Aleksandra Kuznetsova — Aparentes 35 años — Bisexual — Fantasma — Praesidium — Rusa — Desempleada

Personalidad

Cuando ves a una mujer así, lo último que podrías esperarte es dulzura, o amabilidad. Suponer que Aleksandra entraría en el arquetipo de mujer "empoderada" sería también estar equivocado. Es impredecible, sería ese el mejor adjetivo para describir su forma de ser, de actuar. Desde siempre se le conoció por ser alguien sin el más mínimo pudor al hablar, una mujer directa que no teme hablar de lo que piensa, lo que le pasa por la cabeza sin importar a quienes acabe llevando por delante. Aunado a lo anterior, no es tampoco alguien que se quede callada, y eso incluye también utilizar un vocabulario que podría no ser adecuado para "oídos puritanos"; ¿de qué sirve expresarse si no puedes hacerlo con todas las palabras que te ofrece la lengua? Aleksandra es irascible, un temperamento más que explosivo que compagina a la perfección con un carácter fuerte, férreo, inquebrantable, una mujer a la que primero se le tendría que disparar si quieren hacerla caer.

Sin embargo, no sólo tiene esa faceta, pues tiene una cara que casi nadie ha logrado conocer, un lado que ella misma prefiere mantener totalmente oculto. Protectora por sobre todas las cosas, violenta cuando se le provoca, y extremadamente "bipolar" cuando se tratan temas sentimentales, teniendo preferencia por no demostrar mucho sus sentimientos por temor a que éstos no sean correspondidos, quizás pequeñas experiencias pasadas que provocaron en ella una personalidad de ese tipo. No obstante, una vez que se logra atravesar esa barrera, es posible encontrarse con lo que la dura coraza esconde, un alma dulce, compasiva, quizás más amable de lo que en un principio se intentaba ocultar.

Físico

Spoiler:

Historia

La vida en Elysium siempre le pareció increíble. Nació ahí, se crió ahí toda la vida, quedando huérfana cuando apenas cumplía su mayoría de edad. Sus padres eran buenos, eran amables y cariñosos, y parecía hasta cliché el hecho de haberles perdido gracias a la malicia de otras personas. Aleksandra heredó lo poco que su familia tenía, y consiguió con ello hacer de su vida algo mucho mejor, superar las expectativas. Se convirtió en una mujer diferente, dejó de ser la dulce chiquilla hija de papá, y se transformó en aquella que todo mundo desearía tener a su lado, alguien que no temía decir lo que pensaba, lo que quería. Modelo en pasarelas, cantante, bailarina, llegando incluso al punto de ser una actriz. Lo tenía todo, no había nada que le faltase... salvo quizás la compañía y el cariño de una familia, aquella falta que ni siquiera el tiempo pudo llenar.

Poco a poco fue volviéndose más agresiva, más complicada, y fue quedándose sola, abandonada a su suerte como cuando era más joven. Al menos hasta que por casualidades de la vida, quizás buenas, quizás malas, ocurrió algo que jamás se hubiese imaginado. Un secuestro tomó lugar, donde varios hombres la llevaron a un lugar alejado de la ciudad, en alguna parte de esa isla donde nadie parecía tener consciencia de lo que ocurría, frente a un sujeto que alegó todo el tiempo tenerle ahí por mero capricho. Intentó escapar mil veces a pesar del peligro que ésto representaba para ella, pero su carácter le permitió ir abriéndose paso. Sin embargo, cuando tuvo la oportunidad de huir... no pudo poner un pie afuera de ese viejo depósito donde se mantuvo encerrada.

Síndrome de Estocolmo le llamaban... Ella lo llamaba simplemente ser la persona más estúpida del universo. Se enamoró de quien no debía, cuando no debía hacerlo. Tras eso miles de obstáculos empezaron a caer, uno a uno, frente a ella, como si estuviesen armando poco a poco un muro impenetrable, imposible de derribar. Mentiras, decepciones, y pronto un corazón destrozado por malos entendidos que después no sólo le arrebató la esperanza, sino las ganas de vivir, incluso por el bebé que esperaba de esa persona. Un engaño por celos le hicieron creer que quien decía amarla le había abandonado y que no quería saber nada de ella.

Sasha se alejó, desapareció, y decidió no contar de nuevo con nadie, decidió que sería sólo ella con su bebé, sin absolutamente nadie que le molestase, que se aprovechara de ese corazón noble que siempre se esforzó en esconder. Pero la desgracia cayó sobre ella, un embarazo de alto riesgo que la llevó al hospital dos meses antes del tiempo esperado, dando a luz a una niña que se llevó la poca vida que le quedaba. Una bebé que vivió de milagro, y que en los primeros minutos de vida perdió a su madre, la única familia que le quedaba en el mundo.

Dado que Aleksandra dejó bastantes asuntos pendientes, su alma se vio condenada a vagar por Elysium, buscando respuestas a todas las incógnitas que en vida jamás pudo resolver, protegiendo a su pequeña niña desde las sombras, esperando algún día poder abrazarle como tanto deseó hacerlo antes de cerrar los ojos por siempre.  

Datos extra

Murió bastante joven, no se sabe exactamente a qué edad, pero aparentaba 35 años, edad en la que se quedó estancada.

Su raza original es la de un dragón.

Como fantasma, tiene la habilidad de materializarse por un determinado período de tiempo. Debido a años y años de práctica, ella puede permanecer tangible por días, pero eso significa un gran desgaste para ella, mismo que la obliga a volver al Inframundo por al menos unas horas para recuperarse.

Es incapaz a estas alturas de tomar la forma de un dragón.

Le gusta mucho mirar las estrellas, le recuerda mucho a cuando estaba viva.

Adora la comida picante y muy condimentada.

Su bebida preferida es el vodka, por supuesto.

Cuando comienza a debilitarse, a desgastar su energía, sufre un terrible dolor en todo el cuerpo que le obliga a doblegarse hasta poder controlar su mismo desequilibrio. Si el desgaste es muy grande, comenzará incluso a sangrar como si estuviese viva todavía.

Espera algún día poder convencer a los dioses del Inframundo que le regresen a la vida.

Le gusta que la llamen Sasha, pues es éste el diminutivo de su nombre, y suena mucho más elegante que "Alek" o "Alex"

Nunca se lo dijo a nadie, pero su color natural de cabello es negro. Se lo ha teñido de rojo desde que tiene memoria.