Estación
Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
links rápidos
✧ reglamento✧ libro de firmas✧ historia✧ ambientación✧ escenarios✧ razas✧ grupos✧ alineaciones✧ modelo de ficha✧ personajes canon✧ petición de canon✧ físicos ocupados✧ reservas✧ ajustes de cuenta✧ gestión de temas✧ ausencias✧ recuperar color✧ eliminar cuenta✧ quejas, dudas y sugerencias
Conectarse
¿Quién está en línea?
En total hay 49 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 49 Invitados :: 1 Motor de búsqueda
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 369 durante el Miér Oct 30, 2024 6:02 pm
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 369 durante el Miér Oct 30, 2024 6:02 pm
Últimos temas
últimos temas
Créditos
Skin diseñada exclusivamente por el staff de Lost Garden para su uso exclusivo en el foro. Prohibida su copia, cualquier forma de plagio, sea total o parcial, será severamente castigada. Agradecimientos especiales a Dixinmortal y Asistencia Foroactivo por los tutoriales utilizados para la creación de esta skin. Las imágenes utilizadas en las categorías pertenecen en su totalidad a la artista Sakimichan, únicamente editadas para su implementación en el foro. Los personajes e historias que aquí se albergan son de la autoría de sus usuarios, quienes le dan vida a este proyecto, muchísimas gracias a todos por su paciencia.
Antes del Gran Viaje - Privado +18
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
por Dartagnan Schrenberg Mar Jun 26, 2018 2:50 am
Recuerdo del primer mensaje :
Francia. - En un Hotel en la Ciudad de Toulouse - Un día antes del viaje a la isla. - 10:20AM
Ya pasaban dos semanas desde que en la ciudad de Nimes, había acabado todo. La "Gran Batalla Final" se había llevado a cabo después de lo que empezó hace 5 años atrás como una tragedia, había llegado a su clímax. Sería una gran historia para escribir, la familia que falleció en incendios y ataques dejando como sobreviviente a dos niños, cuidados por un amigo de la familia y dos criadas entrenadas por el abuelo del difunto apellido Schrenberg. Los hermanos se separan pero una descubre que lo que acabó con las familias y ancestros no fueron ataques porque si, sino una fuerza oscura, una maldición que acompañaba a los Schrenberg desde siempre. La hermana se aleja y en su sed de venganza mancha su corazón, es poseída por la fuerza que causó toda su tragedia y intenta matar a su hermano, destruye su avatar, barre el piso con el y sus criadas y secuestra a una de ellas (Aynara) lavándole el cerebro y convirtiéndola en su esclava, dando por muertos a los otros dos.
Dos años más tarde, (dos años atrás de la actualidad) El joven amo entrena arduamente y con la ayuda de aliados y de Stella entrenándole en combate físico cuerpo a cuerpo, desafían una vez más a su hermana. La batalla dura toda una noche, logran hacer volver en si a Aynara y a duras penas, Dartagnan logró vencer a su hermana pero debía tomar una decisión. Si eliminaba a Caius, la entidad maligna, su hermana moriría aunque este dejaría de existir. Más de veinte sellos mágicos y un ataúd de hielo creado por sus últimas fuerzas en conjunto con las de Stella, sirvieron de prisión para sellar a la joven Jaina Shcrenberg y esconderle en lo más profundo de la ciudad donde nadie pudiera encontrarla. Con la promesa de volver a buscarla cuando tuviera el poder suficiente para salvarle y eliminar a Caius, el joven Dartagnan tomó lo que pudo de las ruinas de su casa y se tomó un merecido descanso junto a sus criadas y amantes antes de partir hacia una isla donde una carta de su hermana decía que le necesitarían más que en cualquier otro lado del mundo.
Así que aquí estaban, en un cómodo hotel, en una cama matrimonial de dos plazas, con servicio a la habitación, y todas esas aventuras detrás de ellos conociéndose ya hace cinco años y el, no siendo ni la mitad de mimado, vergonzoso e inocente que era en ese entonces. La noche anterior había sido una cena, juegos de azar con al principio, ligeras puestas en la habitación, bailes ridículos, imitaciones, karaoke improvisado y penitencias hasta acabar con las prendas tiradas por todos lados, una botella o tres de vino bien vacías, algunos dulces y snacks repartidos por el piso y algunos elementos como guirnaldas orejas de conejo y lencería por todo el cuarto. Había sido divertido.
Las cortinas dejaban que algunos rayos de sol entraran por la ventana de aquel quinto piso, iluminando el desastre de la habitación. A nadie le gustaba el desorden, pero a un día de viajar fuera del país y con todo lo vivido, ¿quien iba a quejarse? Entre ambas hermanas se hallaba el cuerpo desnudo del rubio, a medio cubrir con la pierna de una cruzandole la cadera y el brazo de la otra cruzandole el cuello. Sus piernas separadas, su brazo derecho recogido contra su estómago y el izquierdo rodeando el cuello de Aynara mientras que su cabeza, reposaba entre los pechos de Stella casi mojándole uno de sus pezones al tener la boca abierta. -Nh...- Abrió su ojo derecho poco a poco, cerró la boca y al identificar donde estaba... ni pensó en moverse de allí. Movió sus manos u sis pies para reconocer donde estaba cada cosa y acariciándole los cabellos a la pelirosa mientras con sus mejillas acariciaba los pechos de la peliazul, respiró y bostezó prolongadamente antes de arquear su espalda y todo su cuerpo sintiendo ese exquisito alivio mañanero. -¡Hyuuuugjjj...! ¡Nhhh...!-
Serpenteando intentando no despertarlas se movió sigilosamente para ponerse de pie, echarse un bombón que encontró por ahí a la boca y caminar desnudo hasta la ventana. Movió las cortinas, estaban en un quinto piso así que nadie vería nada. Abrió la ventana para ventilar el cuarto y se apoyó en el marco de esta cual modelo desnudo con el trasero levantado hacia la cama y el cuerpo inclinado hacia adelante. Era un día precioso, el sol brillaba entre pocas nubes iluminando el agua y los puentes de la hermosa ciudad de Toulouse. -Y mañana Cannes...- recordó en voz alta, ya que temprano tomarían el avión para dirigirse a la isla. Su último día en Francia apenas empezaba y, ya empezaba a extrañar su patria.
Dos años más tarde, (dos años atrás de la actualidad) El joven amo entrena arduamente y con la ayuda de aliados y de Stella entrenándole en combate físico cuerpo a cuerpo, desafían una vez más a su hermana. La batalla dura toda una noche, logran hacer volver en si a Aynara y a duras penas, Dartagnan logró vencer a su hermana pero debía tomar una decisión. Si eliminaba a Caius, la entidad maligna, su hermana moriría aunque este dejaría de existir. Más de veinte sellos mágicos y un ataúd de hielo creado por sus últimas fuerzas en conjunto con las de Stella, sirvieron de prisión para sellar a la joven Jaina Shcrenberg y esconderle en lo más profundo de la ciudad donde nadie pudiera encontrarla. Con la promesa de volver a buscarla cuando tuviera el poder suficiente para salvarle y eliminar a Caius, el joven Dartagnan tomó lo que pudo de las ruinas de su casa y se tomó un merecido descanso junto a sus criadas y amantes antes de partir hacia una isla donde una carta de su hermana decía que le necesitarían más que en cualquier otro lado del mundo.
Así que aquí estaban, en un cómodo hotel, en una cama matrimonial de dos plazas, con servicio a la habitación, y todas esas aventuras detrás de ellos conociéndose ya hace cinco años y el, no siendo ni la mitad de mimado, vergonzoso e inocente que era en ese entonces. La noche anterior había sido una cena, juegos de azar con al principio, ligeras puestas en la habitación, bailes ridículos, imitaciones, karaoke improvisado y penitencias hasta acabar con las prendas tiradas por todos lados, una botella o tres de vino bien vacías, algunos dulces y snacks repartidos por el piso y algunos elementos como guirnaldas orejas de conejo y lencería por todo el cuarto. Había sido divertido.
Las cortinas dejaban que algunos rayos de sol entraran por la ventana de aquel quinto piso, iluminando el desastre de la habitación. A nadie le gustaba el desorden, pero a un día de viajar fuera del país y con todo lo vivido, ¿quien iba a quejarse? Entre ambas hermanas se hallaba el cuerpo desnudo del rubio, a medio cubrir con la pierna de una cruzandole la cadera y el brazo de la otra cruzandole el cuello. Sus piernas separadas, su brazo derecho recogido contra su estómago y el izquierdo rodeando el cuello de Aynara mientras que su cabeza, reposaba entre los pechos de Stella casi mojándole uno de sus pezones al tener la boca abierta. -Nh...- Abrió su ojo derecho poco a poco, cerró la boca y al identificar donde estaba... ni pensó en moverse de allí. Movió sus manos u sis pies para reconocer donde estaba cada cosa y acariciándole los cabellos a la pelirosa mientras con sus mejillas acariciaba los pechos de la peliazul, respiró y bostezó prolongadamente antes de arquear su espalda y todo su cuerpo sintiendo ese exquisito alivio mañanero. -¡Hyuuuugjjj...! ¡Nhhh...!-
Serpenteando intentando no despertarlas se movió sigilosamente para ponerse de pie, echarse un bombón que encontró por ahí a la boca y caminar desnudo hasta la ventana. Movió las cortinas, estaban en un quinto piso así que nadie vería nada. Abrió la ventana para ventilar el cuarto y se apoyó en el marco de esta cual modelo desnudo con el trasero levantado hacia la cama y el cuerpo inclinado hacia adelante. Era un día precioso, el sol brillaba entre pocas nubes iluminando el agua y los puentes de la hermosa ciudad de Toulouse. -Y mañana Cannes...- recordó en voz alta, ya que temprano tomarían el avión para dirigirse a la isla. Su último día en Francia apenas empezaba y, ya empezaba a extrañar su patria.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Miér Jul 25, 2018 10:15 pm
La incompatibilidad genética era un factor que siempre estuvo presente en la vida del joven, pero que de vez en cuando a las gemelas pasaban por alto por el mero hecho de que su deseo futuro era poder engendrar un lazo sanguíneo con su amo; es decir, darle un heredero. Pero a pesar de que ellas querían ser las progenitoras de una estirpe como la de su amo, tenían muy presente que él tarde o temprano "tendrá" que juntarse sus genes con alguien compatible, cosa que a pesar que les hervía la sangre a ambas chicas, entendían ellas a la perfección cualquier motivo que colocara su amo, más que mal, ella lo adoraban y querían lo mejor para él.
Stella con una mirada firme y una sonrisa amena asintió con la cabeza las palabras emitidas por él.- Lo sé, pero de vez en cuando aquella explicación se me nubla y hablo estupideces.- Comentó un cuanto apenada lo cual no duró mucho tiempo, puesto que quería prepararse tanto física como psicologicamente para la noche que los tres iban a tener.
Saliendo del local, siguieron a su amo él cual acordó un punto de reunión el cual se utilizaría dentro de unas horas. Luego de que él besara a sus dos sirvientas, ellas tranquilamente caminaron hacia un conocido barrio el cual traían artículos eróticos de primera selección. Ambas chicas al llegar a un departamento de color rosado entraron con mucho desplante y pidieron a su empleada que les vendiera un perfume que contenía un químico de fermonas, las cuales eran discretas y servían para "potenciar el encanto hormonal" de las mujeres. Aunque ellas sabían que podían hacer eso sin ayuda de un químico, pero querían experimentar algo nuevo en este preciso momento.
En el punto de encuentro.
Las chicas permanecían esperando tranquilamente a su amo en aquel punto de encuentro, sabían que él podía demorarse un poco más pero a ellas no les importaba mucho aquel detalle ya que estaban sumamente concentradas en lo que iba a pasar en la noche. Pero cuando por fin vieron la silueta de su amo, ambas se pusieron extremadamente felices y lo siguieron hasta que llegaron a la habitación.
Estando dentro ya, él joven amo les entregó las prendas que ambas debían utilizar, cosa que sin pensarlo mucho ambas se dirigieron al baño para colocarse dichos disfraces y sobre todo, colocarse esas fermonas detrás de las orejas, en el centro del pecho y en los tobillos (en el caso de Aynara). Cuando las gemelas ya estaban listas, ambas salieron discretamente, pero la primera en hacer su jugarreta fue Aynara.
Caminando de forma coqueta hacia el sillón, se posicionó detrás de este y de forma hábil colocó su pierna derecha sobre el brazo del sofá, teniendo cuidado en no aplastar los dedos de su amo...Con aquella postura, mostrando su contorneada figura, acercó su pecho hacia adelante para que pudiese presenciar un poco del disfraz.- Espero que le guste mi nueva apariencia amo.- Dijo Aynara con un tono bastante seductor.
Luego de unos segundos, Stella copia la acción de Aynara, dejando a libre disposición su pierna en el otro brazo del sofá.- Estamos atentas y dispuestas en satisfacer en todo lo que desea nuestro amo.- Enunciaron ambas para luego quedarse calladas esperando alguna orden.
Stella con una mirada firme y una sonrisa amena asintió con la cabeza las palabras emitidas por él.- Lo sé, pero de vez en cuando aquella explicación se me nubla y hablo estupideces.- Comentó un cuanto apenada lo cual no duró mucho tiempo, puesto que quería prepararse tanto física como psicologicamente para la noche que los tres iban a tener.
Saliendo del local, siguieron a su amo él cual acordó un punto de reunión el cual se utilizaría dentro de unas horas. Luego de que él besara a sus dos sirvientas, ellas tranquilamente caminaron hacia un conocido barrio el cual traían artículos eróticos de primera selección. Ambas chicas al llegar a un departamento de color rosado entraron con mucho desplante y pidieron a su empleada que les vendiera un perfume que contenía un químico de fermonas, las cuales eran discretas y servían para "potenciar el encanto hormonal" de las mujeres. Aunque ellas sabían que podían hacer eso sin ayuda de un químico, pero querían experimentar algo nuevo en este preciso momento.
En el punto de encuentro.
Las chicas permanecían esperando tranquilamente a su amo en aquel punto de encuentro, sabían que él podía demorarse un poco más pero a ellas no les importaba mucho aquel detalle ya que estaban sumamente concentradas en lo que iba a pasar en la noche. Pero cuando por fin vieron la silueta de su amo, ambas se pusieron extremadamente felices y lo siguieron hasta que llegaron a la habitación.
Estando dentro ya, él joven amo les entregó las prendas que ambas debían utilizar, cosa que sin pensarlo mucho ambas se dirigieron al baño para colocarse dichos disfraces y sobre todo, colocarse esas fermonas detrás de las orejas, en el centro del pecho y en los tobillos (en el caso de Aynara). Cuando las gemelas ya estaban listas, ambas salieron discretamente, pero la primera en hacer su jugarreta fue Aynara.
Caminando de forma coqueta hacia el sillón, se posicionó detrás de este y de forma hábil colocó su pierna derecha sobre el brazo del sofá, teniendo cuidado en no aplastar los dedos de su amo...Con aquella postura, mostrando su contorneada figura, acercó su pecho hacia adelante para que pudiese presenciar un poco del disfraz.- Espero que le guste mi nueva apariencia amo.- Dijo Aynara con un tono bastante seductor.
Luego de unos segundos, Stella copia la acción de Aynara, dejando a libre disposición su pierna en el otro brazo del sofá.- Estamos atentas y dispuestas en satisfacer en todo lo que desea nuestro amo.- Enunciaron ambas para luego quedarse calladas esperando alguna orden.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Jue Jul 26, 2018 12:13 pm
Estando sentado en el sillón, mirando la cama, solo pudo repasar su "plan" una y otra vez, imaginando las posibilidades aunque le costaba imaginar un poco los trajes en ambas chicas especialmente en Aynara ya que era sin ropa interior y esa cola quizás hubiese sido mucho exigir desde un inicio. Sin embargo, la puerta se abrió y la primera en salir fue la pelirosa. -Oh...- Pasó de estar inclinado hacia adelante a echarse hacia atrás apoyándose completamente en el respaldo del sillón. Siguió de pies a cabeza a Aynara con la mirada y cuando la pierna de esta apareció por su costado le observó desde la punta de los pies hasta sus hermosos muslos y su pelvis descubierta. Pudo sentir un agradable aroma además, inhalándolo sin saber a lo que se metía, pero al subir la mirada y ver como de bien le quedaba el traje, sus mejillas se ruborizaron de inmediato. -Te ves... increíble...-
Luego vino la pierna de Stella la cual contempló de igual forma, esas medias escaladas y esas orejitas se le veían realmente bien, estaba orgulloso de los colores y medidas de los trajes pues al parecer había acertado en todo. Se llevó una mano a la boca pues literalmente se le estaba haciendo agua la misma. Suspiraba mirando a una y a otra sintiendo que su entrepierna ya preparaba desde el inicio para jugar, pero el plan era otro.
-Ambas se ven... magníficas.- Repartió miradas para ambas y recordando la promesa que hizo a Aynara, posó su mano sobre el muslo de esta para acariciar suavemente su pierna hasta su muslo desnudo y pasar hacia su entrepierna, solo le dio una caricia superficial para viajar hasta sus nalgas y al dildo que tenía en el trasero para mantener la cola del disfraz allí. -Pensé podrías llegar a hacerte problema con esto, me alegra mucho lo estés usando.- Comentó mirándola a los ojos mientras que tomaba la cola y la movía suavemente para que el objeto que tenía en el interior del recto se moviera también.
Dirigió su mirada ahora a Stella y ojeó sus pechos y sus hombros. -Te queda como anillo al dedo.- Murmuró sonriéndole y acariciándole con su otra mano el estomago, ascendiendo hasta la redondez de su escote sin modificar nada, solo acariciando con delicadeza la suave redondez de sus senos abultados por el corcé. -Lucen deliciosos.-
Ambas se veían tan bien que no quería rmoverles ni una sola cosa. Fue víctima de su propio plan pues ya cuando todo estaba listo, decidió cambiar algo a última hora. Ellas no lo sabían claro, pero lo que deseaba ahora iba a ser una previa para lo que tenía planeado. -Ven, Aynara.- Y guiando con sus manos a la pelirosa la atrajo para indicarle que se parara con las piernas separadas y los pies sobre los brazos del grueso sillón en el que estaba, así, quedaría el sentado sin mover un músculo y ella de pie frente a el con su entrepierna delante de sus narices. Con fetichismo, acercó su nariz a la ranura de sus labios mayores y inhaló con sonoro deseo aquella flor que llevaba años perteneciéndole. Cerró los ojos y dio un tierno y suave beso sobre su vagina, chupando un poco sus labios y estirándolos al sujetarlos con los suyos. -Nh...-
Luego de jadearle sobre la piel, separó los extremos inferiores de su bata, abrió las piernas y expuso sus genitales. Su miembro estaba ya erecto, ruborizado y palpitante, listo para la boca de cualquiera. -Stella.- Solo le nombró, con un podería que jamás había usado cabe decir. No hacía falta describir orden alguna, y lo mejor de todo era que por su posición, podía ver tanto a Aynara delante suyo como a Stella a traves de las piernas separadas de su hermana, era perfecto.
Sin esperar que Stella cumpliera su orden, colocó sus manos sobre los tobillos de Aynara y ascendió suavemente recorriéndole las piernas por encima de esas medias hasta llegar a la parte de sus muslos que estas no cubrían. Allí se divirtió tocando su piel desnuda, desde sus muslos hasta sus caderas, sus nalgas y su pelvis, siempre mirándola con unos ojos afilados hacia arriba como si con la sola vista le dijera que todo cuanto el tocaba ahora, era suyo. Sin quitarle los ojos de encima, el se relamió los labios de forma perversa e insinuante y volvió a acercarse a su pelvis para esta vez, darle un apasionado y cariñoso beso directamente en el clítoris, como si le estuviera besando la boca. -Nhgh...- Jadeó separando sus labios, moviendo su rostro y pasando su lengua por aquel delicado punto. Sus manos fueron a las nalgas para sujetarse bien de allí y masajearlas bien agarradas mientras poco a poco empezaba a bajar un poco más con sus labios para abrir la boca cada vez más hasta empezar a dar bocados realmente grandes y comerle la vagina.
Luego vino la pierna de Stella la cual contempló de igual forma, esas medias escaladas y esas orejitas se le veían realmente bien, estaba orgulloso de los colores y medidas de los trajes pues al parecer había acertado en todo. Se llevó una mano a la boca pues literalmente se le estaba haciendo agua la misma. Suspiraba mirando a una y a otra sintiendo que su entrepierna ya preparaba desde el inicio para jugar, pero el plan era otro.
-Ambas se ven... magníficas.- Repartió miradas para ambas y recordando la promesa que hizo a Aynara, posó su mano sobre el muslo de esta para acariciar suavemente su pierna hasta su muslo desnudo y pasar hacia su entrepierna, solo le dio una caricia superficial para viajar hasta sus nalgas y al dildo que tenía en el trasero para mantener la cola del disfraz allí. -Pensé podrías llegar a hacerte problema con esto, me alegra mucho lo estés usando.- Comentó mirándola a los ojos mientras que tomaba la cola y la movía suavemente para que el objeto que tenía en el interior del recto se moviera también.
Dirigió su mirada ahora a Stella y ojeó sus pechos y sus hombros. -Te queda como anillo al dedo.- Murmuró sonriéndole y acariciándole con su otra mano el estomago, ascendiendo hasta la redondez de su escote sin modificar nada, solo acariciando con delicadeza la suave redondez de sus senos abultados por el corcé. -Lucen deliciosos.-
Ambas se veían tan bien que no quería rmoverles ni una sola cosa. Fue víctima de su propio plan pues ya cuando todo estaba listo, decidió cambiar algo a última hora. Ellas no lo sabían claro, pero lo que deseaba ahora iba a ser una previa para lo que tenía planeado. -Ven, Aynara.- Y guiando con sus manos a la pelirosa la atrajo para indicarle que se parara con las piernas separadas y los pies sobre los brazos del grueso sillón en el que estaba, así, quedaría el sentado sin mover un músculo y ella de pie frente a el con su entrepierna delante de sus narices. Con fetichismo, acercó su nariz a la ranura de sus labios mayores y inhaló con sonoro deseo aquella flor que llevaba años perteneciéndole. Cerró los ojos y dio un tierno y suave beso sobre su vagina, chupando un poco sus labios y estirándolos al sujetarlos con los suyos. -Nh...-
Luego de jadearle sobre la piel, separó los extremos inferiores de su bata, abrió las piernas y expuso sus genitales. Su miembro estaba ya erecto, ruborizado y palpitante, listo para la boca de cualquiera. -Stella.- Solo le nombró, con un podería que jamás había usado cabe decir. No hacía falta describir orden alguna, y lo mejor de todo era que por su posición, podía ver tanto a Aynara delante suyo como a Stella a traves de las piernas separadas de su hermana, era perfecto.
Sin esperar que Stella cumpliera su orden, colocó sus manos sobre los tobillos de Aynara y ascendió suavemente recorriéndole las piernas por encima de esas medias hasta llegar a la parte de sus muslos que estas no cubrían. Allí se divirtió tocando su piel desnuda, desde sus muslos hasta sus caderas, sus nalgas y su pelvis, siempre mirándola con unos ojos afilados hacia arriba como si con la sola vista le dijera que todo cuanto el tocaba ahora, era suyo. Sin quitarle los ojos de encima, el se relamió los labios de forma perversa e insinuante y volvió a acercarse a su pelvis para esta vez, darle un apasionado y cariñoso beso directamente en el clítoris, como si le estuviera besando la boca. -Nhgh...- Jadeó separando sus labios, moviendo su rostro y pasando su lengua por aquel delicado punto. Sus manos fueron a las nalgas para sujetarse bien de allí y masajearlas bien agarradas mientras poco a poco empezaba a bajar un poco más con sus labios para abrir la boca cada vez más hasta empezar a dar bocados realmente grandes y comerle la vagina.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Jue Jul 26, 2018 7:21 pm
Los juegos que los tres realizaban ya desde hace tiempo atrás, era una rutina que a ambas le encantaban y sobre todo disfrutaban sin perder una cuota de placer en cada uno de los movimientos.
Al estar ambas frente a su amo, decidieron quedarse completamente en silencio para contemplar la postura de "macho dominante", la cual era acompañada sutilmente por una exquisita ambientación musical generando un cálido y lujurioso ambiente, el cual enloquecía de forma tranquila (momentáneamente) a las chicas.
Cuando recibieron el cumplido de su amo, ambas chicas asintieron solamente con su cabeza, movimiento el cual fue acompañado con un leve rubor en sus mejillas, el cual era más notorio en Aynara puesto que sabía que en esta tanda ella iba a ser la "consentida" por su adorado amo, así que toda ese estado de expectación le hacía subir su calor corporal.
Ambas gemelas se quedaron quietas para que él pudiese contemplar de mejor forma su contorneado cuerpo y lo hermoso que este se veía adornado con esos eróticos trajes. Pero cuando por fin esos ansiados labios se abrieron para decir sus primeras órdenes, Aynara no pudo evitar sentirse deseada y afortunada al escuchar aquella orden, la cual fue respondida de forma obediente colocándose frente a su amo y dejando en plena disposición su cuerpo para que ambos pudiesen disfrutar el uno del otro.
Aynara estando frente de sus amo, pudo sentir todo ese erotismo que salía con fuerza medida de cada uno de los poros contrarios y que esta acción fue recibida y copiada por el cuerpo de la gemela de cabellos rosados. Ella, al sentir el rostro de su amo tan cerca de su intimidad, no pudo evitar suspirar de forma notoria pero aquello lo contuvo rápidamente mientras ella se mordía su labio inferior dibujando un semblante bastante pervertido en su bello rostro.
La pelirosa sabía que su amo iba a seguir con su apasionado juego en su intimidad, por ende ella apoyó su mano derecha en un costado del sofá y apoyó gran parte de su peso para que ella pudiese estar más equilibrada ya que en ese momento ameritaba algo así, puesto que su gemela había recibido la orden de posicionarse cerca de la intimidad del amo. Ante esto mismo, la chica de cabellos rosados miró sutilmente como su hermana se posicionaba en el suelo, puesto que aquel cuadro plástico era algo sumamente erótico y digno de ser un catalizador para aquel acto sexual.
Centrando nuevamente su atención en su amo, Aynara con su mano libre tomó la cabeza del rubio y comenzó a acariciarla con bastante propiedad, pero cuando sus besos fueron más certeros, la chica no pudo evitar ser un poco más brusca y tomando su cabeza con firmeza guiándola un poco más "adentro" de su intimidad, la sirvienta cerró los ojos y exclamó un sonoro y melodioso.- Ahhh~~.
Centrándonos en la gemela restante, ella después de haber recibido la orden, rápidamente se posicionó bajo de su hermana para poder proceder a satisfacer a su amo. Con mucho cuidado colocó su cabeza cerca de la intimidad del rubio, luego miró rápidamente como estaba posicionada su gemela para no incomodar a ella en su deleite sexual.
Comprobando que ella estaba de maravilla, Stella abrió su boca y dando un bocado rápido, introdujo sutilmente el miembro erecto a su cavidad y de forma enérgica con su lengua comenzó a masajearlo centrándose en la punta de este las cuatro primeras lamidas, mientras que las cuatro restantes abarcaban el cuerpo completo del falo. Al terminar esas lujuriosas lamidas, la chica apretó sus labios y comenzó a mover su cabeza un poco más rápido para entregar más placer a su amo y sobre todo recibir toda esa energía sexual que tanto le gustaba a la sirvienta de cabellos azulados.
Al estar ambas frente a su amo, decidieron quedarse completamente en silencio para contemplar la postura de "macho dominante", la cual era acompañada sutilmente por una exquisita ambientación musical generando un cálido y lujurioso ambiente, el cual enloquecía de forma tranquila (momentáneamente) a las chicas.
Cuando recibieron el cumplido de su amo, ambas chicas asintieron solamente con su cabeza, movimiento el cual fue acompañado con un leve rubor en sus mejillas, el cual era más notorio en Aynara puesto que sabía que en esta tanda ella iba a ser la "consentida" por su adorado amo, así que toda ese estado de expectación le hacía subir su calor corporal.
Ambas gemelas se quedaron quietas para que él pudiese contemplar de mejor forma su contorneado cuerpo y lo hermoso que este se veía adornado con esos eróticos trajes. Pero cuando por fin esos ansiados labios se abrieron para decir sus primeras órdenes, Aynara no pudo evitar sentirse deseada y afortunada al escuchar aquella orden, la cual fue respondida de forma obediente colocándose frente a su amo y dejando en plena disposición su cuerpo para que ambos pudiesen disfrutar el uno del otro.
Aynara estando frente de sus amo, pudo sentir todo ese erotismo que salía con fuerza medida de cada uno de los poros contrarios y que esta acción fue recibida y copiada por el cuerpo de la gemela de cabellos rosados. Ella, al sentir el rostro de su amo tan cerca de su intimidad, no pudo evitar suspirar de forma notoria pero aquello lo contuvo rápidamente mientras ella se mordía su labio inferior dibujando un semblante bastante pervertido en su bello rostro.
La pelirosa sabía que su amo iba a seguir con su apasionado juego en su intimidad, por ende ella apoyó su mano derecha en un costado del sofá y apoyó gran parte de su peso para que ella pudiese estar más equilibrada ya que en ese momento ameritaba algo así, puesto que su gemela había recibido la orden de posicionarse cerca de la intimidad del amo. Ante esto mismo, la chica de cabellos rosados miró sutilmente como su hermana se posicionaba en el suelo, puesto que aquel cuadro plástico era algo sumamente erótico y digno de ser un catalizador para aquel acto sexual.
Centrando nuevamente su atención en su amo, Aynara con su mano libre tomó la cabeza del rubio y comenzó a acariciarla con bastante propiedad, pero cuando sus besos fueron más certeros, la chica no pudo evitar ser un poco más brusca y tomando su cabeza con firmeza guiándola un poco más "adentro" de su intimidad, la sirvienta cerró los ojos y exclamó un sonoro y melodioso.- Ahhh~~.
Centrándonos en la gemela restante, ella después de haber recibido la orden, rápidamente se posicionó bajo de su hermana para poder proceder a satisfacer a su amo. Con mucho cuidado colocó su cabeza cerca de la intimidad del rubio, luego miró rápidamente como estaba posicionada su gemela para no incomodar a ella en su deleite sexual.
Comprobando que ella estaba de maravilla, Stella abrió su boca y dando un bocado rápido, introdujo sutilmente el miembro erecto a su cavidad y de forma enérgica con su lengua comenzó a masajearlo centrándose en la punta de este las cuatro primeras lamidas, mientras que las cuatro restantes abarcaban el cuerpo completo del falo. Al terminar esas lujuriosas lamidas, la chica apretó sus labios y comenzó a mover su cabeza un poco más rápido para entregar más placer a su amo y sobre todo recibir toda esa energía sexual que tanto le gustaba a la sirvienta de cabellos azulados.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Jue Jul 26, 2018 8:52 pm
El gemido de Aynara era la mejor música para sus oídos en ese momento. Podía deleitarse con el dulce sabor de su entrepierna y, cuando ella presionó su cabeza con algo de fuerza, el rubio lo disfrutó, pero protestó emitiendo un pequeño gruñido que pretendía comunicarle insolencia a la pelirosa a quien pellizcó las nalgas con ambas manos.
Su lengua se aventuró a extenderse por completo y como una alfombra para la rosada vagina, se plegó a la superficie de los labios y desde allí comenzó a empujar hacia arriba y adentro, lamiendo profundamente una y otra vez la abertura que formaba entre sus carnes. Ahogados gemidos escapaban de la abierta boca de Dartagnan quien exhalaba todo su aliento en los ya húmedos poros del pubis usando sus manos para masajear las firmes y deliciosas nalgas entre sus dedos, manipulándolas de tal forma que buscaba hacer Aynara se resintiera al tener esa cola enterrada en el trasero. -Gha...- Detuvo sus lamidas un momento para respirar y dirigir la vista a los ojos de la pequeña. -Eres tan dulce, Aynara...- Desconocía los efectos del perfume, pero si sumaba que adoraba el sabor de la pelirosa además del plus que el traje le daba, quizás el perfume ni siquiera era necesario o tal vez fue el motor que hizo al rubio atrasar un poco sus propios planes de dominio. Fuese lo que fuese, estaba fascinado.
Gimió por los exquisitos masajes en la cabeza de su miembro realizados por Stella, haciéndole estos temblar las piernas y abrirlas un poco más buscando generar el espacio suficiente para la comodidad de la postura de esta. Con el miembro dentro de la boca, solo le quedó apenas iniciar un ansioso vaivén con las caderas buscando follarse la boca de su conejita.
Los gemidos que la felación ocasionaba, los ahogaría ahora en la vagina que empezaba a comerse una vez más, moviendo su rostro y su cuello para quedar con la pelirosa casi que sentada sobre su boca, con la nariz pegada a su monte de venus. -¡Ngh!- Sin importarle sofocarse a si mismo, su cara se enrojeció, sus mejillas eran fuego y sus labios abiertos no dejaban de masajear y chupar allí abajo. Su lengua se estiraba hasta donde su fisionomía se lo permitía y recorría el interior de la cavidad saboreando los jugos de aquella zorrita.
No contento solo con eso, Dartagnan bajó una de sus manos para estirarla hacia Stella y acariciarle con ternura el rostro, antes de tomarle con poderío la cabeza y empujársela para hundirle el miembro hasta la garganta, quejándose en la vagina de su hermana. Su otra mano, soltó la nalga que sujetaba y fue a agarrar parte del mango de la cola a la salida del ano de Aynara. Sujetó esta con los dedos y sin dejar sus maniobras orales, empezó a echar la cola hacia atrás y adelante masturbando el ano de su criada. No podía sonreír pero si pudiera, tendría una sonrisa tan perversa como traviesa a lo largo de toda su cara.
Su lengua se aventuró a extenderse por completo y como una alfombra para la rosada vagina, se plegó a la superficie de los labios y desde allí comenzó a empujar hacia arriba y adentro, lamiendo profundamente una y otra vez la abertura que formaba entre sus carnes. Ahogados gemidos escapaban de la abierta boca de Dartagnan quien exhalaba todo su aliento en los ya húmedos poros del pubis usando sus manos para masajear las firmes y deliciosas nalgas entre sus dedos, manipulándolas de tal forma que buscaba hacer Aynara se resintiera al tener esa cola enterrada en el trasero. -Gha...- Detuvo sus lamidas un momento para respirar y dirigir la vista a los ojos de la pequeña. -Eres tan dulce, Aynara...- Desconocía los efectos del perfume, pero si sumaba que adoraba el sabor de la pelirosa además del plus que el traje le daba, quizás el perfume ni siquiera era necesario o tal vez fue el motor que hizo al rubio atrasar un poco sus propios planes de dominio. Fuese lo que fuese, estaba fascinado.
Gimió por los exquisitos masajes en la cabeza de su miembro realizados por Stella, haciéndole estos temblar las piernas y abrirlas un poco más buscando generar el espacio suficiente para la comodidad de la postura de esta. Con el miembro dentro de la boca, solo le quedó apenas iniciar un ansioso vaivén con las caderas buscando follarse la boca de su conejita.
Los gemidos que la felación ocasionaba, los ahogaría ahora en la vagina que empezaba a comerse una vez más, moviendo su rostro y su cuello para quedar con la pelirosa casi que sentada sobre su boca, con la nariz pegada a su monte de venus. -¡Ngh!- Sin importarle sofocarse a si mismo, su cara se enrojeció, sus mejillas eran fuego y sus labios abiertos no dejaban de masajear y chupar allí abajo. Su lengua se estiraba hasta donde su fisionomía se lo permitía y recorría el interior de la cavidad saboreando los jugos de aquella zorrita.
No contento solo con eso, Dartagnan bajó una de sus manos para estirarla hacia Stella y acariciarle con ternura el rostro, antes de tomarle con poderío la cabeza y empujársela para hundirle el miembro hasta la garganta, quejándose en la vagina de su hermana. Su otra mano, soltó la nalga que sujetaba y fue a agarrar parte del mango de la cola a la salida del ano de Aynara. Sujetó esta con los dedos y sin dejar sus maniobras orales, empezó a echar la cola hacia atrás y adelante masturbando el ano de su criada. No podía sonreír pero si pudiera, tendría una sonrisa tan perversa como traviesa a lo largo de toda su cara.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Vie Jul 27, 2018 5:22 pm
Stella estando abajo disfrutaba la calidez emitida por el miembro de su amado, también la dureza, firmeza y sabor particular que tenía la intimidad del rubio. Los labios de la antes nombrada de vez en cuando apretaban con sutil fuerza el falo para dar mayor intensidad a las felaciones. Pero en un movimiento emitido por su amo, la intimidad de él en cuestión se dirigió hacia lo más profundo de su cavidad cosa que generó que la chica abriera sus ojos por la sorpresa, pero esta no duró mucho tiempo y cerró los ojos al segundo después para poder disfrutar de aquella hozada acción la cual le había gustado mucho, por ende, ella debía recompensarlo.
De esta forma ella apretó un poco sus mejillas para reducir el tamaño de su boca y luego con mucho cuidado cerró un poco más esta cavidad para tener completamente apresado el miembro ajeno. Pero siempre ella tuvo cuidado, puesto que no quería cortar la circulación del contrario y sobre todo, no quería perder un rango de maniobravilidad. Ya teniendo esas acciones cumplidas, la chica comenzó a mover su cabeza de atrás hacia adelante, pero con la salvedad de que cuando ella estaba más cerca del cuerpo de su amo, ella con un movimiento rápido empapaba el miembro ajeno con una completa lamida que no podía pasar discreta.
Por otra parte, Aynara seguía recibiendo un candente beso en su parte intima, sentía que en ese preciso momento la única beneficiada y querida era ella, puesto que la atención sexual estaba puesta netamente en satisfacer los placeres carnales de la pelirosa. Cuando ella atrajo la cabeza de su amo hacia su intimidad, sintió por parte del rubio una ligera represión, pero esta era tan erótica que fue bien recibida por ella; ante esto la chica levantó sutilmente su cola y apretó tranquilamente sus nalgas para poder sentir un poco mejor el tubo que ella tenía encajado en el ano, el cual era el soporte de la cola que ella tenía puesta.
La lengua de su amo recorría perfectamente todos los espacios erógenos de la chica, los cuales, al ser lamidos provocaban en ella un escalofrío que era bastante exquisito y este transmitía los impulsos hacia los gestos de su rostro, los cuales hicieron que ella abriera la boca y jadeara de forma rápida. Pero aquello no fue todo, mientras ella trataba de normalizar su respiración, sintió que su amo jalaba la cola, cosa que daba como resultado que el soporte que tenía metido en su ano se moviera de forma juguetona.
Aynara, al sentir el roce en su pequeña cavidad, apretó los ojos y abriendo la boca generó un gemido tan audible que hasta su gemela que estaba unos centímetros más abajo podría escuchar con facilidad.- Ahhh...Lo puede hacer de forma circular amo?.- Pidió la joven, ya que él rubio quería ejercer su postura de amo dominante, por ende, ella se había metido mucho en su papel y por eso trató de no perder la cordura para hacer esa petición.
Guardando silencio ella esperó tranquila la acción de él, pero eso no quiere decir que ella se mantuvo quieta, sino que todo lo contrario, ella contraía como si se tratase de una válvula, los músculos de su pequeña cavidad, así podía sentir mucho mejor el movimiento de aquel tubo que tenía metido en su ano.
De esta forma ella apretó un poco sus mejillas para reducir el tamaño de su boca y luego con mucho cuidado cerró un poco más esta cavidad para tener completamente apresado el miembro ajeno. Pero siempre ella tuvo cuidado, puesto que no quería cortar la circulación del contrario y sobre todo, no quería perder un rango de maniobravilidad. Ya teniendo esas acciones cumplidas, la chica comenzó a mover su cabeza de atrás hacia adelante, pero con la salvedad de que cuando ella estaba más cerca del cuerpo de su amo, ella con un movimiento rápido empapaba el miembro ajeno con una completa lamida que no podía pasar discreta.
Por otra parte, Aynara seguía recibiendo un candente beso en su parte intima, sentía que en ese preciso momento la única beneficiada y querida era ella, puesto que la atención sexual estaba puesta netamente en satisfacer los placeres carnales de la pelirosa. Cuando ella atrajo la cabeza de su amo hacia su intimidad, sintió por parte del rubio una ligera represión, pero esta era tan erótica que fue bien recibida por ella; ante esto la chica levantó sutilmente su cola y apretó tranquilamente sus nalgas para poder sentir un poco mejor el tubo que ella tenía encajado en el ano, el cual era el soporte de la cola que ella tenía puesta.
La lengua de su amo recorría perfectamente todos los espacios erógenos de la chica, los cuales, al ser lamidos provocaban en ella un escalofrío que era bastante exquisito y este transmitía los impulsos hacia los gestos de su rostro, los cuales hicieron que ella abriera la boca y jadeara de forma rápida. Pero aquello no fue todo, mientras ella trataba de normalizar su respiración, sintió que su amo jalaba la cola, cosa que daba como resultado que el soporte que tenía metido en su ano se moviera de forma juguetona.
Aynara, al sentir el roce en su pequeña cavidad, apretó los ojos y abriendo la boca generó un gemido tan audible que hasta su gemela que estaba unos centímetros más abajo podría escuchar con facilidad.- Ahhh...Lo puede hacer de forma circular amo?.- Pidió la joven, ya que él rubio quería ejercer su postura de amo dominante, por ende, ella se había metido mucho en su papel y por eso trató de no perder la cordura para hacer esa petición.
Guardando silencio ella esperó tranquila la acción de él, pero eso no quiere decir que ella se mantuvo quieta, sino que todo lo contrario, ella contraía como si se tratase de una válvula, los músculos de su pequeña cavidad, así podía sentir mucho mejor el movimiento de aquel tubo que tenía metido en su ano.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Vie Jul 27, 2018 9:51 pm
Podía escuchar a la mayor de las hermanas quejarse y gozar de tener su miembro hasta la garganta pero de verás que ansiaba poder verla también. Era estresante pero tampoco podía decir que la vista que tenía o que la razón de porque su vista estaba totalmente bloqueada, era mala. La mezcla de los jugos de la menor y su propia saliva comenzaba a escurrirle por el mentón en forma de dos hilos, uno por cada comisura de sus labios descendiendo hasta casi llegar a su cuello.
Así como jadeaba por el sabor de Aynara, gemía casi como si sufriera por la presión y las exquisitas lamidas en su miembro. Lo sentía tan empapado y caliente que más que en una boca parecía estar en una verdadera vagina que no le daba tregua alguna. Y si Stella llegaba a dudar del placer que otorgaba, solo tenía que mirar la mano del rubio, aquella que momentos atrás le forzó a devorarle el miembro ahora estaba sobre el muslo izquierdo de Dartagnan con los dedos contraidos y temblando por los espasmos que aquella felación le provocaba.
En cuanto sintió que la cola se le hacía algo más "pesada" de mover, un pervertido suspiro se escapó por sus narices acariciando el pubis bajo sus fosas nasales. ¿Estaba apretándolo? Sumado eso más la petición de la pequeña, Dartagnan tuvo que soltar su enrojecida vagina para jadear y tomar algo de aire mirándola a los ojos. -Que zorrita tan osada...- Murmuró para Aynara y tal y como ella pidió, el rubio empezó a mover su muñeca creando ondulaciones para que sus dedos le siguieran y por ende, el tubo del que colgaba la rosada cola empezase a revolver la entrada al recto de la mujer en cuestión.
Dartagnan bajó la vista un poco, posando su vista en Stella sin dejar de atender a su hermana. La atrapó justo cuando iba hacia atrás, descubriendo su falo empapado en saliva, brillante y caliente. Estiró el brazo izquierdo para tocarle la mejilla y hacer que le mirara, su rostro parecía apenado pero era el reflejo absoluto del extasis en el que se hallaba sumergido. Y sin poder reproducir sonido alguno, movió sus labios con una honesta sonrisa dirigida a la peliazul para que leyera "Te amo" en sus labios. Esperando alguna respuesta o mínimo gesto de su parte, Darti volvería a erguir su cuello y regalarle a la consentida de esa noche, un pequeño y travieso beso en su clítoris.
-Ven Aynara.- Una vez más la llamó, deteniendo todo con ella y solo por si acaso, miró hacia abajo para contactar a Stella con seriedad. -Tu no te atrevas a parar.- Dicho aquello volvió con Aynara, jaló una pequeña palanca a un costado del sillón para que este se desenganchara del respaldo creando una pequeña cama y así sin entorpecer a Stella, el rubio se recostara por completo. Ahora, guió a la pelirosa para que esta se le sentara encima pero mirando hacia su hermana, formando así sobre el sillón un improvisado sesenta y nueve que dejaría a ambas hermanas con el miembro de su amo en medio... si es que Stella lo soltaba, claro estaba.
-Compartan un poco.- Murmuró con algo de perversión antes de llevar ambas manos a las nalgas que tenía sobre la cara, ladeando esta para que la cola no le molestara. Empezó una vez más a lamer la ranura entre los labios de la vagina, de arriba abajo y a veces atacándola con lamidas cortas pero muy veloces semejantes a las de un can bebiendo agua. Mientras ejecutaba aquello con la boca, usó su mano izquierda para abrir una de las nalgas mientras que la derecha la utilizó para tomar la extensión plástica de la cola entre el dilo y el cabello sintético de esta, comenzando a empujar hacia adentro y hacia afuera del ano en el que estaba depositada. Interacalaba los movimientos entre suaves y lentos mete y saca y luego cuando dejaba el dildo bien adentro movía la cola de forma circular para revolver las entrañas de su querida vulpina.
Así como jadeaba por el sabor de Aynara, gemía casi como si sufriera por la presión y las exquisitas lamidas en su miembro. Lo sentía tan empapado y caliente que más que en una boca parecía estar en una verdadera vagina que no le daba tregua alguna. Y si Stella llegaba a dudar del placer que otorgaba, solo tenía que mirar la mano del rubio, aquella que momentos atrás le forzó a devorarle el miembro ahora estaba sobre el muslo izquierdo de Dartagnan con los dedos contraidos y temblando por los espasmos que aquella felación le provocaba.
En cuanto sintió que la cola se le hacía algo más "pesada" de mover, un pervertido suspiro se escapó por sus narices acariciando el pubis bajo sus fosas nasales. ¿Estaba apretándolo? Sumado eso más la petición de la pequeña, Dartagnan tuvo que soltar su enrojecida vagina para jadear y tomar algo de aire mirándola a los ojos. -Que zorrita tan osada...- Murmuró para Aynara y tal y como ella pidió, el rubio empezó a mover su muñeca creando ondulaciones para que sus dedos le siguieran y por ende, el tubo del que colgaba la rosada cola empezase a revolver la entrada al recto de la mujer en cuestión.
Dartagnan bajó la vista un poco, posando su vista en Stella sin dejar de atender a su hermana. La atrapó justo cuando iba hacia atrás, descubriendo su falo empapado en saliva, brillante y caliente. Estiró el brazo izquierdo para tocarle la mejilla y hacer que le mirara, su rostro parecía apenado pero era el reflejo absoluto del extasis en el que se hallaba sumergido. Y sin poder reproducir sonido alguno, movió sus labios con una honesta sonrisa dirigida a la peliazul para que leyera "Te amo" en sus labios. Esperando alguna respuesta o mínimo gesto de su parte, Darti volvería a erguir su cuello y regalarle a la consentida de esa noche, un pequeño y travieso beso en su clítoris.
-Ven Aynara.- Una vez más la llamó, deteniendo todo con ella y solo por si acaso, miró hacia abajo para contactar a Stella con seriedad. -Tu no te atrevas a parar.- Dicho aquello volvió con Aynara, jaló una pequeña palanca a un costado del sillón para que este se desenganchara del respaldo creando una pequeña cama y así sin entorpecer a Stella, el rubio se recostara por completo. Ahora, guió a la pelirosa para que esta se le sentara encima pero mirando hacia su hermana, formando así sobre el sillón un improvisado sesenta y nueve que dejaría a ambas hermanas con el miembro de su amo en medio... si es que Stella lo soltaba, claro estaba.
-Compartan un poco.- Murmuró con algo de perversión antes de llevar ambas manos a las nalgas que tenía sobre la cara, ladeando esta para que la cola no le molestara. Empezó una vez más a lamer la ranura entre los labios de la vagina, de arriba abajo y a veces atacándola con lamidas cortas pero muy veloces semejantes a las de un can bebiendo agua. Mientras ejecutaba aquello con la boca, usó su mano izquierda para abrir una de las nalgas mientras que la derecha la utilizó para tomar la extensión plástica de la cola entre el dilo y el cabello sintético de esta, comenzando a empujar hacia adentro y hacia afuera del ano en el que estaba depositada. Interacalaba los movimientos entre suaves y lentos mete y saca y luego cuando dejaba el dildo bien adentro movía la cola de forma circular para revolver las entrañas de su querida vulpina.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Dom Jul 29, 2018 1:59 pm
Stella estando situada en el suelo jugaba de forma enérgica con el miembro de su amo. De vez en cuando ella contraía un poco sus músculos para sentir las palpitaciones y vigor del falo, lo cual en ese momento la tenían completamente loca y eso o demostraba con las acciones que realizaba con su lengua, cuya era semejante con un pequeño tornado que de forma impetuosa pasaba por toda la extensión del exquisito miembro que estaba degustando. Acto seguido y teniendo mucho cuidado comenzó a cerrar su boca hasta que su paladar superior tocara la cara visible del falo. A pesar de que se podía sentir el roce de los dientes (de vez en cuando), ella demostrando tener mucha experiencia en el área sexual, realizó un movimiento que hizo que los dientes no molestaran en lo más mínimo tanto en la felación como en un fortuito roce.
Bien concentrada en esa acción, sintió una cálida acción por parte de su amo, la cual de forma automática hizo que ella lentamente disminuyera el ritmo de la felación, para luego posar de forma delicada la mirada en los ojos del contrario. Ante esto y al ver el movimiento de los labios de su adorado amo pronunciar un "te amo", ella lentamente deslizó sus labios por el falo y dejando estos posados a unos milímetros de la cabeza del miembro, Stella llena de cariño moduló la respuesta para él rubio: "Yo también lo amo". Dicho eso ella metió nuevamente el miembro a su boca para seguir gozando su la intimidad contraria.
Bajo la petición de Aynara, ella mientras esperaba que su amo realizara los movimientos circulares ella contraía cada tres a cuatro segundos los músculos de su pequeña cavidad así podía sentir cada vez un poco más de placer.
Centrándonos ahora en la intimidad de la chica portadora del traje de zorrita,, al recibir semejante carga de placer por el beso que su amo había depositado en su clítoris, la chica apretó un poco sus labios para reprimir un gemido, pero este salió de todas formas cuando ella relajó un poco los gestos de su rostro. Liberado de este, ella centró su mirada en su amo debido a que él la había nombrado.- Sí amo.- Comentó de forma obediente Aynara quien como un autómata seguía las ordenes dichas por su amo; mientras que, Stella ante la orden asintió con la cabeza para luego seguir en el menester deseado por él rubio.
Habiendo creado otra postura, la cual era digna de una película para adultos, las gemelas rápidamente se miraron y afilaron su mirada, la cual estaba cargada de una connotación sexual un cuanto malévola, puesto que, a pesar de todo adoraban entregarle placer a su amo a duo y que mejor que compartiendo un duro y vigoroso miembro como el de él.
Aynara se posición en la nueva postura para luego acercarse hacia la zona erógena y allí frente al rostro de su hermana esperó que ella develara de su boca el falo...Después de unos segundos el mimbro erecto estaba en el centro de ambas chicas, las cuales de forma sincronizada sacaron sus lenguas y comenzaron a lamer este de arriba hacia abajo. Cada lamida era emitida de forma lenta procurando pasar por cada centímetro de piel del contrario. Aquella acción duró tres pasadas, puesto que Stella bajó para posicionarse a la altura de los testículos, cuyos en primera instancia fueron besados de forma apasionada para luego ser introducidos con maestría a la boca de la peliazul.
Aynara, por otra parte lamió con mucho más ímpetu el falo de su amo y cuando la punta de la lengua llegó a la cabeza de este mismo, ella recorrió de forma bastante lujuriosa, la cual bastó de dos a tres lamidas por toda su fisionomía para introducir de lleno a la felación.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Mar Jul 31, 2018 5:51 pm
En cualquiera fuese su vida, no se imaginaba con mejores amantes. La boca de Stella era como una tortura, haciéndole a veces "doler" el miembro de tan apretado pero se sentía tan condenadamente bien que por medio segundo, esos apretones y lamidas le apagaban el cerebro, dejándole completamente estático y quieto, como si su mente no pudiera aguantar tanto placer en un solo instante. Además la peliazul tenía el divino poder de ser la más desinhibida y erótica de las hermanas y a la vez, poder ser tan adorable como cuando le devolvió las palabras de amor al rubio solo para volver a ser en un segundo, la de siempre y engullirlo una vez más.
Cuando ambas estaban en posición, Dartagnan esperó antes de cualquier cosa, quería saber si se compartirían o si quizás hasta se pelearían por su miembro, pero no. Sintió deliciosas lamidas que de inmediato le hicieron sentir como una corriente eléctrica recorriera lentamente su columna junto con las lenguas alrededor de su miembro. -¡Ugh! ¡Ah! ahhh...- Era tan excitante como relajante a la vez. -Q-Quiero ver...- Se quejó, se sentía rico y debía verse tan pervertido que habría dado lo que fuera por poder tener un super poder de estirar su cuello o algo y poder apreciar la imagen de las dos hermanas lamiendo su miembro por dos flancos, era exquisito. Pero no iba a romper la posición.
Empezó a darle besos a la vagina sobre su boca, abriendo esta segunda bien grande para abarcar toda la zona y saborearla como si fuese una especie de fruta. Sus mejillas expandieron el color por todo su rostro y sus manos siguieron jugando a masturbar el ano de la menor hasta que sintió que Sus testículos eran besados y luego capturados. -Nh...- Sus ojos se entrecerraron y sus caderas se recogieron Luego su miembro fue devorado por Aynara haciendo que la boca del rubio se abriera y éste echara la cabeza hacia atrás. -¡Ah! chi-chicas...- Empezó a respirar como si le estuvieran apretando el pecho. Su boca estaba abierta pero su nariz era la que respiraba y exhalaba el aire con fuerza y rapidez, era.. desesperante, se sentía tan bien tener ambas zonas manipuladas por bocas que no podía ni concentrarse.
-M-Mierda... no e-es... no es justo... ¡Ah...- Sus ojos se apretaron tras criticar. Su plan era diferente, totalmente a lo que estaba pasando ahora y aunque quiso darse esta "previa" para su plan de la noche, ahora estaba perdiendo y con creces. Sus manos apretaron con fuerza tanto la nalga como la cola pegada al dildo de Aynara, pero no podía moverse, no podía siquiera mover su enrojecido cuello. Sus glúteos se apretaban cada vez que una succión o una buena lamida en sus testículos era dada y su pelvis subía para meter más y más profundo su miembro entre los labios que le apresaban.
Sus piernas parecían pisar pedales, a veces una pisaba con todo el pie el suelo y la otra se levantaba un poco apoyado solo la punta sosteniéndose con los dedos, luego esa bajaba y la otra se apoyaba solo en el talón, incluso a veces uno de sus pies se arrastraba por el piso alfombrado de lo rico que se sentía todo y la cordura del joven amo estaba ya en las últimas. -Q-Que... bien... se siente...- Murmuró con esa voz queda, cortada y sumisa, volviéndose por segundos aquel chico abusado y tierno, impotente ante ante las medio sucubos que tenía por criadas.
No hubo caso, no pudo volver a concentrarse en algo que no fuera respirar y mover la pelvis. Se movía buscando follarse casi de forma descontrolada la boca de Aynara y sus pies buscando un apoyo, tratando de no llegar a cerrar las piernas por espasmos o a llegar incluso a patear a Stella, estaba jadeando, estaba... gritando sin vergüenza alguna. -¡Ahh! ¡Ah! ¡Ahhh! ¡Si! ¡Si! ¡Humm...!- Apretaba los ojos y así como el no podía ver las expresiones de sus flores, ellas tampoco podrían ver que el apretaba los labios para luego sonreir con la boca abierta y sostener en sus ojos dos pequeñas lágrimas de pura dicha y éxtasis.
Stella podría sentirlo con mayor claridad, de pronto los testículos parecieron tensarse y calentarse, como si algo se moviera dentro de estos. -¡Nh!- El miembro se hinchó en la boca de Aynara, la cabeza se inflamó y endureció, cada vena se marcó con creces al recibir más sangre para mantener una erección sumamente potente y el conducto desde el miembro hasta los testículos podía verse claramente hinchado. La cadera del rubio se intentó hundir en el sofá y entonces. -¡¡Ugh!!- fuera donde fuera, las piernas se le estirarían, las manos le sujetarían la nuca a su propia cabeza como si quisiera arrancarse los cabellos y su pelvis ascendería mecánicamente para acabar disparando una cantidad de semen casi ridícula desde la punta mientras obtenía uno de los orgasmos más memorables en su vida. -¡¡G-Ahhh...!!-
Cuando ambas estaban en posición, Dartagnan esperó antes de cualquier cosa, quería saber si se compartirían o si quizás hasta se pelearían por su miembro, pero no. Sintió deliciosas lamidas que de inmediato le hicieron sentir como una corriente eléctrica recorriera lentamente su columna junto con las lenguas alrededor de su miembro. -¡Ugh! ¡Ah! ahhh...- Era tan excitante como relajante a la vez. -Q-Quiero ver...- Se quejó, se sentía rico y debía verse tan pervertido que habría dado lo que fuera por poder tener un super poder de estirar su cuello o algo y poder apreciar la imagen de las dos hermanas lamiendo su miembro por dos flancos, era exquisito. Pero no iba a romper la posición.
Empezó a darle besos a la vagina sobre su boca, abriendo esta segunda bien grande para abarcar toda la zona y saborearla como si fuese una especie de fruta. Sus mejillas expandieron el color por todo su rostro y sus manos siguieron jugando a masturbar el ano de la menor hasta que sintió que Sus testículos eran besados y luego capturados. -Nh...- Sus ojos se entrecerraron y sus caderas se recogieron Luego su miembro fue devorado por Aynara haciendo que la boca del rubio se abriera y éste echara la cabeza hacia atrás. -¡Ah! chi-chicas...- Empezó a respirar como si le estuvieran apretando el pecho. Su boca estaba abierta pero su nariz era la que respiraba y exhalaba el aire con fuerza y rapidez, era.. desesperante, se sentía tan bien tener ambas zonas manipuladas por bocas que no podía ni concentrarse.
-M-Mierda... no e-es... no es justo... ¡Ah...- Sus ojos se apretaron tras criticar. Su plan era diferente, totalmente a lo que estaba pasando ahora y aunque quiso darse esta "previa" para su plan de la noche, ahora estaba perdiendo y con creces. Sus manos apretaron con fuerza tanto la nalga como la cola pegada al dildo de Aynara, pero no podía moverse, no podía siquiera mover su enrojecido cuello. Sus glúteos se apretaban cada vez que una succión o una buena lamida en sus testículos era dada y su pelvis subía para meter más y más profundo su miembro entre los labios que le apresaban.
Sus piernas parecían pisar pedales, a veces una pisaba con todo el pie el suelo y la otra se levantaba un poco apoyado solo la punta sosteniéndose con los dedos, luego esa bajaba y la otra se apoyaba solo en el talón, incluso a veces uno de sus pies se arrastraba por el piso alfombrado de lo rico que se sentía todo y la cordura del joven amo estaba ya en las últimas. -Q-Que... bien... se siente...- Murmuró con esa voz queda, cortada y sumisa, volviéndose por segundos aquel chico abusado y tierno, impotente ante ante las medio sucubos que tenía por criadas.
No hubo caso, no pudo volver a concentrarse en algo que no fuera respirar y mover la pelvis. Se movía buscando follarse casi de forma descontrolada la boca de Aynara y sus pies buscando un apoyo, tratando de no llegar a cerrar las piernas por espasmos o a llegar incluso a patear a Stella, estaba jadeando, estaba... gritando sin vergüenza alguna. -¡Ahh! ¡Ah! ¡Ahhh! ¡Si! ¡Si! ¡Humm...!- Apretaba los ojos y así como el no podía ver las expresiones de sus flores, ellas tampoco podrían ver que el apretaba los labios para luego sonreir con la boca abierta y sostener en sus ojos dos pequeñas lágrimas de pura dicha y éxtasis.
Stella podría sentirlo con mayor claridad, de pronto los testículos parecieron tensarse y calentarse, como si algo se moviera dentro de estos. -¡Nh!- El miembro se hinchó en la boca de Aynara, la cabeza se inflamó y endureció, cada vena se marcó con creces al recibir más sangre para mantener una erección sumamente potente y el conducto desde el miembro hasta los testículos podía verse claramente hinchado. La cadera del rubio se intentó hundir en el sofá y entonces. -¡¡Ugh!!- fuera donde fuera, las piernas se le estirarían, las manos le sujetarían la nuca a su propia cabeza como si quisiera arrancarse los cabellos y su pelvis ascendería mecánicamente para acabar disparando una cantidad de semen casi ridícula desde la punta mientras obtenía uno de los orgasmos más memorables en su vida. -¡¡G-Ahhh...!!-
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Dom Ago 05, 2018 5:01 pm
Al unísono las gemelas seguían haciendo su trabajo de una manera impecable. Aynara a pesar de que estaba recibiendo mucho estímulo por parte de su amo, ella debía mantener el control, puesto que tenía la importante misión de lamer el duro y caliente miembro del rubio y por ende ella no quería quedar mal con él, así que seguía dando su mejor esfuerzo para que todo pudiese llegar bien al clímax. Ante esto ella abrió un poco su boca para jugar con el miembro ajeno, así que moviendo de forma más libre su lengua creó una especie de torbellino que de forma desordenada como apasionada cubría todos los espacios posibles del falo. Pero cuando por fin esa desenfrenada acción dio término, la chica privilegiada optó por contraer de forma rápida sus mejillas para abrazar de forma rotunda el falo y teniendo todo ese contacto ella comenzó a a mover su cabeza adoptando un ritmo bastante rápido, el cual era acompañado de lamidas intercaladas, cuyas eran propinadas en la cabeza del miembro, pero estas a pesar de ser realizadas rápidamente eran bastante precisas en las partes de la corona del glande y la abertura del miembro.
Mientras que Stella seguía presionando y masajeando con su boca los testículos del contrario. Estos a pesar que eran abrazados por las mejillas de la mujer, para ella era impensable no usar su lengua, la cual de forma curiosa delineaba la silueta de aquellas bolsitas de piel. En una de las contracciones que ella generaba con los músculos de su boca, sintió un sutil cambio en la parte encargada por ella, cosa que hizo que Stella se sonrojara rotundamente, puesto que sabía al igual que su gemela lo que iba a pasar.
Aynara al haber recibido los movimientos emitidos por su amo, ella estaba mucho más cerca de sentir un ardor exquisito por su cuerpo y aquel iba a ser transmitido al rubio mediante los rápidos movimientos de su boca, cuyos de forma exclusiva buscaban que él terminara dentro de ella.
Enfocada en aquello, seguí moviendo su cabeza rápidamente, pero cuando sintió esa calidez especia, ella supo lo que se aprontaba. Por ende, ella apretó un poco más la boca para evitar (o tratar) que el líquido saliera desparramado, así teniendo ese control podría compartir tan solo con su propia lujuria aquel caliente fluido que tanto le gustaba a Aynara.
Cuando sintió el disparo en su boca, ella abrió sus ojos y miró a su hermana con ojos lujuriosos, los cuales demostraban no estar satisfechos en un ciento por ciento, a pesar que estaba recibiendo doble placer por él rubio. Después de esa mirada que tan solo fue de una fracción pequeña de tiempo, Aynara sacó su boca del miembro para luego erguirse completamente sobre el torso de su amo y allí ella giró un poco su cabeza para mostrar a su amo que ella no iba a desperdiciar aquel elixir que había expulsado, por ende, ella irguió su cuello y tragó de forma sensual y notoria todo el líquido para luego abrir ligeramente su boca para asomar la punta de la lengua y lamerse su labio inferior de manera erótica, digna de una película porno de buena calidad.
Después de aquel espectáculo de la pelirosa, Stella lentamente sacó su boca de los testículos de su amo y de forma ágil ella se colocó de pie para acercarse hacia donde su gemela. Estando las dos a cinco centímetros (sus rostros), se tomaron de las manos y con mirada fija en los ojos de su amo dijeron al unísono a su amo.- Estuvo increíble amo...Ahora esperaremos nuevas órdenes.- Replicaron de manera lujuriosa las mujeres.
Mientras que Stella seguía presionando y masajeando con su boca los testículos del contrario. Estos a pesar que eran abrazados por las mejillas de la mujer, para ella era impensable no usar su lengua, la cual de forma curiosa delineaba la silueta de aquellas bolsitas de piel. En una de las contracciones que ella generaba con los músculos de su boca, sintió un sutil cambio en la parte encargada por ella, cosa que hizo que Stella se sonrojara rotundamente, puesto que sabía al igual que su gemela lo que iba a pasar.
Aynara al haber recibido los movimientos emitidos por su amo, ella estaba mucho más cerca de sentir un ardor exquisito por su cuerpo y aquel iba a ser transmitido al rubio mediante los rápidos movimientos de su boca, cuyos de forma exclusiva buscaban que él terminara dentro de ella.
Enfocada en aquello, seguí moviendo su cabeza rápidamente, pero cuando sintió esa calidez especia, ella supo lo que se aprontaba. Por ende, ella apretó un poco más la boca para evitar (o tratar) que el líquido saliera desparramado, así teniendo ese control podría compartir tan solo con su propia lujuria aquel caliente fluido que tanto le gustaba a Aynara.
Cuando sintió el disparo en su boca, ella abrió sus ojos y miró a su hermana con ojos lujuriosos, los cuales demostraban no estar satisfechos en un ciento por ciento, a pesar que estaba recibiendo doble placer por él rubio. Después de esa mirada que tan solo fue de una fracción pequeña de tiempo, Aynara sacó su boca del miembro para luego erguirse completamente sobre el torso de su amo y allí ella giró un poco su cabeza para mostrar a su amo que ella no iba a desperdiciar aquel elixir que había expulsado, por ende, ella irguió su cuello y tragó de forma sensual y notoria todo el líquido para luego abrir ligeramente su boca para asomar la punta de la lengua y lamerse su labio inferior de manera erótica, digna de una película porno de buena calidad.
Después de aquel espectáculo de la pelirosa, Stella lentamente sacó su boca de los testículos de su amo y de forma ágil ella se colocó de pie para acercarse hacia donde su gemela. Estando las dos a cinco centímetros (sus rostros), se tomaron de las manos y con mirada fija en los ojos de su amo dijeron al unísono a su amo.- Estuvo increíble amo...Ahora esperaremos nuevas órdenes.- Replicaron de manera lujuriosa las mujeres.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Vie Ago 10, 2018 11:56 pm
La previa había terminado, no la planeó, no la quiso pero si que la disfrutó, tanto que hasta sentía algo de miedo pues sentía se había corrido bastante, habían sido demasiadas sensaciones juntos y ahora mientras jadeaba con la boca abierta mirando a ambas hermanas acomodarse tras la hermosa imagen de Aynara tragando su semen, recuperaba fuerzas en cada inhalación posible con sus rojas mejillas y su aún erecto miembro brillante y palpitando.
-Den-me... un segundo...- Aún seguía incluso algo mareado. Se grababa en la mente lo vivido y esperaba ahora si poder realizar sus planes tal y como los había maquinado antes de sufrir esta deliciosa e impulsiva improvisación. Se mantuvo en silencio unos segundos, saboreándose la boca al sentirla un poco seca y entonces ya algo más recobrado...
-Besense.- Ordenó. No era algo nuevo para ellas, aunque quizás después de tantos años sin tener que satisfacerse entre ellas mismas ahora se volviera algo bochornoso. Pero, se le hacía increíblemente erótico verlas tomadas de la mano y ver como luego de chuparsela, ambas se besaran, especialmente por el sabor que la menor debería de mantener aún ligeramente en su boca. Suavemente dibujó una sonrisa en su rostro, la cual por si existía alguna duda de ello, mostraría que el rubio hablaba en serio. Además, esta acción sería el preámbulo a su plan.
La música seguía, las luces apuntaban aún a la cama dejando al rubio casi en penumbras como un pervertido espectador de todo.La primera vez que los tres tuvieron relaciones sexuales o mejor dicho, que las gemelas abusaron del joven amo hasta arrebatarle su virginidad y llenarle de placer y verguenza, fue la tercera noche de que le fueron "entregadas" en la mansión, cuando en su inocente visita para darles las buenas noches en su habitación, el en ese entonces inocente rubio abrió la puerta del cuarto encontrándose con ambas hermanas semi desnudas acariciándose y besándose para recargar sus energías demoníacas. Fue entonces cuando le invitaron y arrastraron a conocer como recargar
a unas mitad súcubo y las vidas de los tres cambiaron para siempre.
Hoy ese era el plan, usar el poder y dominio que siempre tuvo pero nunca se atrevió a usar. Hoy iba a desquitarse, quería repetir esa noche del pasado pero haciéndolas vestir incluso como el quería que lo hicieran. Quería que esa habitación fuese una máquina del tiempo y hacer lo que cualquier varón hubiera hecho en su lugar años atrás... aprovechar la situación al máximo.
-Quiero que se suban a la cama y que se toquen entre ustedes.- Dio la orden en seco, reacomodándose en el sillón hasta sentarse con las piernas separadas, el codo en el brazo del sillón y su mano apoyando su mejilla. Iba a disfrutarlo. -No pueden quitarse nada de sus trajes, aunque si pueden remover un poco las prendas para liberar... cosas.- Refiriéndose a que podrían bajar las copas del corcé o del delantal para exponer sus senos o abrir el belcro del disfraz de coneja para exponer la intimidad de Stella, pero no quería se quitaran nada, ni los trajes ni las orejas ni un solo accesorio y eso incluía la cola de Aynara. -Tampoco quiero que se escondan. Quiero verlo todo, pero quiero que lo hagan como si yo no estuviera aquí.- Y respirando profundamente, acarició el brazo del sillón restante con su mano, presionando sus dedos sobre la suave tela del mueble y también sus pies contra el suelo. Iba a disfrutar su show lésbico e incestuoso, y iba a disfrutarlo mucho.
-Den-me... un segundo...- Aún seguía incluso algo mareado. Se grababa en la mente lo vivido y esperaba ahora si poder realizar sus planes tal y como los había maquinado antes de sufrir esta deliciosa e impulsiva improvisación. Se mantuvo en silencio unos segundos, saboreándose la boca al sentirla un poco seca y entonces ya algo más recobrado...
-Besense.- Ordenó. No era algo nuevo para ellas, aunque quizás después de tantos años sin tener que satisfacerse entre ellas mismas ahora se volviera algo bochornoso. Pero, se le hacía increíblemente erótico verlas tomadas de la mano y ver como luego de chuparsela, ambas se besaran, especialmente por el sabor que la menor debería de mantener aún ligeramente en su boca. Suavemente dibujó una sonrisa en su rostro, la cual por si existía alguna duda de ello, mostraría que el rubio hablaba en serio. Además, esta acción sería el preámbulo a su plan.
La música seguía, las luces apuntaban aún a la cama dejando al rubio casi en penumbras como un pervertido espectador de todo.La primera vez que los tres tuvieron relaciones sexuales o mejor dicho, que las gemelas abusaron del joven amo hasta arrebatarle su virginidad y llenarle de placer y verguenza, fue la tercera noche de que le fueron "entregadas" en la mansión, cuando en su inocente visita para darles las buenas noches en su habitación, el en ese entonces inocente rubio abrió la puerta del cuarto encontrándose con ambas hermanas semi desnudas acariciándose y besándose para recargar sus energías demoníacas. Fue entonces cuando le invitaron y arrastraron a conocer como recargar
a unas mitad súcubo y las vidas de los tres cambiaron para siempre.
Hoy ese era el plan, usar el poder y dominio que siempre tuvo pero nunca se atrevió a usar. Hoy iba a desquitarse, quería repetir esa noche del pasado pero haciéndolas vestir incluso como el quería que lo hicieran. Quería que esa habitación fuese una máquina del tiempo y hacer lo que cualquier varón hubiera hecho en su lugar años atrás... aprovechar la situación al máximo.
-Quiero que se suban a la cama y que se toquen entre ustedes.- Dio la orden en seco, reacomodándose en el sillón hasta sentarse con las piernas separadas, el codo en el brazo del sillón y su mano apoyando su mejilla. Iba a disfrutarlo. -No pueden quitarse nada de sus trajes, aunque si pueden remover un poco las prendas para liberar... cosas.- Refiriéndose a que podrían bajar las copas del corcé o del delantal para exponer sus senos o abrir el belcro del disfraz de coneja para exponer la intimidad de Stella, pero no quería se quitaran nada, ni los trajes ni las orejas ni un solo accesorio y eso incluía la cola de Aynara. -Tampoco quiero que se escondan. Quiero verlo todo, pero quiero que lo hagan como si yo no estuviera aquí.- Y respirando profundamente, acarició el brazo del sillón restante con su mano, presionando sus dedos sobre la suave tela del mueble y también sus pies contra el suelo. Iba a disfrutar su show lésbico e incestuoso, y iba a disfrutarlo mucho.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Mar Ago 14, 2018 6:55 pm
Las chicas como si se tratasen de modelos profesionales, mantuvieron la pose hasta ver o experimentar acción alguna por parte de su amo. Los ojos de ambas estaban clavados en la expresión facial del rubio, la cual disfrutaban con mucho gusto. Por una parte, Stella se mordía el labio inferior mientras esperaba que su amo se repusiera por completo; mientras que Aynara lamía de forma lujuriosa su labio, como si quisiese remover todo tipo de rastro de su antigua acción.
Aquella espera por fin se había acabado, puesto que por fin el joven amo había realizado su petición cuya fue aceptada por ambas gemelas que movieron sincronizadamente su cabeza generando una afirmación. Luego de haber realizado ese movimiento, Stella tomó por la cintura a su gemela, mientras que Aynara con su mano izquierda tomó el rostro de Stella y de forma apasionada la mayor acercó sus labios hasta dejar estos posados completamente en los ajenos. Acto seguido Aynara abrió su boca para recibir la lengua de su gemela y es en ese preciso momento que ambas dejan una pequeña apertura para que su amo viera el juego que ambas lenguas estaban teniendo en ese momento.
Ambas permanecían con los ojos cerrados y estaban tan concentradas en complacer visualmente a su amo que no se percataban de ni una clase de movimiento emitido por él. Pero cuando ambas escucharon sus palabras, ella frenaron ese lujurioso beso, dirigieron su mirada extremadamente lujuriosa hacia él.
Al enterarse que él quería ser un espectador a ambas su temperatura corporal subió radicalmente.- Sí amo.- Dijeron las gemelas antes de colocarse de pie para dirigirse hacia esa cama. Estando allí ambas se posicionaron de tal forma de que él pudiese ver de forma cómoda y sin perder detalle alguno de sus curvilíneos cuerpo, pero sobre todo, de sus apasionadas e inmorales acciones.
Tanto Aynara como Stella, estaban arrodilladas sobre la cama, pero la pelirosa a comparación de la mayor, tenía ligeramente las piernas más abiertas...El cuerpo de ambas estaban muy cerca, pero mantenían un poco la distancia para que el espectador pudiese ver cada sutil movimiento; es entonces cuando Stella se acerca de forma sensual a su gemela para depositar un beso, cuyo es correspondido de forma inmediata.
Aquel beso desde un principio fue lujurioso, en donde se veía comprometida las lenguas de ambas y a su vez todos estos movimientos podían ser vistos por el contrario, ya que de vez en cuando sacaban sincronizadamente sus lenguas de sus bocas para jugar y deleitar al rubio.
Después de unas cuantas lamidas, los músculos rosados fueron ocultados Stella con mucha delicadeza acercó su mano derecha hacia el entrepiernas de su hermana en donde este fue acariciado lentamente al principio, pero que después de unas cuantas pasadas, ella intensificó su movimientos. Con aquel estímulo, Aynara llevó una de sus manos hacia un pecho de su hermana, para ser acariciado de forma circular y sumamente posesiva.
Stella sintiendo aquel contacto irguió un poco su espalda para luego introducir dos de sus dedos dentro de la intimidad contraria. Pero tuvo sumo cuidado para no remover (al menos por ahora) la prenda de su adorada gemela.
Aynara cuando sintió que los dedos de su hermana entraban en su vagina apretó un poco sus muslos y acercó un poco más su torso al de su hermana, dejando solamente un espacio para que la mano de ella pudiese seguir acariciando el pecho que tanto disfrutaba ella como su adorado amo...Con su mano libre abrazó a su hermana, pero no quería tener esta estática, por eso ella lentamente comenzó a deslizar esta por su columna hasta llegar a su trasero el cual fue acariciado de arriba hacia abajo antes de ser agarrado con mucha propiedad; tan imponente que fue esa acción que al momento de ser agarrado, este sonó como si fuese azotado ligeramente, cosa que hizo que Stella pausara un poco el beso para sonreírse y tomar algo de aliento para retomar aquella acción incestuosa pero ahora con mucha más pasión.
Aquella espera por fin se había acabado, puesto que por fin el joven amo había realizado su petición cuya fue aceptada por ambas gemelas que movieron sincronizadamente su cabeza generando una afirmación. Luego de haber realizado ese movimiento, Stella tomó por la cintura a su gemela, mientras que Aynara con su mano izquierda tomó el rostro de Stella y de forma apasionada la mayor acercó sus labios hasta dejar estos posados completamente en los ajenos. Acto seguido Aynara abrió su boca para recibir la lengua de su gemela y es en ese preciso momento que ambas dejan una pequeña apertura para que su amo viera el juego que ambas lenguas estaban teniendo en ese momento.
Ambas permanecían con los ojos cerrados y estaban tan concentradas en complacer visualmente a su amo que no se percataban de ni una clase de movimiento emitido por él. Pero cuando ambas escucharon sus palabras, ella frenaron ese lujurioso beso, dirigieron su mirada extremadamente lujuriosa hacia él.
Al enterarse que él quería ser un espectador a ambas su temperatura corporal subió radicalmente.- Sí amo.- Dijeron las gemelas antes de colocarse de pie para dirigirse hacia esa cama. Estando allí ambas se posicionaron de tal forma de que él pudiese ver de forma cómoda y sin perder detalle alguno de sus curvilíneos cuerpo, pero sobre todo, de sus apasionadas e inmorales acciones.
Tanto Aynara como Stella, estaban arrodilladas sobre la cama, pero la pelirosa a comparación de la mayor, tenía ligeramente las piernas más abiertas...El cuerpo de ambas estaban muy cerca, pero mantenían un poco la distancia para que el espectador pudiese ver cada sutil movimiento; es entonces cuando Stella se acerca de forma sensual a su gemela para depositar un beso, cuyo es correspondido de forma inmediata.
Aquel beso desde un principio fue lujurioso, en donde se veía comprometida las lenguas de ambas y a su vez todos estos movimientos podían ser vistos por el contrario, ya que de vez en cuando sacaban sincronizadamente sus lenguas de sus bocas para jugar y deleitar al rubio.
Después de unas cuantas lamidas, los músculos rosados fueron ocultados Stella con mucha delicadeza acercó su mano derecha hacia el entrepiernas de su hermana en donde este fue acariciado lentamente al principio, pero que después de unas cuantas pasadas, ella intensificó su movimientos. Con aquel estímulo, Aynara llevó una de sus manos hacia un pecho de su hermana, para ser acariciado de forma circular y sumamente posesiva.
Stella sintiendo aquel contacto irguió un poco su espalda para luego introducir dos de sus dedos dentro de la intimidad contraria. Pero tuvo sumo cuidado para no remover (al menos por ahora) la prenda de su adorada gemela.
Aynara cuando sintió que los dedos de su hermana entraban en su vagina apretó un poco sus muslos y acercó un poco más su torso al de su hermana, dejando solamente un espacio para que la mano de ella pudiese seguir acariciando el pecho que tanto disfrutaba ella como su adorado amo...Con su mano libre abrazó a su hermana, pero no quería tener esta estática, por eso ella lentamente comenzó a deslizar esta por su columna hasta llegar a su trasero el cual fue acariciado de arriba hacia abajo antes de ser agarrado con mucha propiedad; tan imponente que fue esa acción que al momento de ser agarrado, este sonó como si fuese azotado ligeramente, cosa que hizo que Stella pausara un poco el beso para sonreírse y tomar algo de aliento para retomar aquella acción incestuosa pero ahora con mucha más pasión.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Lun Ago 20, 2018 8:23 pm
Que ambas asintieran con tal lealtad y obediencia le sorprendió. Por un momento pensó que se incomodarían aunque fuese un segundo pero que le miraran de forma tan lujuriosa como respuesta fue algo que le pareció aún más excitante. Contempló el primer beso, como un idiota se quedó pegado mirando con la boca un poco abierta, capturando en sus corneas cada detalle de los labios moviéndose y masajeándose así como las lenguas acariciándose. -Si...-
Ya cuando la acción comenzó en la cama, Dartagnan quiso hacerse el dueño acostumbrado a todo, con una postura de rey en el sillón, teniendo las piernas separadas, un brazo descansando y el codo sobre el brazo del sofá para apoyar ahí su mejilla y sonreír contemplándolo todo. Pero aquello le duró solo hasta que vio como un dedo entraba en Aynara. Bajó la mano que le hacía de soporte y inclinó su cuerpo hacia adelante para ver mejor. Su atención estaba en todo, miraba todo lo que se moviera en ambas mujeres y captaba cada detalle posible con un libido inmenso. -Si, Apriétala, Aynara...- Murmuró cuando vio a esta sujetar una de las enormes pasas que Stella llevaba por pechos.
Comenzaba a excitarse una vez más, su cuerpo se recuperaba con rapidez del reciente orgasmo que tuvo minutos antes y su miembro empezaba a erguirse bajo su bata por ver aquel show entre sus criadas disfrazadas de lascivos y serviciales animalitos. Cuando el agarrón y pseudo nalgada emitieron sonido, el cuerpo del varón dio un pequeño brinco a modo de espasmo y luego este sonrió igual que lo hizo Stella. -Uh...- No se molestaba en contener pervertidos sonidos de asombro y deleite, su respiración ya era perfectamente audible ya ratos cuando veía a ambas tocarse, emitía pequeños siseos deseando ser el quien acariciase aquellas pieles, pero aún era demasiado pronto para unírsele, quería ver más, quería ver hasta donde podían llegar ambas antes de rogarle que se uniera, o hasta que el ya no pudiese conformarse con solo ver y se lanzara a la cama a por ambas...
Pocos segundos después de ver como ambas empezaban a emocionarse, se relamió los labios y volvió a echarse en el sillón en modo de reposo, pero ahora su mano derecha bajó suavemente por su estomago hasta su bata para removerla y abrirla exponiendo su desnudez y un miembro erecto y en proceso de crecer aún un poco más. -Aynara...- Nombró jadeando agarrándose el miembro desde la mitad. -Chupa sus pechos...- No era necesario se dedicara únicamente a esa orden, pero quería ver esa escena, quería ver como la carita de la menor se hundía en esas enormes tetas de la peliazul lamiéndolas y chupándolas mientras el, empezaba ahora a masturbarse muy lentamente, buscando primero estimular su propio pene para que este alcanzara el tamaño y rigidez ideal sin perder detalle de las dos hermanas acariciándose.
Ya cuando la acción comenzó en la cama, Dartagnan quiso hacerse el dueño acostumbrado a todo, con una postura de rey en el sillón, teniendo las piernas separadas, un brazo descansando y el codo sobre el brazo del sofá para apoyar ahí su mejilla y sonreír contemplándolo todo. Pero aquello le duró solo hasta que vio como un dedo entraba en Aynara. Bajó la mano que le hacía de soporte y inclinó su cuerpo hacia adelante para ver mejor. Su atención estaba en todo, miraba todo lo que se moviera en ambas mujeres y captaba cada detalle posible con un libido inmenso. -Si, Apriétala, Aynara...- Murmuró cuando vio a esta sujetar una de las enormes pasas que Stella llevaba por pechos.
Comenzaba a excitarse una vez más, su cuerpo se recuperaba con rapidez del reciente orgasmo que tuvo minutos antes y su miembro empezaba a erguirse bajo su bata por ver aquel show entre sus criadas disfrazadas de lascivos y serviciales animalitos. Cuando el agarrón y pseudo nalgada emitieron sonido, el cuerpo del varón dio un pequeño brinco a modo de espasmo y luego este sonrió igual que lo hizo Stella. -Uh...- No se molestaba en contener pervertidos sonidos de asombro y deleite, su respiración ya era perfectamente audible ya ratos cuando veía a ambas tocarse, emitía pequeños siseos deseando ser el quien acariciase aquellas pieles, pero aún era demasiado pronto para unírsele, quería ver más, quería ver hasta donde podían llegar ambas antes de rogarle que se uniera, o hasta que el ya no pudiese conformarse con solo ver y se lanzara a la cama a por ambas...
Pocos segundos después de ver como ambas empezaban a emocionarse, se relamió los labios y volvió a echarse en el sillón en modo de reposo, pero ahora su mano derecha bajó suavemente por su estomago hasta su bata para removerla y abrirla exponiendo su desnudez y un miembro erecto y en proceso de crecer aún un poco más. -Aynara...- Nombró jadeando agarrándose el miembro desde la mitad. -Chupa sus pechos...- No era necesario se dedicara únicamente a esa orden, pero quería ver esa escena, quería ver como la carita de la menor se hundía en esas enormes tetas de la peliazul lamiéndolas y chupándolas mientras el, empezaba ahora a masturbarse muy lentamente, buscando primero estimular su propio pene para que este alcanzara el tamaño y rigidez ideal sin perder detalle de las dos hermanas acariciándose.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Miér Ago 22, 2018 6:01 pm
Aynara al sentir el dedo de su gemela en su intimidad, realizaba de forma más firme las caricias en el seno de ella, el cual, de vez en cuando era apretado de manera más fuerte, puesto que quería demostrar tanto a ella como al espectador que ella si que sí estaba disfrutando de esos pícaros movimientos del dedo de su hermana. Por otra parte, Stella jadeaba por la presión ejercida en su pecho y a modo de compensación por aquel buen trabajo, la peliazul introdujo otro dedo más a la cálida intimidad para luego mover estos de forma más enérgica.
Aynara al sentir que estaba siendo masturbada de forma más lujuriosa frenó de forma brusca los apasionados movimientos de lengua que estaba realizando ella en la boca de su gemela para separar sus labios, dejando estos a solo un centímetro de la boca ajena. Allí la pelirosa arqueó su espalda hacia atrás, generando un delicado y sensual ángulo en su cuerpo.- Ahhh~.- Gimió la mujer mientras cerraba sus ojos.
Stella, al escuchar el gemido de su hermana, sonrió de forma placida y siguió masturbando a ella sin frenar su intensidad. Ambas chicas seguían con realizando aquellos movimientos con sus manos hasta que escucharon las nuevas peticiones de su amo, con estas, Aynara se lamió sus labios, ya que a ella le encantaba lamer el escote y los pechos de su gemela, puesto que eran grandes, cálidos y blandos, siendo la mezcla perfecta para apaciguar su lujuria.
Bajando su cabeza a la altura de su pecho, Aynara sacó la lengua para lamer sobre la tela el pezón, mientras que con su mano libre acariciaba el pecho contrario, pero esta caricia en si no era superficial, puesto que había introducido su mano por debajo del vestido, así tenía el contacto piel con piel que tanto disfrutaban ambas.
Su amo podía ver claramente como la lengua de la contraria dibujaba el pezón de su hermana, el cual cada vez se hacía más presente por debajo de su ropa; era tanto su notoriedad que el espectador hasta podía comprobar visualmente su dureza y estructura.
Stella, ante las lamidas tan precisas de su gemela, emitió un tierno gemido que pudo inundar la sala, la cual se tiñó con una nota más tierna e "inocente" en medio de todo ese erotismo, lujuria y perversión sexual.
La peliazul, sumida con todo ese placer, abrazó a su gemela por la cintura para luego acostarse suavemente en la cama, así por la inercia, el cuerpo de su hermana también iba a descender al igual que el de ella, pero con la salvedad de que Aynara quedó con las piernas abiertas (soportando el peso sus rodillas, cuyas estaban ubicadas en ambos costados de la chica).
Gracias a esa postura, Stella podía seguir masturbando de forma más fácil a ella y a la vez podía tocar/ agarrar sus nalgas. Al sentir todo esos estímulos, Aynara no quiso quedar atrás y con un movimiento preciso subió la tela que cubría el pecho de su hermana para poder lamer de forma delicada el pezón de su hermana, cuyo era de vez en cuando rodeado por sus labios y otras veces era repasado por su lengua.
Aynara al sentir que estaba siendo masturbada de forma más lujuriosa frenó de forma brusca los apasionados movimientos de lengua que estaba realizando ella en la boca de su gemela para separar sus labios, dejando estos a solo un centímetro de la boca ajena. Allí la pelirosa arqueó su espalda hacia atrás, generando un delicado y sensual ángulo en su cuerpo.- Ahhh~.- Gimió la mujer mientras cerraba sus ojos.
Stella, al escuchar el gemido de su hermana, sonrió de forma placida y siguió masturbando a ella sin frenar su intensidad. Ambas chicas seguían con realizando aquellos movimientos con sus manos hasta que escucharon las nuevas peticiones de su amo, con estas, Aynara se lamió sus labios, ya que a ella le encantaba lamer el escote y los pechos de su gemela, puesto que eran grandes, cálidos y blandos, siendo la mezcla perfecta para apaciguar su lujuria.
Bajando su cabeza a la altura de su pecho, Aynara sacó la lengua para lamer sobre la tela el pezón, mientras que con su mano libre acariciaba el pecho contrario, pero esta caricia en si no era superficial, puesto que había introducido su mano por debajo del vestido, así tenía el contacto piel con piel que tanto disfrutaban ambas.
Su amo podía ver claramente como la lengua de la contraria dibujaba el pezón de su hermana, el cual cada vez se hacía más presente por debajo de su ropa; era tanto su notoriedad que el espectador hasta podía comprobar visualmente su dureza y estructura.
Stella, ante las lamidas tan precisas de su gemela, emitió un tierno gemido que pudo inundar la sala, la cual se tiñó con una nota más tierna e "inocente" en medio de todo ese erotismo, lujuria y perversión sexual.
La peliazul, sumida con todo ese placer, abrazó a su gemela por la cintura para luego acostarse suavemente en la cama, así por la inercia, el cuerpo de su hermana también iba a descender al igual que el de ella, pero con la salvedad de que Aynara quedó con las piernas abiertas (soportando el peso sus rodillas, cuyas estaban ubicadas en ambos costados de la chica).
Gracias a esa postura, Stella podía seguir masturbando de forma más fácil a ella y a la vez podía tocar/ agarrar sus nalgas. Al sentir todo esos estímulos, Aynara no quiso quedar atrás y con un movimiento preciso subió la tela que cubría el pecho de su hermana para poder lamer de forma delicada el pezón de su hermana, cuyo era de vez en cuando rodeado por sus labios y otras veces era repasado por su lengua.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Lun Ago 27, 2018 12:37 am
-Ahh...- No sabía si iban a oirle o no, a ratos no sabía si pensaba o murmuraba o en verdad pensaba en voz alta sus deseos y ordenes. Pero verlas ocurrir significaba que si, ellas escuchaban. No dejaba de tocarse a si mismo, aguantando no hacerlo rápido ni furioso pues sabía que las chicas podían darle incluso más de lo que el mismo les pedía y es que era lo mejor de ambas; siempre podían sorprenderle.
-Si, así Aynara...- Se mordía el labio y apretaba con fuerza su pene al ver como la menor ahí presente se apoderaba de aquellas hermosas masas que eran los pechos de Stella. El rubio se imaginaba sus manos y boca en lugar de los ajenos pero no parpadeaba casi por mirar.
El cambio de posición tras el tiernísimo y delicioso gemido de Stella hizo que el joven e detuviera un momento, parpadeó tragando saliva al notar que las chicas se ponían algo intensas, cosa que le sacó un suspiro bastante fervoroso y ansioso.
-R-Rayos...- Una vez más comenzó a masturbarse, inevitablemente ahora un poco más intenso, llegando con su puño cerrado alrededor del miembro desde bajo del glande hasta la base de su pene y luego subiendo hasta recubrir por completo la hinchada cabeza de éste. -Ah... Ahhh...- Sus gemidos se hicieron más sonoros, no tanto como el de Stella hace poco pero si ya eran definitivamente audibles para ambas allí en la habitación.
No sería exagerar decir que se le hacía agua la boca al ver a la pelirosa lamiendo el pezón de su hermana, el mismo se saboreó deseando chuparlo también y incluso imaginarse a Aynara lamiendo uno y a el lamiendo el otro... pero debía intervenir y aún quería ver más hasta donde podían llegar las chicas sin que el lo dictara, o hasta donde podrían aguantar los tres sin rogar el uno por el otro.
-Oh... q-quiero... ver que lo hagan...- Eso si fue un pensamiento en voz alta, no quiso decirlo pero lo hizo sin darse cuenta, y es que verlas tan apasionadas la una con la otra le hizo ya imaginar como se verían ambas frotando sus entrepiernas la una contra la otra. La sola imagen hizo endurecer tanto su miembro que éste dolía, pareciendo que quería crecer más de lo que podía, un dolor bastante placentero. -¡Haaa...!- el rubio no pudo más y dio una secuencia de cuatro jalones a su miembro, algo que se sintió sumamente bien con esa imagen en la cabeza y la otra delante de sus ojos. Sus mejillas ardían, su boca no podía cerrarse estando jadeante y enrojecida. Quería más quería verlas y pronto, más que seguro querría sentirlas.
-Si, así Aynara...- Se mordía el labio y apretaba con fuerza su pene al ver como la menor ahí presente se apoderaba de aquellas hermosas masas que eran los pechos de Stella. El rubio se imaginaba sus manos y boca en lugar de los ajenos pero no parpadeaba casi por mirar.
El cambio de posición tras el tiernísimo y delicioso gemido de Stella hizo que el joven e detuviera un momento, parpadeó tragando saliva al notar que las chicas se ponían algo intensas, cosa que le sacó un suspiro bastante fervoroso y ansioso.
-R-Rayos...- Una vez más comenzó a masturbarse, inevitablemente ahora un poco más intenso, llegando con su puño cerrado alrededor del miembro desde bajo del glande hasta la base de su pene y luego subiendo hasta recubrir por completo la hinchada cabeza de éste. -Ah... Ahhh...- Sus gemidos se hicieron más sonoros, no tanto como el de Stella hace poco pero si ya eran definitivamente audibles para ambas allí en la habitación.
No sería exagerar decir que se le hacía agua la boca al ver a la pelirosa lamiendo el pezón de su hermana, el mismo se saboreó deseando chuparlo también y incluso imaginarse a Aynara lamiendo uno y a el lamiendo el otro... pero debía intervenir y aún quería ver más hasta donde podían llegar las chicas sin que el lo dictara, o hasta donde podrían aguantar los tres sin rogar el uno por el otro.
-Oh... q-quiero... ver que lo hagan...- Eso si fue un pensamiento en voz alta, no quiso decirlo pero lo hizo sin darse cuenta, y es que verlas tan apasionadas la una con la otra le hizo ya imaginar como se verían ambas frotando sus entrepiernas la una contra la otra. La sola imagen hizo endurecer tanto su miembro que éste dolía, pareciendo que quería crecer más de lo que podía, un dolor bastante placentero. -¡Haaa...!- el rubio no pudo más y dio una secuencia de cuatro jalones a su miembro, algo que se sintió sumamente bien con esa imagen en la cabeza y la otra delante de sus ojos. Sus mejillas ardían, su boca no podía cerrarse estando jadeante y enrojecida. Quería más quería verlas y pronto, más que seguro querría sentirlas.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Mar Sep 04, 2018 4:50 pm
Ni una de las dos estaba al cien por ciento pendiente de las reacciones del rubio, pero eso si lo estaban para recibir alguna orden que este deseara. Pero como hasta ahora no escuchaban nada en concreto ella siguieron con su erótico juego en aquella cama.
Aynara dejó por un momento de lado el pezón de la contraria para propinarle tiernos besos en su pecho, luego ella estando en la base de este, sacó su lengua y subió rápidamente por aquel pronunciado montículo hasta llegar nuevamente al pezón, cuyo fue lamido en forma circular por la chica.
Ante la acción descrita Stella comenzó a jadear rápidamente, puesto que sentía que en su cuerpo le faltaba aire y esa acción según ella podía regular su temperado cuerpo. Eso sí, a pesar de lo extasiada que ella estaba no significaba que sus dedos curiosos iban a cesar en su actividad, sino que todo lo contrario, ella comenzó a mover más rápido sus dedos y a su vez a meter estos más hacia dentro. Estos movimientos hicieron en su gemela que despegara por nos segundos su boca del pezón de la chica para emitir un sonoro gemido.
Las gemelas seguían acariciando su cuerpo y disfrutando de aquella deliciosa noche la cual les brindaba un escenario idóneo para hacer realidad los más profundos y calientes deseos de su joven amo, él cual en ese momento pronunció unas palabras que tomaron rápidamente las chicas, pero eso si, no hubo ni una clase de respuesta por parte de ambas.
Las chicas dejaron pasar unos segundos hasta que Stella de forma lenta, removió la mano con la cual estaba masturbando a su gemela para remover de manera sensual la braga de la contraria. Mientras esta descendía por su muslo, la peliazul con una acción rápida y ágil se hincó sobre la cama para empujar de forma calmada y cariñosa a su gemela para así dejar esta sentada con las piernas abiertas.
Teniendo a Aynara sentada, Stella tomó su pierna derecha y dándole un beso en el tobillo recorrió rápidamente la parte interna de su muslo y pantorrilla hasta llegar hasta su vagina, la cual fue lamida por Stella. La lengua de la antes nombrada se movía con rapidez para incentivar más a Aynara y así generar un clímax mucho más propicio para tener sexo.
Rozando tres veces con la punta de su lengua el clítoris de Aynara, esta última no podía soportar tanto placer que comenzó a gemir de forma alta para terminar con un dulce.- Ahhh...Stella.- Nombró a su gemela, la cual se despegaba de su intimidad para sonreír de forma victoriosa.
Pausadamente, Stella salió del entrepierna de su hermana para colocar su intimidad frente a ella; por otra parte, Aynara abría un poco más sus piernas para poder facilitar más la entrada a su hermana...Así que cuando ambas vaginas estaban frente a frente, las chicas comenzaron a contraer los músculos internos de sus muslos y a mover de forma pausada sus caderas. Este movimiento era acompañado por gemidos que ambas estaban realizando.
Aynara dejó por un momento de lado el pezón de la contraria para propinarle tiernos besos en su pecho, luego ella estando en la base de este, sacó su lengua y subió rápidamente por aquel pronunciado montículo hasta llegar nuevamente al pezón, cuyo fue lamido en forma circular por la chica.
Ante la acción descrita Stella comenzó a jadear rápidamente, puesto que sentía que en su cuerpo le faltaba aire y esa acción según ella podía regular su temperado cuerpo. Eso sí, a pesar de lo extasiada que ella estaba no significaba que sus dedos curiosos iban a cesar en su actividad, sino que todo lo contrario, ella comenzó a mover más rápido sus dedos y a su vez a meter estos más hacia dentro. Estos movimientos hicieron en su gemela que despegara por nos segundos su boca del pezón de la chica para emitir un sonoro gemido.
Las gemelas seguían acariciando su cuerpo y disfrutando de aquella deliciosa noche la cual les brindaba un escenario idóneo para hacer realidad los más profundos y calientes deseos de su joven amo, él cual en ese momento pronunció unas palabras que tomaron rápidamente las chicas, pero eso si, no hubo ni una clase de respuesta por parte de ambas.
Las chicas dejaron pasar unos segundos hasta que Stella de forma lenta, removió la mano con la cual estaba masturbando a su gemela para remover de manera sensual la braga de la contraria. Mientras esta descendía por su muslo, la peliazul con una acción rápida y ágil se hincó sobre la cama para empujar de forma calmada y cariñosa a su gemela para así dejar esta sentada con las piernas abiertas.
Teniendo a Aynara sentada, Stella tomó su pierna derecha y dándole un beso en el tobillo recorrió rápidamente la parte interna de su muslo y pantorrilla hasta llegar hasta su vagina, la cual fue lamida por Stella. La lengua de la antes nombrada se movía con rapidez para incentivar más a Aynara y así generar un clímax mucho más propicio para tener sexo.
Rozando tres veces con la punta de su lengua el clítoris de Aynara, esta última no podía soportar tanto placer que comenzó a gemir de forma alta para terminar con un dulce.- Ahhh...Stella.- Nombró a su gemela, la cual se despegaba de su intimidad para sonreír de forma victoriosa.
Pausadamente, Stella salió del entrepierna de su hermana para colocar su intimidad frente a ella; por otra parte, Aynara abría un poco más sus piernas para poder facilitar más la entrada a su hermana...Así que cuando ambas vaginas estaban frente a frente, las chicas comenzaron a contraer los músculos internos de sus muslos y a mover de forma pausada sus caderas. Este movimiento era acompañado por gemidos que ambas estaban realizando.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Dom Sep 09, 2018 11:58 am
No se imaginaba al hombre sobre la tierra que se pudiera resistir ante semejante espectáculo y si bien le gustaría haber aguantado más, su resistencia decayó en picada cuando las lamidas de Stella sacudieron el cuerpo de su hermana antes de empezar a frotar sus vaginas una contra la otra.
Su mirada se clavó en la unión de los labios mayores frotándose unos contra otros, el rubio se saboreaba por dentro de la boca y por fuera enrojeciéndose los labios, inclinándose hacia adelante hasta casi caerse del sofá en el que ya no podía estar más sentado. Había dejado de masturbarse, se sentía bien pero todos sus sentidos estaban ahora en las muchachas a quienes de vez en cuando miraba sus rostros solo para memorizar esas lindas expresiones en su pervertida cabeza. -Oh...- Hasta que ya no pudo más.
Se quitó la bata, comenzaba a darle demasiado calor. Caminó hasta la cama y gateó sobre esta hasta quedar frente a las caderas de ambas chicas en acción. -No se detengan.- Pidió por si acaso. Jadeaba, se le hacía agua la boca y su cuerpo mostraba todos los signos de excitación posible; rubor en algunas extremidades, respiración agitada, ojos brillantes, mirada afilada y una erección considerable.
Lo primero que hizo fue acercarse sin entorpecer las labores de ellas, a Aynara, y darle una suave lamida a uno de sus pechos hasta meter la lengua bajo su escote y lamer su pezón como si le diera pequeñas bofetadas con la lengua. Luego se dirigió a uno de los pechos de Stella y apresó el pezón de éste con los labios, dándole una pequeña succión acompañada de un par de lamidas dentro de su boca. Ambas eran exquisitas, ambas sabían diferente pero parecidas y era lo que más le gustaba de tener a ambas para si solo.
Cuando soltó aquel rosado botón, dejó que un hilo de saliva les uniera por unos segundos y relamió sus labios para cortarlo. Se acercó a donde ambas frotaban sus cuerpos y se quedó en primer plano respirando sobre ambas vaginas besándose, grabándose la deliciosa y pervertida imagen, captando los jugos transparentes viajar hacia uno de los muslos de cada una y cuando la boca empezó a hacersele agua una vez más. -Haa...-
Pasó la lengua primero por un hilo de agua que viajaba casi a la mitad del muslo de Stella, sin llegar a su intimidad, bebiéndolo todo y aumenta el ancho del camino húmedo en aquella zona intercambiando el agua por saliva. Luego de relamerse, hizo lo mismo con un hilo de Aynara, sin embargo este si lo siguió hasta su origen. Dio un par de lentas lamidas en espiral al clítoris de la pelirosa pasando a llevar también sus labios y por ende, los de Stella. Cerraba sus ojos para concentrarse y movía su cuello para que su cabeza se torciera y retorciera ayudando así a los movimientos de su lengua que se paseaba ahora entre ambos pares de labios vaginales comenzando a emitir un sonido húmedo bastante excitante que se mezclaba con los jadeos del rubio.-Que rico...- Mencionaba entre jadeos, su respiración estaba sumamente agitada y todo su cuero sobre la cama en es apostura cuadrúpeda lo demostraba.
Como si fuese un can, empezó a dar lamidas más pasosas y cargadas sobre la zona en que los cuerpos de ambas se unían, a veces pasando por el clítoris de Stella y a veces por el de Aynara, repartiendo el calor y la saliva de su rosado músculo por ambas entrepiernas disfrutando bastante en cada papila gustativa el sabor de ambas en cuestión.
Su mirada se clavó en la unión de los labios mayores frotándose unos contra otros, el rubio se saboreaba por dentro de la boca y por fuera enrojeciéndose los labios, inclinándose hacia adelante hasta casi caerse del sofá en el que ya no podía estar más sentado. Había dejado de masturbarse, se sentía bien pero todos sus sentidos estaban ahora en las muchachas a quienes de vez en cuando miraba sus rostros solo para memorizar esas lindas expresiones en su pervertida cabeza. -Oh...- Hasta que ya no pudo más.
Se quitó la bata, comenzaba a darle demasiado calor. Caminó hasta la cama y gateó sobre esta hasta quedar frente a las caderas de ambas chicas en acción. -No se detengan.- Pidió por si acaso. Jadeaba, se le hacía agua la boca y su cuerpo mostraba todos los signos de excitación posible; rubor en algunas extremidades, respiración agitada, ojos brillantes, mirada afilada y una erección considerable.
Lo primero que hizo fue acercarse sin entorpecer las labores de ellas, a Aynara, y darle una suave lamida a uno de sus pechos hasta meter la lengua bajo su escote y lamer su pezón como si le diera pequeñas bofetadas con la lengua. Luego se dirigió a uno de los pechos de Stella y apresó el pezón de éste con los labios, dándole una pequeña succión acompañada de un par de lamidas dentro de su boca. Ambas eran exquisitas, ambas sabían diferente pero parecidas y era lo que más le gustaba de tener a ambas para si solo.
Cuando soltó aquel rosado botón, dejó que un hilo de saliva les uniera por unos segundos y relamió sus labios para cortarlo. Se acercó a donde ambas frotaban sus cuerpos y se quedó en primer plano respirando sobre ambas vaginas besándose, grabándose la deliciosa y pervertida imagen, captando los jugos transparentes viajar hacia uno de los muslos de cada una y cuando la boca empezó a hacersele agua una vez más. -Haa...-
Pasó la lengua primero por un hilo de agua que viajaba casi a la mitad del muslo de Stella, sin llegar a su intimidad, bebiéndolo todo y aumenta el ancho del camino húmedo en aquella zona intercambiando el agua por saliva. Luego de relamerse, hizo lo mismo con un hilo de Aynara, sin embargo este si lo siguió hasta su origen. Dio un par de lentas lamidas en espiral al clítoris de la pelirosa pasando a llevar también sus labios y por ende, los de Stella. Cerraba sus ojos para concentrarse y movía su cuello para que su cabeza se torciera y retorciera ayudando así a los movimientos de su lengua que se paseaba ahora entre ambos pares de labios vaginales comenzando a emitir un sonido húmedo bastante excitante que se mezclaba con los jadeos del rubio.-Que rico...- Mencionaba entre jadeos, su respiración estaba sumamente agitada y todo su cuero sobre la cama en es apostura cuadrúpeda lo demostraba.
Como si fuese un can, empezó a dar lamidas más pasosas y cargadas sobre la zona en que los cuerpos de ambas se unían, a veces pasando por el clítoris de Stella y a veces por el de Aynara, repartiendo el calor y la saliva de su rosado músculo por ambas entrepiernas disfrutando bastante en cada papila gustativa el sabor de ambas en cuestión.
Última edición por Dartagnan Schrenberg el Miér Sep 19, 2018 8:04 pm, editado 1 vez
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Lun Sep 17, 2018 4:54 pm
La mirada de las hermanas permanecían fijas, como si ambas estuviesen al asecho de una presa la cual prontamente iba a ser devorada por el placer oculto y tabú que ambas estaban generando en ese preciso momento. Al verse así de excitadas como lo estaban ahora provocaban en ellas un calor sumamente especial, el cual era bastante difícil expresarlo con palabras, pero si con acciones.
Aynara por una parte acercó su cuerpo hacia adelante para que ambas intimidades no tuviesen mucho espacio, así ella pudo hacer el movimiento que tenía planeado; levantando un poco más la pierna izquierda contrajo sutilmente los músculos de sus muslos para crear un presión mucho más precisa en la zona erógena de ambas chicas.
Ante ese movimiento, Stella dirigió su cabeza hacia atrás mientras liberaba un gemido bastante sensual. La antes nombrada se quedó quieta mientras miraba fijamente la maniobra de su gemela; aquella curiosa y analítica mirada pasaba por cada uno de los pliegues generados por la hermosa piel de su hermana, cosa que hizo que ella comenzara a excitarse de una forma inusual.
La peliazul, comenzó a jadear despacio al unísono con el movimiento de sus caderas que de forma impetuosa chocaban y acariciaban los labios íntimos de la pelirosa.
Los choques íntimos que cada una de ellas realizaban eran acompañados con gemidos que hacían mucho más erótica la puesta realizada por ambas.
Aynara realizaba unos movimientos mucho más rápidos para aproximarse más rápido al clímax y a la vez ella quería ver como la cara de su hermana era irrigada más por el placer, así tanto ella como su fogoso amo disfrutarían de los eróticos cambios de la cara angelical de la peliazul.
Stella no pudo evitar gemir de una forma tan placentera que hizo que su hermana sonriera de forma victoriosa, puesto que sabía que faltaría poco para alcanzar ese climax deseado... Sin frenar el ritmo que había impuesto Aynara, dirigió la mirada hacia la posición en donde se encontraba su amo, pero al no verlo sentado allí dirigió rápidamente la mirada hacia abajo, encontrándose con la mirada lujuriosa de su querido amo.
Luego de unos movimientos más, ambas se dieron cuenta que él rubio estaba sobre la cama y en posición de "ataque", cosa que les gustó demasiado. Pero cuando él comenzó a jugar con los pezones de Aynara, ella dirigió su mano hacia la nuca del contrario para hacerle cariño. Cuando él amo de ambas se dirigió a Stella, la mencionada sonrió placenteramente antes de suspirar el nombre de su amo.
Teniendo los pezones ligeramente húmedos, las chicas de forma sincronizada apresaron el pezón (de la contraria) para luego propinar un masaje un cuanto brusco. Estos movimientos generaron en el pezón de ambas una rigidez tan notable que podía rasgar la tela del traje.
Pero toda esa excitación fue acompañada por una inesperada sorpresa realizada por él rubio que estaba efectuando un delicioso masaje en las zonas erógenas completamente visibles por la estimulación de los labios íntimos de ambas.
Cuando Aynara sintió la lengua de su amo en el clítoris, ella sintió como recorría por su cuerpo una pequeña corriente eléctrica que disfrutaba con mucho agrado.- Ahhh que rico!!!, siga así.-Imploró en un gemido Aynara, mientras que Stella gemía como si no existiera un mañana puesto que la lengua de su amo como los movimiento de su hermana generaban un placer enorme en ella, el cual podía ser percibido tanto por la extrema calidez en su vagina, como en las palabras emitidas en gemidos.-Ahhh más, quiero más.- Pedía Stella sin cesar.
Aynara por una parte acercó su cuerpo hacia adelante para que ambas intimidades no tuviesen mucho espacio, así ella pudo hacer el movimiento que tenía planeado; levantando un poco más la pierna izquierda contrajo sutilmente los músculos de sus muslos para crear un presión mucho más precisa en la zona erógena de ambas chicas.
Ante ese movimiento, Stella dirigió su cabeza hacia atrás mientras liberaba un gemido bastante sensual. La antes nombrada se quedó quieta mientras miraba fijamente la maniobra de su gemela; aquella curiosa y analítica mirada pasaba por cada uno de los pliegues generados por la hermosa piel de su hermana, cosa que hizo que ella comenzara a excitarse de una forma inusual.
La peliazul, comenzó a jadear despacio al unísono con el movimiento de sus caderas que de forma impetuosa chocaban y acariciaban los labios íntimos de la pelirosa.
Los choques íntimos que cada una de ellas realizaban eran acompañados con gemidos que hacían mucho más erótica la puesta realizada por ambas.
Aynara realizaba unos movimientos mucho más rápidos para aproximarse más rápido al clímax y a la vez ella quería ver como la cara de su hermana era irrigada más por el placer, así tanto ella como su fogoso amo disfrutarían de los eróticos cambios de la cara angelical de la peliazul.
Stella no pudo evitar gemir de una forma tan placentera que hizo que su hermana sonriera de forma victoriosa, puesto que sabía que faltaría poco para alcanzar ese climax deseado... Sin frenar el ritmo que había impuesto Aynara, dirigió la mirada hacia la posición en donde se encontraba su amo, pero al no verlo sentado allí dirigió rápidamente la mirada hacia abajo, encontrándose con la mirada lujuriosa de su querido amo.
Luego de unos movimientos más, ambas se dieron cuenta que él rubio estaba sobre la cama y en posición de "ataque", cosa que les gustó demasiado. Pero cuando él comenzó a jugar con los pezones de Aynara, ella dirigió su mano hacia la nuca del contrario para hacerle cariño. Cuando él amo de ambas se dirigió a Stella, la mencionada sonrió placenteramente antes de suspirar el nombre de su amo.
Teniendo los pezones ligeramente húmedos, las chicas de forma sincronizada apresaron el pezón (de la contraria) para luego propinar un masaje un cuanto brusco. Estos movimientos generaron en el pezón de ambas una rigidez tan notable que podía rasgar la tela del traje.
Pero toda esa excitación fue acompañada por una inesperada sorpresa realizada por él rubio que estaba efectuando un delicioso masaje en las zonas erógenas completamente visibles por la estimulación de los labios íntimos de ambas.
Cuando Aynara sintió la lengua de su amo en el clítoris, ella sintió como recorría por su cuerpo una pequeña corriente eléctrica que disfrutaba con mucho agrado.- Ahhh que rico!!!, siga así.-Imploró en un gemido Aynara, mientras que Stella gemía como si no existiera un mañana puesto que la lengua de su amo como los movimiento de su hermana generaban un placer enorme en ella, el cual podía ser percibido tanto por la extrema calidez en su vagina, como en las palabras emitidas en gemidos.-Ahhh más, quiero más.- Pedía Stella sin cesar.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Jue Sep 27, 2018 12:26 am
tanto aromas como sabores le parecían deliciosos, los sonidos que ambas mujeres emitían le envolvían creando una burbuja que opacaba incluso a la baja música que había puesto antes, apenas si la cama le era existente, para el solo estaban ellos tres y ese degenerado juego incestuoso y de trío entre otros fetiches.
Degusto de las reacciones de ambas, saboreándose con propiedad y estirando sus brazos para que mientras lamía y chupaba, acariciar con sus dedos partes sensibles de las hermanas como sus caderas, muslos, costados del estomago y a veces hasta los glúteos, nada escapaba de sus manos.
Su boca le ardía, sus labios estaban enrojecidos y calientes, su lengua algo adormilada al tenerla fuera tantos segundos seguidos además de tensa y activa, pero aguantaba lo que fura necesario. A veces descansaba ésta dando pequeños besos y chupones en la zona donde ambas chicas se conectaban y a veces simplemente se quedaba a centímetro de la zona para jadearles encima y buscar hacer contacto visual con alguna de ellas.
Pronto y ante las reacciones de ambas, Dartagnan empezó a sentir la ya tan esperada ansiedad. No iba a ser tan descortés de separarlas, pero ansiaba ya entrar en alguna o al menos, recibir también algo de atención. No demoró mucho en volver a lamerlas enrojecidas entrepiernas de sus sirvientas como si fuesen las más deliciosas y jugosas frutas que se podrían probar y, bajando su mano derecha, comenzar a masturbarse a un ritmo que tan fugaz como empezó, se volvió rápido y se acopló al ritmo en que ambas hermanas se cogían la una a la otra.
A medida que ellas avanzaban, el también, sus jaladas con la mano se volverían más veloces, más apretadas y furiosas provocándose a si mismo un placer tal, que las lamidas a la entrepierna de las hermanas se volverían cada vez más obscenas y lascivas pues ya con las mejillas rojas y la boca abierta, el rubio jadeaba y gemía al tiempo que su lengua completamente fuera de su boca se paseaba entre los labios mayores de cada una, recorriendo sus músculos exteriores, parte del muslo y por supuesto que el clítoris de cada una como si el rosado músculo del joven fuese una mopa buscando furiosamente quitar una mancha que nunca iba a salir.
-Por Dios...- Jadeó de pronto. Su pecho y hombros subían y bajaban, sus ojos estaban cerrados para mantener la concentración. No recordaba haberse sentido tan caliente con ambas en mucho tiempo y, aunque era literal; ahora deseaba mucho hacer cosas con ellas.
Su brazo derecho empezó a cansarse, lo que hacia de las jaladas a su pene mucho más furiosas y constantes. Ya en cierto punto no aguantó más y en una succión final al clítoris de Aynara, con las piernas algo temblorosas gimió levantándose apenas para erguirse y masturbarse frente a ambas.
-N-No se les ocurra... d-detenerse...- quería verlas terminar de ser posible, quería quedarse con ese pervertido espectáculo grabado en su mente, no sin que antes el mismo sintiera un latigazo en la espalda y arqueara ésta impulsando su cadera hacia el frente. -¡Ugh!- Apretó los dientes, separó los labios y abrió un poco sus ojos, lo suficiente para divisar a ambas chicas delante suyo sin dejar de masturbarse con el pene enrojecido e hinchado.
Tras el primer latigazo, Dartagnan estiró el cuello, alzó un poco el rostro y Ahogó un fuerte quejido en su garganta, uno que fue en crechendo a medida que se autocomplacía hasta que sintió sus testículos arder y una fuerte tensión en su miembro, ahí estaba. -¡¡Ugh...!! ¡¡Haaaa...!!- No pudo ocultar su placer, su boca se abrió dejando salir su grito de éxtasis y su boca abierta casi sonreía. Sus ojos se cerraron y se dejó sentir todo el relajo maravilloso y exquisito de una generosa eyaculación que tuvo la suficiente fuerza para llegar hasta el muslo de Stella en su primer disparo, luego uno con más fuerza llego hasta ambas vaginas en contacto y dos disparos más salpicaron allí mismo también.Ahora solo faltaban ellas...
Degusto de las reacciones de ambas, saboreándose con propiedad y estirando sus brazos para que mientras lamía y chupaba, acariciar con sus dedos partes sensibles de las hermanas como sus caderas, muslos, costados del estomago y a veces hasta los glúteos, nada escapaba de sus manos.
Su boca le ardía, sus labios estaban enrojecidos y calientes, su lengua algo adormilada al tenerla fuera tantos segundos seguidos además de tensa y activa, pero aguantaba lo que fura necesario. A veces descansaba ésta dando pequeños besos y chupones en la zona donde ambas chicas se conectaban y a veces simplemente se quedaba a centímetro de la zona para jadearles encima y buscar hacer contacto visual con alguna de ellas.
Pronto y ante las reacciones de ambas, Dartagnan empezó a sentir la ya tan esperada ansiedad. No iba a ser tan descortés de separarlas, pero ansiaba ya entrar en alguna o al menos, recibir también algo de atención. No demoró mucho en volver a lamerlas enrojecidas entrepiernas de sus sirvientas como si fuesen las más deliciosas y jugosas frutas que se podrían probar y, bajando su mano derecha, comenzar a masturbarse a un ritmo que tan fugaz como empezó, se volvió rápido y se acopló al ritmo en que ambas hermanas se cogían la una a la otra.
A medida que ellas avanzaban, el también, sus jaladas con la mano se volverían más veloces, más apretadas y furiosas provocándose a si mismo un placer tal, que las lamidas a la entrepierna de las hermanas se volverían cada vez más obscenas y lascivas pues ya con las mejillas rojas y la boca abierta, el rubio jadeaba y gemía al tiempo que su lengua completamente fuera de su boca se paseaba entre los labios mayores de cada una, recorriendo sus músculos exteriores, parte del muslo y por supuesto que el clítoris de cada una como si el rosado músculo del joven fuese una mopa buscando furiosamente quitar una mancha que nunca iba a salir.
-Por Dios...- Jadeó de pronto. Su pecho y hombros subían y bajaban, sus ojos estaban cerrados para mantener la concentración. No recordaba haberse sentido tan caliente con ambas en mucho tiempo y, aunque era literal; ahora deseaba mucho hacer cosas con ellas.
Su brazo derecho empezó a cansarse, lo que hacia de las jaladas a su pene mucho más furiosas y constantes. Ya en cierto punto no aguantó más y en una succión final al clítoris de Aynara, con las piernas algo temblorosas gimió levantándose apenas para erguirse y masturbarse frente a ambas.
-N-No se les ocurra... d-detenerse...- quería verlas terminar de ser posible, quería quedarse con ese pervertido espectáculo grabado en su mente, no sin que antes el mismo sintiera un latigazo en la espalda y arqueara ésta impulsando su cadera hacia el frente. -¡Ugh!- Apretó los dientes, separó los labios y abrió un poco sus ojos, lo suficiente para divisar a ambas chicas delante suyo sin dejar de masturbarse con el pene enrojecido e hinchado.
Tras el primer latigazo, Dartagnan estiró el cuello, alzó un poco el rostro y Ahogó un fuerte quejido en su garganta, uno que fue en crechendo a medida que se autocomplacía hasta que sintió sus testículos arder y una fuerte tensión en su miembro, ahí estaba. -¡¡Ugh...!! ¡¡Haaaa...!!- No pudo ocultar su placer, su boca se abrió dejando salir su grito de éxtasis y su boca abierta casi sonreía. Sus ojos se cerraron y se dejó sentir todo el relajo maravilloso y exquisito de una generosa eyaculación que tuvo la suficiente fuerza para llegar hasta el muslo de Stella en su primer disparo, luego uno con más fuerza llego hasta ambas vaginas en contacto y dos disparos más salpicaron allí mismo también.Ahora solo faltaban ellas...
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Aynara y Stella Miér Oct 10, 2018 11:05 pm
No solamente las lengua de su amo estaba haciendo su trabajo, sino que cada uno de los movimientos que el realizaba hacían que las gemelas se calentaran en cada segundo que se consumía, de esta manera ambas siguieron sus movimientos lujuriosos cuyos eran intercalados con miradas cómplices y coquetas hacia su adorado y pervertido amo, de esta forma el cuadro que los tres estaban formando se podía presenciar en un ciento por ciento todo el gozo que las gemelas estaban sintiendo.
Cuando su amo comenzó a recorrer su cuerpo con sus cálidas manos, Aynara no pudo evitar mirar con ternura aquel agradable acción, pero aquella mirada no concordaba con las acciones incestuosas que estaba haciendo. Al mismo tiempo que miraba a su amo, tomó el tobillo derecho de su gemela con fuerza moderada para luego levantar aquella pierna unos cinco centímetros de la superficie de la cama. Luego de eso, Aynara fijó la mirada en los ojos de la contraria y con una embestida un cuanto bestial comenzó a marcar nuevamente el ritmo de aquel placentero acto.
Los choques de ambas intimidades más las lamidas e interacciones que hacía su amo desencadenaban en Stella un cosquilleo exquisito y exótico, el cual no estuvo presente en algunas semanas, pero que hoy sin duda estaba presente.
La intimidad de Stella comenzó a cambiar de temperatura y a la vez se podía sentir un poco más húmeda, cosa que hizo que se sonrojara notoriamente la chica.- Más rá...pi...do por fa..vor.- Dijo entre gemidos la peliazul mientras miraba con sus ojos entrecerrados a su hermana que en ese instante estaba llevando completamente el ritmo.
Al escuchar la petición, la aludida se lamió los labios de forma erótica tomó como otra orden la petición de su gemela, así que Aynara levantó un poco más su pierna para que el choque entre ambas intimidades abarcaran un mayor zona sensible. Con cada delicioso choque se podía escuchar un pervertido sonido del encuentro de ambas vaginas, el cual se le sumaba ese típico sonido de irrigación de las zonas erógenas.
El movimiento no cesaba en lo más mínimo, puesto que Stella se incorporó al movimiento frenético de su gemela creando un concierto de deliciosos gemidos entrecortados por las bocanadas de aire que ambas necesitaban en esos momentos. Pero en ese preciso momento vieron como su amo adoptó nueva postura para comenzar a masturbarse; ambas chica dirigieron sus miradas a él, para luego centrarlas por unos segundos en el vigoroso miembro.
Conforme pasaba los segundos, Stella afirmaba con más fuerza el cobertor.- Me voy a ír.- Dice con un tono sumamente placentero, el cual es contestado con el mismo delicioso sonsonete.- Aguanta un poco....M...-No alcanzó a completar Ayanra su palabra, puesto que sintió un líquido cálido muy cerca de su intimidad.
Con mucha rapidez y coordinación en sus movimientos, las gemelas untaron con su dedo índice el líquido blanquecino para luego, como si ambas mentes de las gemelas estuviesen conectadas, llevaron su dedo hacia la boca (que ambas abrieron) para saborear el semen de su amo y concibiendo aquel acto, ambas sintieron una corriente por toda su espalda, dando como resultado que ambas terminaran con un erótico gemido y con una mirada de satisfacción plena.
Después de unos segundos, ambas miraron a su amo.- ¿Quedó conforme nuestro amo?.- Preguntaron ambas mientras miraban el rostro del contrario.
Cuando su amo comenzó a recorrer su cuerpo con sus cálidas manos, Aynara no pudo evitar mirar con ternura aquel agradable acción, pero aquella mirada no concordaba con las acciones incestuosas que estaba haciendo. Al mismo tiempo que miraba a su amo, tomó el tobillo derecho de su gemela con fuerza moderada para luego levantar aquella pierna unos cinco centímetros de la superficie de la cama. Luego de eso, Aynara fijó la mirada en los ojos de la contraria y con una embestida un cuanto bestial comenzó a marcar nuevamente el ritmo de aquel placentero acto.
Los choques de ambas intimidades más las lamidas e interacciones que hacía su amo desencadenaban en Stella un cosquilleo exquisito y exótico, el cual no estuvo presente en algunas semanas, pero que hoy sin duda estaba presente.
La intimidad de Stella comenzó a cambiar de temperatura y a la vez se podía sentir un poco más húmeda, cosa que hizo que se sonrojara notoriamente la chica.- Más rá...pi...do por fa..vor.- Dijo entre gemidos la peliazul mientras miraba con sus ojos entrecerrados a su hermana que en ese instante estaba llevando completamente el ritmo.
Al escuchar la petición, la aludida se lamió los labios de forma erótica tomó como otra orden la petición de su gemela, así que Aynara levantó un poco más su pierna para que el choque entre ambas intimidades abarcaran un mayor zona sensible. Con cada delicioso choque se podía escuchar un pervertido sonido del encuentro de ambas vaginas, el cual se le sumaba ese típico sonido de irrigación de las zonas erógenas.
El movimiento no cesaba en lo más mínimo, puesto que Stella se incorporó al movimiento frenético de su gemela creando un concierto de deliciosos gemidos entrecortados por las bocanadas de aire que ambas necesitaban en esos momentos. Pero en ese preciso momento vieron como su amo adoptó nueva postura para comenzar a masturbarse; ambas chica dirigieron sus miradas a él, para luego centrarlas por unos segundos en el vigoroso miembro.
Conforme pasaba los segundos, Stella afirmaba con más fuerza el cobertor.- Me voy a ír.- Dice con un tono sumamente placentero, el cual es contestado con el mismo delicioso sonsonete.- Aguanta un poco....M...-No alcanzó a completar Ayanra su palabra, puesto que sintió un líquido cálido muy cerca de su intimidad.
Con mucha rapidez y coordinación en sus movimientos, las gemelas untaron con su dedo índice el líquido blanquecino para luego, como si ambas mentes de las gemelas estuviesen conectadas, llevaron su dedo hacia la boca (que ambas abrieron) para saborear el semen de su amo y concibiendo aquel acto, ambas sintieron una corriente por toda su espalda, dando como resultado que ambas terminaran con un erótico gemido y con una mirada de satisfacción plena.
Después de unos segundos, ambas miraron a su amo.- ¿Quedó conforme nuestro amo?.- Preguntaron ambas mientras miraban el rostro del contrario.
Praesidium
Aynara y Stella
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 26
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Dartagnan Schrenberg Lun Oct 15, 2018 9:55 pm
Cada imagen, gesto, palabra y gemido había sido digno de filmar y volver a ver en compañía. Con un gran éxtasis y satisfacción en su cuerpo, Dartagnan vio correrse a ambas hermanas y jadear la una por la otra luego de haber probado su esperma que aún manchaba sus entrepiernas y partes de sus muslos.
-Muchísimo.- Respondió casi suspirando sin quitarles los ojos de encima. -Pero esto es apenas la mitad del juego, supongo que ya lo saben.- Habló con cierto tono algo risueño, y era algo más gracioso ya que hablaba aún entre jadeos como si fuese alguien que se reponía en segundos tras cada descarga después de una actividad sexual. No lo era, aunque si tenía un gran vigor y se recuperaba relativamente pronto.
La música seguía y aunque a cada segundo era un factor olvidadizo, animaba un poco al rubio. Este caminó ahora hasta rodear la cama por el lado de Aynara, subirse y abrazarla desde atrás para descubrirle por completo los pechos bajando su escote con ambas manos y luego agarrándole los senos con las manos. -Una promesa es una promesa.- Le mencionó aludiendo a lo de que ella sería la primera esa noche.
Mientras apoyaba su rostro sobre el hombro derecho de la pelirosa y le besaba la mejilla, movía sus manos para acariciar sus pequeños y suaves pechos, apretándolos desde la base y levantándolos como si sus masajes tuvieran como propósito estimular el crecimiento de estas masas de piel. -Stella, puedes limpiar aquí para lo que vendrá después, por favor.- Y dicho aquello, el rubio bajó una de sus manos para separar las piernas de la menor y exponerle a la peliazul la vagina de su hermana con rastros de la esperma de su amo aún brillando sobre su piel.
Por si aquello fuese poco, Dartagnan se tomó la libertad de acomodar un poco más a Aynara, cogiéndola por la cintura para "elevarla" un poco y sentarla en la cama con la pelvis hacia el frente mientras que el estaba sentado con las piernas separadas y el miembro extendido hacia adelante, tocando éste con la cabeza, la ranura entre las nalgas de la menor.
La posición estaba lista para que Stella procediera a hacerle sexo oral a su propia hermana y así, limpiar el camino para que el rubio lo usase a su antojo. Mientras, el no dejaba de masajear a su sirvienta con matices de zorro y de mordisquearle el cuello, la mejilla y las orejas. -Ha pasado tanto tiempo, Aynara...- Dos años, poco más exactamente. Dos años y algo de no poseerla tras los sucesos ocurridos en la batalla familiar y hoy debía admitir que se sentía ligeramente nervioso. Habían jugueteado bastante anoche pero hoy iba a volver a penetrarle y era casi como si jamás lo hubiese hecho antes. No recordaba su estrechez, calidez, humedad o cualquier factor de tener sexo con la pelirosa, y hoy era casi como una primera vez con esta misma.
Beso su oído aflojando un poco el agarre a sus pechos. -Tu ya me complaciste con las ropas...- Besó su mejilla y el costado de su rostro. -¿Hay algo en especial que desees de mi parte para hoy?- y buscando darle un beso en los labios, jugaría con su lengua y volvería a apretarle los senos buscando conectar sus pulgares con los pezones y estimularle como si fuesen análogos de un control de videojuegos.
-Muchísimo.- Respondió casi suspirando sin quitarles los ojos de encima. -Pero esto es apenas la mitad del juego, supongo que ya lo saben.- Habló con cierto tono algo risueño, y era algo más gracioso ya que hablaba aún entre jadeos como si fuese alguien que se reponía en segundos tras cada descarga después de una actividad sexual. No lo era, aunque si tenía un gran vigor y se recuperaba relativamente pronto.
La música seguía y aunque a cada segundo era un factor olvidadizo, animaba un poco al rubio. Este caminó ahora hasta rodear la cama por el lado de Aynara, subirse y abrazarla desde atrás para descubrirle por completo los pechos bajando su escote con ambas manos y luego agarrándole los senos con las manos. -Una promesa es una promesa.- Le mencionó aludiendo a lo de que ella sería la primera esa noche.
Mientras apoyaba su rostro sobre el hombro derecho de la pelirosa y le besaba la mejilla, movía sus manos para acariciar sus pequeños y suaves pechos, apretándolos desde la base y levantándolos como si sus masajes tuvieran como propósito estimular el crecimiento de estas masas de piel. -Stella, puedes limpiar aquí para lo que vendrá después, por favor.- Y dicho aquello, el rubio bajó una de sus manos para separar las piernas de la menor y exponerle a la peliazul la vagina de su hermana con rastros de la esperma de su amo aún brillando sobre su piel.
Por si aquello fuese poco, Dartagnan se tomó la libertad de acomodar un poco más a Aynara, cogiéndola por la cintura para "elevarla" un poco y sentarla en la cama con la pelvis hacia el frente mientras que el estaba sentado con las piernas separadas y el miembro extendido hacia adelante, tocando éste con la cabeza, la ranura entre las nalgas de la menor.
La posición estaba lista para que Stella procediera a hacerle sexo oral a su propia hermana y así, limpiar el camino para que el rubio lo usase a su antojo. Mientras, el no dejaba de masajear a su sirvienta con matices de zorro y de mordisquearle el cuello, la mejilla y las orejas. -Ha pasado tanto tiempo, Aynara...- Dos años, poco más exactamente. Dos años y algo de no poseerla tras los sucesos ocurridos en la batalla familiar y hoy debía admitir que se sentía ligeramente nervioso. Habían jugueteado bastante anoche pero hoy iba a volver a penetrarle y era casi como si jamás lo hubiese hecho antes. No recordaba su estrechez, calidez, humedad o cualquier factor de tener sexo con la pelirosa, y hoy era casi como una primera vez con esta misma.
Beso su oído aflojando un poco el agarre a sus pechos. -Tu ya me complaciste con las ropas...- Besó su mejilla y el costado de su rostro. -¿Hay algo en especial que desees de mi parte para hoy?- y buscando darle un beso en los labios, jugaría con su lengua y volvería a apretarle los senos buscando conectar sus pulgares con los pezones y estimularle como si fuesen análogos de un control de videojuegos.
Praesidium
Dartagnan Schrenberg
150x150 (Sólo posts) :
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 24/06/2018
por Contenido patrocinado
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» un largo viaje (privado)
» — Sunset • Privado
» ||FB|| Once upon a time... (Privado)
» [Privado] Take care —
» ♦ Protereotita — Privado
» — Sunset • Privado
» ||FB|| Once upon a time... (Privado)
» [Privado] Take care —
» ♦ Protereotita — Privado
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.