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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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por Mikhail V. Lébedev Sáb Ago 04, 2018 8:07 pm
Siempre le dijeron que fuera cuidadoso, que no se dejase llevar por esa necesidad suya de salir por las noches a dar un paseo tranquilo por las calles de la ciudad. Bueno, no es que fuese precisamente algo "necesario", pero él lo prefería mil veces a quedarse en casa sólo mirando al techo mientras estaba tendido en cama, aburrido, sin nada interesante que hacer. Ni los videojuegos, ni las noticias, ni una serie de televisión conseguía captar su atención lo suficiente. Y se escabullía entre los sirvientes de su familia, se escabullía de su hermano mayor con el único objetivo de salir de vez en cuando de casa.
Él sabía que era todo más seguro en esa isla, que sería posible andar de un lado a otro sin sentirse amenazado, pero debió pensar que el crimen no estaba erradicado por completo, que podrían existir casos aislados de personas que no comprendían ese paraíso en el que vivían, de cierto modo empecinados en creer que todavía era como ese mundo hecho trizas afuera, al otro lado del océano. Para su desgracia, acabó cayendo presa de ello, recibiendo un disparo en el brazo que sangraba de manera profusa, cosa que no hubiera ocurrido si él se hubiese quedado quieto, si tan solo no hubiese acabado con el pobre diablo que le disparó, si tan solo no se hubiera movido demasiado.
Mikhail quiso defenderse, acabó matando de un golpe a aquel sujeto que llevaba consigo un arma, novato aparentemente, pues no consiguió más que hundir una bala en su hombro derecho. No obstante, y justo esa poca experiencia fue lo que causó que la herida se agravase, y él quedara tendido por poco más de veinte minutos en el pavimento, presionando la herida con la intención de evitar que ésta siguiese sangrando. Seguía resbalando la sangre por su brazo, y así fue hasta que tuvo las fuerzas para levantarse y caminar de vuelta a casa, dejando a su paso un rastro de sangre imposible de ocultar. Torció los labios, maldijo por lo bajo, en voz baja, y cuando llegó a su hogar lo primero que hizo fue dejarse caer en brazos del ama de llaves, que le llevó sin pensarlo dos veces a su habitación, llamando tanto a su hermano como al médico.
—Deja de hacer un drama de ésto, ¿quieres, hermano? No es para tanto —se quejó, tanto por el reproche de su hermano mayor como el movimiento de las pinzas en la herida para retirar la bala que quedó alojada en su hombro. Dolía como el infierno, pero tenía que aguantarlo, él se lo buscó al haberse escapado sólo por un capricho. A su edad le seguía sorprendiendo que tuviese actitudes de un adolescente, de vez en cuando ocurría.
Sólo esperaba que nadie fuese lo suficientemente estúpido como para avisar a Adriàn lo que había ocurrido, no quería verlo precisamente a él preocupado por su actual estado.
Él sabía que era todo más seguro en esa isla, que sería posible andar de un lado a otro sin sentirse amenazado, pero debió pensar que el crimen no estaba erradicado por completo, que podrían existir casos aislados de personas que no comprendían ese paraíso en el que vivían, de cierto modo empecinados en creer que todavía era como ese mundo hecho trizas afuera, al otro lado del océano. Para su desgracia, acabó cayendo presa de ello, recibiendo un disparo en el brazo que sangraba de manera profusa, cosa que no hubiera ocurrido si él se hubiese quedado quieto, si tan solo no hubiese acabado con el pobre diablo que le disparó, si tan solo no se hubiera movido demasiado.
Mikhail quiso defenderse, acabó matando de un golpe a aquel sujeto que llevaba consigo un arma, novato aparentemente, pues no consiguió más que hundir una bala en su hombro derecho. No obstante, y justo esa poca experiencia fue lo que causó que la herida se agravase, y él quedara tendido por poco más de veinte minutos en el pavimento, presionando la herida con la intención de evitar que ésta siguiese sangrando. Seguía resbalando la sangre por su brazo, y así fue hasta que tuvo las fuerzas para levantarse y caminar de vuelta a casa, dejando a su paso un rastro de sangre imposible de ocultar. Torció los labios, maldijo por lo bajo, en voz baja, y cuando llegó a su hogar lo primero que hizo fue dejarse caer en brazos del ama de llaves, que le llevó sin pensarlo dos veces a su habitación, llamando tanto a su hermano como al médico.
—Deja de hacer un drama de ésto, ¿quieres, hermano? No es para tanto —se quejó, tanto por el reproche de su hermano mayor como el movimiento de las pinzas en la herida para retirar la bala que quedó alojada en su hombro. Dolía como el infierno, pero tenía que aguantarlo, él se lo buscó al haberse escapado sólo por un capricho. A su edad le seguía sorprendiendo que tuviese actitudes de un adolescente, de vez en cuando ocurría.
Sólo esperaba que nadie fuese lo suficientemente estúpido como para avisar a Adriàn lo que había ocurrido, no quería verlo precisamente a él preocupado por su actual estado.
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Mikhail V. Lébedev
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Fecha de inscripción : 06/07/2018
por Invitado Jue Ago 23, 2018 4:53 am
Siempre le habían dicho que tuviera cuidado con su salud, que al frente de todas las necesidades él era una pieza importante en el plan de alguien y para llevarlo debía seguir con ello, pero por más que trataba de esforzarse en hacerlo, casi nunca las necesidades que tenía se encontraban por encima de llevar dicha responsabilidad por sí mismo. Por su esencia no había otra manera de llevarse, su vida tenía que ser el mismo sentido del cual provenía; el hecho se hacía realidad con su nueva vida, realmente alguien que podría proteger o al menos sentir la necesidad de ello así fuera en las más simples maneras como acomodar su horario o llevar su comida hasta la habitación, con esos pequeños actos al menos podía sentirse útil y más allá de ello distraía de todo el peso que llevaba encima, un hecho que le ocultaba a las nuevas personas que integraban su nueva vida, prefería que fuera así por su propio bien.
Tomó un respiro mientras se miraba en el espejo que tuvo que molestarse en desempañar, de esa manera podía verlo un poco mejor, aunque fuera apenas el resto que había en su espalda, la punta de una cicatriz que no permitía que nadie más viera, la vergüenza de su existencia, el único error que cometió en su vida le llevo a ello. Sentía impotencia cada vez que recordaba eso. Apretó los labios cerrando el puño mirando el espejo, aunque las ganas no faltaban para romperlo, no lo hizo, aunque necesitaba liberar un poco esa molestia que tenía por dentro. Salir del baño era un comienzo. Tan pronto terminó de acomodar sus ropas dos golpes en su puerta le llamaron, apenas iba a cumplir con su labor diaria cuando todo le descolocó de su itinerario.
Todo el escándalo del lugar daba más base a las palabras que le habían dicho. Casi cayó por las escaleras por la velocidad que llevaba, se sujetó del posa manos. La escena del doctor y el rastro de sangre no fue exactamente lo mejor para su sanidad mental. De solo mirarlo pequeñas fracciones de segundos en sus ojos se divisaron diferentes escenarios del campo donde trabajó por tanto tiempo, su pecho se cerró de solo pensar que Mikhail podría verse atrapado en ese mismo entorno – ¿Qué pasó? – Apenas habló en un tono casi rozando lo desesperado, aunque recuperó un poco la compostura al notar que estaba su hermano mayor adoptivo parado allí. Trató de contener un aire para caminar hacia la escena.
Sin embargo, antes que pudiera hacer algo el hombre se interpuso frente a él negándole la visión del hombre tendido adolorido en el piso ser atendido por el doctor. Su visión estuvo perdida en Mikhail hasta que fue bloqueada su visión cuando sacudió su cabeza y centró la mirada en el más alto que empezó le sujetó del hombro y se dispuso a moverlo del sitio contra su voluntad – ¡No! Quiero ayudar en algo, déjame ayudar – Insistió un poco más poniendo un poco de fuerza pero antes que pudiera acercarse de nuevo se quedó en shock unos minutos en una escena que no le deseaba a nadie. Apretó los labios un poco antes de arrebatarle una toalla limpia a y colocarla sobre la espalda del hombre herido, aunque mantenía su mano allí se aferró a Mikhail sin mirarle directamente a los ojos ni sus heridas pero tenía una mirada determinada en sus ojos le daba a saber a su hermano que no iba a moverse de ahí por más miedo que tuviera y al menos podía asistir al doctor.
Tomó un respiro mientras se miraba en el espejo que tuvo que molestarse en desempañar, de esa manera podía verlo un poco mejor, aunque fuera apenas el resto que había en su espalda, la punta de una cicatriz que no permitía que nadie más viera, la vergüenza de su existencia, el único error que cometió en su vida le llevo a ello. Sentía impotencia cada vez que recordaba eso. Apretó los labios cerrando el puño mirando el espejo, aunque las ganas no faltaban para romperlo, no lo hizo, aunque necesitaba liberar un poco esa molestia que tenía por dentro. Salir del baño era un comienzo. Tan pronto terminó de acomodar sus ropas dos golpes en su puerta le llamaron, apenas iba a cumplir con su labor diaria cuando todo le descolocó de su itinerario.
Todo el escándalo del lugar daba más base a las palabras que le habían dicho. Casi cayó por las escaleras por la velocidad que llevaba, se sujetó del posa manos. La escena del doctor y el rastro de sangre no fue exactamente lo mejor para su sanidad mental. De solo mirarlo pequeñas fracciones de segundos en sus ojos se divisaron diferentes escenarios del campo donde trabajó por tanto tiempo, su pecho se cerró de solo pensar que Mikhail podría verse atrapado en ese mismo entorno – ¿Qué pasó? – Apenas habló en un tono casi rozando lo desesperado, aunque recuperó un poco la compostura al notar que estaba su hermano mayor adoptivo parado allí. Trató de contener un aire para caminar hacia la escena.
Sin embargo, antes que pudiera hacer algo el hombre se interpuso frente a él negándole la visión del hombre tendido adolorido en el piso ser atendido por el doctor. Su visión estuvo perdida en Mikhail hasta que fue bloqueada su visión cuando sacudió su cabeza y centró la mirada en el más alto que empezó le sujetó del hombro y se dispuso a moverlo del sitio contra su voluntad – ¡No! Quiero ayudar en algo, déjame ayudar – Insistió un poco más poniendo un poco de fuerza pero antes que pudiera acercarse de nuevo se quedó en shock unos minutos en una escena que no le deseaba a nadie. Apretó los labios un poco antes de arrebatarle una toalla limpia a y colocarla sobre la espalda del hombre herido, aunque mantenía su mano allí se aferró a Mikhail sin mirarle directamente a los ojos ni sus heridas pero tenía una mirada determinada en sus ojos le daba a saber a su hermano que no iba a moverse de ahí por más miedo que tuviera y al menos podía asistir al doctor.
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