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Book of disappearances — Privado [FLASHBACK]
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por Zlatan B. I'Svart Mar Jul 31, 2018 7:30 pm
Book of disappearances
"Zlatan / Investigando. / My lady. ~ / 13:00 / Hotel Central" |
La luna menguante se alzaba entre unas pocas nubes que reflejaban la media luz de la misma. En las desoladas calles citadinas se podían escucharse pasos en la distancia que intentaban escapar de algo...o alguien. De pronto los pies dejaron de sonar contra los adoquines, tan sólo la sombre del cuerpo que se elevaba del piso en conjunto a un grito desgarrador de ayuda que rompió el silencio del barrio privado. Luces se encendieron, personas salieron con sus escopetas...pero no había nada. ¿Qué había sido aquello? Los vecinos y vecinas se miraban confundidos. Hasta que una mujer caminó al medio de la calle y recogió del piso una gargantilla de plata. Le tomó en su mano y miró al cielo, apretando en su puño la única prueba de que alguien había pasado por ahí.
Hacía poco había paso el medio día, las calles recuperaban ese color característico de la ciudad. Incluso niños pequeños jugaban a la vista de adultos que conversaban animadamente mientras bebían un refresco. Pero las miradas de varias mujeres cambiaron de perspectiva hacía un lado al ver a un hombre completamente vestido de negro que se acercaba por la parte baja de la calle. Sus pasos eran firmes, su espalda erguida y ancha, los ojos semicerrados observando sencillamente hacía adelante. Pero sus sentidos captaron algo, al instante giró su atención hacía el grupo de féminas. Una sonrisa sutil se apoderó de sus labios en lo que retomaba el andar hacía ellas al tiempo que se quitaba los guantes. Las mujeres se pusieron en la expectativa cuando el demonio estaba parado frente a estas con una sonrisa en sus labios. Las palabras brotaron solas de su boca...
— Oh...eres la cosa más bella de este mundo. —
Sus manos desnudas se alargaron para pasar por las mujeres y pararse detrás de ellas recogiendo un pequeño gatito de color blanco y negro, tenía un rabito en vez de cola, cabezón cómo todo gatito bebé, y un maullido de lo más infantil. El masculino pegó su mejilla a la criaturita frotándose con él.
— ¿Cómo puedes ser tan hermoso? — Las mujeres quedaron secas mirando al hombre cómo le prestaba más atención al animalito que a ellas. — Eres adorable, esos ojitos tiernos, tu pelaje suave...tu olorcito a bebé. —
De pronto un niño se acercó al mayordomo presentándose cómo Lucca el dueño del pequeño felino de nombre “Motita”. Los ojos del masculino se curvaron de tristeza y apenas un “Oh” escapó de sus labios, pero devolvió la mascota a su dueño que enseguida se puso a lamer la mejilla del chico.
— Cuídala bien, se nota que le gustas. — Dijo el mayordomo. Mirando la relación entre mascota y amo de esos dos.
— Si, le haré. No dejaré que el secuestrador se lo lleve. — Decía abrazando a la mascota. Pero antes de que Zlatan pudiese preguntar escuchó que el chico fue llamado por sus padres y salió corriendo a toda prisa.
Verle correr le recordó que el taxi en el que Jessica estaría llegando ya debería de haber arribado al hotel; un lujoso hospedaje en el centro de la ciudad con todas las comodidades inimaginables y más. Había sido citada por alguien en la ciudad para que le ayudase con un “trabajo”, y cómo aún carecían de servidumbre Zlatan se había quedado en la casa acabando de dejar todo cerrado y en orden por un par de días. Tras haber dejado a la rubia en el taxi él se encaminaría a la ciudad, para su suerte sus habilidades demoniacas le ayudarían a llegar antes que cualquier vehículo de ruedas ordinario.
El coche de color amarillo y negro se estaba estacionado frente al hotel en el momento exacto en cual la puerta trasera era abierta desde afuera por una figura que hacía apenas un segundo no estaba ahí. El conductor miraba sorprendido al hombre vestido de total negro, que hacía una reverencia a la dama de rubios cabellos que bajaba del vehículo.
— Bienvenida a la capital, señorita Bennet. — Saludo el masculino.
Segundos después este estiró su mano con los billetes necesarios para el importe del viaje, y una jugosa propina. Mientras el taxista observaba al mayordomo sin creérselo, y se rascaba la cabeza susurrando: ”Estoy seguro de que le vi en algún sitio...¿tendrá un gemelo?”.
Una vez ya su ama había descendido del taxi y el vehículo se había marchado el demonio hizo una reverencia a la rubia con un brazo extendido indicándole la entra al hotel sin decir palabra ninguna. Ahora sólo tenía que esperar ordenes, pero sin saberlo ya tenía una pista de lo que los esperaba.
Hacía poco había paso el medio día, las calles recuperaban ese color característico de la ciudad. Incluso niños pequeños jugaban a la vista de adultos que conversaban animadamente mientras bebían un refresco. Pero las miradas de varias mujeres cambiaron de perspectiva hacía un lado al ver a un hombre completamente vestido de negro que se acercaba por la parte baja de la calle. Sus pasos eran firmes, su espalda erguida y ancha, los ojos semicerrados observando sencillamente hacía adelante. Pero sus sentidos captaron algo, al instante giró su atención hacía el grupo de féminas. Una sonrisa sutil se apoderó de sus labios en lo que retomaba el andar hacía ellas al tiempo que se quitaba los guantes. Las mujeres se pusieron en la expectativa cuando el demonio estaba parado frente a estas con una sonrisa en sus labios. Las palabras brotaron solas de su boca...
— Oh...eres la cosa más bella de este mundo. —
Sus manos desnudas se alargaron para pasar por las mujeres y pararse detrás de ellas recogiendo un pequeño gatito de color blanco y negro, tenía un rabito en vez de cola, cabezón cómo todo gatito bebé, y un maullido de lo más infantil. El masculino pegó su mejilla a la criaturita frotándose con él.
— ¿Cómo puedes ser tan hermoso? — Las mujeres quedaron secas mirando al hombre cómo le prestaba más atención al animalito que a ellas. — Eres adorable, esos ojitos tiernos, tu pelaje suave...tu olorcito a bebé. —
De pronto un niño se acercó al mayordomo presentándose cómo Lucca el dueño del pequeño felino de nombre “Motita”. Los ojos del masculino se curvaron de tristeza y apenas un “Oh” escapó de sus labios, pero devolvió la mascota a su dueño que enseguida se puso a lamer la mejilla del chico.
— Cuídala bien, se nota que le gustas. — Dijo el mayordomo. Mirando la relación entre mascota y amo de esos dos.
— Si, le haré. No dejaré que el secuestrador se lo lleve. — Decía abrazando a la mascota. Pero antes de que Zlatan pudiese preguntar escuchó que el chico fue llamado por sus padres y salió corriendo a toda prisa.
Verle correr le recordó que el taxi en el que Jessica estaría llegando ya debería de haber arribado al hotel; un lujoso hospedaje en el centro de la ciudad con todas las comodidades inimaginables y más. Había sido citada por alguien en la ciudad para que le ayudase con un “trabajo”, y cómo aún carecían de servidumbre Zlatan se había quedado en la casa acabando de dejar todo cerrado y en orden por un par de días. Tras haber dejado a la rubia en el taxi él se encaminaría a la ciudad, para su suerte sus habilidades demoniacas le ayudarían a llegar antes que cualquier vehículo de ruedas ordinario.
El coche de color amarillo y negro se estaba estacionado frente al hotel en el momento exacto en cual la puerta trasera era abierta desde afuera por una figura que hacía apenas un segundo no estaba ahí. El conductor miraba sorprendido al hombre vestido de total negro, que hacía una reverencia a la dama de rubios cabellos que bajaba del vehículo.
— Bienvenida a la capital, señorita Bennet. — Saludo el masculino.
Segundos después este estiró su mano con los billetes necesarios para el importe del viaje, y una jugosa propina. Mientras el taxista observaba al mayordomo sin creérselo, y se rascaba la cabeza susurrando: ”Estoy seguro de que le vi en algún sitio...¿tendrá un gemelo?”.
Una vez ya su ama había descendido del taxi y el vehículo se había marchado el demonio hizo una reverencia a la rubia con un brazo extendido indicándole la entra al hotel sin decir palabra ninguna. Ahora sólo tenía que esperar ordenes, pero sin saberlo ya tenía una pista de lo que los esperaba.
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Zlatan B. I'Svart
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por Jessica Bennet Jue Ago 02, 2018 1:45 pm
Londres / Investigando/ Zlatan
Book Of Disappearances
Las cosas iban bastante bien desde que regreso a su pais, todo por pistas de lo que verdaderamente le interesaba. Pero no comenzaría a pensar en esas cosas, faltaban unos pocos días para que llegase nueva servidumbre cortesía de su querida tía, dado que no podía dejar la casa familiar sin ser atendida, pero eso era otra historia, ahora solo le apremiaba ir a la pesada ciudad para atender un llamado de trabajo, aunque si era sincera no tenía muchas ganas pero por petición de un antiguo amigo de su madre lo había aceptado.
Pasaría algunos días en la ciudad y que mejor que un hotel con buenas comodidades aunque siendo franca hubiera elegido uno un poco más discreto, suponía que su contratista deseaba un ambiente más acorde a su nivel social, por lo que accedió, el viaje en el taxi era pesado. No dejaba de darle vueltas a su cabeza la frustración que sentía de no encontrar nada que la guiara a su madre… Por ello regreso, donde su progenitora había nacido aunque la casa que tenían allí era bastante moderna y cómoda supuso que la uso hasta antes de desaparecer de sus vidas, justo un poco después de que su padre muriera… ¿Por qué? Ni ella no tenía ni idea que era lo que buscaba exactamente.
Movió su cabeza de nada le valía perderse en sus pensamientos, solo se encargaría de lo que le encargarían por ahora, era su única meta. La joven dejo escapar un suspiro viendo las calles de la ciudad pasar por sus ojos, finalmente el taxi se detuvo en la entrada del dichoso complejo y sin esperar vio cómo su fiel ayudante abría la puerta, ella solo alzo una ceja. —Llegas justo en la raya…— dijo en un susurro a modo de reprimenda, porque vio justo el momento que apareció delante de la puerta. La mestiza, tomó su bolsa y la pequeña maleta de mano que llevaba para bajar del auto, observando el lugar, dejando que el azabache pagará.
Un viento suave soplo moviendo sus rubios cabellos, llevándose un mechón tras la oreja, observo de reojo a su acompañante. — ¿De nuevo rescatando gatitos en apuros? — cuestiono señalando algunos pelitos color café en el traje del contrario, suspiro negando lentamente. — No tienes remedio… entremos. — dijo dándole la maleta que cargaba para entrar al hotel, agradeció como el portero abrió la puerta para ella quitándole el trabajo a su mayordomo, observo el interior del Lobby del hotel, se notaba tan ostentoso que casi se sintió asfixiada pero nada podía hacer fue el mundo en el que se crió por lo que a veces debía soportarlo aunque amase la buena vida.
Camino hasta la recepción donde un elegante hombre ataviado de traje, al verla enseguida la le atendió con toda la cortesía que su trabajo le demandaba. — Buenas tardes, Señorita, ¿tiene reservación? — preguntó educadamente. La rubia asintió y sin perder tiempo habló, antes de lo hiciera Zlatan. — Si, Bennet — menciono simplemente sin más ceremonia, el rostro de la joven era serio con un toque de fastidio.
El hombre tecleo rápido el apellido, que ella le mencionaba en su computador viendo que efectivamente, vio la reserva solo le impresiono que fuera una presidencial, pero recordó haber oído aquel apellido de la joven sorprendiéndose por tener a un miembro de tal familia en su hotel — Mil disculpas, Señorita Bennet, aquí tiene la llave, de su suite, solo tiene que firmar aquí. — mencionó con una cordial sonrisa mientras le entregaba una tarjeta que fungía como llave. La muchacha alzó una ceja, recordando que no especificó cuantas llaves deseaba, suspiro con fastidio. — Disculpe necesito otra llave, para mi mayordomo. — comento señalando al hombre tras ella, el hombre solo asintió sacando una segunda llave para entregársela, ella solo agradeció con un simple “gracias”terminando de firmar y pagando el precio de lo que le costaría esos días que se quedaría allí.
—Que tenga una buena estancia, señorita, el botones los llevara a su habitación. — mencionó a modo de despedida, cuando un muchacho algo joven se acercó a ellos, pidiéndoles seguirles, ella simplemente asintió dejando que los guara por el lugar hasta el piso indicado justo frente a la habitación que ocuparían, se despidió dejándolos solos. Ella solo abrió la puerta para dejar a la vista la magnífica suite, suspiro dejándose caer en uno de los sillones, miro al azabache. — Una llave será para ti y… la persona que nos vera decidió aplazar la reunión para más tarde…. — comentó con calma cerrando los ojos y frotándose una cien. — envió unos documentos a mi correo… me gustaría saber qué opinas…— murmuro pasándole su móvil, claro que luego sacaría su portátil para que fuera más cómodo para ambos leer todo lo que necesitaban saber sobre su nuevo caso.
.
Pasaría algunos días en la ciudad y que mejor que un hotel con buenas comodidades aunque siendo franca hubiera elegido uno un poco más discreto, suponía que su contratista deseaba un ambiente más acorde a su nivel social, por lo que accedió, el viaje en el taxi era pesado. No dejaba de darle vueltas a su cabeza la frustración que sentía de no encontrar nada que la guiara a su madre… Por ello regreso, donde su progenitora había nacido aunque la casa que tenían allí era bastante moderna y cómoda supuso que la uso hasta antes de desaparecer de sus vidas, justo un poco después de que su padre muriera… ¿Por qué? Ni ella no tenía ni idea que era lo que buscaba exactamente.
Movió su cabeza de nada le valía perderse en sus pensamientos, solo se encargaría de lo que le encargarían por ahora, era su única meta. La joven dejo escapar un suspiro viendo las calles de la ciudad pasar por sus ojos, finalmente el taxi se detuvo en la entrada del dichoso complejo y sin esperar vio cómo su fiel ayudante abría la puerta, ella solo alzo una ceja. —Llegas justo en la raya…— dijo en un susurro a modo de reprimenda, porque vio justo el momento que apareció delante de la puerta. La mestiza, tomó su bolsa y la pequeña maleta de mano que llevaba para bajar del auto, observando el lugar, dejando que el azabache pagará.
Un viento suave soplo moviendo sus rubios cabellos, llevándose un mechón tras la oreja, observo de reojo a su acompañante. — ¿De nuevo rescatando gatitos en apuros? — cuestiono señalando algunos pelitos color café en el traje del contrario, suspiro negando lentamente. — No tienes remedio… entremos. — dijo dándole la maleta que cargaba para entrar al hotel, agradeció como el portero abrió la puerta para ella quitándole el trabajo a su mayordomo, observo el interior del Lobby del hotel, se notaba tan ostentoso que casi se sintió asfixiada pero nada podía hacer fue el mundo en el que se crió por lo que a veces debía soportarlo aunque amase la buena vida.
Camino hasta la recepción donde un elegante hombre ataviado de traje, al verla enseguida la le atendió con toda la cortesía que su trabajo le demandaba. — Buenas tardes, Señorita, ¿tiene reservación? — preguntó educadamente. La rubia asintió y sin perder tiempo habló, antes de lo hiciera Zlatan. — Si, Bennet — menciono simplemente sin más ceremonia, el rostro de la joven era serio con un toque de fastidio.
El hombre tecleo rápido el apellido, que ella le mencionaba en su computador viendo que efectivamente, vio la reserva solo le impresiono que fuera una presidencial, pero recordó haber oído aquel apellido de la joven sorprendiéndose por tener a un miembro de tal familia en su hotel — Mil disculpas, Señorita Bennet, aquí tiene la llave, de su suite, solo tiene que firmar aquí. — mencionó con una cordial sonrisa mientras le entregaba una tarjeta que fungía como llave. La muchacha alzó una ceja, recordando que no especificó cuantas llaves deseaba, suspiro con fastidio. — Disculpe necesito otra llave, para mi mayordomo. — comento señalando al hombre tras ella, el hombre solo asintió sacando una segunda llave para entregársela, ella solo agradeció con un simple “gracias”terminando de firmar y pagando el precio de lo que le costaría esos días que se quedaría allí.
—Que tenga una buena estancia, señorita, el botones los llevara a su habitación. — mencionó a modo de despedida, cuando un muchacho algo joven se acercó a ellos, pidiéndoles seguirles, ella simplemente asintió dejando que los guara por el lugar hasta el piso indicado justo frente a la habitación que ocuparían, se despidió dejándolos solos. Ella solo abrió la puerta para dejar a la vista la magnífica suite, suspiro dejándose caer en uno de los sillones, miro al azabache. — Una llave será para ti y… la persona que nos vera decidió aplazar la reunión para más tarde…. — comentó con calma cerrando los ojos y frotándose una cien. — envió unos documentos a mi correo… me gustaría saber qué opinas…— murmuro pasándole su móvil, claro que luego sacaría su portátil para que fuera más cómodo para ambos leer todo lo que necesitaban saber sobre su nuevo caso.
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por Zlatan B. I'Svart Jue Ago 23, 2018 8:18 pm
Book of disappearances
"Zlatan / Investigando. / My lady. ~ / 13:00 / Hotel Central" |
La enorme capital británica, siempre tan llena de misterios y oportunidades abundando por las calles. Algo hermoso normalmente pero extraño a la vez, ya que no es fácil pensar que en la vida las cosas salen cómo tenemos planeado. Es extraño el hecho de saber que algo nos va a salir mal pero que sin importar seguimos insistiendo un poco más sin siquiera molestarnos en el fracaso...en algunos casos muy particulares. Pero así son las personas; seres que sin importar lo forzoso de su existencia siguen al frente buscando algo que los motive con la vida, una sola cosa sencilla que llené ese hueco que sienten por dentro. A veces eso es amor, en otras un trabajo, algo donde volcar su cariño...pero en casos más extremos puede ser algo más retorcido y oscuro...
El viento otoñal soplaba alzando los cabellos del demonio que se mantenía firmemente de pie junto al automóvil en donde su ama estaba llegando. No pudo evitar sonreír al escuchar las palabras de ella marcando que había llegado “en la raya”.
— Perdón por defraudarla, pero no me gusta llegar tarde ni temprano; sólo en el momento correcto. —
La sonrisa que decoraba su boca se pronunció ligeramente más dejando entrever la punta de su lengua mientras decía aquello.
Pero ante la puntualización de sus ropas y los felinos el masculino abrió los ojos sin disimular la sorpresa. Eso sí que se le había escapado. — No, solamente me cruce con un pequeño gatito... y su dueño, un coincidencia interesante de mascota y amo. — Expresó haciendo referencia al mismo encuentro puntual que el demonio había tenido llegando justo en el momento exacto a abrir la puerta de su señora.
Aunque momentos más tarde tomaba la maleta que se le tendía para empezar a caminar derecho hacía el hotel siguiendo el paso de la fémina en silencio sepulcral. Cómo un robot autómata que no hace ruido ni siquiera para desplazarse. Ingresando al ostentoso lugar observando cómo de concurrido estaba y eso que las temporadas eran bajas. Mucha gente iba y venía de aquí por allá cotorreando y riendo, parejas disparejas podían verse en cada dirección. Cosas que llamaban más que poderosamente la atención. Sin lugar a dudas Londres era un sitió bastante peculiar.
Una vez dentro ya con todas las cosas en regla el masculino se quedó observando en silencio cómo Jessica manejaba la situación de las llaves y conseguían el traslado hasta la suite para hospedarse. Zlatan se negó a que llevaran el equipaje, sino que dispuso a cargar todo él mismo. Un buen perro guardián no deja que nadie toque las cosas de su amo ni se acerque a ellos sin el permiso previo del mismo. Después de todo era su deber velar por la seguridad de esa dama de dorada cabellera que iba junto a él.
Subieron por el ascensor hasta que por fin llegaron al lugar que sería su “base de operaciones” hasta que resolvieran el enigmático caso. Aceptó la llave ofrecida guardando la misma en el bolsillo interno de su chaqueta. — Yes, my lady. — Luego se dirigió a desempacar las cosas sin prisa ni lentitud. De una en una fue ordenando la ropa meticulosamente en cada espacio del enorme placard hasta que escuchó las palabras de Jessica. Giró el cuerpo enarcando una ceja y tomando el móvil que le brindaba comenzando a observar los detalles de información recibidos.
Los ojos del demonio se pasaron por la pantalla, leyendo cada palabra y analizando algunas fotografías enviadas a modo de prueba. Aunque lamentablemente no daba mucho texto, sólo hablaba de unos chics desaparecidos en condiciones que aún eran un misterio para todos en plena capital. Sería difícil ya que prácticamente deberían ir a ciegas.
— La desaparición de niños puede tener más de un significado o motivo. Sin dudas es alguien que dudo los devuelva sanos y salvó, pero las posibilidades van desde un ritual satánico o de brujería donde se necesite sacrificio de niños, usar su sangre o huesos para buscar la vida eterna, o un pedófilo vicioso. — No tuvo pelos en la lengua al dar su punto de vista acerca de lo que podía ser aquello. Después de todo todas las posibilidades son verídicas hasta que se demuestre lo contrario, como el gato de Schrödinger.
Analizando un poco más aquella información el masculino enarcó una ceja. Aún había un dato de donde tenían que sujetarse. — Debemos de averiguar donde se dio cada desaparición, a qué hora, etc... Si los robos siguen algún patrón o hay algo en común entre los niños. Luego de eso sería más fácil hacer al culpable salir de su madriguera, se me ocurren una o dos formas. Pero primero necesitaremos la información, póngase en contacto con el cliente a ver qué más puede conseguir. — Con esto dicho paso nuevamente el teléfono a la mestiza continuando con su tarea mientras la cabeza le daba mil vueltas acerca de lo que en verdad podría ser esa desaparición. Pero ya había empezado a engranar un plan para dar con el ladronzuelo.
El viento otoñal soplaba alzando los cabellos del demonio que se mantenía firmemente de pie junto al automóvil en donde su ama estaba llegando. No pudo evitar sonreír al escuchar las palabras de ella marcando que había llegado “en la raya”.
— Perdón por defraudarla, pero no me gusta llegar tarde ni temprano; sólo en el momento correcto. —
La sonrisa que decoraba su boca se pronunció ligeramente más dejando entrever la punta de su lengua mientras decía aquello.
Pero ante la puntualización de sus ropas y los felinos el masculino abrió los ojos sin disimular la sorpresa. Eso sí que se le había escapado. — No, solamente me cruce con un pequeño gatito... y su dueño, un coincidencia interesante de mascota y amo. — Expresó haciendo referencia al mismo encuentro puntual que el demonio había tenido llegando justo en el momento exacto a abrir la puerta de su señora.
Aunque momentos más tarde tomaba la maleta que se le tendía para empezar a caminar derecho hacía el hotel siguiendo el paso de la fémina en silencio sepulcral. Cómo un robot autómata que no hace ruido ni siquiera para desplazarse. Ingresando al ostentoso lugar observando cómo de concurrido estaba y eso que las temporadas eran bajas. Mucha gente iba y venía de aquí por allá cotorreando y riendo, parejas disparejas podían verse en cada dirección. Cosas que llamaban más que poderosamente la atención. Sin lugar a dudas Londres era un sitió bastante peculiar.
Una vez dentro ya con todas las cosas en regla el masculino se quedó observando en silencio cómo Jessica manejaba la situación de las llaves y conseguían el traslado hasta la suite para hospedarse. Zlatan se negó a que llevaran el equipaje, sino que dispuso a cargar todo él mismo. Un buen perro guardián no deja que nadie toque las cosas de su amo ni se acerque a ellos sin el permiso previo del mismo. Después de todo era su deber velar por la seguridad de esa dama de dorada cabellera que iba junto a él.
Subieron por el ascensor hasta que por fin llegaron al lugar que sería su “base de operaciones” hasta que resolvieran el enigmático caso. Aceptó la llave ofrecida guardando la misma en el bolsillo interno de su chaqueta. — Yes, my lady. — Luego se dirigió a desempacar las cosas sin prisa ni lentitud. De una en una fue ordenando la ropa meticulosamente en cada espacio del enorme placard hasta que escuchó las palabras de Jessica. Giró el cuerpo enarcando una ceja y tomando el móvil que le brindaba comenzando a observar los detalles de información recibidos.
Los ojos del demonio se pasaron por la pantalla, leyendo cada palabra y analizando algunas fotografías enviadas a modo de prueba. Aunque lamentablemente no daba mucho texto, sólo hablaba de unos chics desaparecidos en condiciones que aún eran un misterio para todos en plena capital. Sería difícil ya que prácticamente deberían ir a ciegas.
— La desaparición de niños puede tener más de un significado o motivo. Sin dudas es alguien que dudo los devuelva sanos y salvó, pero las posibilidades van desde un ritual satánico o de brujería donde se necesite sacrificio de niños, usar su sangre o huesos para buscar la vida eterna, o un pedófilo vicioso. — No tuvo pelos en la lengua al dar su punto de vista acerca de lo que podía ser aquello. Después de todo todas las posibilidades son verídicas hasta que se demuestre lo contrario, como el gato de Schrödinger.
Analizando un poco más aquella información el masculino enarcó una ceja. Aún había un dato de donde tenían que sujetarse. — Debemos de averiguar donde se dio cada desaparición, a qué hora, etc... Si los robos siguen algún patrón o hay algo en común entre los niños. Luego de eso sería más fácil hacer al culpable salir de su madriguera, se me ocurren una o dos formas. Pero primero necesitaremos la información, póngase en contacto con el cliente a ver qué más puede conseguir. — Con esto dicho paso nuevamente el teléfono a la mestiza continuando con su tarea mientras la cabeza le daba mil vueltas acerca de lo que en verdad podría ser esa desaparición. Pero ya había empezado a engranar un plan para dar con el ladronzuelo.
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por Jessica Bennet Dom Ago 26, 2018 5:24 am
Londres / Investigando/ Zlatan
Book Of Disappearances
L e fue bastante divertido como se fueron desenvolviendo los acontecimientos desde que llegaron al hotel, la sorpresa en el rostro de su siempre burlón mayordomo al ser descubierto en su pequeña inspección para ir a verla donde habían acordado; como verlo pelear con el botones por no dejarle tocar sus pertenencias, le dio un poco de pena el pobre muchacho que se quedó todo nervioso por la actitud del mayor. Pero no le dio mucha importancia luego hablaría un poco con el azabache aunque en esos momentos recordaba las palabras de su padre que él era un completo y fiel perro guardián.
Al estar los dos solos en la Suit, la cual era de su completo agrado el hotel acato con gusto sus exigencias y eso lo agradecía bien, quería acabar con ese trabajo lo antes posible, aun tenia cosas que hacer en el negocio familiar, no pensaba dejarlo a manos de sus tíos como les placiera. Jessica se recostó completamente en el sofá, tenía sueño no pudo dormir demasiado la noche anterior con tantas cosas que arreglar, pero no pensaría en ello ahora. La rubia solo observo como Zlatan como siempre rápido y eficiente comenzaba a desembalar sus cosas, que no eran demasiadas porque no planeaba quedarse tanto tiempo fuera de casa por su segundo trabajo que era más que nada una pequeña excusa.
Cuando el tomo su celular, la joven se apoyó de su lado derecho para poder verlo con un con brazo sujetando su cabeza, la muchacha lo escucho con atención sin decir nada, ya que deseaba saber todo lo que el opinaba sobre el caso y lo que su querido cliente les informaba, se quedó pensando un momento analizando los puntos que les comentaba el demonio como sus pros y contras sobre los mismos, tomo el aparato de vuelta dejándolo a un lado para verle.
—Tienes razón…pero también puede ser por las recientes guerras que se están desatando en todo el mundo… aunque nuestra amada patria este en pie todavía con todos sus altibajos…—menciono sin agradarle pensar en la actual época carente del mundo las guerras el hambre, la sangre derramada entre tantas cosas eso la angustiaba más ¿Dónde podría estar su madre? ¿Estaría viva? Eran muchas preguntas que tenía la mestiza en su mente, sabía que su progenitora nunca fue muy bien vista por la familia de su padre pero… dejarla con el solo por eso de verdad aquel pensamiento le dolía mucho.
—Primero esperemos que el señor, Blake nos de la información que prometió con las pruebas, para poder hacer legalmente la investigación sin algún problema… pero si estos niños de diferentes razas y culturas han desaparecido… puede que solo sean carne de cañón en esta guerra o quieren simplemente la trata de esclavos…— sus palabras salieron sin muchas ganas de su boca, pero eso era un gran posibilidad que solo les usaran para fines bélicos o solo como simples sacrificios, era horrible de pensar, aunque haría su mejor esfuerzo para traerlos sanos y salvo.
Jessica se levantó sacando la cinta de su traje, y luego saco para dejarlos a un lado acomodada en el sofá, empezando desabrochar los tres primeros botones de su camisa blanca.— Prepárame el baño…— ordeno aunque su voz sonó mas como una petición que orden, se acercó a su neceser abriéndolo tomo una cinta para amarrarse el cabello así, no se lo mojaría, necesitaba relajarse un poco, busco una bata de baño, colocándosela en el brazo para enfocar sus amatistas ojos en los rojos de su compañero. — ¿Crees que con todo este alboroto, ella siga viva? …— dijo refiriéndose a la guerra actual y su actual situación con todo el asunto, por un momento la vivas y caprichosa chica de dorados cabellos lucio un poco opaca y triste por aquella idea.
Al estar los dos solos en la Suit, la cual era de su completo agrado el hotel acato con gusto sus exigencias y eso lo agradecía bien, quería acabar con ese trabajo lo antes posible, aun tenia cosas que hacer en el negocio familiar, no pensaba dejarlo a manos de sus tíos como les placiera. Jessica se recostó completamente en el sofá, tenía sueño no pudo dormir demasiado la noche anterior con tantas cosas que arreglar, pero no pensaría en ello ahora. La rubia solo observo como Zlatan como siempre rápido y eficiente comenzaba a desembalar sus cosas, que no eran demasiadas porque no planeaba quedarse tanto tiempo fuera de casa por su segundo trabajo que era más que nada una pequeña excusa.
Cuando el tomo su celular, la joven se apoyó de su lado derecho para poder verlo con un con brazo sujetando su cabeza, la muchacha lo escucho con atención sin decir nada, ya que deseaba saber todo lo que el opinaba sobre el caso y lo que su querido cliente les informaba, se quedó pensando un momento analizando los puntos que les comentaba el demonio como sus pros y contras sobre los mismos, tomo el aparato de vuelta dejándolo a un lado para verle.
—Tienes razón…pero también puede ser por las recientes guerras que se están desatando en todo el mundo… aunque nuestra amada patria este en pie todavía con todos sus altibajos…—menciono sin agradarle pensar en la actual época carente del mundo las guerras el hambre, la sangre derramada entre tantas cosas eso la angustiaba más ¿Dónde podría estar su madre? ¿Estaría viva? Eran muchas preguntas que tenía la mestiza en su mente, sabía que su progenitora nunca fue muy bien vista por la familia de su padre pero… dejarla con el solo por eso de verdad aquel pensamiento le dolía mucho.
—Primero esperemos que el señor, Blake nos de la información que prometió con las pruebas, para poder hacer legalmente la investigación sin algún problema… pero si estos niños de diferentes razas y culturas han desaparecido… puede que solo sean carne de cañón en esta guerra o quieren simplemente la trata de esclavos…— sus palabras salieron sin muchas ganas de su boca, pero eso era un gran posibilidad que solo les usaran para fines bélicos o solo como simples sacrificios, era horrible de pensar, aunque haría su mejor esfuerzo para traerlos sanos y salvo.
Jessica se levantó sacando la cinta de su traje, y luego saco para dejarlos a un lado acomodada en el sofá, empezando desabrochar los tres primeros botones de su camisa blanca.— Prepárame el baño…— ordeno aunque su voz sonó mas como una petición que orden, se acercó a su neceser abriéndolo tomo una cinta para amarrarse el cabello así, no se lo mojaría, necesitaba relajarse un poco, busco una bata de baño, colocándosela en el brazo para enfocar sus amatistas ojos en los rojos de su compañero. — ¿Crees que con todo este alboroto, ella siga viva? …— dijo refiriéndose a la guerra actual y su actual situación con todo el asunto, por un momento la vivas y caprichosa chica de dorados cabellos lucio un poco opaca y triste por aquella idea.
By Odisea
Tumultus
Jessica Bennet
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por Zlatan B. I'Svart Mar Sep 11, 2018 6:52 pm
Book of disappearances
"Zlatan / Investigando. / My lady. ~ / 13:00 / Hotel Central" |
Podía entender perfectamente las inquietudes de aquella mujer, después de todo para alguien que había vivido tan poco tiempo y en un ambiente “humano” era fácil de impresionar con atrocidades. Por el contrario, aquel mayordomo con más de seis siglos en el planeta observando desde las sombras la crueldad y deseos de tantas razas que se juntaban...bueno, digamos que estaba más preparado a lo que encontraría.
Sinceramente había sugerido malos escenarios, pero aún había peores que no quiso dar a entender por el bien de la rubia. Guardó silencio mientras seguía usando hábilmente sus manos para desempacar las maletas, ordenando todo en forma prolija en cada lugar que la suit les proporcionaba para ello.
— Dudo que haya fines bélicos estrictamente ligados. — El demonio hizo una ligera pausa y luego observó a Jessica por el rabillo del ojo. — Si bien el factor sorpresa de ver a un infante en la guerra puede hacer dudar a algunos, dudo que muchos se detengan, por lo que no habrá una ventaja real. — Siguió pensando en posibilidades. — Para sacar un soldado rentable precisarían al menos que el chico tuviese entre catorce o quince años, y la edad más grande del desaparecido es de apenas nueve. — Estuvo a punto de continuar su razonamiento, pero sería un poco fuerte seguir su línea de pensamiento. Mejor esperar un poco a ver cómo se desarrollaban las cosas, después de todo debería de preparar a la mestiza para el peor escenario, eso era parte de cuidarla y protegerla.
Una vez todo estaba listo, los ojos del masculino escudriñaron la habitación repasando que no se dejará ningún detalle. Cuando escuchó el pedido de su ama, y vio que empezaba a desnudarse, su afirmación no se hizo esperar.
— Yes, my lady. — Una pequeña reverencia al tiempo que la punta de su musculo bucal repasaba el contorno de sus labios con una maliciosa sonrisa. Eso era todo, al baño se ha dicho.
La bañera era amplia cómo un sofá de tres cuerpos, se veía que no habían escatimado en gastos. Zlatan mordió las yemas de un guante para retirarle de su mano, al tiempo que abrió las canillas para dejar salir el agua y poder comprobar con la piel desnuda la temperatura hasta que fuera una ideal. Una vez se aseguró de que no tendría problemas por ese lado comenzó a verter en la bañera algunas sales minerales y aceites aromáticos para crear el efecto agradable del agua tibia que tendría la piel de ella. Sumado esto a unas gotas de jabón exclusivo del hotel, el agua se tiño de un ligero rosa que resaltó más en la espuma de la misma haciendo de aquel un color más fuerte.
— Señorita Jessica, su baño esta pronto. — Llamó a la rubia a que disfrutase del agua una vez pronta, mientras él se disponía a un lado de la puerta por fuera del baño con una toalla en el antebrazo. Cual un soldado del palacio de Buckingham cuidando el reposo de la reina. — Espero sea de su agrado, y pueda disfrutar del baño con gusto. — Y ahí apareció de nuevo aquella sonrisa lingüística que le dedicaba sólo a ella.
Aunque la cosa no había acabado ahí...ella le hizo una delicada pregunta. El demonio buscó los ojos de la joven para mantener su fría mirada sobre los mismos, claro que no mentiría, después de todo en este caso de nada le sería útil o provechoso.
— Sí lo creo. — Su respuesta fue sencilla y sin rodeos, con la vista fija. — Los fénix no mueren fácilmente, y además no por nada habría seguido viva hasta que usted nació. Supongo que sabe cuidarse bien sola, sumado eso a la durabilidad de su raza pura, supongo ha de ser alguien a quien le cueste morir. — Tras esas palabras hizo un gesto con la cabeza de aceptación esperando haber librado la mente de ella de dudas.
Sinceramente había sugerido malos escenarios, pero aún había peores que no quiso dar a entender por el bien de la rubia. Guardó silencio mientras seguía usando hábilmente sus manos para desempacar las maletas, ordenando todo en forma prolija en cada lugar que la suit les proporcionaba para ello.
— Dudo que haya fines bélicos estrictamente ligados. — El demonio hizo una ligera pausa y luego observó a Jessica por el rabillo del ojo. — Si bien el factor sorpresa de ver a un infante en la guerra puede hacer dudar a algunos, dudo que muchos se detengan, por lo que no habrá una ventaja real. — Siguió pensando en posibilidades. — Para sacar un soldado rentable precisarían al menos que el chico tuviese entre catorce o quince años, y la edad más grande del desaparecido es de apenas nueve. — Estuvo a punto de continuar su razonamiento, pero sería un poco fuerte seguir su línea de pensamiento. Mejor esperar un poco a ver cómo se desarrollaban las cosas, después de todo debería de preparar a la mestiza para el peor escenario, eso era parte de cuidarla y protegerla.
Una vez todo estaba listo, los ojos del masculino escudriñaron la habitación repasando que no se dejará ningún detalle. Cuando escuchó el pedido de su ama, y vio que empezaba a desnudarse, su afirmación no se hizo esperar.
— Yes, my lady. — Una pequeña reverencia al tiempo que la punta de su musculo bucal repasaba el contorno de sus labios con una maliciosa sonrisa. Eso era todo, al baño se ha dicho.
La bañera era amplia cómo un sofá de tres cuerpos, se veía que no habían escatimado en gastos. Zlatan mordió las yemas de un guante para retirarle de su mano, al tiempo que abrió las canillas para dejar salir el agua y poder comprobar con la piel desnuda la temperatura hasta que fuera una ideal. Una vez se aseguró de que no tendría problemas por ese lado comenzó a verter en la bañera algunas sales minerales y aceites aromáticos para crear el efecto agradable del agua tibia que tendría la piel de ella. Sumado esto a unas gotas de jabón exclusivo del hotel, el agua se tiño de un ligero rosa que resaltó más en la espuma de la misma haciendo de aquel un color más fuerte.
— Señorita Jessica, su baño esta pronto. — Llamó a la rubia a que disfrutase del agua una vez pronta, mientras él se disponía a un lado de la puerta por fuera del baño con una toalla en el antebrazo. Cual un soldado del palacio de Buckingham cuidando el reposo de la reina. — Espero sea de su agrado, y pueda disfrutar del baño con gusto. — Y ahí apareció de nuevo aquella sonrisa lingüística que le dedicaba sólo a ella.
Aunque la cosa no había acabado ahí...ella le hizo una delicada pregunta. El demonio buscó los ojos de la joven para mantener su fría mirada sobre los mismos, claro que no mentiría, después de todo en este caso de nada le sería útil o provechoso.
— Sí lo creo. — Su respuesta fue sencilla y sin rodeos, con la vista fija. — Los fénix no mueren fácilmente, y además no por nada habría seguido viva hasta que usted nació. Supongo que sabe cuidarse bien sola, sumado eso a la durabilidad de su raza pura, supongo ha de ser alguien a quien le cueste morir. — Tras esas palabras hizo un gesto con la cabeza de aceptación esperando haber librado la mente de ella de dudas.
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Zlatan B. I'Svart
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