya mujer más entusiasta, pensó y se quedó con su mirada clavada en ella. El dragón negro pasó su mano sobre los disparejos mechones de cabello del mismo color que cubrían parte de su rostro y ladeó la cabeza levantando una ceja — ¿Qué tal? — No era asocial exactamente, algo huraño si, pero también era cortés, sobre todo con las hembras con quienes había sido acostumbrado a siempre ser amable y gentil.
— ¿Ah...? — ¿De donde le vería lo alegre? Usualmente la mayoría de sus amigos lo acusaban de ser un hombre más bien seco o escueto, corto para expresar sus emociones y tener siquiera expresión corporal. Sonrió ésta vez más en gracia y levantó los hombros, sus aperlados dientes afilados dejaron ver que dentro de todo aquél joven, se encontraba una vigorosa simpatía que salió de forma muy fugaz. — Creo que no soy el único que se divierte en ésta clase de lugares llenos de... paz — Murmuró volviéndose a cruzar de brazos sin más. Se le quedó viendo un poco sobre todo en sus ropas, ¿extranjera? No, pero había otra cosa que llamó su atención aparte de que se entretuvo viendo aquellas curvas que invitaban al pecado que los mortales bien conocían. — Veo que te estás divirtiendo también ¿me equivoco? ¿Has recibido hoy todo lo que buscabas? o ¿Acaso soy yo alguien que pueda ayudarte con eso? — Estaba dispuesto a escucharla, podría hacer tiempo en lo que sus contactos le hacían su tan esperada llamada o, simplemente hacer algo de nuevas amistades.
— ¿Ah...? — ¿De donde le vería lo alegre? Usualmente la mayoría de sus amigos lo acusaban de ser un hombre más bien seco o escueto, corto para expresar sus emociones y tener siquiera expresión corporal. Sonrió ésta vez más en gracia y levantó los hombros, sus aperlados dientes afilados dejaron ver que dentro de todo aquél joven, se encontraba una vigorosa simpatía que salió de forma muy fugaz. — Creo que no soy el único que se divierte en ésta clase de lugares llenos de... paz — Murmuró volviéndose a cruzar de brazos sin más. Se le quedó viendo un poco sobre todo en sus ropas, ¿extranjera? No, pero había otra cosa que llamó su atención aparte de que se entretuvo viendo aquellas curvas que invitaban al pecado que los mortales bien conocían. — Veo que te estás divirtiendo también ¿me equivoco? ¿Has recibido hoy todo lo que buscabas? o ¿Acaso soy yo alguien que pueda ayudarte con eso? — Estaba dispuesto a escucharla, podría hacer tiempo en lo que sus contactos le hacían su tan esperada llamada o, simplemente hacer algo de nuevas amistades.
Praesidium
Drake Steele
Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 05/07/2018
por Darice Surén Miér Ago 22, 2018 3:38 pm
-Pues es un día muy agradable, y caluroso...- Procedió a guardar su sombrilla, tomando provecho del frío que irradiaba la construcción, y un suspiro de alivio la volvió a invadir. -Uhm, si. Son sitios donde quisiera pasar el resto de mis días, claro... Que siempre hay lugar que no cambiaría por nada. Se relamió los labios, cómplice de sus propias memorias y pensamientos, mordiéndose la punta de la lengua por dentro, saboreando ese placentero cosquilleo impregnado con un poco de culpa por la presencia ajena.
-Me alegraría mucho su ayuda, de hecho.- Retomando la compostura en un par de segundos, le devolvió la mirada al contrario, esperando recibir una afirmativa. -He venido a, hacer una especie de expedición. Sé que aquí habitan dioses, y por ende tienen sus respectivos templos, y adoradores, por lo que, siendo yo alguien dedicada al mismo ámbito, deseo ver sus rituales y demás preparaciones. Pienso que así podría mejorar como sacerdotisa.-
De repente se llevó una mano a los labios, dándose cuenta de algo. -Me disculpo, no me he presentado. Soy Darice, sacerdotisa babilónica. Es un placer conocerle.- Deslizó la mirada al interior del templo aquel en el que estaba tomando sombra, entonces notando que al fondo, había varias mujeres vestidas de forma llamativa y no muy pudorosa, lo cual despertó el interés de Darice. Veía con deleite como realizaban cortos bailes cada una formando una circunferencia alrededor de una gran estatua de bronceado color, para luego entonar un cántico a capela. Entonces habló para el ajeno. -Tal vez, podría acompañarme en mi pequeña expedición. Claro, que si puede ayudarme con información acerca de estos lares, quedaría aún más encantada.
-Me alegraría mucho su ayuda, de hecho.- Retomando la compostura en un par de segundos, le devolvió la mirada al contrario, esperando recibir una afirmativa. -He venido a, hacer una especie de expedición. Sé que aquí habitan dioses, y por ende tienen sus respectivos templos, y adoradores, por lo que, siendo yo alguien dedicada al mismo ámbito, deseo ver sus rituales y demás preparaciones. Pienso que así podría mejorar como sacerdotisa.-
De repente se llevó una mano a los labios, dándose cuenta de algo. -Me disculpo, no me he presentado. Soy Darice, sacerdotisa babilónica. Es un placer conocerle.- Deslizó la mirada al interior del templo aquel en el que estaba tomando sombra, entonces notando que al fondo, había varias mujeres vestidas de forma llamativa y no muy pudorosa, lo cual despertó el interés de Darice. Veía con deleite como realizaban cortos bailes cada una formando una circunferencia alrededor de una gran estatua de bronceado color, para luego entonar un cántico a capela. Entonces habló para el ajeno. -Tal vez, podría acompañarme en mi pequeña expedición. Claro, que si puede ayudarme con información acerca de estos lares, quedaría aún más encantada.
Judicium
Darice Surén
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 11
Fecha de inscripción : 26/07/2018
por Drake Steele Jue Ago 23, 2018 12:12 am
Se sintió algo fuera de lugar cuando ella mencionó lo del calor, por lo que para no parecer ajeno a su incomodidad, tomó una esquina de su camiseta con la punta de los dedos y la agitó para simular batir algo de aire en el interior de la misma, resoplando. — Ja, ¿tienes problemas con el calor? Será que a mi me agrada, lo prefiero al terrible frío — Murmuró delante de ella. Apretó los labios y miró hacia arriba, al vacío y sonrió entrecerrando los ojos, como si de un infante curioso se tratase observando aquella estructura de nueva cuenta, de verdad le agradaba la grandeza de ese edificio de concreto, era como si sus más bajos deseos como dragón de vivir en una... ¿caverna? estuviesen por ahí sonando una pequeña alarma que envolvía sus sentidos. Se había distraído, pero logró escuchar las palabras de ella, por lo que sacudió su cabeza y la miró de nueva cuenta — ¿Oh? ¿Qué clase de lugares? — Preguntó con una sonrisa moviendo su cabello de la cara, si que le estorbaba a veces. En cuanto a lo otro, algo en su interior lo limitó a no sonar grosero con la dama, pero ¿no se suponía que él era un soldado? los soldados eran (de acuerdo a lo que había aprendido desde que se había enlistado en la armada) piezas al servicio de los dioses, pero la verdad es que nunca los había visto en persona, y al ser un dragón toda clase de religión le resultaba muy ajena por no decir extraña.
— Mi nombre es Drake, un soldado de los dioses — Lo último sintió que no debía decirlo, pero por formalidad... Además, creyó que con eso podría mimetizar bien con aquellos adoradores y monjas, todo eso y más. A veces la parafernalia diplomática era una plasta, pero por experiencia propia sabía que todos aquellos fanáticos religiosos podían ser muy pesados una vez provocados. Asumió que ella no era una, sin embargo guardó la compostura. — También es un placer... eh... — Enmudeció y se giró un poco poniendo la mano sobre su nuca, nervioso, nunca había estado tanto tiempo expuesto como un civil hablándole a cualquiera, además era algo tonto con las mujeres. — ¿Crees que yo podría ayudarte con eso? — Preguntaría con cierta inseguridad, porque al igual que ella, era un extraño también ahí. Dio un paso hacia adelante y trató de ver más allá del río mentado ese — Ehm, ese es... el Río Nilo, bueno, he escuchado que es una réplica o algo — Se encogió de hombros ahora más tenso que antes, pero sin que le temblase la voz. — Y ese de allá es el templo del dios Ra — Señaló con el dedo índice a la lejana estructura que se levantaba poderosa detrás de ese templo pequeño comparado al último, su tamaño era tal que parecía estar muy cerca del punto donde se encontraban, con aquellos muros ornamentados de oro y jade, y Drake estaba seguro que ese era el templo porque en algún otro viaje habría ido a ese, y habría comido manjares deliciosos consagrados por el dios con sus compañeros allá arriba.
Tragó saliva y se acercó de nueva cuenta a la chica — Mira, si te soy sincero, tampoco conozco mucho, pero he estado un par de veces por aquí así que lo básico me lo sé ¿okay? — Se inclinó un poco y sonrió, dando un pequeño levantón de sus negras cejas, era algo tonto porque su cabello jugaba a que le taparía los ojos por completo un día de esos. La simpleza con la que lo dijo lo hizo ver vulnerable... tan "humano" como la mayoría de los sangre impura, pero no iba a engañarle, y era muy modesto como para presumir cosas que no tenía, pero era el caballero y la escoltaría hasta estar seguro que podría arreglárselas sola.
— Mi nombre es Drake, un soldado de los dioses — Lo último sintió que no debía decirlo, pero por formalidad... Además, creyó que con eso podría mimetizar bien con aquellos adoradores y monjas, todo eso y más. A veces la parafernalia diplomática era una plasta, pero por experiencia propia sabía que todos aquellos fanáticos religiosos podían ser muy pesados una vez provocados. Asumió que ella no era una, sin embargo guardó la compostura. — También es un placer... eh... — Enmudeció y se giró un poco poniendo la mano sobre su nuca, nervioso, nunca había estado tanto tiempo expuesto como un civil hablándole a cualquiera, además era algo tonto con las mujeres. — ¿Crees que yo podría ayudarte con eso? — Preguntaría con cierta inseguridad, porque al igual que ella, era un extraño también ahí. Dio un paso hacia adelante y trató de ver más allá del río mentado ese — Ehm, ese es... el Río Nilo, bueno, he escuchado que es una réplica o algo — Se encogió de hombros ahora más tenso que antes, pero sin que le temblase la voz. — Y ese de allá es el templo del dios Ra — Señaló con el dedo índice a la lejana estructura que se levantaba poderosa detrás de ese templo pequeño comparado al último, su tamaño era tal que parecía estar muy cerca del punto donde se encontraban, con aquellos muros ornamentados de oro y jade, y Drake estaba seguro que ese era el templo porque en algún otro viaje habría ido a ese, y habría comido manjares deliciosos consagrados por el dios con sus compañeros allá arriba.
Tragó saliva y se acercó de nueva cuenta a la chica — Mira, si te soy sincero, tampoco conozco mucho, pero he estado un par de veces por aquí así que lo básico me lo sé ¿okay? — Se inclinó un poco y sonrió, dando un pequeño levantón de sus negras cejas, era algo tonto porque su cabello jugaba a que le taparía los ojos por completo un día de esos. La simpleza con la que lo dijo lo hizo ver vulnerable... tan "humano" como la mayoría de los sangre impura, pero no iba a engañarle, y era muy modesto como para presumir cosas que no tenía, pero era el caballero y la escoltaría hasta estar seguro que podría arreglárselas sola.
Praesidium
Drake Steele
Mensajes : 19
Fecha de inscripción : 05/07/2018
por Contenido patrocinado
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.