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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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Lost Garden :: ✧ Elysium :: Oblivion :: Centro de la ciudad
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por Mio & Yuri Vie Ago 31, 2018 2:30 am
Tiempo es tiempo, pero para mí a veces era aburrido tener que esperar demasiado, no tenía la paciencia que solía tener mi hermana, tal vez por eso es que éramos completamente diferentes, a pesar de que la adoraba, su forma no solía compenetrar la mía. A pesar de ser hermanas nuestra personalidad difería demasiado, dejando de lado aquello, era tiempo par a que yo también comenzara a hacer algo productivo, Mioh me retaba constantemente por la falta de empleo, pero siendo sinceros me daba pereza levantarme y simplemente salir a buscar, aquel no era un día sin excepción, pero en lugar de quedarme a escuchar los constantes alegatos de mi hermana, preferí aventurarme
-Sea por dios… que aburrido es esto
No paso mucho tiempo en el que llegase a una pequeña estación de radio, no parecía gran cosa, pero algo era algo, además claro que estaban buscando personal, pensé entonces que era mi día de suerte, entonces comencé a caminar hacia la puerta, al principio parecía desierto, pero pocos instantes después la chica de la recepción me brindaba una sonrisa, una linda chica debo decir, pero no estaba ahí para flirtear (aun), me llevo entonces con la persona encargada, un chico amable y algo nervioso, me hizo varias preguntas, miro mi curriculum, yo simplemente reía al verlo disimular la vista hacia mi delantera, aunque en realidad tomaba ciertas posturas que hacían verle con mayor volumen, debo ser honesta, me encantaba poner nerviosos a los hombres, se veían tan lindos, tiernos corderitos siendo atraídos por mis grandes atributos, algo ingenuos debo decir. Un par de horas pasaron después de la entrevista y la prueba en las cabinas, para mi suerte sabia desenvolverme a la perfección en aquellos lugares, y de inmediato me contrataron, solo hacía falta el contrato, me dijeron que esperara dentro de la cabina, tome asiento, respirando ahora más relajada, aquellas eran excelentes noticias y ahora solo quedaba esperar lo siguiente para comenzar a trabajar
-Sea por dios… que aburrido es esto
No paso mucho tiempo en el que llegase a una pequeña estación de radio, no parecía gran cosa, pero algo era algo, además claro que estaban buscando personal, pensé entonces que era mi día de suerte, entonces comencé a caminar hacia la puerta, al principio parecía desierto, pero pocos instantes después la chica de la recepción me brindaba una sonrisa, una linda chica debo decir, pero no estaba ahí para flirtear (aun), me llevo entonces con la persona encargada, un chico amable y algo nervioso, me hizo varias preguntas, miro mi curriculum, yo simplemente reía al verlo disimular la vista hacia mi delantera, aunque en realidad tomaba ciertas posturas que hacían verle con mayor volumen, debo ser honesta, me encantaba poner nerviosos a los hombres, se veían tan lindos, tiernos corderitos siendo atraídos por mis grandes atributos, algo ingenuos debo decir. Un par de horas pasaron después de la entrevista y la prueba en las cabinas, para mi suerte sabia desenvolverme a la perfección en aquellos lugares, y de inmediato me contrataron, solo hacía falta el contrato, me dijeron que esperara dentro de la cabina, tome asiento, respirando ahora más relajada, aquellas eran excelentes noticias y ahora solo quedaba esperar lo siguiente para comenzar a trabajar
Judicium
Mio & Yuri
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Fecha de inscripción : 22/08/2018
por Adrian Rohde Dom Sep 09, 2018 3:44 pm
Si había algo que Adrian amaba era el de crear caos. Hacía poco que el pelinegro había ganado un campeonato de póker en la ciudad y era la comidilla de todos. A él esta clase de eventos solo lo retaban a dar lo mejor, pero sin duda alguna, el estar en las portadas de los diarios y en la boca a de todos era el mejor premio que podría llegar a alcanzar, luego de la jugosa suma de dinero, claro está.
Por aquellos días, le resultaba sumamente difícil el poder salir con libertad a dar una vuelta por la ciudad así que se la pasaba en casa buscando algo que hacer si es que no terminaba con alguien bajo sus sábanas. Aquella mañana había oído algo mientras descansaba de parte de ambas femeninas que solían tener sus conversaciones intensas a altas horas; el moreno se dedicó a no expresar nada durante todo ese rato y solo se quedó encerrado para luego ponerse de pie e ir al baño a asearse puesto que seguramente algo que se le habría ocurrido en un intento de ayudar a la causa. Transcurridos varios minutos, el masculino habló con la mayor de ambas para conocer la situación; en parte se preocupaba por ambas y claro, era obvio cuando compartían muchas cosas a diario.
El mestizo no se esperó mucho para colocarse algo holgado pero que le vaya perfecto a su estilo, claro, combinando unas gafas de sol y una gorra que le permita pasar desapercibido. -Veamos, según los datos que me dio debería llegar rápido a ese lugar…- Dijo el muchacho mientras transitaba por la avenida, buscando el nombre de la estación de radio. De tanto en tanto, sus orbes se desviaban por entre la gente que transitaba apurada puesto que no deseaba generar tanto escándalo. No pasó mucho para que llegara al sitio en cuestión, por un momento se preguntó por qué habría de elegir un sitio como este para trabajar si es que tranquilamente podría optar por sitios un poco más grandes. Soltó un suspiro pesado para llegar hasta la recepción en donde la recepcionista lo atendió de una forma amable e indicándole dónde estaban las personas que lo estaban esperando.
Ahora, uno podría preguntarse cómo es que el mestizo pudo hacerse de el permiso de una forma tan sencilla y la clave residía en solo dar sus datos además de una simple mentira. Tal vez por lo mediático que se había convertido en esos días, cualquiera estaba deseoso de poder obtener una entrevista así que con el simple hecho de decir que venía a ello se le permitía ingresar. Avanzó de lo más tranquilo, quitándose la gorra y las gafas para enfocarse en hallar a la pelirroja antes de que los otros tipos lo hicieran. Por un segundo se preguntó si es que habría obtenido el empleo o si realmente necesitaría de su ayuda, no desconfiaba de ella, pero a veces era propicio aprovechar esta clase de oportunidades para dar una mano amiga.
Entre distintas puertas de cristal, pudo finalmente hallarla. Se encontraba de espaldas como si aguardara a algo, esto fue aprovechado por el moreno que se escabulló con sutileza para colocarse por detrás y tomar uno de sus senos para apretarlos con cierta fuerza. -Tu hermana me envió para ver si todo estaba en orden.- Comentó en un inicio, dejándola para sentarse a su lado y sonreír tras su acción atrevida. -Se veía algo preocupada así que decidí echarte una mano.- Agregó el masculino de forma tranquila mientras observaba el lugar con repasadas rápidas. Realmente no estaba del todo seguro de si esto estaría bien pero ya estaba ahí y no valía tirarse para atrás. -En cuanto a mí, quería saber lo que había arruinado mis sesiones de trío mañanero.- Soltó de lo más tranquilo mientras se estiraba un poco como quien aguardaba por lo que la otra fuese a decirle y también a quién estaba esperando puesto que asumía que eso era lo que hacía en ese cuarto.
Por aquellos días, le resultaba sumamente difícil el poder salir con libertad a dar una vuelta por la ciudad así que se la pasaba en casa buscando algo que hacer si es que no terminaba con alguien bajo sus sábanas. Aquella mañana había oído algo mientras descansaba de parte de ambas femeninas que solían tener sus conversaciones intensas a altas horas; el moreno se dedicó a no expresar nada durante todo ese rato y solo se quedó encerrado para luego ponerse de pie e ir al baño a asearse puesto que seguramente algo que se le habría ocurrido en un intento de ayudar a la causa. Transcurridos varios minutos, el masculino habló con la mayor de ambas para conocer la situación; en parte se preocupaba por ambas y claro, era obvio cuando compartían muchas cosas a diario.
El mestizo no se esperó mucho para colocarse algo holgado pero que le vaya perfecto a su estilo, claro, combinando unas gafas de sol y una gorra que le permita pasar desapercibido. -Veamos, según los datos que me dio debería llegar rápido a ese lugar…- Dijo el muchacho mientras transitaba por la avenida, buscando el nombre de la estación de radio. De tanto en tanto, sus orbes se desviaban por entre la gente que transitaba apurada puesto que no deseaba generar tanto escándalo. No pasó mucho para que llegara al sitio en cuestión, por un momento se preguntó por qué habría de elegir un sitio como este para trabajar si es que tranquilamente podría optar por sitios un poco más grandes. Soltó un suspiro pesado para llegar hasta la recepción en donde la recepcionista lo atendió de una forma amable e indicándole dónde estaban las personas que lo estaban esperando.
Ahora, uno podría preguntarse cómo es que el mestizo pudo hacerse de el permiso de una forma tan sencilla y la clave residía en solo dar sus datos además de una simple mentira. Tal vez por lo mediático que se había convertido en esos días, cualquiera estaba deseoso de poder obtener una entrevista así que con el simple hecho de decir que venía a ello se le permitía ingresar. Avanzó de lo más tranquilo, quitándose la gorra y las gafas para enfocarse en hallar a la pelirroja antes de que los otros tipos lo hicieran. Por un segundo se preguntó si es que habría obtenido el empleo o si realmente necesitaría de su ayuda, no desconfiaba de ella, pero a veces era propicio aprovechar esta clase de oportunidades para dar una mano amiga.
Entre distintas puertas de cristal, pudo finalmente hallarla. Se encontraba de espaldas como si aguardara a algo, esto fue aprovechado por el moreno que se escabulló con sutileza para colocarse por detrás y tomar uno de sus senos para apretarlos con cierta fuerza. -Tu hermana me envió para ver si todo estaba en orden.- Comentó en un inicio, dejándola para sentarse a su lado y sonreír tras su acción atrevida. -Se veía algo preocupada así que decidí echarte una mano.- Agregó el masculino de forma tranquila mientras observaba el lugar con repasadas rápidas. Realmente no estaba del todo seguro de si esto estaría bien pero ya estaba ahí y no valía tirarse para atrás. -En cuanto a mí, quería saber lo que había arruinado mis sesiones de trío mañanero.- Soltó de lo más tranquilo mientras se estiraba un poco como quien aguardaba por lo que la otra fuese a decirle y también a quién estaba esperando puesto que asumía que eso era lo que hacía en ese cuarto.
Tumultus
Adrian Rohde
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Fecha de inscripción : 23/08/2018
por Mio & Yuri Dom Sep 30, 2018 4:53 pm
Estar dentro de una cabina era muy aburrido, sobre todo si tenía que esperar por alguien, y siendo que la curiosidad mato al gato, me dispuse a ver todo lo que había dentro de aquella cabina, parecía ser algo demasiado complicado, desde el acomodo de los aparatos, en realidad una cabina de radio podía ser bastante complicad si lo veía de cierta forma, el mover y organizar todo para que las transmisiones de radio fuesen lo más normales posibles, me quede observando entonces el tablero con miles de botones, me ponía a imaginar cómo entonces la persona encargada de aquella cabina pasaba sus dedos un y otra vez por aquel lugar, como incluso tenía que ir de allá para acá en aquella silla a la que ya le sonaba una de las ruedas, en realidad no parecía ser un trabajo sencillo.
Comencé a caminar por el alrededor, no era más que un espacio pequeño, a lo mucho unos diez metros cuadrados en lo que el instrumental estaba acomodado, comencé a mover aquellas cosas, como si fuese parte de algo que conocía, obviamente no era mi área, pero era divertido pretender algunas cosas de las que ahí sucedían, o tal vez era que me imaginaba como serian, incluso me atreví a simular la escena en un programa de radio, moviendo botones a diestra y siniestra, parecía mas una niña en una confitería que una locutora de radio, pero ¿que podía decir? Aquello realmente me apasionaba, desde que era niña admiraba a aquellos locutores que hacían de mis días mas amenos, yo misma jugaba junto con mi hermana con aquellas latas pegadas a un palo, simulando ser el micrófono.
Eran días divertidos, pero todo cambia tarde o temprano, ambas nos convertimos en mujeres profesionales, ella todo una reportera y a mi simplemente me gustaba mover botones, tal era mi concentración en aquellas cosas, que apenas y escuche que alguien entraba, unas manos fuertes me sorprendieron, lo mismo que la pelvis contra mis glúteos, sin evitarlo el sonrojo de la sorpresa sobrevino a mi rostro, la voz del chico castaño resonaba en mis oídos percatándome entonces de quien era
—A- Adrian! —
Su rostro pícaro y aquella sonrisa ladina me hicieron reprocharle con gestos —E-eres un odioso, ¿como se te ocurre hacer eso?, un buen golpe habría de darte por eso, Jum!— cruce los brazos debajo de mis pechos, haciendo que estos fuesen expuestos un tanto mas de lo normal, con un movimiento recargue la cadera en una de la consolas de control mirando con cierto fastidio ante sus palabras
—Tch!, solo te importa el sexo, por si no lo sabes, mi dulce hermana me presiona con conseguir trabajo, si quieres seguir teniendo tríos, no me presiones tu también— Debía admitir que desde que vivía con nosotros las mañanas eran mas entretenidas, pero aquel día tenia que salir temprano o no alcanzaría mi cita, por lo que el trío quedaba pendiente, me quede observándolo, aun no me quedaba claro que era lo que quería —¿Vienes a vigilarme? Podrías tener un trío conmigo y con el mánager así me dan el trabajo— Inquirí en forma ladina y atrevida, realmente me gustaba provocarle algun tipo de celo, pero siendo el como … era, pues simplemente seria complicado.
Comencé a caminar por el alrededor, no era más que un espacio pequeño, a lo mucho unos diez metros cuadrados en lo que el instrumental estaba acomodado, comencé a mover aquellas cosas, como si fuese parte de algo que conocía, obviamente no era mi área, pero era divertido pretender algunas cosas de las que ahí sucedían, o tal vez era que me imaginaba como serian, incluso me atreví a simular la escena en un programa de radio, moviendo botones a diestra y siniestra, parecía mas una niña en una confitería que una locutora de radio, pero ¿que podía decir? Aquello realmente me apasionaba, desde que era niña admiraba a aquellos locutores que hacían de mis días mas amenos, yo misma jugaba junto con mi hermana con aquellas latas pegadas a un palo, simulando ser el micrófono.
Eran días divertidos, pero todo cambia tarde o temprano, ambas nos convertimos en mujeres profesionales, ella todo una reportera y a mi simplemente me gustaba mover botones, tal era mi concentración en aquellas cosas, que apenas y escuche que alguien entraba, unas manos fuertes me sorprendieron, lo mismo que la pelvis contra mis glúteos, sin evitarlo el sonrojo de la sorpresa sobrevino a mi rostro, la voz del chico castaño resonaba en mis oídos percatándome entonces de quien era
—A- Adrian! —
Su rostro pícaro y aquella sonrisa ladina me hicieron reprocharle con gestos —E-eres un odioso, ¿como se te ocurre hacer eso?, un buen golpe habría de darte por eso, Jum!— cruce los brazos debajo de mis pechos, haciendo que estos fuesen expuestos un tanto mas de lo normal, con un movimiento recargue la cadera en una de la consolas de control mirando con cierto fastidio ante sus palabras
—Tch!, solo te importa el sexo, por si no lo sabes, mi dulce hermana me presiona con conseguir trabajo, si quieres seguir teniendo tríos, no me presiones tu también— Debía admitir que desde que vivía con nosotros las mañanas eran mas entretenidas, pero aquel día tenia que salir temprano o no alcanzaría mi cita, por lo que el trío quedaba pendiente, me quede observándolo, aun no me quedaba claro que era lo que quería —¿Vienes a vigilarme? Podrías tener un trío conmigo y con el mánager así me dan el trabajo— Inquirí en forma ladina y atrevida, realmente me gustaba provocarle algun tipo de celo, pero siendo el como … era, pues simplemente seria complicado.
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Mio & Yuri
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Fecha de inscripción : 22/08/2018
por Adrian Rohde Lun Oct 15, 2018 4:26 pm
El solo escuchar las palabras de la femenina, uno podía darse cuenta de que su nivel de estrés era alto. Aún cuando parecía ser atacado, Adrian se divertía en ver la expresión de la contraria que parecía estar esperando una pronta respuesta. Por su parte, el castaño solo se quedó en su lugar, a una corta distancia de su compañera mientras terminaba de expresarse en un intento de hacerlo caer a sentir celos de otro.
Se encogió de hombros para luego observar sobre el rabillo del ojo derecho como si buscara anticipar la entrada de alguien más. Lanzó un suspiro y observó el sitio antes de entablar conversación con la pelirroja.- En realidad venía a darte una mano.- Comentó el muchacho, observando la generosa delantera de la femenina, ampliando su sonrisa por un instante.-Bueno, en realidad, dos.- Agregó en un tono divertido como dándole una respuesta e indirectas a lo que se refería. Él siempre había sido de esa manera con las féminas, quizás pecaba de transparente pero así todo resultaba mucho más fácil pero debía decir que en ciertas ocasiones ello le jugaba en contra si es que en algún momento quería salir bien librado de los asuntos.
-Por otra parte, tengo preferencias por los senos voluptuosos que por pechos planos.- Indicando su rechazo hacia la propuesta ajena. No le prestaría demasiada importancia a ello ya que estaba en una situación un tanto complicada, partiendo del hecho que buscó escabullirse de la forma más fácil para poder ubicar a la muchacha. –Ya, hablando en serio…- Hizo una pausa para acercarse más a ella y tomarla por la cintura. –Tu hermana me contó que estabas buscando empleo en este sitio y bueno, vine a darte una mano.- Comunicó de forma tranquila. Se colocó a lado de la misma pero giró el rostro un poco para captar las reacciones de la otra, no ganaban nada estando tensos y tratando de pensar en ideas que no los llevarían a nada. –Creo que si hablamos con el encargado podríamos negociar una entrevista conmigo siempre y cuando seas tú quien lo haga, claro con la condición que te dé el trabajo.- Finalizó.
Al menos él sabía que en este momento, el escuchar su nombre era significado de buscarle alguna entrevista por lo antes mencionado. Él no era muy amante de ello, le gustaba guardar un cierto perfil aún cuando se trataba ganancias cuantiosas; sin embargo, podría hacer una excepción a la regla si te trataba de ayudarla. El híbrido no se lo pensó dos veces antes de acudir al rescate si fuese necesario así que se quedaría en silencio por un momento, viendo transitar a la gente a través de esas lunas que encerraban el lugar.
Por un momento se quedó analizando la situación y volvió a sonreír con picardía. –Por cierto, te daré la primicia siempre y cuando reciba mis “sesiones matutinas”.- Agregó de forma tranquila, emulando las comillas con los dedos, haciendo referencia a lo primero que expresó en su llegada. Sinceramente, Rohde no podía dejar de pensar en los pechos de la mujer y quizás no solo ello, estaba acostumbrado a hacerse con cualquiera de las dos mujeres si es que no era con ambas al mismo tiempo así que pasar un día sin esa clase de diversión le daba algo de fastidio e incluso lo ponía ansioso. No obstante, este no era el lugar adecuado para hacerlo.
Llevó la mano más cercana a la de cabellos rojizos para apretar uno de los pechos como pudo, jugando con el mismo con sumo cuidado de que no los viesen en esa posición, incluso pellizcando el pezón con algo de rudeza. –Bueno, espero que esto te sirva para que liberes tensión.-Finalizó con un guiño coqueto.
Se encogió de hombros para luego observar sobre el rabillo del ojo derecho como si buscara anticipar la entrada de alguien más. Lanzó un suspiro y observó el sitio antes de entablar conversación con la pelirroja.- En realidad venía a darte una mano.- Comentó el muchacho, observando la generosa delantera de la femenina, ampliando su sonrisa por un instante.-Bueno, en realidad, dos.- Agregó en un tono divertido como dándole una respuesta e indirectas a lo que se refería. Él siempre había sido de esa manera con las féminas, quizás pecaba de transparente pero así todo resultaba mucho más fácil pero debía decir que en ciertas ocasiones ello le jugaba en contra si es que en algún momento quería salir bien librado de los asuntos.
-Por otra parte, tengo preferencias por los senos voluptuosos que por pechos planos.- Indicando su rechazo hacia la propuesta ajena. No le prestaría demasiada importancia a ello ya que estaba en una situación un tanto complicada, partiendo del hecho que buscó escabullirse de la forma más fácil para poder ubicar a la muchacha. –Ya, hablando en serio…- Hizo una pausa para acercarse más a ella y tomarla por la cintura. –Tu hermana me contó que estabas buscando empleo en este sitio y bueno, vine a darte una mano.- Comunicó de forma tranquila. Se colocó a lado de la misma pero giró el rostro un poco para captar las reacciones de la otra, no ganaban nada estando tensos y tratando de pensar en ideas que no los llevarían a nada. –Creo que si hablamos con el encargado podríamos negociar una entrevista conmigo siempre y cuando seas tú quien lo haga, claro con la condición que te dé el trabajo.- Finalizó.
Al menos él sabía que en este momento, el escuchar su nombre era significado de buscarle alguna entrevista por lo antes mencionado. Él no era muy amante de ello, le gustaba guardar un cierto perfil aún cuando se trataba ganancias cuantiosas; sin embargo, podría hacer una excepción a la regla si te trataba de ayudarla. El híbrido no se lo pensó dos veces antes de acudir al rescate si fuese necesario así que se quedaría en silencio por un momento, viendo transitar a la gente a través de esas lunas que encerraban el lugar.
Por un momento se quedó analizando la situación y volvió a sonreír con picardía. –Por cierto, te daré la primicia siempre y cuando reciba mis “sesiones matutinas”.- Agregó de forma tranquila, emulando las comillas con los dedos, haciendo referencia a lo primero que expresó en su llegada. Sinceramente, Rohde no podía dejar de pensar en los pechos de la mujer y quizás no solo ello, estaba acostumbrado a hacerse con cualquiera de las dos mujeres si es que no era con ambas al mismo tiempo así que pasar un día sin esa clase de diversión le daba algo de fastidio e incluso lo ponía ansioso. No obstante, este no era el lugar adecuado para hacerlo.
Llevó la mano más cercana a la de cabellos rojizos para apretar uno de los pechos como pudo, jugando con el mismo con sumo cuidado de que no los viesen en esa posición, incluso pellizcando el pezón con algo de rudeza. –Bueno, espero que esto te sirva para que liberes tensión.-Finalizó con un guiño coqueto.
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Adrian Rohde
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