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One Bullet For My Valentine.—[Priv.]
Burt. / Ayudando a una damisela./ Lyn/ 14:00 / "Ruta" |
Este día el sol brillaba en lo alto, apenas un par de nubes paseaban alrededor de este. Una brisa suave se levantaba para no dejar rastros de humedad en el ambiente. Un paseo tranquilo por las calles mientras iba en camino a buscar algunas cosas para el auto no iba a venir mal. El mestizo había cargado algunas cosas de equipo por si las dudas, así que con un cigarrillo en los labios manejaba el Delta con calma por las pacificas calles. Lamentablemente los repuestos que ocupaba estaban en un taller de las afueras, por lo que se veía en la obligación de meter algunos kilómetros de ruta, sí todo salía bien llegaría a su casa para la primera hora de la noche. Este día la armería iba a estar cerrada para poder ir tranquilo, ya sus clientes habituales sabían que se tomaba un día libre a la semana.
— Otro día más para ti y para mí, Betty. — Le hablaba a su coche, nótese la soledad a la que se había acostumbrado. Una palmada suave al capot cómo si fuera una mascota mimosa, y a empezar su viaje a solas.
Vestía un chaleco negro por encima de una playera roja de manga larga, el cabello platinado libre ondeaba en la brisa de la carretera. Sus manos enguantadas hasta las falanges sostenían con firmeza el volante. Unos pantalones de jeans negros que acababan en unas botas del mismo color pero en cuerpo. No era una persona que variase mucho sus ropajes, no le gustaba perder tiempo escogiendo que ponerse.
Aunque la fortuna, la desgracia, dios, el demonio, quien sabe qué, pero había una sorpresa preparada para el huraño tendero de armas.
Había conducido doce kilómetros fuera de la ciudad cuando notó un coche parado a un lado de la carretera. Afinó la mirada intentando divisar sí había habido un accidente o qué, pero no parecía que algo grave habría pasado. Bajó la ventana del lado acompañante al tiempo que hacía parar a Betty junto al otro automóvil.
— Pero que rayos... — No veía a alguien dentro, pero no tenía la impresión de que sólo se habrían detenido. Nadie iría a hacer sus necesidades en una zona de la ruta plagada de serpientes venenosas. La zurda de Burt hizo sonar la bocina del Delta para llamar la atención por si los dueños estaban cerca. — ¡Hola! ¡¿Alguien precisa ayuda?!— Un nuevo grito de Betty acompañando las palabras de su colega.
Sería bueno esperar unos minutos a ver si alguien hacía acto de presencia. Después de todo no era muy fiable la cobertura de esas zonas, y la carretera poco transitada.
One Bullet For My Valentine
♦ Burt Gummer- America - Ruta Boscosa
Todo lo que había comenzando como un buen día para la demonio. Apenas tenía una semana que piso suelo americano la Irlandesa alquilo un buen coche para pasear por aquella enorme pero casi rustica ciudad. Unos días de vacaciones de su trabajo u obligaciones no sonaba mal, aquella mañana la peli morada dejo el hotel luego de un ostentoso desayuno, fue de compras algunas tiendas para luego alquilar aquella camioneta RAV4 en color negro, se la recomendaron, así que planeaba ir a una excursión al rio con ella.
Por lo que solo alisto unas cuantas cosas para su pequeña exploración sola, alistando un mapa como el gps del auto. Lynette vestía unos shorts ligeramente cortos llegando casi a la altura de su muslos, de color negro, una camisa de tirantes de color blanco, con un chaleco largo negro, su cabello estaba recogido en una coleta alta con algunos mechones sueltos, con un calzado de tenis blancos, en el cuello lucía un collar con forma de cuarto menguante de plata y unos simples aretes, aparte de lentes de sol; Un look bastante veraniego y simple a decir verdad.
Pero el hermoso día que prometía tranquilidad y diversión aunque fuese ella sola, no resulto de esa manera, cuando condujo la RAV4 fuera de la ciudad por la ruta que si bien le habían dicho que era menos transitada pero también segura el auto comenzó a fallar, algo que no entendía porque ocurría esto si acababa de pedir un buen automóvil que no tuviera fallas aunque al final si las tenía ¿Por qué le pasaba esto a ella? Pago una buena suma por un auto decente que no destacara mucho pero nada sirvió si ahora le ocurría esto.
—Genial ¡lo que me faltaba!— expreso enojada, bajando del auto cuando ya no daba más y solo salía humo del capot, lo orillo a un lado de la carretera y bajo. —Maldita sea ¿Que hago? — se preguntó a sí misma, así abriendo el capot finalmente para ver el interior de la maquina pero para mala suerte de la peli morada de verdad no se le daba nada bien lo que tuviera que ser atender automóviles, solo se limitaba con ponerle gasolina, agua y aceite demás no se atrevía pero en momentos así es que se arrepentía de no haber querido aprender. Maldijo internamente que estuviera en aquellos días que no podía usar sus estúpidos poderes, agradecía mucho a su familia por aquel sello, que hacia que cualquier Lairmore no pudiera usar sus poderes como gustara cada 10 años, era como una recarga obligatoria, ahora ella era como un inútil humano.
Cerro de nuevo la tapa y fue al auto tomo su móvil pero vio que no tenía señal, buscaría uno donde si, por lo menos una llamada a emergencia le darían otro auto o se olvidaría de su idea de investigar sola los alrededores. Cerró la puerta y caminaba por la orilla del camino, casi pensaba en internándose un poco al bosque para revisar solo que recordó la advertencia de algunos lugareños, serpientes, chasqueo la lengua cuando una bocina y la voz de un hombre le llamo la atención.
Sin perder tiempo Lynette corrió de nuevo a donde estaba su auto para ver aquel Delta rojo, con ligera sorpresa, no podía negar que tenía suerte dado que aquel hombre se ofrecía por sí mismo solo observo bien antes de acercarse no era demasiado confiada y menos con los extraños; Se acercó al auto ajeno finamente inclinándose para poder verle y hablar. —Buenos días, no sabe cómo le agradezco que se detuviera. —expreso un poco de su gratitud aunque más que nada lo hizo para ver dentro del auto, por su propia desconfianza. Noto que aquel hombre no tenía segundas intenciones, decidió a hablar de su pequeño problema.
—Vera… estoy de vacaciones por aquí y rente este auto que según estaba en perfectas condiciones…. Pero de la nada comenzó a fallar perdió fuerza hasta que finalmente se apagó… no se mucho de autos… quise llamar a un servicio pero nada sirve aquí…— dijo con ironía y sarcasmo en su voz por el fastidio que aquello le causaba. — ¿Cree que podrá ayudarme? — cuestiono señalando el auto con la cabeza sin dejar de observar ni un momento a su interlocutor solo por precaución, estaba sola en un país desconocido, tenía razones de sobras para ser desconfiada o incluso algo pesada.
Faniahh/Lala/Cyalana
Burt. / Ayudando a una damisela./ Lyn/ 14:00 / "Ruta" |
— Entiendo, parece que la carcacha se descompuso. — Dicho eso el albino se bajó del Delta para cerrar la puerta mientras miraba el carro descompuesto en frente de él. — Burt Gummer, señorita. — Saludo extendiendo una mano con los ojos celestes fijos en los de la contraria.
Ahora era momento de ver en que le podía ser útil. Nuevamente miró el vehículo y sonrió con sorna. A lo mejor sería incapaz de hacer algo pero eso no quería decir que no, además parecía que esa mujer tenía poca o nula idea de lo que estaba haciendo. Sería su deber cómo hombre tender una mano a la pobre, después de todo era una damisela en apuros.
— Déjeme ver qué puedo hacer. — Acarició el capot de Betty a modo de caricia para acto seguido sacar un cigarrillo que llevó a sus labios encendiendo este y darle un ligera calada dejando escapar el humo por sus fosas nasales. — Bienvenida sea al condado de Hazard, aquí todo se mueve más lentamente, y los teléfonos suelen perder señal. Un rincón olvidado por los dioses y por el gobierno. — Una linda presentación de su hogar dulce hogar.
Burt camino hasta quedar frente a frente con el humeante auto. Hizo ademán con su diestra para quitar el humo extra que salió una vez abrió el capote. Se veía que esto no sería algo fácil de reparar. Seguramente iba a precisar un par de repuestos. Empezó a indagar entre en lo que le permitía el calor y la baja visibilidad por el humo condensado que salía con cada parte que tocaba. Decidió quitarse la camisa que dejó colgando sobre el capot abierto para combatir el calor, así sería más fácil trabajar. Aunque esto exponía el revolver que llevaba en la cintura apretado contra el cinturón de sus pantalones.
— Es alquilado, ¿verdad? — Cuando oyó la repuesta de ella negó con la cabeza en señal de frustración. Era horrible alquilar cosas así, ya que sí algo pasaba uno no sabía cómo reaccionar; tal cual estaba ahora esa mujer en la carretera. — Bueno, parece que la manguera de transición se quemó. Eso puede darse por el calor, y por un mal manejo del vehículo ya que parece ser nueva. Sí uno conduce muy despacio estas máquinas, no le da tiempo a la cámara de aceite a filtrarlo todo y queda vacía, lo que le recalienta y termina rompiendo la manguera. — Se frotó las manos llenas de grasa la una contra la otra para luego sacar el tabaco que tenía en los labios quitando el exceso de cenizas. — Traduciendo: si maneja despacio se jode el vehículo, están hechos para tomar altas velocidades. — Explicó el albino a sabiendas que ella no tendría idea de lo que le decía.
Observó a la mujer mientras esperaba que ella procesara lo que le dijera, esto podía ser un pequeño retraso pero valía la pena si con esto sacaba a esa mujer de su situación y ella aprendía la lección. Después de todo cómo buen hombre que era no había algo que le gustase más que tener la razón.
— Miré, tengo una manguera de Betty que es para repuesto. Puedo ponérsela aunque precisaré hacer un acoplado, con eso seguro llega sin problemas al pueblo que está a quince millas derecho por la ruta, una vez ahí busca un teléfono y llama al seguro o quien le alquilo, lo que vea pertinente, aunque siendo por mal uso dudo que no le cobren el servicio. — Pasó una de sus soluciones pero tenía otra más que dar. — O sí le prefiere puede dejar el auto aquí, le llevó hasta la ciudad a donde me dirijo y de ahí ya tendrá señal en su teléfono para llamar a quien quiera. — Otra vez quitó aquel cigarro dejando caer las cenizas a la carretera. — ¿Qué prefiere? —
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