The Evil Inside | Audrey Ødegaard ID

Es muy alegre y le fascina ser el centro de la atención, siempre tiene las palabras correctas para que a los demás les agrade su presencia, aparte de que le encanta ser ella misma, pues las mentiras le desagradan en extremo. Es buena escuchando y dando consejos, aunque sólo lo hace si se lo piden o ve muy mal a la persona en cuestión. Tiene una actitud positiva, aunque no es perfecta y muchas veces puede llegar a deprimirse, cuestión que sabe disimular muy bien.

Le gusta divertirse, y una de las cosas que más le causa gracia es el juguetear con las personas, manipularlas hasta el punto que éstas cumplan sus deseos; aunque ésto nunca lo hace con intenciones de humillar u obligar a alguien a hacer algo que no quiere. Tiene un encanto nato y una inclinación natural hacia la seducción, a la que siempre recurre, ya sea de forma consciente o inconsciente. A pesar de esto, puede llegar a ser ingenua en ciertas cosas, rayando en la inocencia. No tiene prejuicio alguno y pocas veces recurre a la violencia, no obstante ha encontrado una especie de diversión en la misma; siente una extraña atracción hacia las personalidades fuertes y dominantes, siendo ella de una actitud más complementaria: más sumisa y obediente.

Nació en el seno de la prestigiosa familia Ødegaard, en Londres, Inglaterra. Su familia, originaria de Noruega, es una de las más poderosas de todo el país, siendo dueña de un conglomerado de valiosas empresas británicas, extendidas por toda Europa. Pero, como toda familia, tienen secretos; y los secretos de ésta, en específico, son un poco más oscuros que simples infidelidades o hijos fuera del matrimonio.

El patriarca del linaje de los Ødegaard, abuelo de Audrey, nació como un simple granjero, de ahí el significado de su apellido; un joven que soñaba con ser alguien en la vida, por lo que, decidido a dejar las carencias de lado, emigró de su natal Oslo hacia Londres, con el fin de buscar mejores oportunidades. Se enamoró de una joven, y rápidamente formaron una familia, pero parecía que la maldición de la pobreza le seguía a donde quiera que fuese: padre desempleado, madre esperando un hijo y cada vez menos comida en la mesa, a ese paso nunca sobrevivirían en la jungla laboral que era Londres en ése entonces. Fue cuando un misterioso hombre llegó a sus vidas.

El sujeto en cuestión era demasiado extravagante y, a la vez, discreto: vestido con un elegante esmoquin de seda negra, mocasines oscuros de aspecto costoso, un sombrero fino y sus ojos... oh, ese par de sombríos ojos amarillos... él cayó en la trampa y terminaron haciendo un pacto; pidió riquezas, un trabajo estable, comida deliciosa en la mesa... montones y montones de oro. El hombre misterioso se limitó a asentir con la cabeza y se fue sin revelar el precio. —"Pronto tendrás noticias de mí"— fueron sus palabras, antes de desaparecer en las sombras. Y así las cuestiones económicas de la familia Ødegaard fueron mejorando a una velocidad increíble, casi por arte de magia. El joven granjero, ahora convertido en un empresario de renombre, vivía con todos los lujos con los que alguna vez soñó... pero el recuerdo de aquél hombre de traje oscuro seguía en su mente, acechándolo con ésas últimas palabras que, más tarde, le traerían la desdicha a la familia.

Exactamente tres horas antes del nacimiento de su primogénito, justo a su llegada al hospital, se encontró con el hombre de ojos amarillos. Éste, encantado con el repentino pánico que embargaba al joven, le recordó el pacto que, meses atrás, ambos habían hecho, con una simple frase: —"Será niña, y en ella reencarnará mi adorada Lilith"— las frías palabras del hombre estaban cargadas de veneno, lo que provocó que el vello del joven se erizara en una respuesta automática. Él, de familia religiosa, sabía perfectamente quién era Lilith: un demonio, súcubo: la primer esposa de Adán antes de que ésta abandonara el Edén para refugiarse en el Mar Rojo, donde se convirtió en un demonio que daba a luz a otros miles más; se supo después que ella había vuelto, en forma de serpiente, para tentar a Eva a desobedecer al Creador.

Con todo el dolor de su alma, preparó una daga bañada en agua bendita, para el momento en el que su esposa diera a luz. Todos los presentes le miraron sorprendidos cuando entró por la fuerza a la sala de parto, empuñando el cuchillo con el que mandaría de vuelta al infierno a aquél demonio de sangre pura; pero grande fue su sorpresa al encontrarse con un hijo varón... un normal, tranquilo y, sobretodo, humano hijo varón. El terror dio pase al alivio al saber que aquél demonio que le había engañado estaba equivocado. Todo lo demás transcurrió con tranquilidad, permitiéndole a la feliz familia regresar esa misma noche a su hogar; estaba a punto de conciliar el sueño, cuando una corpulenta sombra de brillantes ojos amarillos llamó su atención. —"¿Quién dijo que hablaba de éste bebé?"— fueron las gélidas palabras del demonio antes de desvanecerse, dejando al patriarca de la familia en estado de shock.

Pasaron los años y el joven, alguna vez granjero, se convirtió en uno de los más importantes empresarios de toda Europa. Vivía de forma pacífica con su esposa y único hijo, debido a que el temor de que una mujer naciera en su familia le impidió tener más descendencia. Todo transcurría bien... hasta que su primogénito, su único hijo, le avisó que pronto sería padre. Por un momento... por un breve segundo, pudo apreciar la maldad en los ojos de su hijo: ése color amarillo que tanto lo torturó. No fue la opinión pública, ni que el bebé se diera fuera del matrimonio, lo que alarmó al regente de la familia... sino el género del próximo bebé y que éste fuese concebido por aquél maldito demonio al poseer a su hijo. Él ya no era el mismo joven de antes, no tenía las mismas fuerzas como para enfrentarse por segunda vez al mar de sentimientos y a la culpa de cargar con un parricidio. Por eso decidió acudir con un viejo amigo que se había convertido en sacerdote. Ambos acordaron intentar practicar un exorcismo, pero éste debía iniciar antes de que la joven diera a luz, lo cual hicieron a pesar de los reproches de su familia.

Más todo fue en vano, pues nació una pequeña bebé con indicios de cabello pelirrojo, algo extraño en un familia de rubios y, por mucho lo más sombrío, poseedora de un par de lúgubres ojos amarillos. El ahora abuelo, en un ataque de histeria, se lanzó hacia la bebé empuñando la misma daga bendita con la que estuvo a punto de asesinar a su propio hijo; para desgracia del anciano, la daga no poseía la suficiente fuerza como para deshacerse del demonio dentro de su nieta, pues lo único que pudo hacer fue el sellarlo, dejando una marca violeta justo en el lugar del corazón de la niña, donde la daga se enterró. Así fue como la joven, bautizada como Audrey, pasó de ser la encarnación de un poderoso demonio Pura Sangre de la clase más alta, hija y amante del demonio de ojos amarillos, a una simple mortal, un frágil contenedor que puede romperse en cualquier momento, liberando el desastre y la perversión en su estado más puro.

Teniendo que soportar el rechazo de su abuelo y la ausencia de sus padres debido al trabajo, Audrey creció como una niña mimada por los sirvientes de su mansión, quienes siempre le miraron y la trataron con absoluto temor debido a su apariencia, demasiado hermosa y escultural como para pertenecer a la raza humana, razón por la cual también sufrió de acoso en las escuelas prestigiosas a las que la inscribían. Harta de la vida que llevaba, convenció a sus padres de que la trasladaran a una escuela en Estados Unidos de América; desgraciadamente, en el trayecto, su barco entró en el famoso "Triángulo de las Bermudas" y terminó naufragando debido a las fuertes mareas que lograron darle vuelta al navío. Audrey, arrastrada por las feroces olas, resultó ser la única sobreviviente del naufragio al ser rescatada por una misteriosa isla, ubicada justo en el centro de dicho triángulo, llamada Elysium. Con un giro de 180° en sus planes, y contra todo pronóstico, decidió comenzar una nueva vida en la isla, rodeada por sus míticos habitantes.

—"Al menos, no seré la única rechazada".

Su apariencia, desde pequeña, siempre ha dado de qué hablar, debido a lo extravagante de la misma: comenzando por un largo y rebelde conjunto de hebras rojo carmesí, las cuales descienden como cascada hasta rozar con sus rodillas; rematando con un curioso mechón de cabello que se alza de entre los demás, dándole un aire más inocente, al igual que el par de mechones más cortos que enmarcan su cara. Su rostro, portador de una belleza casi inhumana, está adornado por dos grandes ojos de un profundo color azul zafiro, decorados por una capa de espesas y largas pestañas pelirrojas. Descendiendo por una delgada nariz de aspecto refinado, se encuentran un par de carnosos labios rojizos que incitan a cualquiera a probarlos. Sus mejillas poseen un encantador rubor debido al flujo de sangre en las mismas, aunque éste puede llegar a incrementar dependiendo de la situación.

Otra de las características que más llaman la atención es lo bien que su cuerpo está desarrollado para su edad, y tampoco es que ella lo disimule con sus ropas, pues le encanta vestir con aquellas que resalten aún más su estilizada figura; usualmente lleva puesto el uniforme del instituto, aunque en sus ratos libres le gusta vestir ligera, con shorts pequeños, blusas sin mangas, minifaldas, entre otros.

IMG I | IMG II | IMG III | IMG IV  | IMG V |

Gustos:
Juguetear con las personas y ponerlas nerviosas.
La lectura.
El ajedrez.
La música, en especial la clásica.
Los sabores dulces, en especial el caramelo y el dulce de leche.
La cocina.
Ciertos tipos de violencia.
La dominación.

Disgustos:
Las personas molestas.
Los hipócritas.
Que las cosas no salgan como ella quiere.
Las mentiras.
El ruido en exceso.
Los sabores amargos.

Habilidades:
Nadadora experta.
Generalmente buena en deportes.
Pianista prodigio.
Bastante buena leyendo, gran rapidez y excelente compresión lectora.
Ajedrecista profesional.
Es muy buena convenciendo y manipulando a las personas.
Excelente cocinera, en especial para los postres.
Maneja varios tipos de artes marciales, siendo experta en Judo y Jiu-Jitsu.

Debilidades:
Pertenece a la raza más débil.
No puede regenerarse rápidamente heridas leves y/o graves.
Debido a su parte demonio, los poderes de luz y objetos divinos le hacen daño.
Al ser mestiza no iguala las capacidades de las razas puras.
No tiene control alguno sobre sus poderes, éstos son involuntarios y se presentan en momentos de necesidad.

Extras:
• Suelen creer que es un súcubo por su apariencia.
• Es hija de madre humana y padre demonio, ya que éste poseyó a su supuesto padre el día en el que fue concebida.
• Se le suele ver usando anteojos pues, aunque goza de una buena visión, dice que éstos le ayudan a aclarar su mente y analizar las cosas de una mejor manera.
• Tiene un IQ de 190 puntos.
• Tiene una marca en forma de pentagrama de color violeta en el pecho, por encima del corazón.
• No tiene conocimiento de su parte demoníaca, pues ésta se activa sólo cuando Audrey está en peligro, para después provocarle pérdida de conciencia y memoria.