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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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Deviant Arts [Priv. Saphire]
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por Sylvara Lun Jul 30, 2018 6:12 am
— En algún lugar de Japón
El mundo tal vez había llegado a una especie de final, pero todavía quedaban rincones en donde la vida podía ser llevadera siempre y cuando tus necesidades y aspiraciones no tuvieran nada que ver con el bienestar que trae consigo la modernidad.
Era una mañana de verano, a pesar de ser temprano se sentía lo tibio de la temperatura y auguraba un aumento en transcurso del día. Un indicador silente que recomendaba a la peliblanca a dejar los viejos apuntes que estaba estudiando y dedicara la tarde a pasar un rato de calidad en el río. Sin embargo, primero estaban los quehaceres. Ataviada con una fresca yukata color azul y unas sandalias, la extranjera salió al patio de la casona tradicional que habitaba para recoger agua del pozo del patio. Con ella no vivía nadie, pues había llegado a ese lugar con el propósito de estudiar y Sylvara estudiaba mejor cuando se encontraba sola. Siempre había sido así.
La joven se acercó al borde del pozo, cuya estructura de piedra llegaba hasta su cintura, y lanzo el cubo. Para su fortuna la cubeta chocó rápidamente con el agua, por lo que no tendría que preocuparse por su carencia como sucedió dos semanas atrás. Se dispuso a recoger el primer viaje cuando algo impactó contra el marco de madera del pozo, unos 30 centímetros por encima de su cabeza. La peliblanca no tuvo que girarse para saber lo que había sucedido, ese pequeño ataque era uno rutinario, pero no dejaba de ser molesto. Respiró hondo, cerró sus ojos y luego giró su rostro para ver por encima de su hombro. Sin lugar a dudas, allí estaba. Era la misma señora de ropa sucia y raída que pasaba todas las mañanas a lanzarle piedras desde que se enteró que estaba viviendo en ese lugar.
—¡Largo de aquí, extranjera!— Siseó en japonés. —¡Basura! ¡Japón no te quiere aquí!— Una pequeña cerca de madera le impedía el paso. La vieja agarró las tablas e intentó sacudirlas, pero Sylvara había hecho un trabajo de fortalecimiento unos días antes y estaban clavadas con firmeza. Cuando se dio cuenta que no iba a poder maltratar la estructura del hogar, se inclinó para recoger otra piedra y lanzarla al hombro de la muchacha, pero Sylvara dejó caer el cubo al pozo y se giró a tiempo para atrapar el proyectil en un movimiento que haría a cualquier cátcher sentir envidia. —Este es mi hogar ahora.— Respondió en japonés simple. —Lo compré. Y si me lo vendió, a su Japón no le importa si estoy aquí o no.— Y entonces le devolvió la piedra con un lanzamiento que hizo que la vieja resguardara su cabeza. Viendo que la peliblanca no tenía reparo alguno en lastimarla, la intrusa se marchó murmurando maldiciones y haciendo gestos groseros a la muchacha y a su hogar.
Sylvara la observó mientras se marchaba, liberando un suspiro de hastío. —¿Quién hubiera pensado que restaurar el hogar del maestro Shikizaki iba a ser tan problemático con los lugareños?— Dijo, aunque sabía que el problema no era restaurar el hogar del legendario creador de armas, sino que lo hiciera ella: Una extranjera. La verdad era que no le importaba mucho si a la gente le agradara su presencia o no, lo que le interesaba era aprovechar el tiempo y la situación de relativa tranquilidad para aprender sobre las armas especiales que había creado Shikizaki Kiki, por lo que se puso manos a la obra con los quehaceres de limpieza. Si tenía suerte, terminaría antes del mediodía, tendría tiempo para ir al río y estudiar los antiguos pergaminos antes de que el Sol se despidiera.
Eso, si no llegaba alguna visita.
Era una mañana de verano, a pesar de ser temprano se sentía lo tibio de la temperatura y auguraba un aumento en transcurso del día. Un indicador silente que recomendaba a la peliblanca a dejar los viejos apuntes que estaba estudiando y dedicara la tarde a pasar un rato de calidad en el río. Sin embargo, primero estaban los quehaceres. Ataviada con una fresca yukata color azul y unas sandalias, la extranjera salió al patio de la casona tradicional que habitaba para recoger agua del pozo del patio. Con ella no vivía nadie, pues había llegado a ese lugar con el propósito de estudiar y Sylvara estudiaba mejor cuando se encontraba sola. Siempre había sido así.
La joven se acercó al borde del pozo, cuya estructura de piedra llegaba hasta su cintura, y lanzo el cubo. Para su fortuna la cubeta chocó rápidamente con el agua, por lo que no tendría que preocuparse por su carencia como sucedió dos semanas atrás. Se dispuso a recoger el primer viaje cuando algo impactó contra el marco de madera del pozo, unos 30 centímetros por encima de su cabeza. La peliblanca no tuvo que girarse para saber lo que había sucedido, ese pequeño ataque era uno rutinario, pero no dejaba de ser molesto. Respiró hondo, cerró sus ojos y luego giró su rostro para ver por encima de su hombro. Sin lugar a dudas, allí estaba. Era la misma señora de ropa sucia y raída que pasaba todas las mañanas a lanzarle piedras desde que se enteró que estaba viviendo en ese lugar.
—¡Largo de aquí, extranjera!— Siseó en japonés. —¡Basura! ¡Japón no te quiere aquí!— Una pequeña cerca de madera le impedía el paso. La vieja agarró las tablas e intentó sacudirlas, pero Sylvara había hecho un trabajo de fortalecimiento unos días antes y estaban clavadas con firmeza. Cuando se dio cuenta que no iba a poder maltratar la estructura del hogar, se inclinó para recoger otra piedra y lanzarla al hombro de la muchacha, pero Sylvara dejó caer el cubo al pozo y se giró a tiempo para atrapar el proyectil en un movimiento que haría a cualquier cátcher sentir envidia. —Este es mi hogar ahora.— Respondió en japonés simple. —Lo compré. Y si me lo vendió, a su Japón no le importa si estoy aquí o no.— Y entonces le devolvió la piedra con un lanzamiento que hizo que la vieja resguardara su cabeza. Viendo que la peliblanca no tenía reparo alguno en lastimarla, la intrusa se marchó murmurando maldiciones y haciendo gestos groseros a la muchacha y a su hogar.
Sylvara la observó mientras se marchaba, liberando un suspiro de hastío. —¿Quién hubiera pensado que restaurar el hogar del maestro Shikizaki iba a ser tan problemático con los lugareños?— Dijo, aunque sabía que el problema no era restaurar el hogar del legendario creador de armas, sino que lo hiciera ella: Una extranjera. La verdad era que no le importaba mucho si a la gente le agradara su presencia o no, lo que le interesaba era aprovechar el tiempo y la situación de relativa tranquilidad para aprender sobre las armas especiales que había creado Shikizaki Kiki, por lo que se puso manos a la obra con los quehaceres de limpieza. Si tenía suerte, terminaría antes del mediodía, tendría tiempo para ir al río y estudiar los antiguos pergaminos antes de que el Sol se despidiera.
Eso, si no llegaba alguna visita.
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por Saphire Dom Ago 05, 2018 4:48 pm
Era la primera vez que Saphire salia de la isla para un viaje en busca de un herrero lo cual le había llevado un largo rato de ir en barco a distintas partes del mundo, algunos climas eran muy calurosos cosa que Saphire no estaba acostumbrada por lo que se debilitaba mucho, otros lugares bastante nevados por lo que los disfrutaba soliendo pasar un buen rato en esos lugares explorando, claro que en cada uno de esos lugares tenia su cabeza tapada con una capucha para que no le vean los cuernos buscando ademas tener el mínimo contacto con las demás personas pues en su búsqueda el ponerse nerviosa por lo que¨siempre evitaba los lugares muy concurridos como el centro de las ciudades.
Estando en Escocia Saphire visito varias herrerías pero no lograron convencerla, las armas eran comunes y no podían hacer una espada elemental ademas de que tenia un diente de un dragón antiguo cuyo objeto emitía una enorme cantidad de energía oscura pero solo esta podía ser detectada si estaba desenvuelta de la tela que lo cubría y sea capaz de sentir energías.
Tras dar un suspiro Saphire se dirigió al puerto para su siguiente destino, esta vez iría a Japón para ver si tenia suerte en su búsqueda. Tras su llegada luego de varias semanas en el mar se bajo del barco y comenzó su travesía buscando por varios lados de la ciudad evitando a la mayoría de las personas.
Saphire siguió de ciudad en ciudad sin tener éxito por lo que daba un suspiro preguntándose si en realidad habría algún lugar que le forjasen el arma por lo que salio de la ultima ciudad a caminar un poco y pensar un poco cuando llego a una intersección que se dirigía hacia la derecha la cual iba de subida viéndose unas largas escaleras por lo que a Saphire le dio curiosidad, tomo ese camino subiendo por las escaleras tomándose un largo rato por ese camino.
Tras una larga subida Saphire diviso un gran edificio entre los arboles la cual tenia una buena vista hacia la ciudad por lo que se acerco a la entrada la cual la había barrotes de hierro la cual en sus extremos conectaba a un muro de piedra que rodeaba el establecimiento pareciendo que estaba en la entrada principal, Saphire se quedo viendo un buen rato el lugar dudando que fuese una herrería ademas ya era como las 4 de la tarde y no se animaba a molestar si el propietario estuviese durmiendo
Estando en Escocia Saphire visito varias herrerías pero no lograron convencerla, las armas eran comunes y no podían hacer una espada elemental ademas de que tenia un diente de un dragón antiguo cuyo objeto emitía una enorme cantidad de energía oscura pero solo esta podía ser detectada si estaba desenvuelta de la tela que lo cubría y sea capaz de sentir energías.
Tras dar un suspiro Saphire se dirigió al puerto para su siguiente destino, esta vez iría a Japón para ver si tenia suerte en su búsqueda. Tras su llegada luego de varias semanas en el mar se bajo del barco y comenzó su travesía buscando por varios lados de la ciudad evitando a la mayoría de las personas.
Saphire siguió de ciudad en ciudad sin tener éxito por lo que daba un suspiro preguntándose si en realidad habría algún lugar que le forjasen el arma por lo que salio de la ultima ciudad a caminar un poco y pensar un poco cuando llego a una intersección que se dirigía hacia la derecha la cual iba de subida viéndose unas largas escaleras por lo que a Saphire le dio curiosidad, tomo ese camino subiendo por las escaleras tomándose un largo rato por ese camino.
Tras una larga subida Saphire diviso un gran edificio entre los arboles la cual tenia una buena vista hacia la ciudad por lo que se acerco a la entrada la cual la había barrotes de hierro la cual en sus extremos conectaba a un muro de piedra que rodeaba el establecimiento pareciendo que estaba en la entrada principal, Saphire se quedo viendo un buen rato el lugar dudando que fuese una herrería ademas ya era como las 4 de la tarde y no se animaba a molestar si el propietario estuviese durmiendo
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por Sylvara Dom Ago 12, 2018 6:02 pm
La vida sin modernidad era algo que le sentaba muy bien a Sylvara, aunque de sus labios nunca saldría una revelación semejante. Pero, algo de relajante tenía para ella vivir en contacto con el lado más simple y natural de las cosas. El hogar que la vio nacer no era del todo moderno, su familia se había encargado de aislarse de la sociedad de tal forma que tal vez lo más avanzado que recordaba en su casa era el uso de generadores de electricidad. En su actual residencia no tenía ese tipo de lujos, al oscurecer dependía completamente de la iluminación proporcionada por velas y lámparas de aceite. Todo era bastante arcaico, e iba con el diseño de su vivienda tradicional.
Cumpliendo con su compromiso, al terminar los quehaceres de limpieza partió para caminar río abajo. Un descanso necesario luego de sus tareas y una pausa recomendada después de sus horas estudiando los viejos pergaminos del maestro Shikizaki. Sylvara optó por regresar a su hogar cuando calculó que había caminado demasiado y que el tiempo que le tomaría para volver la colocaba en la hora idónea para cenar. Como recuerdo de su paseo, llevó consigo algunas plantas y raíces aromáticas que recordaba haber leído eran las favoritas de Shikizaki, quizás herramientas que ayudaban discretamente en su proceso creativo. —Una de ellas es el sustituto barato de un opiáceo.— Dijo para sí misma, viendo el inocente puñado de hierba con una media sonrisa en sus labios.
Acercándose a su hogar pudo ver a una figura encapuchada de pie en la puerta. Los separaba una buena distancia todavía, por lo que le era imposible asegurarse que era alguien conocido, pero su instinto la llevó a pensar lo peor. —No, no otra vez. Esta mujer no se cansa de molestar.— Gruñó. La peliblanca apresuró su paso, dispuesta a dejar la fría diplomacia. Si la anciana quería que le gritaran en su cara y usara la fuerza bruta para alejarla del terreno que por el título comprado le pertenecía, entonces le iba a cumplir el gusto. Sin embargo, al quedar lo suficientemente cerca pudo distinguir por la postura que se trataba de alguien nuevo.
—¿Quién eres y a quién busca?— Preguntó en japonés básico, repitiendo la pregunta en inglés en caso de que se tratara de otro tipo de persona. El tipo de persona que a veces la buscaban a ella. Sylvara no andaba con su espada, pero oculto en el cinto de su pantalón llevaba consigo dos dagas con las que podría defenderse perfectamente. —Está en mi propiedad. Si no tiene nada que decir entonces le voy a pedir que se retire antes de que me haga actuar. Y en caso de que necesite algo, lo menos que puede hacer es revelarse.— Le comunicó a la figura, ya que su capucha ocultaba buena parte de su rostro. Eso nunca daba buena espina.
Cumpliendo con su compromiso, al terminar los quehaceres de limpieza partió para caminar río abajo. Un descanso necesario luego de sus tareas y una pausa recomendada después de sus horas estudiando los viejos pergaminos del maestro Shikizaki. Sylvara optó por regresar a su hogar cuando calculó que había caminado demasiado y que el tiempo que le tomaría para volver la colocaba en la hora idónea para cenar. Como recuerdo de su paseo, llevó consigo algunas plantas y raíces aromáticas que recordaba haber leído eran las favoritas de Shikizaki, quizás herramientas que ayudaban discretamente en su proceso creativo. —Una de ellas es el sustituto barato de un opiáceo.— Dijo para sí misma, viendo el inocente puñado de hierba con una media sonrisa en sus labios.
Acercándose a su hogar pudo ver a una figura encapuchada de pie en la puerta. Los separaba una buena distancia todavía, por lo que le era imposible asegurarse que era alguien conocido, pero su instinto la llevó a pensar lo peor. —No, no otra vez. Esta mujer no se cansa de molestar.— Gruñó. La peliblanca apresuró su paso, dispuesta a dejar la fría diplomacia. Si la anciana quería que le gritaran en su cara y usara la fuerza bruta para alejarla del terreno que por el título comprado le pertenecía, entonces le iba a cumplir el gusto. Sin embargo, al quedar lo suficientemente cerca pudo distinguir por la postura que se trataba de alguien nuevo.
—¿Quién eres y a quién busca?— Preguntó en japonés básico, repitiendo la pregunta en inglés en caso de que se tratara de otro tipo de persona. El tipo de persona que a veces la buscaban a ella. Sylvara no andaba con su espada, pero oculto en el cinto de su pantalón llevaba consigo dos dagas con las que podría defenderse perfectamente. —Está en mi propiedad. Si no tiene nada que decir entonces le voy a pedir que se retire antes de que me haga actuar. Y en caso de que necesite algo, lo menos que puede hacer es revelarse.— Le comunicó a la figura, ya que su capucha ocultaba buena parte de su rostro. Eso nunca daba buena espina.
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por Saphire Sáb Ago 18, 2018 8:16 pm
Saphire seguía sin decidirse por lo que se puso pensativa ademas de que el ambiente tranquilo y solitario la hacia sentir calmada por lo que disfrutaba del momento cuando de repente escucho una voz en uno de sus costados por lo que se sobresalto un poco y miro hacia la fuente de la voz y vio a una joven de cabellos blancos o era así como lo veía Saphire nunca fue buena para distinguir los colores, escucho lo que dijo por lo que Saphire pensó por un momento en si sacarse o no su capucha por lo que decidió hacerlo ya que eran las únicas en ese lugar, alzo su mano izquierda hasta la altura de la capucha y se lo saco revelando sus cuernos de dragón luego miro nuevamente a la joven y le respondió.
- Puedes llamarme Saphire no se si me puedas ayudar.
Dijo Saphire, no estaba segura si decírselo ya que no ha habido herrero alguno capaz de forjar el arma que quería, así que metió su mano izquierda dentro de su túnica que le cubría sacando así algo envuelto en una manta.
- Busco un herrero para que forje una espada con el material de este colmillo junto con el poder que este contiene.
usando sus dientes desenvolvió el colmillo ya que su brazo derecho seguía inutilizado, cuando el colmillo quedo desenvuelto una ola de energía oscura invadió el lugar tragándose la luz, aquel que no podía sentir energías pudiese verlo o sentirlo y se vería solo como un colmillo comun y corriente.
- Alguien me dijo que al forjar un arma con un colmillo de un dragón negro ancestral e insertar su poder oscuro en ella se podría forjar una poderosa espada de oscuridad y cuya hoja seria muy resistente pero hasta ahora no he encontrado herrero capaz de hacerla.
Dije esperando su repuesta, en ese momento sentí como esa oscuridad quisiera entrar en mi pero antes de que eso pasara volví a envolver el colmillo con la manta y la ola de energía cedió volviendo todo a la normalidad.
- Puedes llamarme Saphire no se si me puedas ayudar.
Dijo Saphire, no estaba segura si decírselo ya que no ha habido herrero alguno capaz de forjar el arma que quería, así que metió su mano izquierda dentro de su túnica que le cubría sacando así algo envuelto en una manta.
- Busco un herrero para que forje una espada con el material de este colmillo junto con el poder que este contiene.
usando sus dientes desenvolvió el colmillo ya que su brazo derecho seguía inutilizado, cuando el colmillo quedo desenvuelto una ola de energía oscura invadió el lugar tragándose la luz, aquel que no podía sentir energías pudiese verlo o sentirlo y se vería solo como un colmillo comun y corriente.
- Alguien me dijo que al forjar un arma con un colmillo de un dragón negro ancestral e insertar su poder oscuro en ella se podría forjar una poderosa espada de oscuridad y cuya hoja seria muy resistente pero hasta ahora no he encontrado herrero capaz de hacerla.
Dije esperando su repuesta, en ese momento sentí como esa oscuridad quisiera entrar en mi pero antes de que eso pasara volví a envolver el colmillo con la manta y la ola de energía cedió volviendo todo a la normalidad.
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por Sylvara Dom Ago 19, 2018 3:04 pm
No tomó una postura amenazante, pero Sylvara tuvo el cuidado de mantener su guardia alta. Hoy en día no se podía confiar en nadie, ya fueran desconocidos o conocidos. Se atrevió a acercarse un poco más cuando escuchó que la figura echó hacia tras su capucha y le dio al menos un nombre con el cual llamarla. —Saphire… Bueno, no sabré si puedo ayudarte hasta que te expliques. Y aún luego, no sé si voy a querer ayudarte.— La joven de cabello blanco la observó por un rato pues Saphire había revelado su apariencia. O lo que pensaba era su apariencia verdadera, con seres sobrenaturales nunca se sabía si lo que mostraban de buenas a primeras era real o sólo una ilusión para transitar por la Tierra.
Su mirada siguió detenidamente todos los movimientos de Saphire, lista en caso de que adoptara una postura de ataque. Sin embargo, al rebuscar entre sus telas de viaje, mostró una pieza envuelta. Sylvara podía apreciar que su tamaño era considerable, calculaba más o menos como de una mano adulta. Y algo venía de ella, algo que podía percibir con algo más allá de sus 5 sentidos. No fue hasta que la chica de los cuernos desenvolvió la pieza, ayudándose de sus dientes, que pudo apreciar por completo el artefacto que le mostraban. —Eso… eso es…— Musitó. A pesar de que su rostro no mostraba sorpresa alguna, su voz la delataba.
Sin darse cuenta, sus manos salieron de los confines de su vestimenta, dejando sus dagas bien ocultas. Un descuido tonto, pero había quedado ensimismada. A Sylvara le costó un poco contener el deseo de sus manos inquietas, quienes parecían haber cobrado vida propia y su único deseo era el de tomar el material místico para tocarlo y examinarlo tan detenida y profundamente, que podría confundirse con algún tipo de caricia íntima. El cambio en el ambiente que provocó el colmillo no pasó desapercibido para ella. Para ser una pieza tan pequeña su magia causaba un gran alboroto.
Acortando la distancia, Sylvara le ayudó a cubrir nuevamente el colmillo ya que se había dado cuenta que uno de los brazos de Saphire estaba inutilizado. —Sí, bueno… tienes mi atención. En parte…— Luego de unos incómodos segundos de silencio, la mestiza se dispuso a abrir la puerta principal de su hogar y con un gesto le indicó a la chica de cabellos oscuros que podía pasar. —Podemos hablar dentro.— Fue la frase que usó como bienvenida. La llevó hasta el recibidor donde le indicó que para pasar al interior de hogar debía de removerse los zapatos como lo dictaba la tradición y las buenas costumbres niponas.
—Como dije, de momento tienes mi atención. Pero, necesito saber, ¿por qué has venido específicamente a este lugar? ¿Buscas al maestro Shikizaki o a uno de sus aprendices?— De esa forma comenzó la conversación una vez llegaron a una de las tantas salas de la vieja mansión de estilo japonés. Sylvara volvió a indicarle que podía pasar y tomar asiento sobre uno de los cojines planos posicionados en el piso, y corrió la puerta corrediza cuya vista era la del patio de piedras con un pequeño manantial de agua. —¿O diste con este lugar por mera casualidad? ¿Quizás… información de un guía? O… ¿Alguien te dijo que podías venir justo a este sitio?— Preguntó, aunque ya estaba acostumbrada a que su seguridad se viera amenazada.
Su mirada siguió detenidamente todos los movimientos de Saphire, lista en caso de que adoptara una postura de ataque. Sin embargo, al rebuscar entre sus telas de viaje, mostró una pieza envuelta. Sylvara podía apreciar que su tamaño era considerable, calculaba más o menos como de una mano adulta. Y algo venía de ella, algo que podía percibir con algo más allá de sus 5 sentidos. No fue hasta que la chica de los cuernos desenvolvió la pieza, ayudándose de sus dientes, que pudo apreciar por completo el artefacto que le mostraban. —Eso… eso es…— Musitó. A pesar de que su rostro no mostraba sorpresa alguna, su voz la delataba.
Sin darse cuenta, sus manos salieron de los confines de su vestimenta, dejando sus dagas bien ocultas. Un descuido tonto, pero había quedado ensimismada. A Sylvara le costó un poco contener el deseo de sus manos inquietas, quienes parecían haber cobrado vida propia y su único deseo era el de tomar el material místico para tocarlo y examinarlo tan detenida y profundamente, que podría confundirse con algún tipo de caricia íntima. El cambio en el ambiente que provocó el colmillo no pasó desapercibido para ella. Para ser una pieza tan pequeña su magia causaba un gran alboroto.
Acortando la distancia, Sylvara le ayudó a cubrir nuevamente el colmillo ya que se había dado cuenta que uno de los brazos de Saphire estaba inutilizado. —Sí, bueno… tienes mi atención. En parte…— Luego de unos incómodos segundos de silencio, la mestiza se dispuso a abrir la puerta principal de su hogar y con un gesto le indicó a la chica de cabellos oscuros que podía pasar. —Podemos hablar dentro.— Fue la frase que usó como bienvenida. La llevó hasta el recibidor donde le indicó que para pasar al interior de hogar debía de removerse los zapatos como lo dictaba la tradición y las buenas costumbres niponas.
—Como dije, de momento tienes mi atención. Pero, necesito saber, ¿por qué has venido específicamente a este lugar? ¿Buscas al maestro Shikizaki o a uno de sus aprendices?— De esa forma comenzó la conversación una vez llegaron a una de las tantas salas de la vieja mansión de estilo japonés. Sylvara volvió a indicarle que podía pasar y tomar asiento sobre uno de los cojines planos posicionados en el piso, y corrió la puerta corrediza cuya vista era la del patio de piedras con un pequeño manantial de agua. —¿O diste con este lugar por mera casualidad? ¿Quizás… información de un guía? O… ¿Alguien te dijo que podías venir justo a este sitio?— Preguntó, aunque ya estaba acostumbrada a que su seguridad se viera amenazada.
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por Saphire Dom Ago 19, 2018 5:12 pm
Aquella joven había ayudado a Saphire a cubrir nuevamente el colmillo por lo que completada esa acción volvió a guardarlo dentro de su vestimenta, no paso por alto que Saphire noto la ansiedad de la joven por el colmillo por lo que dedujo que pudo percibir la energía que el artefacto emanaba comenzando a caminar después de ser invitada a entrar, Saphire camino hasta la entrada del edificio por un buen rato observando los alrededores, al llegar escucho la indicación de la joven comenzando a sacarse sus zapatos que cubrían gran parte de sus piernas y como no usaba calcetines quedo completamente descalza, acto seguido entro respondiendo a la primera pregunta que hizo.
- Pues solo he viajado en busca de un herrero que pueda forjar una espada con este colmillo incrustando le ademas el poder que contiene dentro ademas solo es algo minúsculo el poder que emana solo de este colmillo te sorprenderías al ver la magnitud de energía que emana el resto de su cadáver ademas tuve que usar mi poder para reducir el tamaño del colmillo a lo que es ahora su tamaño real es realmente enorme y me costo varios meses en poder extraerlo.
Dijo Saphire dirigiéndose a un área de la casa la cual se sentó de la misma forma que aquella joven aunque era la primera vez que lo hacia se sentía bastante incomoda respondiendo nuevamente a sus palabras.
- Pues no conozco a ese hombre ni a sus aprendices llegue aquí solo por haber caminado sin ninguna indicación así que tendría que ser pura casualidad, no me gusta estar en sitios concurridos por lo que me encuentro siempre en lugares solitarios parece que ambas podríamos tener eso en común ya que este lugar esta bastante apartado, aparte de eso ya he dicho mis intenciones a la que vine y si eres herrera ¿Puedes ser capaz de hacer una espada de la que he descrito? pagare lo que sea para tener esa arma.
Dijo Saphire aunque no estaba segura si había usado correctamente sus palabras puesto que no tenia mucha experiencia hablando con otras personas y temía haberla ofendido con esa pregunta.
- Pues solo he viajado en busca de un herrero que pueda forjar una espada con este colmillo incrustando le ademas el poder que contiene dentro ademas solo es algo minúsculo el poder que emana solo de este colmillo te sorprenderías al ver la magnitud de energía que emana el resto de su cadáver ademas tuve que usar mi poder para reducir el tamaño del colmillo a lo que es ahora su tamaño real es realmente enorme y me costo varios meses en poder extraerlo.
Dijo Saphire dirigiéndose a un área de la casa la cual se sentó de la misma forma que aquella joven aunque era la primera vez que lo hacia se sentía bastante incomoda respondiendo nuevamente a sus palabras.
- Pues no conozco a ese hombre ni a sus aprendices llegue aquí solo por haber caminado sin ninguna indicación así que tendría que ser pura casualidad, no me gusta estar en sitios concurridos por lo que me encuentro siempre en lugares solitarios parece que ambas podríamos tener eso en común ya que este lugar esta bastante apartado, aparte de eso ya he dicho mis intenciones a la que vine y si eres herrera ¿Puedes ser capaz de hacer una espada de la que he descrito? pagare lo que sea para tener esa arma.
Dijo Saphire aunque no estaba segura si había usado correctamente sus palabras puesto que no tenia mucha experiencia hablando con otras personas y temía haberla ofendido con esa pregunta.
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por Sylvara Dom Ago 19, 2018 11:51 pm
Sylvara tomó asiento frente a lo que técnicamente era su invitada. Se acomodó sobre otro cojín, pero en vez de adoptar la postura tradicional de sentarse sobre sus piernas, la joven se contentó con sentarse en forma india. —Mmm…— Fue lo único que se atrevió a musitar por el momento. En cierto sentido ya había revelado sin querer la información de que sabía algo de armas, ya fuera como hacerlas o quién podría ayudar a Saphire con su pedido.
—Disculpa, tienes que entender mi escepticismo con respecto a la información que me das. Como dices, al parecer ambas apreciamos la privacidad y el estar alejados del gentío, pero se me hace difícil creer que llegaste aquí porque sí. No soy creyente de las conexiones místicas.— ¿Realmente sacaría alguna información que la dejara satisfecha? Y en este caso, ¿importaba? Si el resultado final era una trampa, tenía la seguridad de que podría arreglárselas, después de todo, Saphire aparentaba estar lastimada. Aun siendo eso una mentira, la mestiza confiaba plenamente en sus propias habilidades, por lo que no se sentía en un peligro inminente.
Lo que verdaderamente tenía su atención era el artículo que la pelinegra llevaba consigo. Sentía como la llamaba, sus manos se tensaban ligeramente con sólo imaginar recorrer de forma exploratoria la superficie de aquel objeto. Sylvara era una de las pocas personas que tenían la suerte de que su profesión y su pasatiempo fueran lo mismo. Aquello era sentirse casi como una artista cuyas manos moldeaban obras de valor inmensurable. Y la pieza había despertado la inspiración en ella.
—Entonces… ¿dejo que se quede?— Esa era la incógnita que debía responder en su mente. Lo meditó por unos segundos donde también evaluó la actitud de Saphire. Parecía un poco nerviosa conforme se extendía la conversación. Al parecer no estaba acostumbrada a tratar con alguien, y aunque ser sociable tampoco era su fortaleza, lo de Sylvara era más altanería y frialdad que nervios. —Argh, bueno. Seré honesta contigo. No me interesa tanto el dinero. De poder, creo que puedo hacerlo. Palabra clave ‘creo’. Ese colmillo está lleno de magia muy voluble y puede que la transición para su unión con la materia prima de un arma sea problemática. Hasta imposible. Muchas propiedades se pueden perder en proceso y se corre el riesgo de quedar solamente con un arma común. Sabiendo eso, ¿todavía te interesa? Mira, que te puedes quedar con el colmillo como parte de tu colección o… lo que sea.—
—Disculpa, tienes que entender mi escepticismo con respecto a la información que me das. Como dices, al parecer ambas apreciamos la privacidad y el estar alejados del gentío, pero se me hace difícil creer que llegaste aquí porque sí. No soy creyente de las conexiones místicas.— ¿Realmente sacaría alguna información que la dejara satisfecha? Y en este caso, ¿importaba? Si el resultado final era una trampa, tenía la seguridad de que podría arreglárselas, después de todo, Saphire aparentaba estar lastimada. Aun siendo eso una mentira, la mestiza confiaba plenamente en sus propias habilidades, por lo que no se sentía en un peligro inminente.
Lo que verdaderamente tenía su atención era el artículo que la pelinegra llevaba consigo. Sentía como la llamaba, sus manos se tensaban ligeramente con sólo imaginar recorrer de forma exploratoria la superficie de aquel objeto. Sylvara era una de las pocas personas que tenían la suerte de que su profesión y su pasatiempo fueran lo mismo. Aquello era sentirse casi como una artista cuyas manos moldeaban obras de valor inmensurable. Y la pieza había despertado la inspiración en ella.
—Entonces… ¿dejo que se quede?— Esa era la incógnita que debía responder en su mente. Lo meditó por unos segundos donde también evaluó la actitud de Saphire. Parecía un poco nerviosa conforme se extendía la conversación. Al parecer no estaba acostumbrada a tratar con alguien, y aunque ser sociable tampoco era su fortaleza, lo de Sylvara era más altanería y frialdad que nervios. —Argh, bueno. Seré honesta contigo. No me interesa tanto el dinero. De poder, creo que puedo hacerlo. Palabra clave ‘creo’. Ese colmillo está lleno de magia muy voluble y puede que la transición para su unión con la materia prima de un arma sea problemática. Hasta imposible. Muchas propiedades se pueden perder en proceso y se corre el riesgo de quedar solamente con un arma común. Sabiendo eso, ¿todavía te interesa? Mira, que te puedes quedar con el colmillo como parte de tu colección o… lo que sea.—
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por Saphire Lun Ago 20, 2018 2:40 am
Saphire escucho las palabras de por lo que suspiro un poco sabia que de primeras no podía creerle así que trato con otras palabras.
- Bueno no es que haya sido algo místico creo que los humanos suelen decir algo como una persona errante que camina a donde el viento lo lleva.
Dijo Saphire aunque hasta ella misma se sintió rara había sonado lo mismo como algo místico la cual podría confundir mas las cosas lo cual en su rostro se figuro una sonrisa algo sarcástica por lo que dijo.
- Bueno no importa si la energía con tal solo que puedas forjarla con el colmillo que traje seria suficiente recibí una segunda solución por si eso pasara la cual es que podría recargar esa energía si clavo la espada en el cadáver del dragón negro ancestral ya que es una energía oscura especial, ahora quiero mostrarte algo si me lo permites.
Dije mientras me levantaba e intentaba ir nuevamente hacia afuera hacia la parte frontal de la casa. al salir me quito completamente la capa haciendo que cayera al suelo mostrando en lo que dejaba mi vestido ver desde atrás una cicatriz de mordida de dragón por lo que le volví a hablarle.
- Bueno, soy una dragona y nunca he podido hacer bien la transformación humana por lo que me es inevitable tener estos cuernos, lo que voy a hacer es mostrarte el por que necesito un arma para pelear y mostrarte que no soy una amenaza para ti.
Dijo Saphire haciendo que su mano izquierda se envolviera en su llama azul y ataco a la joven golpeándola directamente pero no le hizo ningún daño, ni siquiera señal de que su ropa mostrase signos de daños es mas pareció sentirse una fresca brisa de invierno.
- Como veras estoy reducida, solo soy capaz de usar un 20% de mi poder pero debido a mi trauma no paso mas allá del 5% y solo puedo estar en mi forma de dragón solo por 60 segundos ahora me arriesgare a mostrarte la consecuencia de sobrepasar el 20%.
Dijo Saphire quedándose a espaldas para concentrare y comenzar a canalizar el poder, todo el lugar se envolvió con su llama azul aumentando rápidamente la energía, la temperatura comenzó a descender rápidamente y comenzar a formarse hielo, cuando sobrepaso el 20% una descarga de rayos negros comenzó a formarse haciéndole sentir dolor a Saphire, de las cicatrices que tenia comenzó a expandirse una mancha negra la cual de ellas salia una energía oscura similar al que despedía el colmillo pareciendo como si quisiera devorar el cuerpo de Saphire dañando la por dentro.
- Como veras la energía de un vuelo negro ingreso a través de esta mordida y por eso estoy débil si sobrepaso el limite que me deja usar esa energía intentara matarme consumiéndome y debido a esa energía no puedo utilizar mi brazo derecho ya son 2 años desde lo que me ocurrió y para deshacer esto debo derrotar en combate 1 a 1 contra el que me lo impuso.
Dijo Saphire algo deprimida pero a la vez con un rostro lleno de sed de venganza.
- Bueno no es que haya sido algo místico creo que los humanos suelen decir algo como una persona errante que camina a donde el viento lo lleva.
Dijo Saphire aunque hasta ella misma se sintió rara había sonado lo mismo como algo místico la cual podría confundir mas las cosas lo cual en su rostro se figuro una sonrisa algo sarcástica por lo que dijo.
- Bueno no importa si la energía con tal solo que puedas forjarla con el colmillo que traje seria suficiente recibí una segunda solución por si eso pasara la cual es que podría recargar esa energía si clavo la espada en el cadáver del dragón negro ancestral ya que es una energía oscura especial, ahora quiero mostrarte algo si me lo permites.
Dije mientras me levantaba e intentaba ir nuevamente hacia afuera hacia la parte frontal de la casa. al salir me quito completamente la capa haciendo que cayera al suelo mostrando en lo que dejaba mi vestido ver desde atrás una cicatriz de mordida de dragón por lo que le volví a hablarle.
- Bueno, soy una dragona y nunca he podido hacer bien la transformación humana por lo que me es inevitable tener estos cuernos, lo que voy a hacer es mostrarte el por que necesito un arma para pelear y mostrarte que no soy una amenaza para ti.
Dijo Saphire haciendo que su mano izquierda se envolviera en su llama azul y ataco a la joven golpeándola directamente pero no le hizo ningún daño, ni siquiera señal de que su ropa mostrase signos de daños es mas pareció sentirse una fresca brisa de invierno.
- Como veras estoy reducida, solo soy capaz de usar un 20% de mi poder pero debido a mi trauma no paso mas allá del 5% y solo puedo estar en mi forma de dragón solo por 60 segundos ahora me arriesgare a mostrarte la consecuencia de sobrepasar el 20%.
Dijo Saphire quedándose a espaldas para concentrare y comenzar a canalizar el poder, todo el lugar se envolvió con su llama azul aumentando rápidamente la energía, la temperatura comenzó a descender rápidamente y comenzar a formarse hielo, cuando sobrepaso el 20% una descarga de rayos negros comenzó a formarse haciéndole sentir dolor a Saphire, de las cicatrices que tenia comenzó a expandirse una mancha negra la cual de ellas salia una energía oscura similar al que despedía el colmillo pareciendo como si quisiera devorar el cuerpo de Saphire dañando la por dentro.
- Como veras la energía de un vuelo negro ingreso a través de esta mordida y por eso estoy débil si sobrepaso el limite que me deja usar esa energía intentara matarme consumiéndome y debido a esa energía no puedo utilizar mi brazo derecho ya son 2 años desde lo que me ocurrió y para deshacer esto debo derrotar en combate 1 a 1 contra el que me lo impuso.
Dijo Saphire algo deprimida pero a la vez con un rostro lleno de sed de venganza.
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por Sylvara Sáb Ago 25, 2018 12:07 pm
Su lado más necio y altanero quería señalar que la idea del viento como guía no era más que una expresión poética. Una forma romántica de decir que andaba sin rumbo fijo sin que sonara como un perfecto desorientado. Pero se contuvo. ¿Por qué? Ni idea, a veces sus reacciones más naturales quedaban frenadas por la falta de deseos o interés. —Como digas, está bien.— Terminó concediendo el punto para zanjarlo de una vez por todas.
Ahora, el tema a tratar era la manera para forjar el arma. Normalmente no hablaba mucho con sus “clientes” (cuando los aceptaba, y eso sucedía muy poco) pues ella era la profesional y sus opiniones no iban más allá de la apariencia estética del arma, todo lo demás quedaba en manos de ella. Sin embargo, era raros los casos cuando aparecía un mecenas con un artículo tan curioso, raro y voluble como el colmillo de un dragón oscuro. La peliblanca se limitó a asentir mientras escuchaba a Saphire mencionar que aceptaría una alternativa con tal de tener el colmillo como parte de los materiales del arma. —Claro que tengo que buscar una alternativa.— Quiso decir, pero de nuevo se contuvo.
Sus ojos claros la siguieron hasta la parte exterior de su vivienda. No tenía claro lo que intentaba hacer y menos cuando dejó caer la capa que cubría su cuerpo, mostrando la desagradable cicatriz. El tamaño de la misma era considerable. No parecía reciente, pero para un ojo y mente entrenada lucía como si todavía estuviera en proceso de sanación. —Si es que sana por completo.— Agregó para sus adentros. Aquello no era algo que se iría por su cuenta, Saphire necesitaba de alguien que la ayudara con esa situación. Lo sabía, ¿verdad?
Sylvara no acostumbraba a quedarse absorta, pero la cicatriz había logrado captar su atención y bloquear momentáneamente sus alrededores. No fue hasta que Saphire había conjurado la energía suficiente para lanzársela que la peliblanca se dio cuenta. —¡Oye…!— Fue lo único que alcanzó a decir mientras usaba sus brazos para bloquear el supuesto ataque, que al final resultó ser una onda de viento ligeramente a color. La dragona hizo su demostración, explicando sus motivos y circunstancias, aunque igual había logrado que Sylvara se incomodara un poco. Sin importarle que la dragona no estuviera en óptimas condiciones, la joven se puso de pie y murmuró un hechizo en su lengua natal que provocó que un círculo con escritos arcanos se iluminara a los pies de Saphire y la halara al suelo con fuerza. Era un encantamiento de aumento de gravedad, aunque su intensidad no era tan extrema. La dragona podía usar su fortaleza para evitar aplastarse contra el suelo, pero cualquier otro movimiento le estaba completamente prohibido.
—Vamos a dejar las cosas claras. Ni siquiera para ejemplos. Nunca vas a levantar sus manos o habilidades contra mí, ¿estamos?— Le ordenó, mientras caminaba al punto donde se encontraba la dragona. La joven de cabellos blancos se detuvo cerca de Saphire, mirándola desde arriba con una expresión de frío enojo. —Si lo vuelves a intentar, la próxima vez reaccionaré con fuertes represalias y te aviso que no suelo arrepentirme de mis arranques.—
La dejó bajo el efecto del hechizo por unos segundos más antes de liberarla y dejar que su cuerpo cayera al suelo. —Lo haré y veremos qué sale.— Informó, extendiendo su mano para que le entregara el colmillo. —Y como favor, buscaremos la forma de que esa maldición no te drene. Después de todo, tu nueva arma te necesitará a ti como madre para recargar sus energías, no se vale que otra cosa la consuma primero.—
Ahora, el tema a tratar era la manera para forjar el arma. Normalmente no hablaba mucho con sus “clientes” (cuando los aceptaba, y eso sucedía muy poco) pues ella era la profesional y sus opiniones no iban más allá de la apariencia estética del arma, todo lo demás quedaba en manos de ella. Sin embargo, era raros los casos cuando aparecía un mecenas con un artículo tan curioso, raro y voluble como el colmillo de un dragón oscuro. La peliblanca se limitó a asentir mientras escuchaba a Saphire mencionar que aceptaría una alternativa con tal de tener el colmillo como parte de los materiales del arma. —Claro que tengo que buscar una alternativa.— Quiso decir, pero de nuevo se contuvo.
Sus ojos claros la siguieron hasta la parte exterior de su vivienda. No tenía claro lo que intentaba hacer y menos cuando dejó caer la capa que cubría su cuerpo, mostrando la desagradable cicatriz. El tamaño de la misma era considerable. No parecía reciente, pero para un ojo y mente entrenada lucía como si todavía estuviera en proceso de sanación. —Si es que sana por completo.— Agregó para sus adentros. Aquello no era algo que se iría por su cuenta, Saphire necesitaba de alguien que la ayudara con esa situación. Lo sabía, ¿verdad?
Sylvara no acostumbraba a quedarse absorta, pero la cicatriz había logrado captar su atención y bloquear momentáneamente sus alrededores. No fue hasta que Saphire había conjurado la energía suficiente para lanzársela que la peliblanca se dio cuenta. —¡Oye…!— Fue lo único que alcanzó a decir mientras usaba sus brazos para bloquear el supuesto ataque, que al final resultó ser una onda de viento ligeramente a color. La dragona hizo su demostración, explicando sus motivos y circunstancias, aunque igual había logrado que Sylvara se incomodara un poco. Sin importarle que la dragona no estuviera en óptimas condiciones, la joven se puso de pie y murmuró un hechizo en su lengua natal que provocó que un círculo con escritos arcanos se iluminara a los pies de Saphire y la halara al suelo con fuerza. Era un encantamiento de aumento de gravedad, aunque su intensidad no era tan extrema. La dragona podía usar su fortaleza para evitar aplastarse contra el suelo, pero cualquier otro movimiento le estaba completamente prohibido.
—Vamos a dejar las cosas claras. Ni siquiera para ejemplos. Nunca vas a levantar sus manos o habilidades contra mí, ¿estamos?— Le ordenó, mientras caminaba al punto donde se encontraba la dragona. La joven de cabellos blancos se detuvo cerca de Saphire, mirándola desde arriba con una expresión de frío enojo. —Si lo vuelves a intentar, la próxima vez reaccionaré con fuertes represalias y te aviso que no suelo arrepentirme de mis arranques.—
La dejó bajo el efecto del hechizo por unos segundos más antes de liberarla y dejar que su cuerpo cayera al suelo. —Lo haré y veremos qué sale.— Informó, extendiendo su mano para que le entregara el colmillo. —Y como favor, buscaremos la forma de que esa maldición no te drene. Después de todo, tu nueva arma te necesitará a ti como madre para recargar sus energías, no se vale que otra cosa la consuma primero.—
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por Saphire Sáb Sep 08, 2018 7:44 pm
Saphire sintió como su cuerpo se sentía pesado como para poder moverse dándose cuenta que fe inmovilizada, escuchando las palabras que la joven dijo por lo que suspiro un poco respondiéndole acto seguido.
- Perdón no considere en cómo te sentirías acostumbro a estar sola por lo que no suelo pensar en los demás
Dijo Saphire sintiendo la liberación de su cuerpo de esa fuerza de gravedad, se paró escuchando la decisión que la joven había tomado, saco el colmillo envuelto depositándolo en la mano de la joven respondiéndole.
- Ten cuidado su oscuridad tratara de consumir tu voluntad el resto seguro te darás cuenta que pasara.
Dijo Saphire dando media vuelta hacia la entrada caminando lentamente.
- Estaré en los alrededores supongo que prefieres hacerlo a solas.
Dijo Saphire atravesando la reja dirigiéndose al norte hacia una zona boscosa en donde podría entrenar un poco ya que hace mucho no hacia entrenamiento con uso de espadas por lo que al llegar a un claro tomo una rama gruesa lo suficientemente larga para simular una espada, debido a que solo tenia un brazo operacional decidió recurrir al esgrima común procediendo con el entrenamiento mientras esperaba a que la espada estuviera lista y como era de esperarse se sentía el incomodo ambiente sombrío que el colmillo generaba.
- Perdón no considere en cómo te sentirías acostumbro a estar sola por lo que no suelo pensar en los demás
Dijo Saphire sintiendo la liberación de su cuerpo de esa fuerza de gravedad, se paró escuchando la decisión que la joven había tomado, saco el colmillo envuelto depositándolo en la mano de la joven respondiéndole.
- Ten cuidado su oscuridad tratara de consumir tu voluntad el resto seguro te darás cuenta que pasara.
Dijo Saphire dando media vuelta hacia la entrada caminando lentamente.
- Estaré en los alrededores supongo que prefieres hacerlo a solas.
Dijo Saphire atravesando la reja dirigiéndose al norte hacia una zona boscosa en donde podría entrenar un poco ya que hace mucho no hacia entrenamiento con uso de espadas por lo que al llegar a un claro tomo una rama gruesa lo suficientemente larga para simular una espada, debido a que solo tenia un brazo operacional decidió recurrir al esgrima común procediendo con el entrenamiento mientras esperaba a que la espada estuviera lista y como era de esperarse se sentía el incomodo ambiente sombrío que el colmillo generaba.
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por Sylvara Miér Sep 12, 2018 7:23 am
Sylvara asintió ligeramente, más por compromiso que por verdadero entendimiento, ante la explicación de su nueva clienta. Tomó el colmillo que Saphire le pasó, sintiendo inmediatamente los efectos del material. Sin embargo, la mestiza ya estaba consciente de sus propiedades y no era la primera vez que trataba con elementos con capacidades similares, por lo que su experiencia había fortalecido su resistencia.
—Puedes hacer lo que desees mientras no arruines mi casa. Esto no será rápido.— La verdad es que tal vez le tomaría una o dos semanas. Además de tener que trabajar con un ingrediente tan volátil, Sylvara era una forjadora quisquillosa y exigente, por lo que no haría una espada por salir del paso. No, debía de crear un arma que estuviera a la altura de la materia prima que iba utilizar; también debía de representar y acomodar al portador, pero hasta que no pudiera resolver el problema de Saphire, el portador era de poca importancia. Por otro lado, a la dragona parecía no interesarle quedarse a conversar o hacer más preguntas ya que había decidido irse a caminar.
—No soy su madre, que haga lo que quiera.— Pensó la joven de cabellos blancos, tomando su propio camino hasta su salón privado donde mantenía sus libros y pergaminos de hechizos. Allí se encerró, de momento para atar el aura devoradora del colmillo y buscar, mientras le apetecía, información sobre heridas malditas. —Sé que tengo algo de eso por aquí…—
Al cabo de una hora, cuando ya el sol estaba por descender para darle paso a la Luna, Sylvara salió de su estudio. Su casa, como siempre, mantenía un encantador y tranquilo silencio, interrumpido por los sonidos de la naturaleza: el soplar del viento, el cantar de las cigarras y el aleteo ocasional de las aves nocturnas. Pero ahora tenía una visita, o más bien compañera. Luego de encender algunas lámparas de aceite y preparar una cena ligera para dos, salió al claro donde se encontraba Saphire. —No soy doctora, pero no creo que te haga bien entrenar en tu condición. No estás fortaleciendo nada. Al contrario, estás quemando energías y haces que sea más fácil que esa maldición te consuma. Vamos a cenar y luego te examinaré.—
—Puedes hacer lo que desees mientras no arruines mi casa. Esto no será rápido.— La verdad es que tal vez le tomaría una o dos semanas. Además de tener que trabajar con un ingrediente tan volátil, Sylvara era una forjadora quisquillosa y exigente, por lo que no haría una espada por salir del paso. No, debía de crear un arma que estuviera a la altura de la materia prima que iba utilizar; también debía de representar y acomodar al portador, pero hasta que no pudiera resolver el problema de Saphire, el portador era de poca importancia. Por otro lado, a la dragona parecía no interesarle quedarse a conversar o hacer más preguntas ya que había decidido irse a caminar.
—No soy su madre, que haga lo que quiera.— Pensó la joven de cabellos blancos, tomando su propio camino hasta su salón privado donde mantenía sus libros y pergaminos de hechizos. Allí se encerró, de momento para atar el aura devoradora del colmillo y buscar, mientras le apetecía, información sobre heridas malditas. —Sé que tengo algo de eso por aquí…—
Al cabo de una hora, cuando ya el sol estaba por descender para darle paso a la Luna, Sylvara salió de su estudio. Su casa, como siempre, mantenía un encantador y tranquilo silencio, interrumpido por los sonidos de la naturaleza: el soplar del viento, el cantar de las cigarras y el aleteo ocasional de las aves nocturnas. Pero ahora tenía una visita, o más bien compañera. Luego de encender algunas lámparas de aceite y preparar una cena ligera para dos, salió al claro donde se encontraba Saphire. —No soy doctora, pero no creo que te haga bien entrenar en tu condición. No estás fortaleciendo nada. Al contrario, estás quemando energías y haces que sea más fácil que esa maldición te consuma. Vamos a cenar y luego te examinaré.—
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por Saphire Sáb Sep 22, 2018 11:44 pm
Saphire seguía entrenando sus habilidades con la espada cuando noto la llegada de la joven por lo que se detuvo escuchando su explicación por lo que Saphire soltó un suspiro respondiendo le segundos después.
- Creo que no fui clara antes, aunque se asemeja a una maldición la energía oscura que se encuentra en mi interior solo me consume si supero el 20% de mi poder o si sobrepaso los 60 segundos en mi verdadera forma ademas no estoy usando mis poderes en este entrenamiento.
Dijo Saphire comenzando a caminar de regreso aunque no sabia si sus palabras parecieron hostiles cosa que no tenia intención de que sus palabras sonaran así, durante la caminata Saphire pensaba en algo que no dejaba de darle vueltas en su cabeza por lo que dudo en si debería preguntarle.
Tras legar nuevamente a la casa de la joven Saphire entro yendo al lugar donde supuesta mente iba a come o eso es lo que Saphire intuía ya que la joven se había molestado en ir a buscarla.
- Dime ¿Siempre has vivido aquí?
Pregunto Saphire curiosa pues nunca ha estado mas de un día adentro de estos edificios ya que acostumbra dormir en cuevas.
- Me resulta imaginar como los humanos pueden vivir dentro de estos edificios, creo que merece una explicación de por que aparecí encapuchada en la puerta principal, la cuestión es para ocultar estos cuernos, nunca pude perfeccionar mi transformación por lo que siempre es imperfecta si anduviera libremente sin ocultar mi apariencia probo caria problemas con los humanos y por ahora no estoy de ganas de incitar una guerra contra ellos.
Dijo Saphire con una expresión desprovista de emociones.
- Dime ¿Tienes familia?
Dijo Saphire algo curiosa, al parecer estaba en esos días en que la curiosidad le ganaba ademas de que a veces no tenia mucho sentido de tacto en sus palabras por falta de experiencia en conversaciones.
- Creo que no fui clara antes, aunque se asemeja a una maldición la energía oscura que se encuentra en mi interior solo me consume si supero el 20% de mi poder o si sobrepaso los 60 segundos en mi verdadera forma ademas no estoy usando mis poderes en este entrenamiento.
Dijo Saphire comenzando a caminar de regreso aunque no sabia si sus palabras parecieron hostiles cosa que no tenia intención de que sus palabras sonaran así, durante la caminata Saphire pensaba en algo que no dejaba de darle vueltas en su cabeza por lo que dudo en si debería preguntarle.
Tras legar nuevamente a la casa de la joven Saphire entro yendo al lugar donde supuesta mente iba a come o eso es lo que Saphire intuía ya que la joven se había molestado en ir a buscarla.
- Dime ¿Siempre has vivido aquí?
Pregunto Saphire curiosa pues nunca ha estado mas de un día adentro de estos edificios ya que acostumbra dormir en cuevas.
- Me resulta imaginar como los humanos pueden vivir dentro de estos edificios, creo que merece una explicación de por que aparecí encapuchada en la puerta principal, la cuestión es para ocultar estos cuernos, nunca pude perfeccionar mi transformación por lo que siempre es imperfecta si anduviera libremente sin ocultar mi apariencia probo caria problemas con los humanos y por ahora no estoy de ganas de incitar una guerra contra ellos.
Dijo Saphire con una expresión desprovista de emociones.
- Dime ¿Tienes familia?
Dijo Saphire algo curiosa, al parecer estaba en esos días en que la curiosidad le ganaba ademas de que a veces no tenia mucho sentido de tacto en sus palabras por falta de experiencia en conversaciones.
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