Talking Body [Priv. Demetrius Ajax] +18

Fuera de su estrecho horario de trabajo como empresario, le gustaba ir a buscar “carne fresca” por estos lugares donde el sexo, drogas y alcohol reinaban. Su naturaleza oscura le atraía a este tipo de localizaciones donde de solo ver a esos hombres tambaleando llevándose a mujeres casi desnudas al igual que hombres, le excitaba demasiado. Tuvo en medio del camino que acomodarse una erección creciente que empezaba a formarse en su pantalón, una sonrisa apareció igualmente pero siguió su camino.

Ese día había sido un tanto estresante, demasiado trabajo, muchas reuniones y problemas acumulados que solo le daban ganas de agarrar por el cuello a cada trabajador, ahorcarlos e huir con todo el dinero pero, siempre existía ese “pero” que solo le provocaba un gruñido de molestia. No lo podía hacer, traía demasiadas consecuencias y por supuesto, Nicola no era un idiota como para realizar un asesinato como ese.  Primero, le aburría tener que ir matando uno por uno a cada empresario de ese lugar y segundo, ¿Mandar todos esos cadáveres al infierno? Más fastidio aun. En fin, tenía puesto un pantalón ajustado que dejaba ver sus nalgas duras al igual que su paquete que a lo lejos podía verse bastante delicioso. Una camiseta negra con mangas donde podía apreciarse que sus músculos romperían esta prenda; su cabello tan rebelde y juvenil como siempre, también unos zapatos de la misma gama para no desentonar demasiado.

Sus ojos esmeraldas se dirigieron a un antro donde se podía escuchar música en altos volúmenes y mucha gente saliendo y entrando. Lo que no le agradó es que debía hacer una fila para poder entrar, ¿Nicola Giovanni haciendo una fila para entrar a un lugar solo para follar? Por favor. Ni siquiera observó a las personas mientras caminaba a donde estaba el guardia de seguridad, muchos se quejaban de que tenía que irse de último y esperar su turno pero una sonrisa burlona apareció en su rostro, ¿En serio? Ni siquiera pertenecían al mismo estatus social; su mirada se dirigió a ese hombre desconocido y le sacó la lengua de la manera más infantil posible, transmitiéndole un “Yo hago lo que me salga de los huevos, niño”. Sacó una paca considerable de billetes de su cartera para entregárselos al hombre fortachón que custodiaba el lugar para entrar sin más. Escuchó a la gente gritando y quejándose, que delicioso era dejar atrás un caos enorme, volvía a sentirse excitado.

Sus esmeraldas observaban a todos lados, con cierta curiosidad pero a la vez morbosidad, las miradas que dedicaba terminaban encontrándose con muchas pero simplemente no le llamaban la atención. Los hombres y mujeres continuaban silbándole, llamándole para que se acercara pero el solo les ignoraba a ver sí encontraba algo mejor, debía de haber algo más interesante en ese lugar. Soltó un suspiro pero decidió sentarse en la barra a pedir whisky, sin dejar de observar el perímetro a ver que encontraba.

A lo lejos, parecía ser la zona VIP o algo por el estilo. Un hombre de cabellos morados largos se podía ver a la lejanía, con bastantes hombres y mujeres a su alrededor, ¿Acaso era un Adonis o algo por el estilo? Le llamó la atención eso, debía ser bueno en la cama si tanto cuerpo estaba encima de él y a los lados. Agarró su bebida mientras se retiraba en dirección a ese lugar, no le importaba si no podía pasar, le daba literalmente lo mismo, podía pagarlo.

— Tu polla debe ser legendaria para tener a toda esta gente aquí. —

Dijo sin pelos en la lengua, sonriendo coqueto. Sus ojos esmeraldas cambiaron a un color miel amenazadora solo para que todos los que estaban encima del muchacho se retirarán, adoraba ver como huían con el miedo en su rostro de ver a un demonio por ahí. Aprovechó ahora la limpieza del lugar para sentarse al lado del muchacho, pasándole su brazo por el hombro hasta tocar uno de estos.

— Ahora que estamos tu y yo, ¿Qué tal si hablamos cuerpo a cuerpo? —