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Actualmente Elysium atraviesa un maravilloso verano, predominando los días soleados, aunque también de vez en cuando es posible toparse con días donde las lluvias no paran de caer sobre la isla. Las temperaturas varían bastante, yendo de los 33° como máximo hasta los 18° como mínimo. Esta temporada es ideal para paseos en la playa, fiestas al aire libre, todo tipo de actividades recreativas en las que puedas disfrutar de un hermoso sol y cielo despejado en su mayoría.
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L'OSCURITA DELL'IGNOTO — Priv
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por Drake Steele Jue Ago 23, 2018 2:03 pm
Los dioses, esas criaturas con las cuales ni el tiempo puede. Una raza dorada que muchas veces peca de arrogancia y soberbia ahora buscaba encontrar la paz que tanto había perseguido el mundo en aquellos años de antaño antes de que el mundo colapsara, o por lo menos el mundo 'exterior'. ¿Cual era el siguiente paso de las deidades para poder aplacar la oscuridad que consumía poco a poco aquellos sitios alejados del planeta? ¿Acaso se habían olvidado de todo lo demás al encontrar una tierra prometida?
Se encontraba pues, solo, en una gasolinera abandonada al norte de Jordania, sentado en una cabina desierta muy cerca de un ventanal roto, el cual dejaba entrar unos cuantos halos de luz que no pegaba directamente sobre su rostro. ¿Cuantos humanos habrían alguna vez parado ahí a cargar combustible? ¿Cuantos niños no habrían ido a comprar a esa cabina algunos dulces para el viaje? Todo aquél paisaje desierto no era más que un cadáver de lo que la guerra exterior se había encargado de propagar como un gran cáncer. Drake estaba disfrutando mientras de su soledad por un momento, mirando hacia ese vacío ancestral a través de la ventana. Un hombre de rostro sereno sin igual de cabellos negros cenizos, ojos rasgados del mismo color que cuando se iluminaban por la tenue luz adoptaban una transparencia azulada, cejas del color de su cabello y labios pálidos y delgados que acentuaban su tan usual misterio. Su misterio se veía tanto en su manera de actuar como en su vestuario siempre tan lúgubre: una camiseta de entrenamiento que se ajustaba muy bien a su torso y resaltaba la torneada musculatura del dragón, una chaqueta de cuero color gris con la cremallera suelta, unos pantalones militares con estampado de camuflaje, así como unas botas con varios cordones donde iba introducida la porción más baja de sus pantalones. Todo hacía juego incluso con los dispositivos que llevaba en la muñeca izquierda, un reloj y un geolocalizador, a su lado, puesto sobre el suelo se encontraba su morral de viaje con las armas correspondientes y algunos otros objetos sustanciales para su misión. Como siempre, su piel palidecía, contrastaba con los tonos oscuros de sus ropas.
Por su inquietante misterio y su apariencia culmida en secretismo, era fácil pasar desapercibido. Drake no estaba interesado en llamar la atención de nadie, sin embargo, su momento de paz se vio brevemente interrumpido por una llamada celular, la cual respondió y asintió un par de veces, respondiendo con palabras básicas y secas. Una nueva indicación, de nuevo, no estuvo interesado en pedir detalles.
Ya habían pasado alrededor de quince minutos de la hora acordada, pero su paciencia parecía no tener límites. Se encontraba eso sí con la cabeza apoyada sobre su mano, daba la impresión que se estaba aburriendo. Sobre la mesita, había una pequeña botella de agua mineral, la cual no había tocado todavía, para él era más importante esperar a la persona con la que se había citado previamente, cualquier pudo haber abandonado el lugar para marcharse, pero Drake no era así, sabía que aquella persona tendría información nueva que sería de ayuda para la misión de rescate.
Miró a su alrededor de nueva cuenta, muchos escombros y polvo, el ambiente deteriorado jugaba bien con su actitud, sin embargo comenzaba a ponerse nervioso. Escuchaba de vez en cuando el paso de vehículos militares de su equipo y alguno que otro tanque que se dirigía hacia la distancia, donde parecía estarse llevando una batalla campal. El motivo por el que no se dirigía allá y había aceptado la cita era debido a que había escuchado que esa entidad tenía la habilidad necesaria para desmantelar organizaciones y era buena en asuntos de espionaje ¿qué más daba? Toda la ayuda que se le ofreciera sería bien recibida, el movimiento terrorista tenía bajo su yugo a varios civiles inocentes como rehenes y esclavos, no tenían mucho tiempo tampoco.
Al final, escuchó como la puerta de la pequeña cabina se abría, Drake ladeó la mirada y levantó la mano para saludar, quizá no de la forma más enérgica, para indicarle a la mujer donde se encontraba. No diría nada hasta que estuviese cerca de él.
— ¿Ha pasado algo? Creí que te habrían capturado — Diría con ironía a la recién llegada. Era un caballero, por lo que reprocharle algo a una dama no era correcto.
Se encontraba pues, solo, en una gasolinera abandonada al norte de Jordania, sentado en una cabina desierta muy cerca de un ventanal roto, el cual dejaba entrar unos cuantos halos de luz que no pegaba directamente sobre su rostro. ¿Cuantos humanos habrían alguna vez parado ahí a cargar combustible? ¿Cuantos niños no habrían ido a comprar a esa cabina algunos dulces para el viaje? Todo aquél paisaje desierto no era más que un cadáver de lo que la guerra exterior se había encargado de propagar como un gran cáncer. Drake estaba disfrutando mientras de su soledad por un momento, mirando hacia ese vacío ancestral a través de la ventana. Un hombre de rostro sereno sin igual de cabellos negros cenizos, ojos rasgados del mismo color que cuando se iluminaban por la tenue luz adoptaban una transparencia azulada, cejas del color de su cabello y labios pálidos y delgados que acentuaban su tan usual misterio. Su misterio se veía tanto en su manera de actuar como en su vestuario siempre tan lúgubre: una camiseta de entrenamiento que se ajustaba muy bien a su torso y resaltaba la torneada musculatura del dragón, una chaqueta de cuero color gris con la cremallera suelta, unos pantalones militares con estampado de camuflaje, así como unas botas con varios cordones donde iba introducida la porción más baja de sus pantalones. Todo hacía juego incluso con los dispositivos que llevaba en la muñeca izquierda, un reloj y un geolocalizador, a su lado, puesto sobre el suelo se encontraba su morral de viaje con las armas correspondientes y algunos otros objetos sustanciales para su misión. Como siempre, su piel palidecía, contrastaba con los tonos oscuros de sus ropas.
Por su inquietante misterio y su apariencia culmida en secretismo, era fácil pasar desapercibido. Drake no estaba interesado en llamar la atención de nadie, sin embargo, su momento de paz se vio brevemente interrumpido por una llamada celular, la cual respondió y asintió un par de veces, respondiendo con palabras básicas y secas. Una nueva indicación, de nuevo, no estuvo interesado en pedir detalles.
Ya habían pasado alrededor de quince minutos de la hora acordada, pero su paciencia parecía no tener límites. Se encontraba eso sí con la cabeza apoyada sobre su mano, daba la impresión que se estaba aburriendo. Sobre la mesita, había una pequeña botella de agua mineral, la cual no había tocado todavía, para él era más importante esperar a la persona con la que se había citado previamente, cualquier pudo haber abandonado el lugar para marcharse, pero Drake no era así, sabía que aquella persona tendría información nueva que sería de ayuda para la misión de rescate.
Miró a su alrededor de nueva cuenta, muchos escombros y polvo, el ambiente deteriorado jugaba bien con su actitud, sin embargo comenzaba a ponerse nervioso. Escuchaba de vez en cuando el paso de vehículos militares de su equipo y alguno que otro tanque que se dirigía hacia la distancia, donde parecía estarse llevando una batalla campal. El motivo por el que no se dirigía allá y había aceptado la cita era debido a que había escuchado que esa entidad tenía la habilidad necesaria para desmantelar organizaciones y era buena en asuntos de espionaje ¿qué más daba? Toda la ayuda que se le ofreciera sería bien recibida, el movimiento terrorista tenía bajo su yugo a varios civiles inocentes como rehenes y esclavos, no tenían mucho tiempo tampoco.
Al final, escuchó como la puerta de la pequeña cabina se abría, Drake ladeó la mirada y levantó la mano para saludar, quizá no de la forma más enérgica, para indicarle a la mujer donde se encontraba. No diría nada hasta que estuviese cerca de él.
— ¿Ha pasado algo? Creí que te habrían capturado — Diría con ironía a la recién llegada. Era un caballero, por lo que reprocharle algo a una dama no era correcto.
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Drake Steele
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