— Sunset • Privado

09/07/2018

— Sunset

Un día como ese no se veía muy a diario, difícilmente podían tener ambas un momento libre en el que pudieran relajarse como tanto necesitaban. Al menos de parte de Amira era mucho más complicado dado que precisamente una semana antes tuvo días agitados, imposible para ella realmente encontrar algo de tranquilidad en su ajetreado día a día. Pero al final, después de tanto tiempo, tanto trabajo, tanto esfuerzo, al fin fue recompensada junto con su hermana con una semana libre para ellas solas, nada de trabajos pesados, nada de sesiones fotográficas, nada que pudiera atentar contra sus nervios.

Precisamente por ello fue que la decisión de pasar un día en la playa lucía como la más viable, la más agradable por supuesto, y es que ambas disfrutaban enormemente ese tipo de momentos, solas, simplemente tomando un poco de sol a la orilla del océano. Amira lo disfrutaba más que su hermana, era natural, obtenía su energía del sol, por supuesto que un día libre de ese tipo le vendría más que de maravilla. Y mientras ambas se recostaban en la arena, se escuchaban las olas romper contra la orilla, contra algunas rocas cercanas a su posición.

La brisa era increíble, agradable, tranquilizadora y relajante, tanto que incluso a Zahira, que no tenía mucha predilección por días tan calurosos y soleados, sonreía con agrado para sí misma, una pequeña risita escapándose de sus labios debido a lo graciosa que resultaba esa situación. Pero era mejor simplemente disfrutarlo, ¿no es así? En otras circunstancias probablemente habría declinado a las ofertas de su hermana mayor para salir de paseo, para divertirse un poco. Escuchaba risas, escuchaba las voces de otra gente en la playa, el chapoteo constante del agua debido a los niños que jugaban ahí.

En definitiva, había sido una buena elección la de seguir a Amira.

05/07/2018

Sunset

No había nada mejor que pasar un rato en la playa con amigos. La nueva vida en aquella tierra lejana y extraña ya comenzaba a hacer que Sato olvidase los años pasados y de su niñez. También con sus nuevas amistades había olvidado ahora lo acontecido cuando su avión aterrizo de emergencias en Elyseum. Para fortuna de ella nadie de su familia había muerto, ni tampoco nadie de su avión. Lo único que no resistió el viaje fue su viejo conejo blanco que iba en la parte de cabotaje. Quizás algún golpe de la jaula con algo mas o simplemente su corazón no pudo resistirlo, pero había muerto. Y para ella era una gran tragedia. Mas ahora aquel conejo vivía en lo profundo de sus recuerdos. Ahora comenzaba a vivir nuevamente, en esa isla tan hermosa como misteriosa y llena de un crisol de razas.

-Vayan ustedes, yo me quedare un rato mas- Comento a su grupo de chicos y chicas que estaban por partir a por helados. Sato no tenia hambre al menos no aun. Quería saciar su curiosidad descubriendo cosas en la playa. La gente muchas veces olvidaba sus objetos personales, o alguna que otra curiosidad viva o muerta que el mar arrastraba a las arenas. Mas luego de buscar con su cabeza abajo por un rato largo no encontró mas que una caracola vacía y...un cangrejo ermitaño en una bolsa de aluminio de comida chatarra acercándose hacia un par de chicas en la arena.

-Ehy ustedes! No se muevan por favor!- Hablo hacia las hermanas prestando poca atención a sus cuerpos, acercándose a ellas a paso rápido para alcanzar a ese crustáceo que estaba caminando justo en el medio de ambas. Hikaru entonces se coloco también justo atrás del cangrejo y muy cerca de ambos cuerpos de diferentes tonos de piel para posar la caracola enfrente al cangrejo y que luego este se pasara rápidamente a ese nuevo envase mucho mas apto que una simple basura de playa. -Lo siento pensé que iban a aplastarlo- Rio un poco sentándose en el lugar mirando como el cangrejo se alejaba del lugar hacia la inmensidad de la arena. -Ve disfruta de tu nueva casa cangrejito, que es mucho mejor que esa bolsa de doritos usada- Saco la lengua un poco.

-Soy Hikaru, encantada de conocerlas- Sonrió levantando su vista hacia ambas hermanas y ahora si observándolas a reojo mientras se acomodaba uno de los tirantes de su bikini a rayas. La diferencia de piel era tan evidente que no pensó que eran hermanas gemelas, ni siquiera pensó que eran hermanas en si. Tan solo unas almas mas disfrutando del paraíso tropical. -Ustedes...son modelos o algo así? Uhg yo quiero serlo pero si tengo competencia como la suya no creo que llegue muy lejos- Rio suave mientras se acomodaba en el lugar.